Naturaleza

El alacrán azul cubano salva vidas

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Una nota enviada por una amiga referente a mi artículo “Espeluznante monstruo de la supervivencia”, donde narro sobre las estrellas de mar, ha motivado, que tome el tema del alacrán, también conocido como escorpión, pues me percate que el mito se impone sobre a realidad. En el mensaje se señala lo injusto que he sido al llamar a esos seres marítimos “espeluznante monstruo”. Para mí el título no señala nada incriminatorio sobre las estrellas de mar, pero se ha interpretado de tal forma, lo cual siento mucho, solo quise destacar la excepcional capacidad que tienen para adaptarse y sobrevivir en su medio.

Pero seguramente te preguntas: ¿Qué tiene que ver el tema de las estrellas con el alacrán? Es sencillo, en la nota recibida, existe se manifiesta un criterio procedente de una estudiante de biología, donde se me dice “Imagínese entonces que sería de los alacrancitos que su primer alimento es la madre …”

Esto hay que aclararlo, pues ese criterio únicamente es un mito popular muy arraigado en la población cubana, que nada tiene que ver con la realidad. Los alacranes tienen un exoesqueleto, el cual al nacer es muy blando y para sobrevivir suben a la espalda de la madre y son indefensos ante el ataque de enemigos naturales. La madre le da protección al transportarlos sobre sí. Cuando los esqueletos blandos son sustituidos por uno nuevo, el primero queda pegado sobre la madre, lo cual ha dado origen al mito. Muy por lo contrario, cuando el alacrán se enfrenta a escasez de alimentos, las crías pueden sobrevivir y la madre engulle a los recién fallecidos (en ningún estudio se plantea si comparte o no ese alimento con las crías sobrevivientes), con el fin de poder sobrevivir y garantizar la vida de los demás. En términos nuestros, un canibalismo necesario, que no ocurre en otras circunstancias, cuando el alimento es abundante. Otro mito existente es que el macho tiene que huir, para escapar de la hembra terminada la cúpula.

Los alacranes o escorpiones, como también se les conoce, existen prácticamente en todo el mundo, aunque su densidad de población disminuye según nos acercamos a las zonas polares y está ausente en el séptimo continente, la Antártida.

En dependencia de las fuentes consultadas, se nos dan diferentes cantidades de especies existentes de este arácnido. Por ejemplo, en “Naturens under” (en sueco, Maravillas de la naturaleza) publicado por Anfang Förslag i Stockholm, en su edición de 1991, nos dice, que existen uno 700 especies, (pág. 172) mientras que la enciclopedia “Respons” publicada por Bertmarks Förslag AB, en el libro “Re-Ö” nos sitúa la cifra en cerca de 800 especies (pág. 111). Otras fuentes, sobre todo en Internet, nos dice que existen hasta 1500 especies. Nationageographic.es nos refiere la existencia de casi 2000 especies, de las cuales unas 30 o 40 pueden tener una picada mortal.

Incluso las cifras que se nos ofrecen sobre las existencias de alacranes en nuestro país varía, entre 36 y 40.

El alacrán ha tenido un lugar preponderante en la cultura, ello lo podemos apreciar en el Museo de Ashmolean en Oxford, donde se expone una cabeza de un gobernante egipcio en piedra, en cuyo decorado se observa claramente la figura de un escorpión. Fue descubierta entre 1896 y 1898 por los arqueólogos británicos, James Edward Quibell y Fredrick William Green y se cree que representaba a un rey antes de la época dinástica y del Egipto unificado.

Se han realizado otros descubrimientos de artefactos donde se encuentran grabados escorpiones, como los mismos se han encontrado en tumbas presuntamente de reyes del Antiguo Egipcio, en esta segunda ocasión, se cree que se trata de un gobernante que posiblemente fuera el padre de Narmer y ha sido bautizado como Horus Escorpión II (Hor Serq). Esto ha motivado que la industria cinematográfica se haya cebado cultivando cultos que nada tienen que ver con la realidad.

En Cuba, el alacrán ha encontrado lugar en la música, la literatura, cuentos, narraciones, la magia y la religión. Pero también en el arte de los curanderos y medicina natural.

En la actualidad Cuba en casi todas las provincias existen centros investigativos para “ordeño” del veneno del alacrán con fines médicos, esta vez con empleo de la ciencia. El Grupo Empresarial de Laboratorios Biofarmacéuticos (Labiofam) es quien dirige dichos centros y en los cuales se encuentran miles de ejemplares, en algunos casos entre 20 000 y 30 000.

Con estos fines se utiliza el alacrán endémico cubano conocido como alacrán colorado o escorpión azul (Rhopalurus junceus), cuyo veneno reúne propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antitumorales.

Me uno a los especialistas que alertan sobre descensos puntuales de poblaciones generadas por la captura con fines medicinales.

No existen estadísticas públicas sobre ejemplares capturados, su género sexual, nacidos en cautiverios, mortalidad, etc. Pero hemos podido deducir por declaraciones públicas en la prensa cubana, que no existen estudios sobre la gran mortalidad, ni las causas de las mismas, en cautiverio, sobre todo de los ejemplares hembras, ni de los resultados de la reintroducción o liberación de los ejemplares sobrevivientes en la naturaleza. Tampoco conocemos qué sucede con los ejemplares que se consideren enfermos o no capacitados para la explotación industrial. 

