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Cuba sin Revolución: el abismo tras la caída

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Imagen generada por la AI Sofia.

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Por Henrik Hernandez

Advertencia urgente para quienes aún no entienden lo que está en juego. Desde perfiles anónimos operando al servicio de las mafias anticubanas, se están difundiendo llamados falsos y cartas manipuladas que utilizan de forma fraudulenta los logos de universidades cubanas, intentando aparentar un respaldo estudiantil que no existe. Esta es otra operación de guerra mediática, orientada a fracturar la unidad nacional y desacreditar nuestras instituciones desde el extranjero.

En Tocororo Cubano alertamos al pueblo y a nuestros jóvenes a no dejarse engañar: no hay protestas legítimas, sino un intento más de subversión digital. Lo que verdaderamente se busca es destruir la Revolución y borrar a Cuba como nación libre y soberana.

¿Qué quedaría de Cuba si la Revolución desaparece?

Para quienes creen que el fin del socialismo cubano traería una ola de libertad, prosperidad y democracia, esta pregunta no se hace con seriedad. Pero debemos hacérnosla. No por miedo, sino por responsabilidad histórica. Porque lo que está en juego no es una ideología ni un gobierno, sino la continuidad de un proyecto nacional de dignidad, soberanía y justicia social. Y su pérdida no traería reformas suaves, sino un salto al vacío.

La toma del poder por la contrarrevolución

El derrocamiento de la Revolución no tendría lugar como una fiesta ciudadana con globos multicolores, sino como un proceso impulsado desde el exterior, orquestado con dinero, propaganda, tecnología y traiciones internas. No sería una elección limpia, sino una ocupación blanda: camuflada de “transición democrática”, pero servil a intereses foráneos.

Las estructuras del poder popular serían disueltas. Las MIPYMES más prósperas serían absorbidas o desplazadas por consorcios extranjeros. La soberanía legislativa sería reemplazada por mandatos del Fondo Monetario Internacional y reformas redactadas desde Miami o Bruselas.

La primera ola: purgas, persecución y venganza

Lo primero que vendría no sería el mercado libre, sino la venganza ideológica.
Serían purgados profesores, periodistas, artistas, médicos, ingenieros, soldados, funcionarios, militantes... cualquiera que haya defendido al proceso revolucionario sería considerado sospechoso. No por lo que hiciera, sino por lo que representara.

Se reabrirían los expedientes del pasado con sed de revancha. El Che sería tachado de asesino, Fidel de tirano, la alfabetización de adoctrinamiento. El heroísmo sería invertido: los terroristas financiados por la CIA serían exaltados como "mártires de la libertad".

Y los verdaderos mártires serían borrados con tinta neoliberal.

La segunda ola: privatización, desigualdad y recolonización

Los hospitales se convertirían en clínicas privadas. Las escuelas públicas perderían calidad y sentido. El cubano dejaría de ser sujeto de derechos para convertirse en cliente sin garantías.

Se pondrían a la venta los hoteles, los centrales azucareros, las tierras, las comunicaciones, la energía, incluso los recuerdos. Lo que el pueblo construyó con sudor, sangre y bloqueo, se subastaría al mejor postor. Los que se marcharon con maletas llenas volverían con contratos en la mano. Y los que resistieron, sin nada.

La isla pasaría de país bloqueado a país colonizado. Pero sin resistencia.

Es importante decirlo: no es solo el enemigo externo quien amenaza. La desconexión entre instituciones y pueblo, la burocracia inerte y el miedo al cambio también están minando el alma del socialismo cubano. Si no rectificamos desde dentro, facilitamos la demolición desde fuera.

La fractura ética: del humanismo socialista al “sálvese quien pueda”

Lo más devastador no sería lo visible, sino lo invisible: el colapso de la ética revolucionaria.
Desaparecería el sentido de comunidad, la solidaridad entre vecinos, la certeza de que el Estado responde, al menos en principio, al bien común.

El nuevo sistema promovería la competencia, el éxito individual, el egoísmo como virtud. Lo que hoy duele como escasez, mañana dolería como indiferencia.

La narrativa del vencedor: reescribir la historia

La historia sería reescrita a conveniencia del vencedor. Celia sería olvidada. Vilma, calumniada. Frank, ridiculizado. Fidel, condenado sin derecho a defensa.

Los libros se reimprimirían. Las estatuas se desmontarían. Los bustos se fundirían. Las plazas serían renombradas. Y la palabra Revolución se volvería tabú, como ya ocurrió en tantos países del Este.

Pero más peligrosa que la mentira es la vergüenza inducida: lograr que un pueblo se avergüence de su propia historia.

