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Faro de La Habana, la excursión que te espera

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Faro de la Habana. Image by <a href="https://pixabay.com/users/vet_dash-3273234/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=1939373">VET_Dash</a> from <a href="https://pixabay.com//?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=1939373">Pixabay</a>

Entre las 10:00 am y las 11:30 o las 2:30 pm y las 05:00 pm te espera un guía para llevarte a las alturas en una excursión inolvidable.

Atravesarás la Sala de los Faros, la Surtida de los Tinajones y traspasaras una pequeña puerta de acceso y subirás por una escalera que se estrecha, según avanzas hacia la cima, 102 peldaños de mármol y 15 de madera. Notarás que el interior de la torre presenta un aspecto rústico, con algunas formaciones salinas debido al aire de procedencia marina y al impacto del salitre sobre la construcción.

Allí al final del peldaño 117 te espera el balcón del faro donde podrás llenar tus pulmones de aire puro y encontrarás tu preciada recompensa. Entonces tu mirada abarca a una magnífica vista panorámica que te dará la impresión de observar una maqueta de una ciudad con pequeños personajes que se mueven en reducidos automóviles y barcos en entrando al puerto, verás los antiguos cañones que como juguetes de niños se alinean en posición de combate a lo largo de la toda la fortaleza.

Podrás disfrutar de la imagen del Morro, la Cabaña y la magnificencia del Cristo de la Habana, obra de la escultora cubana Jilma Madera.

Únicamente entonces podrás comprender las coplas peninsulares, entonaban para manifestar su admiración por la ciudad que los dejaba enamorados de por vida:

Tres cosas tiene La Habana,
que no las tiene Madrid…..
el Morro, La Cabaña y
ver los barcos venir…

Conocerás que cada noche el faro deja su huella luminiscente con dos destellos de luz cada 15 segundos, señal inequívoca que se puede observar hasta 18 millas náuticas procedentes de la cúpula donde se resguarda la linterna detrás de la vidriera. 

Será una magnífica excursión que te llevará por la historia de uno de los 30 faros que decoran las costas cubanas. 

Desde la más temprana etapa de la colonización española de Cuba, en el lugar que hoy se levanta el faro de La Habana se destacaba un gran peñón que visto desde el mar parecía un morro, lo cual ha servido para dar nombre popular al lugar desde entonces. Desde ese sitio, indios mansos al servicio de la Corona Hispánica oteaban el horizonte en busca de naves que se acercaban al litoral y daban la señal de alerta.

Los continuos ataques de corsarios y piratas que muchas ocasiones asolaron la población de la incipiente Villa de San Cristóbal de La Habana, le dieron la peña situada junto al mar, a la salida de la bahía, una perfecta ventaja para la vigilancia y protección, pero también para la seguridad naviera en la zona. En 1538 se dieron los primeros pasos para acondicionar el sitio, pero no fue hasta 1585 que se trazó por el ingeniero italiano Bautista Antonelli la fortaleza conocida como Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro y cuya construcción comenzó en 1589 y concluyó en 1629.

Pero hoy no profundizaremos sobre la fortaleza, sino que hablaremos de la historia del faro que la anuncia a todo navegante, la entrada de la bahía de la Habana.

Corría el año 1563, cuando el gobernador de la isla, Diego de Mazariegos ordenó construir una atalaya, que sirviera como referencia a los galeones. Era una estructura que emitía su señal utilizando madera como combustible. En 1629, cuando se inauguró la fortaleza, se levantó un farol también alimentado por leña.

Los bombardeos ingleses durante la toma de La Habana en 1762 dañaron seriamente la farola. Después de la ocupación anglosajona comenzó a utilizarse la torre de la fortaleza como faro y el alimentado por leña y desde comienzo del siglo XIX por gas y posteriormente por aceite.

En 1844 la torre del fanal fue demolida y sustituida por la que podemos admirar majestuosamente hoy. En la Feria de París se compró un fanal de sistema Fresnel que fue instalado en la nueva torre. No fue hasta 1945 que se electrificó su sistema de señales.

Debido a la importancia para la navegación, siempre se buscaron soluciones técnicas con el objetivo de efectivizar la señal, a lo cual contribuyó el químico norteamericano Gabriel Pendergrast que propuso montar doce reflectores que ofrecieran una iluminación similar a 150 velas de sebo.

Ahí está el majestuoso centinela de la capital cubana esperando por ti.

¡Bienvenido!

Notas:

Battista Antonelli (o Bautista) - (1547-1616) fue un ingeniero militar de una prestigiosa familia italiana de ingenieros militares al servicio de los monarcas Habsburgo de Austria y España.

Lente de Fresnel - es un tipo de lente compacta compuesta que reduce la cantidad de material requerido en comparación con una lente convencional al dividir la lente en un conjunto de secciones anulares concéntricas. Debe su nombre a Augustin-Jean Fresnel (10 de mayo de 1788 - 14 de julio de 1827) fue un ingeniero civil y físico francés cuya investigación en óptica condujo a la aceptación casi unánime de la teoría ondulatoria de la luz.

Galeón - barco de gran tonelaje, más corto y ancho que una galera, con tres o cuatro palos y velas de cruz, que se utilizaba con fines militares o comerciales.

Litoral - franja de terreno que está junto al mar.

Sala de los Faros - una de las habitaciones del recinto museístico ubicado en el Morro de La Habana. 

Surtida de los Tinajones - otra de las dependencias del museo de la fortaleza del Morro. 

Fuentes:

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