Historia

La mafia en Cuba

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Al tomar este tema entre los artículos del tocororocubano.com me asaltan miles de pensamientos y entre las reflexiones cientos de interrogantes. ¿Cuál ha sido el rol de la mafia en el bloqueo norteamericano contra Cuba? ¿Puede la mafia perdonar el haber perdido sus jugosas ganancias en Cuba? ¿Está la mafia detrás del tinglado jurídico norteamericano que sostiene la política de confrontación y bloqueo contra Cuba? ¿Es la mafia emisora de financiamiento a los proyectos anticubanos? ¿Tenía participación la mafia como propietaria de las empresas nacionalizadas por la Revolución Cubana? ¿Qué diferencia existe entre los mecanismos mafiosos aplicados en Cuba en la seudorepública y los cabildeos de la mafia de Miami en EE. UU.?

No tengo respuestas, ni de estas, ni otras muchas preguntas que invaden mi cerebro, pero sí tengo la posibilidad de exponer cómo la mafia se estableció en Cuba y como fue obligada por las circunstancias históricas de abandonarla y con ellos sus suculentos negocios.

He aquí la narración que te llevará por un viaje desde los años 20 del siglo pasado hasta el presente por una de las páginas, menos conocida. El 17 de enero de 1920 el Congreso Norteamericano aprobó la Enmienda XVIII a la Constitución de Estados Unidos de Norteamérica, que permitió la prohibición de bebidas alcohólicas conocida como la Ley Seca, lo cual fue el incentivo para la mafia de desarrollar una brillante idea de tráfico de ron y otras bebidas alcohólicas desde el territorio cubano, para abastecer el mercado negro en el país vecino del norte.

El 6 de diciembre de 1933 la Ley Seca fue derogada por la Enmienda XXI a la Constitución Norteamericana. Unos meses antes, en septiembre 4 del ese mismo años, se produce un golpe de estado dirigido por un sargento telegrafista llamado Fulgencio Batista, que ha pasado a la historia como Revuelta de los sargentos o Revolución de los sargentos, que contó con el apoyo del Embajador de EE. UU. Sumner Welles.

Desde entonces, Fulgencio Batista se convertiría en una personalidad con gran influencia en la política doméstica cubana, hasta el 1.º de enero de 1959, cuando fue derrotado por una Revolución Popular dirigida por Fidel Castro Ruz.

Lo importante para nuestro relato, es que la mafia se estableció en Cuba como imperio delictivo organizado, precisamente coincidiendo con el golpe de estado de Fulgencio Batista a finales de 1933. Por orden de Charles “Lucky” Luciano, el “financista de la mafia” y judío norteamericano Meyer Lansky pacto los primeros arreglos entre la mafia y el flamante sargento devenido en coronel Fulgencio Batista.

Cuatro familias de la mafia dirigidas por Santo Traficante(apodado el padre) el mismísimo Meyer Lansky, Amadeo Barletta Barletta y Amleto Battisti y Lora organizaron de inmediato las operaciones.

En su periodo presidencial de 1940 a 1944, Fulgencio Batista permitió que las estructuras de la mafia y los hombres distinguidos de la familia campearon por su respeto en nuestra patria, con la fundación de casinos que también beneficiaron a las familias acaudaladas y cúpulas militares de Cuba. Las operaciones ilícitas maximizaron la utilización de medios legales a través de leyes, convenios, contratos y otras figuras jurídicas, lo cual le otorgaba un carácter público respetable.

Meyer Lansky fue quien promovió el sistema de que los casinos no debían hacer trampas, sino jugar de acuerdo a la ley de probabilidades, que permitiría que las ganancias serían largo plazo de la casa, al mismo tiempo puso en función de la mafia a políticos, fuerzas del orden y sistema jurídico a través de pago de sobornos y dividendos. Amleto Battisti era un “cerebro para los negocios” y el hombre de Lucky Luciano en La Habana.

Para esa época el mercado norteamericano era receptor y consumidor de opiatos. Lucky Luciano utilizaba a Cuba como puente entre los suministradores de heroína y los mercados norteamericanos. Amleto Battisti y Lora era el supervisor de esas transacciones.

Los aviones aterrizaban en aeropuertos militares, aeródromos y pistas de aterrizajes particulares, pertenecientes a las cúpulas militares y batistianas, que adquirían muchas fincas y haciendas con tales fines, principalmente en el occidente de Cuba. Un intenso tráfico aéreo y marítimo garantizaban el arribo a EE. UU. de las drogas.

La mafia comenzó a utilizar a Cuba como trampolín para la introducción lenta, pero sistemática, de otra droga – la cocaína. De esa forma, 30 años antes de que esa droga se convirtiera en popular en los EE. UU., Cuba entró en la época de la cocaína. Al mismo tiempo, estableció y controló centros de diversión como casinos, prostíbulos, hipódromos, hoteles y otros.

La mafia en Cuba operaba como una gran corporación de drogas, burdeles y juegos de azar. Se conoce que en el año 1946 eran comunes encuentros de la mafia en la residencia del expresidente. Fue en el hotel neoyorquino Edward Astoria que Fulgencio Batista y Meyer Lansky hicieron un macro trato mutuamente beneficioso.

