Cuba y la URSS: desmontando la narrativa colonialista

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Introducción

La propaganda anticubana ha intentado durante décadas posicionar la idea de que Cuba fue una colonia de la Unión Soviética. Esta afirmación carece de fundamento histórico y es un ejemplo más de la manipulación mediática que busca deslegitimar la Revolución Cubana. Lejos de ser una "colonia" soviética, Cuba mantuvo su soberanía política, su capacidad de tomar decisiones independientes y un modelo socialista adaptado a sus propias condiciones.

Argumentos para refutar la narrativa de "Cuba como colonia soviética"

Soberanía política y decisional:

Cuba no fue un estado satélite como los países de Europa del Este que sufrían una ocupación militar soviética. Todas las decisiones fundamentales de política interna y externa fueron tomadas por el gobierno cubano.

Ejemplo notable: la participación activa de Cuba en los movimientos revolucionarios en África y América Latina, incluso en situaciones donde la Unión Soviética prefería mantener una postura más cautelosa.

Adaptación del modelo socialista:

Aunque inspirado en el marxismo-leninismo, el modelo cubano integró elementos únicos basados en las condiciones culturales, históricas y económicas de la isla.

Esto evidenció una creatividad política propia y una resistencia a la imposición de dogmas externos.

Ausencia de intervención militar soviética:

A diferencia de países como Hungría (1956) o Checoslovaquia (1968), donde la URSS intervino militarmente, Cuba nunca estuvo bajo ocupación militar soviética ni sufrió una imposición directa.

Continuidad tras el colapso soviético:

En 1991, cuando la URSS colapsó, los países del bloque socialista europeo se desmoronaron económica y políticamente, cayendo bajo la influencia de Estados Unidos y la OTAN. Cuba, en cambio, enfrentó el Período Especial con enormes sacrificios, pero se mantuvo soberana y fiel a su proyecto socialista.

Presencia de bases soviéticas en Cuba: contexto y acuerdos bilaterales

La Base Lourdes: Establecida en 1964 cerca de La Habana, esta instalación de inteligencia electrónica era operada por personal soviético para monitorear comunicaciones estadounidenses. Fue parte de un acuerdo entre aliados y no una imposición. El control cubano sobre el territorio y las decisiones respecto a la base demuestra la soberanía de la isla.

Retirada soberana: En 2001, el gobierno cubano y Rusia acordaron cerrar la Base Lourdes, demostrando que Cuba mantenía el control pleno sobre su territorio.

Base militar de infantería motorizada: La presencia de tropas soviéticas estaba limitada a acuerdos de defensa mutua. Estas instalaciones eran una respuesta a las amenazas de Estados Unidos, como la invasión de Bahía de Cochinos (1961) y la crisis de los misiles (1962).

No hubo fuerzas soviéticas permanentes patrullando el territorio cubano ni imponiendo políticas. Las tropas soviéticas no tuvieron control sobre la vida política ni económica de la isla, lo que contrasta radicalmente con el modelo colonial o la ocupación militar.

Cierre: La base de infantería motorizada soviética en Cuba fue cerrada en 1993, tras el colapso de la Unión Soviética en 1991. Este cierre fue parte de los acuerdos entre el gobierno cubano y la recién formada Federación de Rusia, que decidió reducir su presencia militar internacional debido a la crisis económica y política que enfrentaba tras la disolución de la URSS.

El cierre de esta base marcó el fin de la presencia militar activa de tropas soviéticas en la isla y reflejó un cambio en la relación entre ambos países. A pesar de esto, Cuba continuó defendiendo su soberanía y manteniendo su modelo socialista frente a las crecientes presiones externas.

Diferencia con Europa del Este: En Europa, las bases soviéticas eran herramientas de control sobre gobiernos satélites. En Cuba, por el contrario, la presencia soviética fue una asociación entre estados soberanos.

Retirada soberana: En 2001, el gobierno cubano y Rusia acordaron cerrar la Base Lourdes, demostrando que Cuba mantenía el control pleno sobre su territorio.

Recursos naturales: mitos y realidades

La narrativa de un supuesto saqueo de recursos naturales por parte de la URSS es infundada. A diferencia de relaciones coloniales, el comercio entre Cuba y la URSS se basaba en acuerdos justos.

Intercambio comercial justo: Cuba exportaba productos como azúcar, níquel y tabaco a precios preferenciales, mientras la URSS suministraba petróleo, maquinaria y bienes industriales a precios justos. Este intercambio benefició a ambas partes.

Inversiones en infraestructura: La URSS contribuyó al desarrollo de infraestructuras industriales y energéticas en Cuba, como plantas de níquel y refinerías de petróleo, fortaleciendo la economía cubana.

No hubo extracción unilateral: A diferencia de los imperios coloniales, la URSS no explotó recursos cubanos para beneficio exclusivo. La relación estaba basada en solidaridad y apoyo mutuo.

