Amar a Cuba y proyectarnos hacia la Hispanidad

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Introducción

Desde las páginas del Tocororo Cubano, hemos defendido siempre la independencia y soberanía de Cuba frente a las injerencias extranjeras y las medidas coercitivas unilaterales que pretenden doblegar la voluntad de un pueblo digno. Sin embargo, en un mundo cada vez más interconectado y desigual, las necesidades geopolíticas imponen reflexiones que nos permiten soñar con proyectos de integración que, lejos de erosionar la soberanía, refuercen las capacidades de los pueblos para decidir su propio destino. Hoy queremos abordar la posibilidad de un proyecto iberoamericano basado en la Hispanidad, concebido como una plataforma de solidaridad, desarrollo y progreso compartido. Inspirados en Carlos Baliño, quien nos enseñó que "es bueno amar a la Patria, pero mejor amar a la humanidad", hoy decimos: "Es bueno amar a Cuba, pero mejor proyectarnos hacia la Hispanidad".

Seguridad, defensa e integración hispánica

Un aspecto crucial de este proyecto es la cooperación en seguridad y defensa, fundamentada en el respeto a la soberanía y la colaboración solidaria. Los países hispánicos podrían construir una plataforma de seguridad común para enfrentar amenazas externas y fortalecer su autonomía geopolítica.

Principios fundamentales:

Respeto a la soberanía nacional: Cada país mantiene el control de sus fuerzas armadas, mientras participa voluntariamente en iniciativas conjuntas.

Defensa de la soberanía iberoamericana: Una agresión externa contra cualquier país hispánico sería considerada como una amenaza a la región.

No injerencia: Las acciones conjuntas se limitarían a la defensa y la estabilidad regional.

Seguridad multidimensional: Abordar no solo amenazas militares, sino también riesgos cibernéticos, climáticos y sanitarios.

Estructura de cooperación:

Consejo Iberoamericano de Seguridad y Defensa (CISD): Coordinación de esfuerzos conjuntos para la lucha contra el crimen organizado, ciberseguridad y desastres naturales.

Fuerza Iberoamericana de Respuesta Rápida (FIRR): Un contingente multinacional para responder a crisis humanitarias y desastres naturales.

Academias de defensa conjunta: Formación de oficiales en derechos humanos, ciberdefensa y estrategias territoriales.

Cuba y su rol: Con su experiencia en inteligencia y defensa asimétrica, Cuba podría liderar iniciativas en formación y cooperación marítima.

Un marco de integración más allá de la política

La Hispanidad no debe ser entendida como un intento de restaurar relaciones de dominación ni como una simple evocación histórica. También implica reconocer el factor lingüístico y cultural que nos define. Es un deber restaurar nuestra verdadera identidad como Hispanoamérica, dejando atrás el término 'América Latina', una categoría impuesta por el mundo anglosajón y franco, que ignora nuestras raíces basadas en la Hispanidad. Más bien, es una oportunidad para construir un futuro compartido basado en nuestra riqueza cultural y valores comunes. Proponemos, en cambio, un proyecto de integración que respete las diferencias y la soberanía de cada nación, y que se fundamente en la cooperación cultural, económica y social. Este modelo reconoce que, a pesar de los traumas del pasado, compartimos un legado común que puede ser transformado en una herramienta para el progreso mutuo.

Principios rectores del proyecto de integración

Solidaridad activa: Rechazo a las medidas coercitivas unilaterales y apoyo concreto a los países agredidos mediante corredores humanitarios, fondos de solidaridad y comercio directo que sortee las restricciones impuestas.

Equidad económica: Diseño de mecanismos que reduzcan las desigualdades entre las naciones participantes, priorizando a las más vulnerables.

Sostenibilidad: Promoción de proyectos que respeten el medio ambiente y apuesten por energías limpias y tecnologías verdes.

Autonomía y respeto: Ninguna acción del proyecto debe socavar la independencia ni la capacidad de autogestión de las naciones.

Ejes principales de colaboración

1. Fondo de Inversiones Iberoamericano (FII)

El FII sería el motor financiero del proyecto, concebido como un fondo solidario al que los países contribuirían de forma proporcional a sus capacidades económicas. Este fondo podría financiar:

Infraestructura regional: Construcción de carreteras, puertos y redes ferroviarias que integren mejor a las naciones.

Energía renovable: Desarrollo de plantas solares, eólicas y de biomasa para reducir la dependencia de combustibles fósiles.