El nuevo exilio: revolución desde fuera

Muchos de los que hoy critican al sistema, llorarían su pérdida. Los que resistieron serían asesinados obligados al exilio. Quizás hacia Bolivia, México, Venezuela, Rusia... donde aún quede memoria, tierra y refugio.

Desde allá, podría surgir una nueva diáspora revolucionaria, no de élites ni de consumistas, sino de exiliados leales al pueblo cubano, que intentarían, una vez más, reconstruir lo destruido.

Sin embargo, no se debe idealizar este futuro exilio. Si la contrarrevolución tomara el poder, lo haría con un aparato de represión total, cerrando aeropuertos, costas y redes digitales. No habría salidas organizadas, ni corredores humanitarios, ni exilio protegido. Solo algunos podrían escapar desde misiones oficiales en el extranjero o mediante decisiones personales ya tomadas antes del colapso. Así nacería una diáspora de revolucionarios exiliados a la fuerza, dispersa y sin país, pero con la conciencia intacta de lo que se ha perdido y de lo que aún puede salvarse desde fuera.

Pero ya no sería igual. El costo sería irrecuperable.

Algunos dirán que este texto exagera, que hay puntos medios, reformas posibles. Y es cierto: hay salidas dignas si el pueblo retoma el control directo, si se democratizan las decisiones económicas, si se rescata el poder popular real. Pero ninguna reforma es viable si el enemigo toma el timón.

En ese escenario, Tocororo Cubano dejaría de ser solo una tribuna editorial para convertirse en nódulo de aglutinamiento intelectual, político y moral.
Sería una trinchera cultural en el exilio, una plataforma para reunir a la resistencia, preservar la verdad histórica y proyectar las ideas revolucionarias hacia un nuevo ciclo de lucha.

Su misión, entonces, no sería informar, sino proteger la memoria del pueblo cubano cuando la censura lo haya cubierto todo.

Conclusión: rectificar o desaparecer

La Revolución puede tener errores, contradicciones, burocracia e incomprensiones. Pero su caída no sería una corrección: sería una aniquilación cultural, económica y moral.

Hay tiempo aún. Tiempo para corregir. Para recuperar el control popular real. Para democratizar sin rendirse.

Porque si la Revolución muere, Cuba dejará de ser Cuba.

Y quienes no lo entiendan hoy, llorarán mañana. No por nostalgia, sino por traición.

Resistir no basta. Hay que recrear la Revolución con nuevas formas, más participativas, más transparentes, más comunales. Porque si no la renovamos con el pueblo, el enemigo la enterrará sin piedad.

Glosario:

Contrarrevolución:
Fuerza política, social o ideológica que busca revertir los logros de la Revolución Cubana, restaurando el capitalismo y subordinando al país a intereses externos.

Descolonización simbólica:
Proceso por el cual un pueblo se libera no solo del dominio material extranjero, sino también de la subordinación cultural, ideológica e histórica. Su pérdida implica el retorno de la dependencia mental.

Exilio revolucionario:
Nueva forma de diáspora política que emergería tras una posible caída de la Revolución, compuesta por militantes, intelectuales y patriotas que se verían forzados a resistir desde el exterior.

Poder popular:
Sistema de participación política y control comunitario sobre la gestión del Estado y la economía, concebido como base del socialismo cubano. Su eliminación abriría paso a la democracia liberal elitista.

Recolonización:
Retorno a una forma de dominación económica, cultural y geopolítica extranjera sobre Cuba, caracterizada por la privatización, la pérdida de soberanía y la dependencia de capitales foráneos.

Fuentes:

Cubadebate. (2016, abril 4). Desafíos del futuro para la Revolución cubana. Recuperado el 4 d ejunio de 2025, de http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/04/04/desafios-del-futuro-a-la-revolucion-cubana/

Hernández, H. (2025, mayo). El fraude a ETECSA: un ensayo general de guerra financiera contra Cuba. Insurgente.org. Recuperado el 4 de junio de 2025, de  https://insurgente.org/henrik-hernandez-el-fraude-a-etecsa-un-ensayo-general-de-guerra-financiera-contra-cuba/

Hernández, H. (2025, mayo). La batalla por el alma cubana: ¿Por qué algunos nacidos en la Revolución acusan a Cuba de dictadura? Tocororo Cubano. Disponible en https://tocororocubano.com/la-batalla-por-el-alma-cubana-por-que-algunos-nacidos-en-la-revolucion-acusan-a-cuba-de-dictadura/

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Copyright © Henrik Hernández 2025

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernández, con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria) —quien asiste el proceso de escritura desde julio de 2024.

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