Naturaleza

Más que una fruta: el Mango y su importancia en Cuba

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Introducción

El mango (Mangifera indica) es una fruta tropical originaria del sur de Asia, especialmente de la India y Birmania. Desde su introducción en Cuba a finales del siglo XVIII, se ha convertido en una de las frutas más apreciadas en la isla, tanto por su sabor como por su versatilidad en la cocina y sus beneficios para la salud.

Variedades de mango en el mundo

A nivel global, existen más de 1,000 variedades de mango, con la India albergando más de 500 de ellas. Estas variedades presentan diferencias en tamaño, forma, color, sabor y textura. Algunas de las más conocidas incluyen:

Tommy Atkins: Popular en Estados Unidos por su resistencia y larga vida útil.
Haden: Conocida por su sabor dulce y pulpa jugosa.
Ataulfo: Mango pequeño y dulce, originario de México.
Alphonso: Considerado uno de los más finos, originario de la India.

Características del árbol de mango

Altura y estructura: El árbol de mango es perenne y puede alcanzar alturas de hasta 30 metros, con una copa densa y redondeada que proporciona amplia sombra.

Hojas: Las hojas son simples, alternas, de color verde oscuro cuando maduras, y miden entre 15 y 35 centímetros de longitud. Cuando son jóvenes, presentan tonalidades que varían del rosado al anaranjado.

Flores: Se agrupan en panículas terminales que miden entre 10 y 40 centímetros de longitud. Las flores son pequeñas, de color blanco rosado, y desprenden un aroma dulce similar al del lirio.

Fruto: El mango es una drupa que varía en forma (ovalada, redonda o alargada) y color (verde, amarillo, rojo o una combinación de estos). La pulpa es jugosa, de color amarillo o anaranjado, y su sabor oscila entre dulce y ácido, dependiendo de la variedad.

Longevidad y madurez reproductiva

Longevidad: Los árboles de mango son longevos, pudiendo vivir y producir frutos durante más de 300 años.

Madurez reproductiva: Los árboles injertados suelen comenzar a producir frutos entre los 3 y 5 años de edad, alcanzando su máxima producción alrededor de los 20 años.

Hábitat y distribución

Clima: El mango prospera en climas tropicales y subtropicales, prefiriendo temperaturas cálidas y siendo sensible a las heladas.

Suelo: Se adapta a una variedad de suelos, aunque prefiere aquellos bien drenados y ligeramente ácidos a neutros.

Plagas y enfermedades

Plagas comunes: Incluyen moscas de la fruta, cochinillas, ácaros y barrenadores del tallo.

Enfermedades principales: La antracnosis, causada por Colletotrichum gloeosporioides, afecta hojas, flores y frutos, especialmente en climas húmedos. Otra enfermedad relevante es la malformación floral, atribuida a hongos como Fusarium spp.

Beneficios y usos

Nutricionales: El mango es rico en vitaminas A, C y E, minerales y antioxidantes, lo que lo convierte en un aliado para la salud de la piel y el sistema inmunológico.

Culinarios: Se consume fresco o en diversas preparaciones como jugos, mermeladas, salsas y postres.

Medicinales: En la medicina tradicional, diferentes partes del árbol de mango se utilizan para tratar afecciones digestivas, respiratorias y cutáneas.

Productos derivados del mango

Alimenticios: Incluyen mermeladas, chutneys, pulpas congeladas, frutas deshidratadas y encurtidos.

Cosméticos: El aceite extraído de la semilla de mango se emplea en la elaboración de cremas y lociones debido a sus propiedades hidratantes.

Rol ecológico

Secuestro de carbono: Los árboles de mango contribuyen a la reducción de gases de efecto invernadero al absorber dióxido de carbono.

Hábitat: Proporcionan refugio y alimento a diversas especies de aves, insectos y otros organismos.

Conservación del suelo: Sus raíces ayudan a prevenir la erosión y mejoran la estructura del suelo.

El mango en Cuba

El mango fue introducido en Cuba a finales del siglo XVIII. Según registros históricos, en 1793 llegaron al puerto de La Habana las primeras semillas de mango procedentes de Jamaica, las cuales fueron sembradas en fincas de las afueras de la ciudad, específicamente en tierras de los Condes de Jibacoa, en la zona que hoy corresponde a la avenida Galiano.

Desde entonces, el mango se ha adaptado perfectamente al clima y suelo cubanos, convirtiéndose en una fruta emblemática de la isla. En Cuba, se cultivan más de 50 variedades de mango, entre las que destacan:

Bizcochuelo: Famoso en la región de El Caney, Santiago de Cuba, conocido por su pulpa dulce y aromática.

Manga Blanca y Manga Amarilla: Variedades de mayor tamaño con pulpa jugosa.

Filipino: Mango de tamaño mediano, muy dulce y de pulpa suave.

Mamey: Denominado así por su pulpa de color rojizo intenso.

Toledo: Conocido por su sabor distintivo y textura firme.

Papelina: Caracterizado por su piel fina y pulpa jugosa.

Señora: Variedad apreciada por su dulzura y aroma.

Hilacha: Reconocido por su textura fibrosa y sabor intenso.

Mango Huevo de Toro: Destacado por su gran tamaño y pulpa abundante.

Mango Macho: Variedad de sabor pronunciado y pulpa firme.

Estas variedades no solo enriquecen la gastronomía cubana, sino que también forman parte integral de la cultura y tradiciones locales, siendo protagonistas en pregones y canciones populares.

Fuentes consultadas:

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La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.

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