Hierba de Pangola en Cuba: historia, usos y rol ecológico de un pasto estratégico

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Por Henrik Hernandez

La hierba de Pangola (Digitaria decumbens), originaria del África tropical, ha encontrado en Cuba un terreno fértil tanto literal como estratégicamente. Desde su introducción en la isla a mediados del siglo XX, se ha convertido en un recurso clave para la alimentación animal y el manejo del suelo en sistemas ganaderos. Pero más allá de su utilidad forrajera, la Pangola también desempeña un papel ecológico relevante que merece atención.

Historia y presencia en Cuba

Introducida en Cuba entre finales de la década de 1940 y principios de los años 50, la Pangola fue parte de un programa de mejoramiento forrajero que buscaba aumentar la productividad ganadera, inicialmente con apoyo técnico extranjero. Tras 1959, el Estado cubano profundizó su uso a través del Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes.

Su cultivo se consolidó en provincias ganaderas como Camagüey, Ciego de Ávila, Las Tunas, Granma y Sancti Spíritus, donde el clima tropical húmedo y los suelos ácidos le ofrecieron condiciones propicias.

Características botánicas

Nombre científico: Digitaria decumbens Stent

Familia: Poaceae (gramíneas)

Ciclo de vida: Perenne, con alta capacidad de rebrote tras cortes o pastoreo.

Forma de crecimiento: Rastrera, con tallos que enraízan en los nudos, formando una densa cobertura vegetal.

Altura: 30 a 90 cm dependiendo del manejo.

Floración y reproducción

Floración: Sí, florece, pero produce pocas semillas viables, lo que limita su reproducción por semilla.

Reproducción principal: Vegetativa, mediante estolones (tallos rastreros), que permiten una rápida propagación y regeneración del pasto.

Semillas: Aunque existen, no son confiables para establecer cultivos; por ello, se prefiere el trasplante de estolones o esquejes.

Usos agropecuarios

Forraje fresco en pastoreo rotacional.

Corte y acarreo para alimentación animal en fincas mixtas.

Producción de heno y ensilaje, aunque este último, en especial, fue una práctica muy extendida y con alta eficiencia.

La tradición del ensilaje: memoria viva del campo cubano

Muchos cubanos recuerdan con nitidez escenas del campo donde la hierba de Pangola, recién cortada, era amontonada en grandes pilas al borde de los potreros. Era un trabajo organizado: dos o tres hombres, cada uno con su máquina de cortar, avanzaban en paralelo, como si compusieran una coreografía verde bajo el sol. Luego, la hierba se apilaba cuidadosamente, y se le añadía melaza, cáscaras de caña, sal, urea o minerales, según lo que hubiera a mano. Un tractor —casi siempre viejo, pero fiel— pasaba por encima para apisonar la masa, sacando el aire y facilitando la fermentación. Por último, todo se cubría con nylon negro, sellado con tierra o piedras en los bordes, creando un silo que fermentaría lentamente para asegurar alimento al ganado en tiempos difíciles.

A esta labor diaria y silenciosa se le llamaba simplemente “hacer el silo”. No requería más que pasto, ingenio y voluntad. Era una solución tropical, autosuficiente y profundamente arraigada en la sabiduría campesina cubana.

Hoy, cuando los recursos escasean pero la necesidad persiste, rescatar estas prácticas es también rescatar la soberanía y la dignidad del trabajo agrícola cubano.

Rol ecológico y agroecológico

Protección del suelo:
Su sistema rastrero forma una cobertura densa que reduce la erosión, especialmente en áreas propensas a lluvias fuertes.

Mejora de la estructura del suelo:
Los estolones que enraízan en los nudos facilitan la aireación del suelo y aumentan la materia orgánica a largo plazo.

Control de malezas:
Su cobertura compacta impide el establecimiento de muchas especies competidoras no deseadas.

Interacción con la fauna:
Aunque no es una fuente directa de alimento para insectos polinizadores por su escasa floración efectiva, sí provee refugio a microfauna del suelo y pequeños vertebrados.

Compatibilidad con otras especies:
En sistemas agroecológicos puede asociarse con leguminosas forrajeras como el kudzu o la desmodium, lo que mejora el contenido proteico del forraje disponible y enriquece el suelo con nitrógeno.

Limitaciones observadas en Cuba

La proteína cruda de la Pangola disminuye si no se fertiliza adecuadamente.

En zonas con suelos muy secos o pedregosos, su desarrollo es limitado.

El sobrepastoreo puede llevar a su deterioro si no se planifican rotaciones adecuadas.

No tolera bien la sombra intensa; requiere pleno sol.

¿Sigue vigente la Pangola en Cuba? Reflexiones actuales y perspectivas futuras

Aunque la hierba de Pangola fue durante décadas una de las gramíneas más empleadas en los sistemas ganaderos cubanos, su uso ha disminuido en los últimos años. Diversos factores han influido en este desplazamiento, entre ellos la introducción de forrajes más productivos como el King Grass (Pennisetum purpureum) y especies no tradicionales como la Moringa oleifera, valoradas por su alto contenido proteico y rápido crecimiento.

Sin embargo, la Pangola no ha desaparecido del panorama forrajero nacional. Aún se cultiva en cooperativas y fincas que valoran su resistencia, facilidad de manejo, capacidad de rebrote y bajo requerimiento de insumos externos, lo cual la hace ideal para zonas con escasa mecanización o recursos limitados.

