Historia

Operación Gillette: la guerra encubierta de la CIA contra la Embajada de Cuba en Argentina

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Gastón Cuello, CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons

Durante la Guerra Fría, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos llevó a cabo una serie de operaciones encubiertas en América Latina para contrarrestar la influencia de la Revolución Cubana en el hemisferio occidental. Washington temía que el modelo revolucionario cubano fuera un ejemplo en otros países de América Latina que afectaría sus intereses geopolíticos y económicos en la región.

En este contexto, la CIA intensificó sus esfuerzos para neutralizar la influencia cubana, desplegando una variedad de tácticas encubiertas. Una de las operaciones menos conocidas, pero significativas, fue la Operación Gillette, que tuvo como objetivo específico la Embajada de Cuba en Buenos Aires, Argentina. Cuba había restablecido las relaciones diplomáticas con esa nación en 1973 y su embajada, se convirtió en sitio solidario para los refugiados chilenos y de otras naciones que escapaban de las fauces golpistas en sus respectivos países.

La Operación Gillette fue una de estas iniciativas, dirigida específicamente contra la Embajada de Cuba en Buenos Aires. El objetivo principal de la operación era desestabilizar las actividades de la embajada, interrumpir la solidaridad de Cuba con fuerzas revolucionarias en Argentina y países vecinos.

Para llevar a cabo la Operación Gillette, la CIA empleó una combinación de espionaje, desinformación, infiltración y sabotaje. Algunos de los métodos utilizados incluyen:

Espionaje y vigilancia: La CIA desplegó agentes para vigilar de cerca las actividades de los diplomáticos cubanos y sus contactos locales. Esto incluía interceptar comunicaciones, seguir a los diplomáticos y recolectar información sobre sus reuniones y actividades.

La CIA y sus terroristas estudiaron la zona de ubicación de la Embajada de Cuba, el movimiento de vehículos, rutina, horarios de entrada y salida de funcionarios y personal de argentino de aseguramiento administrativo.

Infiltración: Intentaron infiltrar agentes dentro de la embajada o entre los círculos cercanos a los diplomáticos cubanos para obtener información de primera mano sobre sus planes y estrategias.

Desinformación: La diseminación de información falsa para sembrar desconfianza y confusión tanto dentro de la embajada como entre sus contactos locales. Esta táctica buscaba desacreditar a los diplomáticos cubanos y sus aliados.

Sabotaje y acciones terroristas: Aunque menos documentado, se sugiere que la operación pudo haber incluido acciones directas para sabotear las actividades de la embajada, como interrupciones en las comunicaciones y la organización de incidentes para crear tensión. Con este objetivo, la CIA envió a su agente Félix Ismael Rodríguez Mendigutía, como asesor del General de División Tomás Sánchez de Bustamante, jefe del Primer Cuerpo de Ejército argentino.

El 13 de agosto de 1975 se realizó un atentado terrorista, ejecutado por terroristas de origen cubano, involucrados en las actividades represivas del Plan Cóndor, contra el Embajador de Cuba, Emilio Aragonés Navarro, en el barrio de Belgrano, a la entrada de la sede diplomática.

En agosto de 1976 dos funcionarios de la Embajada de Cuba, fueron secuestrados por esos mismos terroristas, cuando se dirigían a sus casas en la zona de Barrancas en el antes mencionado barrio de Belgrano y fueron desaparecidos, después de haber sido torturados y asesinados.

Eran Crescencio Galañena Hernández, natural de Yaguajay y Jesús Cejas Arias, de Pinar del Río. Los restos de estos compatriotas fueron encontrados  casualmente por unos niños en el 2012 y repatriados en 2013 e inhumados por sus familiares en sus respectivos lugares de nacimiento.

Entre el 3 de agosto de 1976 y marzo de 1978 fueron secuestrados 12 argentinos vinculados con la sede diplomática cubana en Buenos Aires, 11 de ellos aún hoy están desaparecidos.

Acoso: Las acciones de acoso incluían lo que en la literatura de espionaje se conoce como “seguimiento a la japonesa”, es decir, dar seguimiento a un objetivo de manera tal que este sepa que lo siguen. Autos marca Ford, modelo Falcón, con dos o tres tripulantes vestidos de civil con armas disimuladas y actitud amenazadora, se situaban en las calles Virrey del Pino, en 11 de Septiembre o Arribeños.

Cuando se produce el golpe militar en Argentina, los golpistas situaron tanques y otros carros de combate frente la Embajada y la residencia del embajador, con el pretexto de protección, pero siempre ha quedado la duda, al ser ellos los quebrantadores del orden constitucional en la nación argentina.

El objetivo de las acciones terroristas era provocar que las autoridades cubanas cerraran la embajada y retirarán su personal.

La Operación Gillette no se llevó a cabo en aislamiento. La CIA colaboró estrechamente con los servicios de inteligencia argentinos, quienes tenían un interés propio en contener la "influencia comunista" en su país. Además, la CIA y los terroristas de origen cubano, establecieron relaciones con la temida Alianza Anticomunista Argentina (La Triple A). Esta colaboración facilitó el acceso a recursos locales y permitió una mayor efectividad en la ejecución de las operaciones encubiertas.

Aunque los detalles específicos sobre los éxitos y fracasos de la Operación Gillette son escasos debido a la naturaleza secreta de la operación, se sabe que las acciones de la CIA contribuyeron a un ambiente de tensión y vigilancia constante alrededor de la embajada cubana. La operación logró complicar las actividades diplomáticas cubanas en Argentina, aunque el grado de su impacto general sigue siendo materia de especulación.

Conclusión

La Operación Gillette es un ejemplo claro de las tácticas encubiertas de la CIA. A través de una combinación de espionaje, desinformación y colaboración con agencias locales, la CIA intentó neutralizar las operaciones de la embajada cubana en Buenos Aires, en un esfuerzo por limitar el alcance del ejemplo de la Revolución Cubana, más allá de sus fronteras. Aunque los detalles completos de la operación nunca han sido totalmente revelados, su existencia subraya la intensidad y la complejidad de la lucha por la influencia ideológica en el hemisferio occidental durante la Guerra Fría.

En la actualidad la CIA y terroristas de origen cubano, no cejan sus intentos de torpedear la actividad y de las sedes diplomáticas cubanas. En los últimos años se le disparó con arma de fuego a la Embajada de Cuba en Washington, tiempo después le lanzaron cócteles Molotov. Una acción similar con cocteles Molotov, sufrió la Embajada de Cuba en París. 

Quienes siguen programas televisivos de Miami, conocen que algunos personajes de origen cubano, radicados en Miami, como Orlando Gutiérrez Boronat, quien ha sido incluidos en una lista de terrorista por el estado cubano, se vanagloria de la coordinación que, él junto a otros realiza en Europa, para acosar a diplomáticos cubanos e incluso menciona una llamada Alianza Sueco Cubana, cuyos miembros realizan acciones de acoso contra diplomáticos cubanos en Suecia y personas solidarias con la nación caribeña.

Notas:

Operación Gillettesu nombre se toma de la conocida marca de cuchillas de afeitar Gillette, que se asocia a la intención quirúrgica de cortar radicalmente algo.

Referencias:


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