El mundo clama por el cese de la guerra de EE. UU. contra Cuba

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Introducción

Dejemos de hablar de "embargo" y "bloqueo", llamemos las cosas por nombre "GUERRA".

Hoy, 30 de octubre de 2024, la Asamblea General de la ONU volverá a votar una resolución para exigir el fin del bloqueo de EE. UU. contra Cuba, una práctica que se ha repetido durante 32 años con el respaldo de la comunidad internacional y que en la última votación solo fue rechazada por tres países: Estados Unidos, Israel y Ucrania. Sin embargo, el término “bloqueo” apenas refleja la realidad que enfrenta el pueblo cubano. Lo que Cuba soporta no es simplemente un embargo o un bloqueo; es una guerra abierta en múltiples frentes, que afecta la vida de millones de personas en su día a día.

Más allá del Bloqueo: una guerra en todos los frentes

El gobierno de EE. UU., bajo el pretexto de proteger sus intereses, ha impuesto un régimen de sanciones que abarca todos los aspectos de la vida en Cuba y va mucho más allá de las restricciones comerciales. Esta guerra total incluye elementos de asfixia económica, persecución financiera, sabotaje diplomático, manipulación mediática, psicológica y cognitiva, agresiones bacteriológica, actos terroristas contra intereses de Cuba y países que la apoyan, que se ha intensificado en los últimos años. A continuación, desglosamos algunos ejemplos clave:

Asfixia financiera y económica

Empresas, navieras, aseguradoras y bancos de terceros países que comercian o mantienen relaciones financieras con Cuba enfrentan la amenaza de sanciones, multas multimillonarias y, en algunos casos, el cierre de sus operaciones en EE. UU. Esto no solo impacta la economía cubana sino también el comercio global, demostrando la política agresiva de EE. UU. para bloquear cualquier avance económico cubano. Este tipo de acción se extiende a funcionarios y empresarios de esas empresas e instituciones así contra sus familiares.

Presión diplomática internacional

A través de su red diplomática, EE. UU. ha intentado que otros países se sumen a la presión sobre Cuba, promoviendo campañas para limitar su participación en instituciones internacionales y aislándola de foros económicos clave. Las resoluciones en la ONU, que son apoyadas por casi todos los países, han quedado como uno de los pocos espacios donde Cuba puede alzar su voz sin represalias.

Guerra bacteriológica

A lo largo de la historia, Cuba ha denunciado ataques bacteriológicos con epidemias de dengue y otras enfermedades, situaciones que han debilitado considerablemente el sistema de salud cubano y que aún no han sido esclarecidas en su totalidad. En su totalidad Cuba a sufrido al menos 32 enfermedades provocada por acciones de EE. UU., que han dañado el sector agropecuaria y personas. Esto constituye un acto deliberado de guerra encubierta, en una tentativa de debilitar al pueblo y provocar inestabilidad social. 

Manipulación mediática

Cuba también enfrenta una campaña de desinformación masiva que presenta una imagen distorsionada de su realidad y agrava las dificultades de la población. Los medios corporativos y las redes sociales, que están bajo influencia estadounidense, promueven la narrativa de un “embargo”, la no existencia del bloqueo y disuaden a la comunidad internacional de una respuesta solidaria efectiva.

Guerra sucia, sabotaje y terrorismo

Cuba ha sido víctima de numerosos intentos de desestabilización que incluyen apoyo a grupos subversivos, intentos de sabotaje a infraestructuras esenciales y propaganda destinada a fragmentar la cohesión interna. Estas son tácticas propias de una guerra sucia, cuyo objetivo es erosionar la resistencia y soberanía del país. Cuba a sufrido innumerables actos de terrorismo, quemas de instalaciones, tiendas del pueblo, granjas, cañaverales, bombardeos de fabricas azucareras, cañoneos y ametrallamiento de poblados y muchos otros mas, eso sin contar la cuasi guerra civil, con bandas armadas que asesinaban a campesinos, obreros y maestros durante los años 60 del pasado siglo.

Ocupación ilegal de parte del territorio cubano

Cuba enfrenta una ocupación ilegal de parte de su territorio en Guantánamo, donde EE. UU. mantiene una base militar desde 1903. Este acuerdo, firmado bajo presión y en circunstancias de desigualdad, representa una violación a la soberanía cubana. A pesar de los reclamos internacionales y los esfuerzos diplomáticos de Cuba, EE. UU. se niega a devolver el territorio, manteniendo una presencia que simboliza una de las muchas agresiones hacia el pueblo cubano y su derecho a ejercer soberanía total sobre su propio suelo.

La posición de la ONU: ¿Un clamor mundial?

Desde hace más de tres décadas, la Asamblea General de la ONU ha condenado el bloqueo con una abrumadora mayoría. Este respaldo internacional refleja un rechazo casi unánime a las acciones de EE. UU., que no solo violan la soberanía cubana sino también de la legislación internacional vigente, afectan los derechos humanos de los ciudadanos estadounidenses y de otros países a interactuar libremente con Cuba.

El pueblo cubano ha mostrado una resiliencia ejemplar en medio de esta guerra no declarada. La votación de hoy en la ONU es, más que un acto protocolar, un símbolo de solidaridad internacional con Cuba y un llamado a cesar esta política de agresión total. La pregunta que queda es, ¿qué medidas concretas tomará la comunidad internacional para frenar esta guerra total contra Cuba?

La guerra de EE. UU. contra Cuba, es un acto genocida lento, que genera sufrimientos humanos, enfermedades, muertes y mantiene a Cuba en el subdesarrollo económico y tiene impacto global. 

Dejemos de hablar de "embargo" y "bloqueo", llamemos las cosas por nombre "GUERRA".

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