El colapso de la URSS y la paradoja colonial

Con la disolución de la URSS, los países que la componían, incluyendo a Rusia, perdieron gran parte de su soberanía y se convirtieron en estados subordinados al sistema capitalista global liderado por Estados Unidos. La expansión de la OTAN hacia Europa del Este consolidó esta subordinación, transformando a muchas de estas naciones en verdaderos estados coloniales bajo la órbita estadounidense.

Mientras tanto, Rusia misma, la antigua supuesta "metrópoli" soviética, atravesó una época de caos y dominación extranjera durante los años 90, con las políticas neoliberales dictadas por el FMI y Estados Unidos imponiendo una dependencia económica y política.

En contraste, Cuba se destacó por su capacidad de resistir la transición al capitalismo global. A pesar de perder el apoyo económico de la URSS, el país no sucumbió ante Estados Unidos, manteniéndose firme en su soberanía y en su modelo socialista.

Países de Europa del Este: colonias modernas bajo la OTAN

Hoy día, los países de Europa del Este, que alguna vez formaron parte del bloque socialista, son estados ocupados por bases militares estadounidenses. Bajo la excusa de la defensa colectiva, estos países han cedido su soberanía a los intereses de Washington y Bruselas.

La expansión de la OTAN no solo ha aumentado la tensión militar en la región, sino que también ha subordinado las economías y las políticas nacionales de estos estados al dictado del capitalismo transnacional.

Cuba: ejemplo de soberanía

La capacidad de Cuba para resistir esta tendencia merece un análisis profundo. A pesar de ser un país pequeño y subdesarrollado, su compromiso con la independencia política, la educación y la organización popular ha permitido que mantenga su soberanía frente a presiones externas.

En última instancia, la narrativa de que Cuba fue una "colonia" soviética se derrumba ante los hechos históricos. Por el contrario, los verdaderos ejemplos de colonialismo moderno se encuentran hoy en Europa del Este, ocupada y subordinada por la hegemonía estadounidense. Mientras tanto, Cuba sigue siendo un símbolo de resistencia y autodeterminación, desafiando las categorías impuestas por la propaganda imperialista.

Una colonia se caracteriza por ser un territorio controlado, dominado o explotado por una potencia extranjera, que ejerce su soberanía sobre el lugar y su población. Este control puede ser político, económico, cultural o militar, y generalmente beneficia de manera desproporcionada a la potencia colonial a costa del desarrollo y la independencia del territorio colonizado.

Características principales de una colonia:

Falta de soberanía política:

El gobierno local no tiene autonomía real; las decisiones importantes las toma la potencia colonial.
Las instituciones políticas suelen estar diseñadas para beneficiar los intereses de la metrópoli.

Explotación económica:

Los recursos naturales y la fuerza de trabajo del territorio colonizado son explotados para beneficio de la metrópoli.
Las relaciones comerciales son desiguales, con la imposición de condiciones que favorecen a la potencia dominante.

Imposición cultural:

Se intenta imponer la lengua, las costumbres, la religión y los valores de la metrópoli, mientras se menosprecia o destruye la cultura local.
Hay un intento de alienar a la población de sus raíces culturales.

Dependencia económica:

La economía del territorio colonizado se estructura para satisfacer las necesidades de la metrópoli, limitando su desarrollo independiente.
La producción suele estar orientada a exportar materias primas en lugar de diversificarse o industrializarse.

Presencia militar o administrativa extranjera:

Las fuerzas militares o administrativas de la metrópoli suelen estar presentes para garantizar el control del territorio.
Esto puede incluir la represión de movimientos de independencia o resistencia local.

Discriminación y desigualdad:

La población local suele ser marginada y tiene menos derechos que los ciudadanos de la metrópoli.
La educación y las oportunidades económicas se diseñan para mantener a la colonia en una posición subordinada.

Despojo territorial y cultural:

Frecuentemente se despoja a las comunidades locales de sus tierras y recursos.
Se destruyen o alteran tradiciones, religiones y estructuras sociales autóctonas.

Ejemplos históricos de colonialismo:

Las colonias europeas en América, África y Asia durante los siglos XVI al XX.
La explotación de recursos y mano de obra esclava en América Latina bajo el dominio español y portugués. Otro caso es la ocupación de India por el Imperio Británico.

Conclusión

En contraste, Cuba nunca encajó, ni encaja, en este modelo bajo su relación con la URSS. Aunque había cooperación económica y militar, las decisiones políticas permanecieron en manos cubanas, no hubo explotación unilateral de recursos, y el intercambio fue más equilibrado que el modelo extractivista característico del colonialismo. La afirmación de que Cuba era colonia soviética, carece de fundamento histórico y es un ejemplo más de la manipulación mediática que busca deslegitimar la Revolución Cubana. La historia de las relaciones entre la URSS y Cuba, derrumba la propaganda,  que no se sostiene con evidencias científicas.

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