Estrategia para movilizar y unir a la diáspora cubana en defensa de Cuba y su Revolución

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Introducción:

Es difícil escribir sobre un tópico como este, pues muchos cubanos emigrantes básicamente se abstraen de cualquier forma de lucha activa para defender a Cuba y su Revolución. En un mundo globalizado donde la información y las influencias externas moldean rápidamente las percepciones y actitudes, la defensa de la soberanía y los logros de Cuba es una tarea cada vez más compleja. Los cubanos en el extranjero, dispersos por todo el mundo, son un recurso invaluable que, si se organiza y moviliza adecuadamente, podría desempeñar un papel crucial en la protección y promoción de los valores y logros de la Revolución Cubana. Sin embargo, para que esto sea posible, es necesario crear un frente cohesionado que una a la diáspora en torno a un objetivo común: la defensa de Cuba y su Revolución, más allá de diferencias y percepciones personales.

La necesidad de un Frente Unido:

Los emigrantes cubanos con su diversidad de experiencias, creencias y aspiraciones, son una cantera sin igual. Desde aquellos que emigraron en las primeras décadas después de la Revolución hasta las generaciones más jóvenes que han nacido y crecido en otros países, cada segmento de esta comunidad tiene una relación única con Cuba. No obstante, existe un denominador común que puede servir como base para la unidad: el amor por la patria, la cultura y la soberanía de Cuba. Pero muchos intelectuales y artistas, en términos generales, se unen en función de políticas anticubanas, en vez de defender a la Patria. Existen "muy buenas razones objetivas" para ello, pues quienes no sirven a los grupos de poder anticubanos en otros países, quedan marginados social y profesionalmente. Quienes no bailan al ritmo de la música Country, simplemente no pueden entrar al baile.

Éste es el clima político y cultural en el que florece el oportunismo y la veloz apostasía  a través de la negación del impacto negativo bloqueo norteamericano sobre la población cubana e ignorando la política de dominación colonial que se nos quiere imponer desde Miami y Washington. 

A lo largo de los años, la narrativa predominante en muchos países donde reside la diáspora cubana ha sido una de oposición al gobierno cubano, alimentada por experiencias de exilio, propaganda y polarización política, aprovechando las dificultades endógenas de Cuba y el impacto negativo de la agresión externa que provoca desencanto en las personas.

La intimidación directa, indirecta, abierta o subliminar juegan su rol en detrimento de Cuba. Sin embargo, existe un número significativo de cubanos en el extranjero que, aunque puedan tener críticas al sistema, reconocen los logros de la Revolución en áreas como la salud, la educación, y la justicia social, y desean ver a Cuba prosperar como una nación independiente y soberana.

Para estos cubanos, y para aquellos que ya apoyan plenamente a la Revolución, es crucial crear un espacio donde puedan unirse y coordinar esfuerzos para defender a Cuba de las agresiones externas, el bloqueo económico, y la desinformación que busca debilitar sus logros. Pero no se trata de crear un espacio formal, sino real y participativo que debe ser efectivo en su misión y objetivos, estructurado de manera que maximice su impacto, mantenga su sostenibilidad y logre un alto nivel de compromiso entre sus miembros.

Estructurando el proyecto:

• Misión y objetivos claros:

El primer paso en la creación de este frente es definir una misión clara: defender la soberanía de Cuba y los logros de la Revolución, mientras se promueve la verdad sobre la realidad cubana en el escenario internacional. Los objetivos específicos incluirían contrarrestar la desinformación, apoyar las políticas de desarrollo social y económico de Cuba, y movilizar recursos y solidaridad internacional en favor de la isla.

• Red de comunicación:

Una red de comunicación robusta es esencial para mantener conectados a los miembros del frente y para difundir información precisa y oportuna. Plataformas digitales como sitios web, redes sociales, y boletines electrónicos servirían como canales principales de comunicación. Además, la creación de capítulos locales en ciudades con una alta concentración de cubanos permitiría una organización más efectiva y cercana a las bases.

• Actividades y campañas:

Para mantener la movilización y el compromiso, el frente organizaría una serie de actividades regulares, incluyendo conferencias, talleres, y seminarios web que aborden temas como la historia de la Revolución Cubana, los desafíos actuales de la isla, y las formas en que la diáspora puede contribuir al bienestar de Cuba. También se llevarían a cabo campañas mediáticas para contrarrestar la narrativa negativa sobre Cuba y destacar los logros y avances de la Revolución.

• Alianzas estratégicas:

Establecer alianzas con organizaciones de solidaridad, movimientos progresistas, sindicatos, y partidos políticos que compartan la visión de un mundo más justo y equitativo es crucial. Estas alianzas no solo amplificarían la voz del frente, sino que también proporcionarían apoyo logístico, estratégico, y financiero.

• Educación y formación:

Un aspecto clave del proyecto es la formación política y educativa. Programas de formación en la historia Cuba y su Revolución, la teoría socialista, y la situación actual de Cuba ayudarían a los miembros del frente a estar bien informados y a defender su posición de manera efectiva. La distribución de materiales informativos, como folletos, videos, y artículos, también jugaría un papel importante en este proceso.

• Participación política y cabildeo:

El frente también tendría un papel activo en la política local y en el cabildeo. Esto incluiría esfuerzos para influir en las políticas de los países donde residen los cubanos en el extranjero, especialmente en lo que respecta a las medidas extorsionista de aplicación de leyes norteamericanas extraterritorialmente. La participación en eventos internacionales y el trabajo con legisladores y políticos serían componentes clave de esta estrategia.

• Inclusión y diversidad:

Para ser verdaderamente representativo y efectivo, el frente debe ser inclusivo, acogiendo a todos aquellos que, independientemente de sus diferencias, estén comprometidos con la defensa de Cuba. Además, se fomentaría la participación de las nuevas generaciones, combinando la experiencia de los más mayores con la energía y las nuevas perspectivas de los jóvenes.

¿Quién puede liderar este proyecto?

El liderazgo de este proyecto podría venir de diversas fuentes dentro de la diáspora cubana y las organizaciones de solidaridad. Entre los actores potenciales se encuentran:

Organizaciones de solidaridad con Cuba, bajo le orientación del ICAP y sus equivalentes en otros países, que ya tienen una experiencia considerable en la defensa de los logros de la Revolución.

Líderes comunitarios y activistas cubanos en el extranjero, quienes ya tienen la credibilidad y la influencia necesarias para movilizar a otros.

Diplomacia cubana, que puede ofrecer apoyo decisivo y ayudar a coordinar los esfuerzos internacionales. Debe ser manantial, del cual brote las aguas más sagradas de la cubania que irriguen los sentimientos patrios de cada cubano.

Jóvenes cubanos progresistas en la diáspora, cuya energía y habilidades en redes sociales podrían ser clave para la difusión y el alcance del frente.

Conclusión:

La creación de un frente de cubanos en el extranjero en defensa de Cuba y su Revolución es una tarea crucial en estos tiempos de desafíos globales. A través de una organización estratégica, la educación política, y la movilización de recursos, este frente podría desempeñar un papel vital en la protección y promoción de los logros de la Revolución Cubana. Al unir a los cubanos en torno a la defensa de su patria, este proyecto no solo fortalecería a Cuba, sino que también ayudaría a construir un sentido renovado de unidad y solidaridad entre los emigrantes cubanos.

Notas:

Este artículo es fruto de reflexión y por lo tanto no cuenta con fuentes consultadas.

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