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José Raúl Capablanca: vida ajedrecística y familiar

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Infancia y primeros pasos en el ajedrez

José Raúl Capablanca y Graupera nació el 19 de noviembre de 1888 en La Habana, Cuba, en una familia de clase media. Su padre, José María Capablanca Fernández, era oficial del ejército español y jugaba al ajedrez como pasatiempo. Fue observando a su padre jugar que el joven José Raúl, con tan solo cuatro años, demostró un talento innato para el ajedrez al corregir un movimiento erróneo de su padre. Este temprano despliegue de habilidad marcó el comienzo de una carrera excepcional en el mundo del ajedrez.

A los 13 años, Capablanca ganó un match contra el campeón nacional cubano, Juan Corzo, un evento que lo catapultó a la fama en su país natal. Este triunfo no solo consolidó su reputación como prodigio del ajedrez, sino que también le abrió las puertas a competencias internacionales.

Carrera profesional

En 1906, Capablanca se trasladó a Nueva York para estudiar en la Universidad de Columbia. Sin embargo, pronto abandonó sus estudios para dedicarse completamente al ajedrez. Su habilidad se hizo rápidamente evidente cuando ganó el torneo de Manhattan en 1909, lo que lo estableció como una fuerza a tener en cuenta en el ajedrez estadounidense e internacional.

La cima de su carrera llegó en 1921 cuando derrotó a Emanuel Lasker en La Habana para convertirse en el tercer campeón mundial oficial de ajedrez y el único cubano en alcanzar tal título. Capablanca mantuvo el título hasta 1927, cuando fue derrotado por Alexander Alekhine en Buenos Aires en un match muy disputado. A pesar de esta derrota, continuó compitiendo en torneos internacionales con gran éxito, aunque nunca logró recuperar el título mundial. En su vida ajedrecística acumuló 318 victorias, 249 tablas y 34 derrotas al haber participado en 29 torneos de gran nivel, ganando 15 de ellos y en 9 terminó segundo.

Su última comparecencia fue en las Olimpiadas de Ajedrez de la FIDE, en Buenos Aires, Argentina en 1939. Entre los cubanos participantes se encontraba María Teresa Mora Iturralde, la cual llegó a convertirse en la primera cubana maestra internacional, con la cual, Capablanca contrajo matrimonio en segundas nupcias.

Capablanca era conocido por su estilo de juego elegante y preciso. Era un maestro del juego posicional y tenía una habilidad extraordinaria para los finales de partida, donde su capacidad para simplificar el juego y su comprensión profunda del tablero eran incomparables.

Contribuciones y legado

Más allá de sus logros en el tablero, Capablanca hizo importantes contribuciones literarias al ajedrez. Escribió varios libros, entre ellos "Fundamentos del Ajedrez", que sigue siendo una referencia fundamental para jugadores de todos los niveles. Su enfoque en la simplificación y en la técnica de finales de partida revolucionó el ajedrez y dejó una huella duradera en la manera en que se enseña y se juega el juego.

Vida familiar

Capablanca también tuvo una vida personal rica y multifacética. En 1921, se casó con Olga Chagodaev, una mujer rusa, y juntos tuvieron dos hijos: José Raúl Capablanca Jr. y Gloria Capablanca. A pesar de su éxito profesional, su matrimonio con Olga terminó en divorcio en 1937.

Un año después, en 1938, Capablanca se casó con María Teresa Mora Iturralde, una destacada ajedrecista cubana y la primera mujer en ganar el Campeonato Nacional de Ajedrez de Cuba. Su matrimonio con María Teresa fue una unión de dos mentes brillantes del ajedrez, aunque no tuvieron hijos juntos.

Últimos años y muerte

Capablanca continuó participando en torneos y eventos de ajedrez hasta sus últimos años. Sin embargo, su salud comenzó a deteriorarse y el 8 de marzo de 1942, falleció en Nueva York a causa de un derrame cerebral.

Conclusión

José Raúl Capablanca dejó un legado imborrable en el mundo del ajedrez. Su estilo de juego innovador y su enfoque en la simplificación y en los finales de partida han influido en generaciones de ajedrecistas. Además de sus contribuciones al juego, su vida personal refleja la complejidad y el equilibrio que logró entre su carrera y su familia. Hoy, Capablanca es recordado no solo como uno de los mejores jugadores de ajedrez de todos los tiempos, sino también como un pionero cuyas ideas y enseñanzas continúan resonando en el mundo del ajedrez.

Notas:

La vida de José Raúl Capablanca fue inmortalizada en el filme cubano "Capablanca" (1987) por Manuel Herrera. El filme fue una coproducción cubano-soviética que se estrenó en 1988, como parte de la celebración del centenario del Gran Maestro Ajedrecista. Para encarnar al genial ajedrecista cubano se eligió a César Évora, uno de los más destacados actores cubanos de la época.

Referencias:

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