Indios en la Guerra de Independencia – El Regimiento Hatuey
por Henrik Hernandezpublicado enAllí, en medio de la campiña, rodeado de palmeras y montañas, se levantaba el humilde conocu de Cristina Pérez Pérez, una comadrona y espiritista lugareña, de ascendencia catalana. Su esposo, el cacique Ramón Ramírez Suárez, un jefe indio local, que simpatizaba con la causa de la independencia cubana.
El Sol cayó sobre el horizonte y las penumbras de la noche cubrieron la Sierra, mientras en el bohío de Cristina y Ramón se reunieron algunos caciques locales y principales líderes de indios cubanos del Alto Oriente. Era el 13 de mayo de 1895, a luz de de una hoguera, la espiritista invocó las almas de los antiguos antepasados para que expresaran su deseo ante la crucial hora de la tierra madre, Cuba.
Cristina en trance transmitió el mensaje llegado del más allá, el cual fue guardado para la historia en las notas del Dr. Luis Morlote.
“¡Escuchen!”- dijo la voz de un cacique antiguo que hablaba a través de ella - “en el gran reloj del universo, está señalado que la hora de la independencia nacional cubana está al alcance de la mano. A solo unas pocas leguas de aquí está acampado uno de los más famosos generales de la guerra de liberación, el gran Antonio Maceo. Yo estoy con él, y ya que ustedes están conmigo, les pido que, fortalecidos por la memoria de las persecuciones sufridas por nuestra raza victimizada, en vez de continuar la guerra contra él, unan sus fuerzas, bravos y decididos, para luchar por la redención de Cuba, el país de ustedes, porque la hora está cerca y es necesario que Cuba sea libre.”
Terminada la sesión espiritual, los caciques se retiraron a deliberar, después de lo cual se marcharon y recorrieron las montañas, contactando a su gente en los dispersos bohíos y pequeños bateyes. Mientras, Cristina y esposo quedaron en su casa campestre sin poder dormir con los pensamientos entre la esperanza y el temor. Tenían la esperanza de que los temibles indios de Yateras se incorporarán a la lucha por la libertad de Cuba del yugo español. Temor de incluso de ser asesinados si los habitantes autóctonos se decidían en contra de su intento.
Se vislumbró al oriente como el Sol pintaba de rojo el horizonte y ante el bohío del matrimonio aparecieron los caciques seguidos de sus contingentes. Se alinearon ante Cristina portando sus armas y dispuestos a incorporarse a la lucha contra quienes habían mancillado y vejado la raza por 400 años.
Así nació el Regimiento indio que más tarde tomaría el nombre de Hatuey, el primer cacique taíno rebelde de Cuba. El hecho nos demuestra que todavía en 1895 había poblaciones indígenas en nuestra tierra. No se había extinguido, sino silenciados por los criollos ricos y peninsulares, para arrebatarles las concepciones que les otorgaban la merced de la Corona Española, después de la abolición del régimen de encomiendas.
Los indios de Yateras y sus alrededores, marcharon al encuentro del General Antonio Maceo y Grajales.
De esta forma se le dio cumplimiento a la orden del General Antonio Maceo, teniendo en cuenta la experiencia de la Guerra de los Diez Años y de los primeros meses de de 1895, entre las cuales José Martí nos dejó constancia de cómo los indios estaban al servicio del ejército español como rastreadores, tiradores y enérgicos combatientes de montaña. Hay que destacar que la orden del Titán de Bronce, es el resultado de una petición de José Martí a este y su hermano José.
El apoyo indio a los españoles cesó y se formó la alianza de los insurrectos cubanos con las comunidades indígenas, lo cual era muy importante para lograr la victoria sobre la metrópoli.
