El papel decisivo de Cuba en la independencia de las Trece Colonias de Norteamérica

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Introducción

La historia de la independencia de Estados Unidos suele narrarse como una gesta heroica de los colonos en su lucha contra el imperio británico. Sin embargo, este relato omite detalles esenciales sobre el apoyo internacional, en particular la colaboración de Cuba y otras colonias españolas en el Caribe. A través de figuras como Juan de Miralles y el apoyo logístico y financiero desde La Habana, Cuba desempeñó un rol fundamental en la victoria de las Trece Colonias. Esta contribución, aunque trascendental, ha sido relegada en la memoria histórica por razones políticas y culturales. A continuación, exploramos en detalle en qué consistió esta ayuda, el papel de Miralles y las razones por las cuales Estados Unidos no ha reconocido adecuadamente este apoyo.

Cuba: despertar de una identidad nacional propia; España: una estrategia imperial

Los intereses de Cuba al apoyar la independencia de Estados Unidos diferían de los de España, ya que los cubanos buscaban una mayor autonomía económica y comercial. La élite cubana veía en la independencia de las Trece Colonias una oportunidad para reducir su dependencia del monopolio español y abrir nuevas rutas comerciales. Además, el apoyo a los colonos respondía a un sentimiento de afinidad ideológica, pues muchos cubanos compartían los ideales de libertad y autodeterminación de los insurgentes norteamericanos.

Para Cuba, este respaldo no solo debilitaba a Gran Bretaña sino que fortalecía su posición en el Caribe y consolidaba su identidad regional. Cuba aspiraba a ejercer un rol protagonista en su propio desarrollo, reflejando un creciente sentido de independencia que se distanciaba de las directrices coloniales españolas. Así, mientras que para España este apoyo era una estrategia imperial, para Cuba simbolizaba un paso hacia su autonomía y el despertar de una identidad nacional propia.

La ayuda "olvidada" de Cuba: ¿En Qué Consistió?

Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783), las colonias norteamericanas enfrentaban una crisis de recursos. Gran Bretaña bloqueaba sus puertos, dificultando el acceso a armas, alimentos y fondos. Cuba, especialmente a través de La Habana, se convirtió en un bastión de apoyo para los colonos.

Apoyo financiero de La Habana: Uno de los momentos clave de este respaldo fue en 1781, cuando la sociedad cubana, liderada por las conocidas "Damas de La Habana", organizó una recolecta que recaudó más de un millón de libras. Estos fondos fueron destinados a las tropas de George Washington, en momentos en que la campaña de Yorktown enfrentaba problemas financieros. Esta donación fue crucial para sostener las operaciones en un momento decisivo que resultó en la capitulación de las tropas británicas.  Detrás de todo ese apoyo se encontraba el "cerebro financiero de la guerra de independencia de los Estados Unidos, Robert Morris en territorio norteño y en Cuba Juan Miralles

Centro logístico y de suministros: La posición geográfica de La Habana la convirtió en un puerto estratégico, y desde allí se enviaron armas, municiones y provisiones y sirvió de apoyo de reparación de naves. Mientras los británicos intentaban asfixiar económicamente a los colonos, los puertos cubanos permitieron una vía alternativa de suministros que fortaleció la resistencia. Cuba también facilitó la salida de tropas españolas que combatieron a los británicos en el Golfo de México y en el sur de los Estados Unidos. 

Campañas militares en el Caribe, las Bahamas y cuenca del Misisipi: Desde sus bases en Nueva Orleans y La Habana, el gobernador español Bernardo de Gálvez lideró ofensivas contra los británicos en la región. Estas campañas distrajeron a las fuerzas británicas, reduciendo su capacidad de concentración en el norte y facilitando la labor de los insurgentes en las Trece Colonias.

Robert Morris, el cerebro de la financiero.

Robert Morris era hijo de un acaudalado traficante de armas y esclavos, que se instalo en 1730 en Filadelfia y gran opositor al nuevo impuesto sobre los esclavos. Robert Morris se convirtió en una de las figuras prominentes del comercio con Cuba desde la ocupación de La Habana por los ingleses, estableciendo una empresa en esa ciudad denominada Roberts Smith. Cuando las Trece Colonias lograron la independencia se desempeño como el primer representante comercial de los EE. UU. en Cuba. No se conoce la profundidad de su accionar en La Habana a favor de los "patriotas" norteamericanos.

El rol de Juan de Miralles

Juan de Miralles y Trayllón (Trailhon) fue un inescrupulosos comerciante involucrado en todo tipo de negocios  y contrabandista  español nacido en Petrel, Alicante, en 1713, quien se estableció en La Habana en 1740. Era hijo de Juan de Miralles y Tizner, capitán de infantería del ejército francés y de Gracia Trailhon, natural de la la Navarra francesas. 

A través de sus contactos en la sociedad habanera y de su matrimonio con una prominente dama cubana de la familia Eligio de la Puente,  Miralles se convirtió en una figura influyente en la isla. A medida que las tensiones entre Gran Bretaña y las colonias aumentaban, la Corona española reconoció en Miralles a un hombre capaz de actuar como enlace y brindar apoyo logístico a los colonos. Millares fue una figura extraña y aventurera, llena de episodios oscuros, entre ellos que apareció en la urbe habanera junto con los ocupantes anglosajones, y se dijo que había caído prisionero de los mismos, pero contaba con gran libertad de movimiento. Por ello, en 1774,  golpeo a bastonazos a Manuel José de Urrutia, quien lo acusara de traidor al Rey de España.

