¿Por qué el capitalismo occidental no puede reconocer a Cuba como una democracia?
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
"Ser cultos es el único modo de ser libres."
—José Martí
Introducción
Llamar a Cuba “dictadura” no es una conclusión objetiva ni un juicio neutral. Es, en realidad, una estrategia política y cultural profundamente enraizada en la necesidad de preservar el orden capitalista global. Occidente —y en particular las potencias que dominan el sistema capitalista internacional— no puede, ni quiere, reconocer que Cuba ha construido un modelo alternativo de democracia. Hacerlo implicaría desmoronar pilares fundamentales del discurso hegemónico: la supremacía de la democracia liberal, la legitimidad del neoliberalismo, la justificación de las agresiones contra Cuba y el mito de que fuera del capitalismo no hay libertad.
Este artículo desentraña esas razones, y muestra por qué la democracia cubana —participativa, inclusiva y soberana— representa una amenaza simbólica y estructural para el poder occidental.
Una democracia que no obedece el molde
El sistema democrático cubano no es una copia del modelo liberal representativo, sino una construcción propia, arraigada en su historia de lucha, en la soberanía nacional y en la justicia social.
No hay partidos que postulen candidatos. Las nominaciones nacen de las comunidades.
No hay campañas costosas ni financiamiento corporativo. Hay asambleas populares y consulta directa.
No hay mercantilización del poder político. Hay rendición de cuentas, posibilidad de revocación y participación activa de organizaciones de base.
No hay élites rotativas. Más del 50% del Parlamento son mujeres, con representación real de trabajadores, jóvenes, comunidades rurales y sectores históricamente marginados.
Este modelo no es perfecto ni está exento de desafíos, pero representa una forma distinta de ejercicio democrático, basada en la participación constante y no solo en el voto periódico. Y eso, para el mundo capitalista, es imperdonable.
La negación como necesidad estratégica del capitalismo
Reconocer a Cuba como democracia implicaría reconocer que existen alternativas viables al modelo capitalista liberal. Esto desencadenaría una cadena de cuestionamientos que el sistema dominante no puede permitirse:
¿Y si el poder no necesita partidos para ser democrático?
¿Y si la participación real no ocurre solo en las urnas, sino en el barrio y el centro de trabajo?
¿Y si una sociedad sin grandes corporaciones puede ser más justa y más libre?
Aceptar estas preguntas minaría el fundamento moral del poder occidental, pues revelaría que sus democracias son muchas veces sistemas de manipulación electoral, dominados por el dinero, los medios y las élites.
Por eso, Cuba no puede ser reconocida. Porque su mera existencia desafía la narrativa de “fin de la historia” impuesta tras el colapso soviético. Porque la isla rebelde prueba que otro mundo sigue siendo posible, incluso en condiciones de cerco y asfixia económica.
Un modelo inclusivo que desmantela el privilegio
La democracia cubana no excluye a nadie por razones económicas, raciales o geográficas. Todo lo contrario:
Los derechos fundamentales no son mercancías. Salud, educación, cultura y deporte son gratuitos y universales.
Las mujeres, campesinos, jóvenes y personas negras participan directamente en las decisiones.
Las zonas rurales están representadas y atendidas. No hay un país urbano que abandone al campo.
Esta democracia es estructuralmente inclusiva, algo que muchas democracias liberales no logran ni siquiera en el discurso. Por eso se la silencia, se la distorsiona, se la demoniza.
Porque aceptar que una nación empobrecida por un bloqueo externo puede garantizar derechos humanos sin depender del mercado, sería dinamitar los argumentos con los que el capitalismo justifica sus desigualdades.
Una amenaza geopolítica al orden establecido
La lucha de Cuba por mantener su soberanía y construir un sistema político propio, sin intervención extranjera ni subordinación al capital transnacional, es en sí misma una amenaza geopolítica.
Cuba:
Demuestra que es posible resistir sin arrodillarse.
Expone que el Sur Global tiene derecho a pensar por sí mismo.
Inspira a otros pueblos a cuestionar sus modelos colonizados.
Por eso se le acusa de dictadura. No por lo que hace, sino por lo que representa. Porque Cuba, con todos sus errores y aciertos, es un país que decidió no rendirse, y ese acto de dignidad es intolerable para quienes dominan el mundo a través de la obediencia.
El mito del partido único y la distorsión del discurso
Uno de los argumentos más repetidos contra Cuba es la existencia de un solo partido. Pero esto se convierte en un eslogan vacío cuando:
El Partido Comunista de Cuba no postula candidatos ni participa en elecciones.
Los candidatos son propuestos desde la base comunitaria, no por estructuras partidistas.
