La política estadounidense de "paz mediante la fuerza", repliegue imperial y resiliencia cubana

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Introducción

La política internacional de Estados Unidos, históricamente, ha estado marcada por su capacidad para proyectar poder, ya sea militar, económico o ideológico. La estrategia de "paz mediante la fuerza," reforzada en la retórica política de la próxima administración del presidente Donald Trump, subraya la idea de que la estabilidad global se mantiene a través de una demostración constante de poderío militar y coerción diplomática. Este enfoque tiene implicaciones directas para Cuba, un país que ha resistido más de seis décadas de bloqueo económico, campañas de desinformación y presiones diplomáticas. Pero, ¿cómo debe prepararse Cuba para enfrentar este desafío, y qué significaría un hipotético repliegue del imperialismo estadounidense?

Paz mediante la fuerza: una amenaza multidimensional

Para Cuba, la aplicación de esta política significa un endurecimiento de las medidas coercitivas que ya enfrenta. Bajo este enfoque, Estados Unidos no solo mantendría, sino que probablemente intensificaría las sanciones económicas que asfixian al pueblo cubano, intentando generar descontento interno. Estas medidas suelen venir acompañadas de una maquinaria propagandística que busca deslegitimar al gobierno cubano y presentar a la Revolución como un sistema fallido. Además, el financiamiento de grupos opositores y la organización de acciones subversivas forman parte de un arsenal de herramientas destinadas a debilitar la estabilidad interna del país.

En este contexto, el despliegue militar en la región también sirve como una forma de presión psicológica. La Base Naval de Guantánamo, ocupada ilegalmente por EE. UU., y la presencia de flotas en el Caribe envían un mensaje claro: la fuerza está siempre disponible para imponer los intereses de Washington.

Resiliencia creativa y alianzas estratégicas es la opción de Cuba 

Ante este escenario, Cuba debe continuar demostrando la resiliencia que ha caracterizado su historia reciente. Sin embargo, la victoria estratégica dependerá de acciones concretas en varios frentes:

Fortalecimiento interno

Cuba necesita reducir su dependencia de factores externos mediante una estrategia de desarrollo sostenible que priorice la autosuficiencia. Esto incluye:

Agricultura sostenible: Incrementar la producción de alimentos a nivel local, aprovechando tecnologías agroecológicas.

Energías renovables: Desarrollar fuentes de energía limpia para reducir la dependencia de combustibles fósiles importados.

Innovación tecnológica: Potenciar el sistema científico-tecnológico cubano para generar soluciones adaptadas a las necesidades del país.

Ampliación de alianzas internacionales

La membresía asociada de Cuba en el BRICS abre nuevas puertas para diversificar sus relaciones económicas y políticas. La cooperación Sur-Sur también debe ser un pilar fundamental, fortaleciendo los vínculos con América Latina, África y Asia.

Comunicación estratégica

En el terreno mediático, Cuba debe contrarrestar la propaganda estadounidense con una narrativa propia que destaque sus logros y denuncie las agresiones. Esto implica modernizar sus plataformas de comunicación y llegar a audiencias internacionales más amplias.

Defensa y disuasión

Aunque la confrontación directa es improbable, Cuba debe mantener una estrategia defensiva eficaz que garantice su soberanía frente a cualquier intento de intervención.

El repliegue imperial: una oportunidad histórica

En el improbable escenario de que Estados Unidos redefina su rol internacional y abandone su carácter imperial, las implicaciones para Cuba serían profundas. Este cambio podría significar el fin del bloqueo económico y la normalización de relaciones diplomáticas. Sin embargo, también plantearía nuevos desafíos:

Diversificación de socios internacionales: Cuba necesitaría adaptarse rápidamente a un orden multipolar, fortaleciendo relaciones con potencias emergentes como China, India y Rusia.

Reformas internas: El fin de las tensiones con EE. UU. podría generar expectativas internas de cambios, lo que requeriría una gestión cuidadosa para mantener la cohesión social.

Liderazgo regional: Con menos interferencia externa, Cuba podría consolidarse como un actor clave en el Caribe y América Latina, promoviendo iniciativas de integración regional.

Lecciones de la historia: un paralelismo con el Imperio Romano

El enfoque de "paz mediante la fuerza" no es exclusivo de Estados Unidos; se encuentra en la historia de otros imperios, como el romano. La Pax Romana fue sostenida mediante la fuerza militar y la diplomacia coercitiva, al igual que Estados Unidos utiliza su hegemonía para mantener el control global. Sin embargo, Roma finalmente colapsó bajo el peso de sus propias contradicciones. Este paralelismo sirve como advertencia: una estrategia basada exclusivamente en la fuerza no es sostenible a largo plazo.

Reflexión final

Cuba enfrenta una encrucijada histórica. Mientras que la política de "paz mediante la fuerza" representa una amenaza constante, también es un recordatorio de que la soberanía y la dignidad no tienen precio. La clave para la victoria estratégica radica en la resiliencia creativa, la solidaridad internacional y la capacidad de adaptarse a los cambios globales. Si Estados Unidos alguna vez renunciara o perdiera su papel imperial, Cuba estaría mejor posicionada para aprovechar las oportunidades que surgirían, pero solo si mantiene su independencia y su compromiso con el desarrollo sostenible y la justicia social, es decir manteniendo viva la llama del socialismo.

La historia no está escrita, y el pueblo cubano ha demostrado repetidamente que puede resistir y prosperar incluso en las condiciones más adversas. La pregunta no es si Cuba sobrevivirá, sino cómo logrará convertir los desafíos en victorias.

Notas:

Pax Romana - fue un período de aproximadamente 200 años (27 a.C. - 180 d.C.) de estabilidad y prosperidad en el Imperio Romano, iniciado bajo el gobierno de Octavio Augusto. Durante esta era, Roma consolidó su poder mediante un gobierno centralizado, un ejército profesional y una infraestructura avanzada, lo que permitió el desarrollo económico, la expansión territorial y la integración cultural de sus vastos dominios. Aunque hubo conflictos menores, fue un tiempo relativamente pacífico que favoreció el comercio, la romanización y el progreso cultural en gran parte del mundo mediterráneo. Pax Romana o "Paz Romana" era la estabilidad lograda bajo el dominio del imperio romano, pero fue sostenida por una fuerza militar implacable y una diplomacia coercitiva.

Fuentes consultadas:

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