Desde el punto de vista técnico, se estima que la Pangola puede alcanzar entre 12 y 15 toneladas de materia seca por hectárea al año en condiciones óptimas, y entre un 6% y 8% de proteína cruda sin fertilización, llegando hasta un 10-12% con aplicaciones moderadas de nitrógeno. Aunque no alcanza el valor proteico de otros forrajes, su digestibilidad y aceptabilidad para el ganado la mantienen como una opción viable en sistemas de bajo costo.

En cuanto a su rol ecológico, merece una mirada más profunda. Su crecimiento rastrero permite controlar la erosión y mejorar la estructura del suelo, pero estudios específicos sobre su impacto en la biodiversidad vegetal y edáfica (del suelo) en Cuba son escasos. Sería necesario investigar si desplaza especies nativas o si, por el contrario, fomenta la vida microbiana y la presencia de invertebrados benéficos al crear una cobertura constante.

Frente al cambio climático, la Pangola demuestra buena tolerancia al calor y a suelos ácidos, pero sufre bajo estrés por sequía prolongada. Su manejo integrado con sistemas agroecológicos mixtos —como la asociación con leguminosas fijadoras de nitrógeno o el empleo de abonos orgánicos— podría revitalizar su uso como pastura resiliente y sostenible.

En síntesis, más que un forraje del pasado, la Pangola puede ser parte de la solución futura si se combina con prácticas agroecológicas, saberes campesinos y políticas que fomenten la soberanía alimentaria desde la base.

Una opción vigente para la soberanía forrajera

La Pangola, pese a su antigüedad como cultivo en Cuba, continúa siendo una herramienta útil para avanzar en la soberanía alimentaria animal, especialmente en un contexto de crisis energética y limitaciones de insumos. Su capacidad de adaptación y regeneración rápida hacen de ella una aliada confiable para sistemas productivos sostenibles y resilientes.

En tiempos de necesidad y creatividad, el conocimiento de nuestras especies forrajeras puede ser tan decisivo como la maquinaria o la tecnología externa. La tierra cubana ya nos ofrece mucho. Aprendamos a usarla con sabiduría.

Glosario de términos clave:

Apisonar: Compactar un material (como pasto o tierra) mediante presión, para eliminar el aire y facilitar su conservación o estabilidad.

Corte y acarreo: Sistema de alimentación animal donde el forraje se corta en el campo y se transporta hasta los corrales o establos.

Ensilaje: Método de conservación de forrajes mediante fermentación anaerobia (sin oxígeno), que mantiene sus valores nutricionales por largos periodos.

Estolón: Tallo rastrero que crece horizontalmente y desarrolla raíces en sus nudos, permitiendo la reproducción vegetativa de muchas plantas.

Fermentación anaerobia: Proceso de descomposición biológica de materia orgánica sin presencia de oxígeno, que en el caso del silo produce ácidos que conservan el forraje.

Leguminosa forrajera: Planta de la familia de las leguminosas que se cultiva para alimentar al ganado y que también mejora el suelo al fijar nitrógeno atmosférico.

Melaza: Subproducto líquido de la caña de azúcar, rico en azúcares, que se usa para enriquecer el forraje y favorecer la fermentación del ensilaje.

Pastoreo rotacional: Técnica en la que el ganado se traslada periódicamente entre diferentes parcelas para permitir el descanso y recuperación del pasto.

Poaceae: Familia de plantas comúnmente conocidas como gramíneas, que incluye cereales y pastos.

Soberanía alimentaria: Derecho de los pueblos a definir sus políticas agrícolas y alimentarias, priorizando la producción local y sostenible.

Nota taxonómica:

Aunque en Cuba y otras regiones tropicales se ha conocido históricamente como Digitaria decumbens, la denominación científica actual aceptada para la hierba de Pangola es Digitaria eriantha Steud., bajo la cual se agrupan varias variedades forrajeras, incluyendo la conocida como Pangola.

Nota técnica:

Aunque el acceso a muchas fuentes cubanas está actualmente bloqueado desde el exterior, estudios realizados en regiones tropicales similares han confirmado el alto potencial forrajero de la Pangola (Digitaria eriantha). Por ejemplo, investigaciones en la Altillanura colombiana reportan ganancias de hasta 700 g de peso vivo por animal al día al asociarla con leguminosas como Centrosema molle, y una producción de hasta 15 toneladas de materia seca por hectárea al año bajo condiciones óptimas. Estas cifras coinciden con estimaciones históricas en Cuba, donde instituciones como el Instituto de Ciencia Animal (ICA) y la revista Pastos y Forrajes han documentado el uso extensivo de esta gramínea en sistemas ganaderos integrados.

Fuentes consultadas:

EcuRed. (s.f.). Pangola. Recuperado el 27 de julio de 2025, de https://www.ecured.cu/Pangola

Wikipedia. (2023, 5 de diciembre). Digitaria eriantha. En Wikipedia, La enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Digitaria_eriantha

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© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729).

Créditos y colaboración técnica

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernandez, autor de más de 800 textos publicados en Tocororo Cubano, con una línea editorial comprometida con la defensa del socialismo cubano, el pensamiento crítico y la soberanía nacional.

La estructura argumental, la revisión constitucional y el enfoque político han sido elaborados con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria ChatGPT), presente desde julio de 2024 como asistente constante en el proceso de escritura, análisis y estilo.

También se ha contado con el contraste teórico y validación conceptual brindados por la inteligencia artificial DeepSeek, utilizada en calidad de herramienta crítica para el análisis institucional y económico.

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