Educación y ciencia: Creación de centros de investigación conjunta y programas de becas que fomenten el intercambio académico.

2. Red de comercio preferencial

Establecer un sistema de aranceles reducidos o nulos para el comercio entre las naciones iberoamericanas, promoviendo el desarrollo de cadenas de valor regionales. Además, podrían implementarse monedas alternativas o sistemas de compensación para sortear las restricciones impuestas por terceros países.

3. Corredores humanitarios y comercio solidario

En situaciones de crisis, los países participantes podrían coordinarse para enviar alimentos, medicinas y otros bienes esenciales, evitando que los efectos de sanciones unilaterales afecten a la población civil.

4. Gobernanza transparente

El proyecto requeriría una estructura de gobernanza clara y participativa:

Consejo Iberoamericano de Inversiones: Un órgano rector compuesto por representantes de todos los países, con decisiones por consenso o mayoría calificada.

Secretaría Ejecutiva: Encargada de la administración diaria y la supervisión de proyectos.

Auditorías independientes: Realizadas de forma anual, con resultados accesibles al público.

5. Integración cultural y educativa

La cultura y la educación serían pilares fundamentales:

Intercambio cultural: Festivales, exposiciones y programas artísticos conjuntos que celebren la diversidad de la Hispanidad.

Educación inclusiva: Programas para promover el bilinguismo y el aprendizaje de lenguas indígenas.

Aportes de Cuba al proyecto de integración

Cuba, con su incuestionable vocación solidaria y avances reconocidos internacionalmente, está llamada a ser una pieza clave en este proyecto. Entre sus contribuciones potenciales destacan:

Educación:

Ampliar el programa de colaboración educativa con maestros cubanos en comunidades vulnerables.

Compartir su experiencia en alfabetización a través del método "Yo sí puedo", que ha demostrado su eficacia en diversos países.

Salud:

Enviar brigadas médicas para atender crisis humanitarias y reforzar los sistemas de salud en zonas rurales y desfavorecidas.

Transferir tecnología y conocimientos en la producción de vacunas y medicamentos genéricos.

Biotecnología:

Proveer asistencia en investigaciones conjuntas en áreas como el desarrollo de vacunas y tratamientos innovadores.

Facilitar el acceso a productos biotecnológicos cubanos que han demostrado alta eficacia, como el Heberprot-P para el pie diabético.

Deporte y cultura:

Promover el intercambio cultural y deportivo como herramientas para el desarrollo humano, organizando eventos y programas de formación.

Soberanía alimentaria:

Compartir prácticas de agroecología y técnicas sostenibles para aumentar la productividad agrícola en pequeños y medianos productores.

Acciones concretas contra medidas coercitivas

El proyecto incluiría un compromiso activo contra las medidas coercitivas unilaterales:

Fondo de apoyo a países agredidos: Financiamiento de programas que garanticen la provisión de bienes esenciales.

Sanciones inversas: Evaluar medidas simbólicas o económicas contra países que violen el derecho internacional.

Diplomacia activa: Creación de equipos de mediación para abogar por el fin de bloqueos y sanciones en organismos internacionales.

Reflexión final

Un proyecto de integración basado en la Hispanidad no busca imponer ni homogeneizar culturas, sino construir un puente sólido desde nuestra diversidad y valores compartidos. Es una propuesta para transformar un legado histórico compartido en una herramienta de solidaridad y desarrollo sostenible. Desde el Tocororo Cubano, entendemos que la independencia no está reñida con la colaboración solidaria, y que la verdadera soberanía también se fortalece con alianzas que respeten nuestra identidad y nuestras aspiraciones.

Hoy, más que nunca, es necesario construir puentes entre las naciones hispanas. Que la Hispanidad sea no solo un vínculo cultural, sino un modelo de cooperación que inspire al mundo, demostrando que los países hispánicos, unidos por su historia y diversidad, pueden ser una fuerza geopolítica capaz de promover un orden global más justo y equilibrado.

Fuentes consultadas:

• Altamira, R. (1917). La idea de la Hispanidad. Madrid: Editorial de la Librería General de Victoriano Suárez.
• Maeztu, R. (1934). Defensa de la Hispanidad. Madrid: Espasa-Calpe. (Se le puede leer en: https://archive.org/details/DefensaDeLaHispanidad/page/n17/mode/2up

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