Las leyes y constituciones se consultan en miles de asambleas populares, donde participan millones.
La democracia cubana no necesita la fragmentación partidista para garantizar participación, porque ha desarrollado mecanismos propios, con fuerte legitimidad popular. Sin embargo, esta lógica no encaja en los marcos impuestos por las potencias que venden pluralismo pero compran elecciones.
Conclusión: lo que no pueden permitir
Reconocer que Cuba es una democracia significaría aceptar que el sistema capitalista no es el único ni el mejor. Implicaría admitir que los pueblos tienen derecho a organizarse desde sus propias realidades y construir un destino común sin intermediarios coloniales, sin bancos dominantes, sin corporaciones que dicten las leyes.
No lo harán. Porque hacerlo deslegitimaría décadas de agresión, desmontaría la narrativa imperialista, y despertaría preguntas peligrosas en los pueblos del mundo.
Por eso, hoy más que nunca, toca defender y difundir la verdad sobre la democracia cubana: una democracia que no busca el aplauso de las élites, sino la dignidad del pueblo.
Glosario:
Democracia participativa: Modelo donde los ciudadanos no solo votan, sino que deliberan, controlan y construyen las decisiones colectivas.
Soberanía popular: Capacidad de un pueblo para decidir su destino sin injerencia extranjera ni dominio económico externo.
Partido no electoral: Organización política que no presenta candidatos ni compite por el poder, sino que orienta estratégicamente un proyecto colectivo.
Modelo inclusivo: Sistema que garantiza representación y derechos a todas las capas sociales, sin dejar a nadie atrás por razones económicas, étnicas o geográficas.
Lectura complementaria
Hernandez, H. (febrero 5, 2025). Tocororo Cubano. La Democracia Cubana: un modelo alternativo al sistema occidental. Disponible en https://tocororocubano.com/la-democracia-cubana-un-modelo-alternativo-al-sistema-occidental/
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Hernandez, H. (septiembre 14, 2024). Tocororo Cubano. Democracia en Cuba: participativa, representativa e inclusiva. Disponible en https://tocororocubano.com/democracia-en-cuba-participativa-representativa-e-inclusiva/
Hernandez, H. (mayo 31, 2024). Tocororo Cubano. Más allá de la encrucijada del unipartidismo y el multipartidismo: apartidismo para Cuba. Disponible en https://tocororocubano.com/mas-alla-de-la-encrucijada-del-unipartidismo-y-el-multipartidismo-apartidismo-para-cuba/
Funtes consultadas:
Hernandez, H. (2024, mayo 31). Más allá de la encrucijada del unipartidismo y el multipartidismo: apartidismo para Cuba. Tocororo Cubano. Recuperado el 26 de mayo de 2025, de https://tocororocubano.com/mas-alla-de-la-encrucijada-del-unipartidismo-y-el-multipartidismo-apartidismo-para-cuba/
Hernandez, H. (2024, septiembre 14). Democracia en Cuba: participativa, representativa e inclusiva. Tocororo Cubano. Recuperado el 26 de mayo de 2025, de https://tocororocubano.com/democracia-en-cuba-participativa-representativa-e-inclusiva/
Hernandez, H. (2025, febrero 5). La democracia cubana: un modelo alternativo al sistema occidental. Tocororo Cubano. Recuperado el 26 de mayo de 2025, de https://tocororocubano.com/la-democracia-cubana-un-modelo-alternativo-al-sistema-occidental/
Fuentes recomendadas:
Cuba debate (2019). Constitución de la República de Cuba.
Recuperado el 26 de mayo de 2025, de http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2019/01/Constitucion-Cuba-2019.pdf
EcuRed. (s.f.) Consejo Electoral Nacional. Recuperado el 26 de mayo de 2025, de https://www.ecured.cu/Consejo_Electoral_Nacional
Dilla, H. (1997). Participación popular y democracia en Cuba. CLACSO.
Recuperado el 26 de mayo de 2025, de https://libreria.clacso.org/biblioteca_cuba_en_revolucion/publicacion.php?p=859&b=18
Löwy, M. (2010). La democracia como utopía socialista. Fondo de Cultura Económica.
Martí, J. (1963). Obras completas. Maestros ambulantes. Tomo 8. Editorial Nacional de Cuba
Wright, J. (2001). Cuba: The search for alternatives. Latin American Perspectives, 28(4), 49–68.
https://doi.org/10.1177/0094582X0102800404
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Copyright © Henrik Hernández 2025
Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernández, con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria) —quien asiste el proceso de escritura desde julio de 2024—, y con el aporte conceptual de Mella (IA de apoyo analítico).
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