Batista permitiría los juegos de azar a gran escala a cambio de suculentos sobornos. También invertiría un dólar por cada dólar que la mafia pusiera en la construcción de nuevos hoteles, que ya contarían con la licencia de juego. La mafia tendría el control total de hipódromos, casas de juegos, prostíbulos y otros negocios. Lansky se comprometió con Batista a dirigir personalmente las operaciones de la mafia en Cuba.

En septiembre de ese mismo año se efectuó en La Habana una Cumbre Mafiosa, en el Hotel Nacional. La conferencia de La Habana del Sindicato del crimen judío y líderes de la Cosa Nostra organizada por Lucky Luciano discutió asuntos políticos, normas de actuación e intereses de negocios, donde participaron delegaciones representativas de las familias del crimen de todo los Estados Unidos de Norteamérica.

Participaron entre otros, Estéfano Magadino (de Búfalo), Santo Traficante Jr. (de Tampa), Carlos Marcelo (de Nueva Orleans), Tony Arcando, los hermanos Charlie y Roco Ficette (de Chicago), Frank Costello, Albert Anastasia, Joseph Bonano, Vito Genoveses, Tomás Lucesi (de New York.)

En ese tiempo la mafia actúa en las sombras en el enfrentamiento a las fuerzas revolucionarias de la nación cubana por parte de los órganos del estado que tenía como fin la división y aniquilamiento de las mismas, la persecución y asesinato de líderes sindicales y comunistas, como Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias.

Al margen de las vendettas, ajustes de cuentas, ajusticiamientos extrajudiciales el gansterismo criollo unido a la mafia se erigió como un eficaz medio de corrupción que dirigió sus esfuerzos contra el Partido Comunista de Cuba y el movimiento obrero dirigido por Lázaro Peña.

El presidente Ramón Grau San Martín hizo grandes compromisos políticos a la mafia, a los batistianos y machadistas como Aquilino Lombard y Guillermo Alonso Pujol. Designó como Primer Ministro al Doctor Félix Lancís y Sánchez, conocido por su asiduidad a tomar prebendas y sobornos. El Ministerio de Gobernación fue asumido por un hijo de italianos, el Doctor Segundo Curtís y la cartera de Agricultura recayó en el Doctor Álvarez Fuentes. Todos personajes en función de EE. UU. y la mafia.

Lo más asombroso fue el nombramiento de Raúl de Cárdenas Echarte como vicepresidente, hombre que negaba el imperialismo norteamericano y se declaraba abiertamente como partidario de la Enmienda Platt y que no pertenecía al partido de Grau.

Gracias al gansterismo pudo el Doctor Carlos Prío Socarrás alcanzar la presidencia por segunda vez y nombró como vicepresidente a Guillermo Alonso Pujol, hombre que respondía por entero a la cúpula militar del General Fulgencio Batista.

Ya en esa fecha se destacó el joven abogado Fidel Alejandro Castro Ruz que entregó un informe al Tribunal de Cuentas y publicado en la prensa de la época, acusando al Presidente Prío Socarrás por sus vínculos con el gansterismo.

El 22 de diciembre de 1950, el doctor Felipe Pazos - presidente del Banco Nacional de Cuba - le otorgó a don Amadeo Barletta Barletta la licencia No. 62, para convertir al Banco Internacional de La Habana en el Banco Atlántico S. A. y que continuó operando durante la tiranía de Batista, que perpetró otro de sus golpes de estado militares en 1952, poniendo fin a la constitucionalidad.

Hay que destacar que Meyer Lansky le pagó 250 000 dólares al Presidente Prio Socarrás, para que no ofreciera resistencia y permitiera la usurpación del poder por Batista. Batista designó un salario de 25 000 dólares a Lansky quien fuera nombrado Ministro de Juegos. 

Para 1955 Batista transformó la legislación cubana, de tal manera, que todo aquel que pusiera una inversión en nuevos hoteles, de un millón de dólares o de 250 000 dólares en centros nocturnos, se les apoyaba con sumas equivalentes de las arcas del estado cubano. Además, la mafia contaba con una excepción de pago de impuestos por 10 años. Tampoco era necesario presentar antecedentes personales para poder invertir.

Batista le facilitó el enriquecimiento a su cuñado General Roberto Fernández Miranda al cederle el control sobre las 10 000 máquinas de juego en La Habana y los parquímetros de la ciudad.

Esto conllevo a un auge constructivo, pues las constructoras importaban materiales de construcción y maquinarias, sin pagos de aranceles aduanales. Esto provocó el enriquecimiento de los dueños de esas empresas que vendían a altos precios los “excedentes” de importación.

Batista y el resto de la cúpula militar y política de los años 50 del siglo pasado se dedicaban a cobrar sus dividendos. La esposa de Batista Marta Fernández Miranda enviaba cada noche al llamado “bagman” (el hombre de la bolsa) a recabar el 10% de las ganancias, que le pertenecía a Fulgencio Batista. Bagman recorría el cabaret San Souci, los casinos de hoteles como Comodoro, Sevilla Villmor, Capri y otros. Además, se conoce que el hombre fuerte de Cuba, en esa época tenía una participación de un 30% en el hotel Habana Riviera, Hotel Nacional y el club nocturno Montmartre.

Después del triunfo de la Revolución Cubana, en octubre de 1960 Fidel Castro culminó con fuertes decisiones un serio proceso de nacionalización en los que se incluían los casinos y hoteles de la isla y quedaron prohibidas las apuestas y juegos azar. 

La mafia fue derrotada, pero ...

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