La historiografía cubana, siguiendo la mentalidad de los colonizadores, ha silenciado por mucho tiempo estos hechos en la historia oficial y en los libros de textos para estudiantes. Hay que destacar que los indios, bajo el mando del cacique Pedro Garrido Romero, participaban en la contienda al lado de los españoles y eran un “azote para el Ejército Libertador”, controlaban la importante zona entre Guantánamo y Santiago de Cuba. Por ello, atraer a los indios a juntar armas con los mambises era una tarea necesaria. Luego de la acción de Cristina Pérez Pérez, la catalana – india, el panorama cambió. También demuestra el poder de una acción psicológica propagandística en el territorio ocupado por el enemigo.
José Maceo, hermano del Titán de Bronce, le comunica a la junta insurrecta en Nueva York, en misiva al tesorero de la misma, Benjamín Guerra, que los “temibles indios de Yateras” se habían pasado al campo insurrecto.
Cuarenta y ocho horas después, el día 15 de mayo, tomaron parte en la Batalla de El Jobito. Martí cayó en combate el 19 de mayo de 1895, pero pudo ver como su pueblo sé nutría de la savia de las tres comunidades: blanca, negra e india.
El 31 de agosto de 1895 pelearon en la Batalla de Sao del Indio.
La Batalla de Sao del Indio duró 36 horas de combates. Antonio Maceo conoció de que una columna española compuesta de 1200 efectivos y con apoyo de dos piezas de artillería, tenía sitiado a su hermano José Maceo y una trentena de mambises en las cercanías de Guantánamo. Inmediatamente, dio orden a su tropa de unos 600 hombres de ponerse en marcha nocturna a través de la montaña. Recorriendo 40 millas (unos 75 km) llegando al amanecer, precisamente en el momento en que los españoles comenzaron el asalto a las posiciones de José Maceo.
Los cubanos extenuados por la marcha y los estómagos vacíos lanzaron su carga al machete contra infantería y artillería peninsular. La artillería hacía estragos entre las huestes mambisas, cuando Antonio Maceo ordenó al Comandante Gil y sus tropas indias arremeter contra las posiciones de la artillería enemiga. La carga desde ambos flancos obligó al enemigo a abandonar sus posiciones, pero los mambises no pudieron hacerse con las piezas de artillería. Las cargas de los indios de Yateras fueron decisivas para la victoria insurrecta en esta batalla. Los españoles sufrieron 327 bajas y nuestros patriotas cuarenta.
Los indios cubanos continuaron sirviendo al Ejército Libertador, entre ellos los sobrevivientes de la Batalla de Sao del Indio e incluso algunos participaron en la Invasión de Oriente a Occidente.
El Regimiento Hatuey, participó en varias misiones y batallas hasta el final de la guerra en 1898.
En marzo de 1896, el Regimiento Hatuey salvó un importante cargamento de tres mil rifles que habían desembarcado en la costa debido a la persecución española. En mayo, derrotaron a las fuerzas de Garrido, el temido comandante español. En julio, estuvieron al lado del General José Maceo cuando fue abatido en su caballo y muere en Loma del Gato.
En octubre, en la Batalla de Revancha de Romería, el regimiento, con su venerada comadrona Capitana Cristina peleando en sus filas, derrotaron a una tropa de voluntarios españoles. Combates como la de La Piedra, Monte Verde, Virginia y los Plátanos vieron destacarse a Cristina Pérez. Fue herida tres veces por balas y una por machete.
La intervención de EE. UU. en la guerra provocó que el Regimiento Hatuey junto al resto del Ejército Libertado fuera disuelto por los ocupantes del norte en 1899.
Notas:
Cacique - (cacica) - jefe de tribus de indígenas.
Conuco - palabra de origen taíno que significa parcela pequeña de tierra o huerta destinada al cultivo, especialmente de yuca; suele estar administrada por un único agricultor.
Esperitista - persona llamada médium, que se le atribuye la capacidad de comunicarse con los espíritus de los muertos.
Fuentes:
- http://www.venceremos.cu/guantanamo-noticias/8246-silverio-guerra-tellez-el-coronel-de-las-montanas-yateranas
- http://letras -uruguay.espaciolatino.com/aaa/barreiro_jose/mas_alla_del_mito_de_la_extincion.htm#_ftn1
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