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Obra emblemática de la nación – el Capitolio Nacional de Cuba

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El Capitolio Nacional de Cuba es una obra emblemática e icono arquitectónico de nuestra nación y su capital, La Habana. Fue reconocido como Patrimonio de la Nación y es origen kilométrico de la red de carreteras del país, así como atracción turística de los visitantes de la ciudad cabecera de Cuba.

La cúpula del Capitolio, rematada con una réplica de la estatua de bronce del siglo XVI del escultor Giambologna, se levanta a 91,73 metros y puede ser divisada a la distancia de 20 millas marítimas y en cuya cúspide se encendía una linterna giratoria, cuya luz podía ser vista a 50 millas marítimas según cuentan.

En el piso bajo el centro de la cúpula se encuentra la réplica de un diamante que perteneciera al último zar ruso, y marca el kilómetro cero de las redes de carreteras cubanas. El original de 25 quilates desde 1973, por razones de seguridad, se encuentra en las bóvedas del Banco Nacional de Cuba.

En las grandes puertas en bronce se pueden apreciar sesenta bajorrelieves en los se representan muchas escenas de la historia nacional desde la época precolombina y hasta comienzos del siglo XX. El visitante también puede apreciar una cripta abovedada, donde se encuentra un sarcófago rodeado de una baranda, es la Tumba del Mambí Desconocido, en cuya sala se pueden observar seis figura femeninas en bronce representativas de la las provincias existentes en el momento de la construcción. A esa sala se llega a través de dos arcos de entrada bajo la escalinata principal de la monumental obra.

En los acabados interiores del Capitolio Nacional se utilizaron unos 20 kilogramos de oro de 22 quilates. Los recubrimientos de la estatua de la República, herrajes de puertas y cierres de salones e interiores de la cupulilla donde se encontraba la linterna giratoria, ornamentos de paredes y techo en la sala de Presidente de la Cámara de Representantes, etc. han sido cubiertos con un baño de metal noble. Entre las decoraciones se encuentran bustos de mármol y bronce, tapizados, cortinas, lucernarios, vitrales y muchas otras esculturas.

Entre las esculturas se pueden admirar la Estatua de la República, realizada en ónix egipcio antiguo, en bloque macizo con un peso de 30 toneladas, la tercera más alta del mundo en interiores, con 14,6 metros de altura. Esta descansa sobre un pedestal de mármol de 2,5 metros. Es una figura femenina de pie, vestida con una túnica, casco, escudo y lanza inspirada en la cubana Lily Lalty, que sirvió de modelo al escultor italiano Ángelo Zanelli.

En su patio interior se levanta sobre un pedestal de mármol, el Ángel Rebelde en bronce, alusivo a Mefistófeles e inspirado en Lucifer. Una escalinata de 55 escalones, 36 metros de ancho, 28 metros de largo y 16 de alto con tres descansos intermedios, conduce al pórtico central, a cuyos lados se encuentran dos grupos escultóricos en bronce de 6,7 metros de alto, realizadas también por Ángelo Zanelli, una con figura masculina que representa el progreso y la actividad humana y la segunda femenina como símbolo de la virtud tutelar del pueblo.

Le siguen decoraciones a la derecha que significan el comercio terrestre, la molienda, el trabajo, la minería, la instrucción, la cerámica, la justicia, la mecánica, la familia, la industria y el comercio marítimo. A la izquierda representan a los descubridores, la siembra, los leñadores, la carpintería, el tabaco, la metalurgia, la agricultura, la caña, la forja de metales, la destilería y las hilanderías.

Un zaguán con doce columnas situadas en dos líneas de 1,55 metros de diámetros, 14,1 metros de altura y retocadas con capiteles jónicos y romanos de dos caras y en todas las puertas y paneles laterales recuadros en mármol de Boticcino esculpidos por Ángelo Zanelli.

Las logias constituidas por columnas con bases y capiteles decorados, forman nueve interlocutorios, en cuyos ejes se ubican las ventanas de 1,96 metros de ancho y 7,1 metros de altura del salón de Pasos Perdidos. Sobre esas ventanas decoraciones y recuadros esculpidos que recrean temas de la vida cubana. En el pabellón derecho se representan la danza, la música, la poesía y la arquitectura, mientras que la izquierda las matemáticas, la química, la astronomía y la física.

El Capitolio cuenta con varios salones, entre los cuales podemos nombrar el Salón Baire, el Salón Bolívar, el Salón Baraguá, el Salón Yara, el Salón Jimaguayú y el Salón Martí. Cada uno de estos salones se destacan por un específico estilo, que lo representa.

En la parte posterior se halla el vestíbulo que conduce a las Escaleras de Honor, que era utilizada por los parlamentarios.

El Capitolio abarca un área de 43 418 metros cuadrados, de los cuales 13 484 pertenecen al inmueble, 26 391 a jardines y parques y el 3 543 se dedicaron a ampliaciones de calles.

Existieron tres proyectos de su construcción:

• Primero proyecto de 1911, cuyas obras se mantuvieron hasta que entró en vigor el segundo proyecto.
• Segundo proyecto de 1914, que continuó hasta 1919 sin interrupción, pero fueron paralizados por encarecimiento de costos, y 1921 se paralizó completamente.
• El Tercer proyecto reinició los trabajos en 1926, donde más de 8000 obreros y oficiales en su mayoría españoles participaron.

Las lámparas de bronce fueron encargadas en Londres, las luminarias de presidencia del Senado en París y casi la totalidad de los mármoles se extrajeron en Italia. Ónix de Egipto y Marruecos también ocuparon parte de la obra, los herrajes se encargaron en EE. UU.

Además, se utilizaron 5 millones de ladrillos, 150 mil bolsas de cemento, 3 500 000 pies de madera, 38 mil metros cúbicos de arena, 3 500 toneladas de acero natural, 2 000 toneladas de cabillas y 40 000 metros cúbicos de piedra picadas procedentes de diferentes lugares de nuestro país.

Para culminar su construcción trabajaron allí más de 5000 trabajadores durante 3 años, 3 meses y 20 días hábiles; y se han invertido unos 17 millones de dólares. Cinco trabajadores perdieron la vida y sus nombres se encuentran grabados en una lápida que nos dice:

"Una plegaria para los que dieron su vida. Un recuerdo para todos los que pusieron en estas piedras brazos, ciencia y espíritu.”

La obra fue concluida en 1929 bajo la dirección del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra. 

Fuentes:

 

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