Considero que los protocolos de explotación de estos arácnidos deben ser modificados para garantizar su sobrevivencia, pues los humanos nos hemos convertido en el principal enemigo de los mismos.

Según los protocolos el tiempo de explotación “industrial” de los alacranes en los “escorponarios” es de dos años, lo que me parece extremadamente abusivo en un animal que solo tiene una esperanza de vida de entre 3 a 5 años y cuya tiempo de gestación es extremadamente largo. Además, las crías enfrentan muchos problemas para sobrevivir y se conoce que solo un 15% alcanza la edad adulta. Otra cuestión a tener en cuenta es que los alacranes alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 6 meses de vida, pero en cautiverio sólo la alcanzan después del 1.er año de vida.

Existen escorponarios, como el de Santa Clara, que abogan, para que los protocolos nacionales, disminuyan ese tiempo de explotación a 15 meses. Yo voy mucho más lejos, a solo 6 meses, teniendo en cuenta, que los alacranes en cautiverio se les aplica en un “electroshock” de 20 milivoltios, para provocar que excreten el veneno, periódicamente. Lo cual de por sí debe ser muy incómodo y violento para estos arácnidos.

También desconocemos las consecuencias de ese tratamiento a largo plazo para los ejemplares sometidos a tal estrés y para la población en general.

La situación de los alacranes en los escorponarios, me remonta a la época de la esclavitud en nuestra Patria. Cuando el esclavo llegaba a una edad donde no podía ser competentemente productivo, pero el esclavista estaba en la obligación de sustentarlo, entonces le otorgaba la libertad. El destino de tales libertos era con seguridad la muerte, después de un periodo más o menos largo de vivir en indigencia y en el mejor de los casos de la misericordia o limosnas.

No me puedo representar el destino de esos ejemplares puestos en libertad a tan avanzada edad escorpina, sin hábitos de sobrevivencia en la naturaleza y un comportamiento hasta cierto modo que debe ser errático y confuso, independientemente del instinto animal de supervivencia. Tiene muchos enemigos naturales: lagartos, murciélagos, saltamontes, ciempiés.

Se reproducen entre marzo a junio con dos picos poblacionales, el primero entre marzo – abril, seguramente relacionado con la época de seca donde se realiza el apareamiento y reproducción y el segundo entre junio y julio, relacionado con la estación de lluvia, lo que presumiblemente provoca una emergencia de nueva generación.

Al veneno del escorpión se le extraen varios componentes, entre ellos el “Diplocentus melici”, el cual tiene propiedad antibiótica contra microorganismos como la Mycobacteria tuberculosis y el Staphylococcus aureus. En Cuba principalmente se dirige la explotación industrial para producir el Vidatox 30 CH, que se emplea en el tratamiento del cáncer. En la actualidad se exporta a 17 países.

El alacrán azul, que es único en Cuba, que produce las toxinas necesarias para producir el Vidatox 30 CH, vive en todo el archipiélago, en bosques sabanas, áreas semidesérticas. Se le encuentra bajo troncos, piedras entre la vegetación epífita o bromeliáceas. Aprovecha las madrigueras para refugiarse, pero no cava las mismas. Los adultos miden entre 55 y 100 mm de longitud. Son de color castaño amarillo, rosado, anaranjado, rojizo o morado con la cola que termina en aguijón y 8 extremidades más oscuras, color vino, morado o negruzco, con un triángulo intercular negro.

Anatomía de un escorpión (vista dorsal de Cheloctonus jonesii)
1: Prosoma o cefalotórax;
2:Mesosoma o preabdomen;
3: Metasoma o cola;
4: Pedipalpos;
5: Patas;
6: Quelíceros o piezas bucales;
7: Quelas o pinzas;
8: Dedo móvil o tarso;
9: Dedo fijo o manus;
10: Aculeus o aguijón;
11: Telson (ano en la articulación anterior);
12: Aberturas de los pulmones.

Tiene un par de ojos simples en el centro del caparazón y unos ojos laterales en los ángulos anteriores del caparazón, cada uno con 2 o 5 lentes separados, aunque se considera que tienen una visión débil. Se alimentan de insectos, cucarachas, grillos, arañas e incluso de otros alacranes.

Muchas especies pueden enlentecer su metabolismo cuando el alimento es escaso y poder resistir largos periodos en ayuno. Algunas son ovíparas, mientras otras incuban los huevos dentro de su cuerpo(ovovivíparas) y luego dan luz a las crías.

Normalmente, el cuerpo de los alacranes están recubiertos de finos pelos y un exoesqueleto quitinoso (polisacárido) divido en dos porciones o tagmas: cefalotórax (prosoma) y abdomen (mesosoma), pinzas llamadas quelíceros y pedipalpos, patas con garras fijas y móviles, la cola (metasoma) terminada en un aguijón. El metásoma está formado por cinco segmentos y el telson, donde se encuentra la glándula venenosa.

El alacrán azul cubano salva vidas humanas, el precio es libertad propia y vida truncada. 

Notas:

Alacrán - proviene de al’aqráb significa escorpión en árabe hispánico.

Fuentes: 

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