Judit y la furia del exilio histriónico
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez, Guerrillero del Teclado al mando de Tocororo Cubano.
Este artículo no ha sido aprobado por el Departamento del Pensamiento Único Anticastrista de Miami. Lectura bajo su propia responsabilidad.
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Una joven turista española sube un video a TikTok diciendo, con voz pausada y tono casi didáctico, que en Cuba hay desabastecimiento, infraestructura deteriorada… y un bloqueo económico que afecta a la población y también al turista.
Decir “bloqueo” la convierte en enemiga
Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol caribeño. Pero lo que vino después fue el verdadero espectáculo: la gran función circense de la cubanada digital, esa diáspora politizada que vive pendiente de TikTok para lanzarse como leones hambrientos o hienas carroñeras ante el más mínimo olor a “comunismo”.
La infracción de Judit: no fue viajar a Cuba, ni siquiera hablar de sus carencias. El pecado capital fue mencionar "embargo" (sí, ese que según la ONU votan contra todos menos EE. UU. e Israel) como bloqueo. Y ahí se rompieron las compuertas del odio virtual:
“Bloqueo no, se llama comunismo”
“Wikipedia, ¿en serio?”
“No repitas la propaganda del régimen”
“A los cubanos no nos hace falta que tú nos expliques nuestra realidad”
Tal parece que Judit hubiera irrumpió en el Versalles en plena calle 8 con una bandera del 26 de Julio gritando "¡Patria o Muerte!" y dando vivas a Fidel y la Revolución.
Pero vamos a hacer una pausa. ¿Qué fue exactamente lo que dijo Judit?
Que en Cuba hay problemas de desabastecimiento.
Que hay un bloqueo económico desde EE. UU.
Que si vas como turista español a Cuba, luego no puedes entrar con visado ESTA a EE. UU.
Todo eso es cierto. Comprobable. Público. Verificable. Reiterado por la ONU, las agencias de viaje, las leyes de EE. UU. y hasta por el mismísimo Departamento de Estado. Pero la realidad, en tiempos de redes sociales, tiene menos peso que un meme bien rabioso.
¿Y por qué molestó tanto?
Porque Judit, sin pertenecer a ningún "bando", cometió el error de tener criterio propio y no repetir la narrativa de manual que dice:
“El problema de Cuba no es el bloqueo, sino el comunismo. Fin del análisis”.
Y eso, para cierto exilio, es imperdonable.
En vez de agradecer que una extranjera visibilice una política hostil que afecta a 11 millones de cubanos y complica el turismo europeo, le cayeron encima como si fuera embajadora plenipotenciaria de Raúl Castro.
Porque así funciona la lógica del dogma: si no repites nuestra consigna, estás con el enemigo.
La cubanada del teclado no soporta los matices. Si alguien dice que hay bloqueo y que además hay crisis, pero no se arrastra llorando en el piso pidiendo la invasión de la OTAN y SATAN, se le tilda de “cómplice”, “desinformada”, “propagandista”... o, peor aún: ¡“comunista”! Aunque haya ido a Varadero, pagado en MLC, comprado souvenirs con USD y se haya tomado selfies con mojitos.
¿Pero qué podemos esperar de quienes dicen —sin sonrojarse— que Obama, Clinton y hasta el propio George Washington eran comunistas?
Pero ojo, no estamos hablando de una crítica constructiva. Lo que cayó sobre Judit fue una turba digital con camisa de fuerza mental, incapaz de tolerar que alguien diga lo obvio: que hay un bloqueo, que Cuba sufre, y que incluso los turistas lo padecen.
Y eso nos dice algo más profundo:
Cuando una turista extranjera provoca más indignación que las condenas al bloqueo en 31 votaciones en la ONU, algo va mal.
Cuando una creadora de contenido recibe más odio que los que escriben las leyes de la Helms-Burton, algo está podrido.
Y cuando emigrados económicos devenidos en “exiliados” dedican su energía no a mejorar el futuro de Cuba, sino a linchar al que diga “bloqueo”, entonces el verdadero bloqueo es mental.
Conclusión
No, Judit no es el problema. El problema es una ciberclase anticubana que convirtió su frustración en doctrina y su "exilio" en inquisición. Y así, mientras el pueblo cubano lucha por sobrevivir entre carencias, apagones y inflación y salarios bajos, los paladines del wifi con acento de Madrid o Miami siguen disparando donde no es: a la mensajera.
Última hora:
El FBI miamense ha declarado a Judit Gómez “agente extranjera” por leer Wikipedia, difundir y promover propaganda comunista en vez de ver los videos de Otajoda.
¿Tendrá Judit que pedir asilo político en Cuba o Venezuela?
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Copyright © Henrik Hernandez 2025
La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.
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