Representante no oficial ante el Congreso Continental

Aunque España se mantuvo oficialmente neutral en el conflicto, envió a Miralles como su representante no oficial para establecer relaciones con el Congreso Continental. Miralles fue fundamental en la transmisión de mensajes y negociaciones entre España y los líderes revolucionarios. Su misión incluía coordinar la ayuda en suministros y gestionar fondos esenciales para las tropas de Washington.

Relación con George Washington

Miralles cultivó una amistad cercana con George Washington, quien le ofreció un respeto particular. En 1780, durante una visita al campamento de Washington en Morristown, Nueva Jersey, Miralles enfermó gravemente y fue atendido en la residencia del general. Tras su fallecimiento el 28 de abril, Washington le rindió honores militares, un gesto de reconocimiento que muestra la importancia de su papel y la estima que había ganado entre los líderes estadounidenses.

Morris y Miralles

Miralles trasmitía a la Corona Española toda la información que recibía sobre la situación en la Trece Colonias y al Capitán General en Cuba. Su red de espionaje estaba compuesta por contrabandistas, traficantes de esclavos, armadores de buques, antiguos corsarios, , comerciantes  y amigos personales. Todo el sistema de espionaje y subversión español en la Trece Colonias respondía a Miralles. Entre sus amigos estaba Morris, su relación "revolucionaria" condicionaron el rol de Cuba en ese conflicto.

Causas del olvido: por qué no se reconoce esta ayuda en la historia oficial de Estados Unidos

A pesar de su impacto, el rol de Cuba en la independencia estadounidense ha sido mayormente ignorado. Varias razones explican este olvido:

Construcción de una narrativa de autonomía

La historia estadounidense ha sido construida alrededor de la idea de una lucha heroica y autosuficiente contra el imperio británico. Reconocer una participación decisiva de actores externos como Cuba y España podría diluir esta narrativa de independencia alcanzada sin ayuda significativa. Las historias de figuras extranjeras como Miralles simplemente no encajaban en este relato de autosuficiencia.

La no aceptación psico política

Reconocer el rol crucial de Cuba en la independencia de Estados Unidos sería un reconocimiento de la influencia decisiva de un grupo no anglosajón, no protestante y ajeno a la identidad blanca predominante en las Trece Colonias. En ese entonces, los cubanos, percibidos como "hispanos salvajes", representaban una identidad diversa y compleja, cuya contribución rompía con el molde cultural de las colonias norteamericanas. Aceptar esta ayuda no solo desmitificaría la independencia como una gesta exclusiva del mundo anglosajón, sino que también destacaría a Cuba como un actor económico, social, cultural y militar emergente. Este reconocimiento revelaría una Cuba que ya estaba forjando su propio despertar e identidad, separada de la influencia directa de su metrópoli, y capaz de tener un impacto determinante en la historia de la región."

Tensiones geopolítica con España y Cuba

Las relaciones entre Estados Unidos y España fueron complicadas en el siglo XIX, cuando el expansionismo estadounidense entró en conflicto con las colonias españolas en América. La posterior Guerra Hispano-Estadounidense de 1898 y la ocupación de Cuba reforzaron esta rivalidad, reduciendo la posibilidad de que Estados Unidos reconociera una deuda histórica hacia los aliados hispano-cubanos.

La Guerra Fría y el conflicto con Cuba

La Revolución Cubana de 1959 y las posteriores tensiones entre Cuba y Estados Unidos durante la Guerra Fría endurecieron la postura de Washington hacia Cuba. Reconocer el papel de Cuba en su independencia habría sido visto y continua siendolo, como un acto incómodo en medio de la confrontación ideológica entre ambos países. Durante décadas, la historia de la ayuda cubana fue silenciada, perdiéndose en el discurso político.

Desconocimiento cultural y olvido histórico

A lo largo de los siglos, la historia de la independencia de Estados Unidos ha enfatizado a sus héroes locales. La educación estadounidense ha excluido en gran medida la contribución de naciones extranjeras, salvo por menciones puntuales a la ayuda francesa. Las contribuciones cubanas o españolas quedaron en la periferia, olvidadas o minimizadas en el sistema educativo y en el imaginario colectivo.

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Para EE. UU. no puede existir el reconocimiento de "ayuda prestada por un pueblo que desea dominar", lo que ha dominado la relación entre ellos en un "nexo conflictivo pero ineludible". 

Una historia que merece ser recordada

La historia de la ayuda cubana a la independencia de Estados Unidos y el papel de figuras como Juan de Miralles son testimonio de una alianza internacional y de la importancia de la solidaridad entre pueblos. Rescatar esta memoria histórica no solo es un acto de justicia, sino también una oportunidad para comprender cómo los pueblos latinoamericanos, como el cubano, han influido en la construcción de la libertad en el continente.

La historia de Miralles y de los aportes logísticos y financieros de Cuba merecen ser reivindicados, no solo en la historiografía cubana, sino también en el relato oficial de la independencia estadounidense. Es un recordatorio de que la independencia de una nación se alcanza con el apoyo y la solidaridad de otros, y que reconocer estos vínculos fortalece la memoria histórica y las relaciones entre los pueblos.

En la relación actual entre Cuba y Estados Unidos, rescatar estos lazos históricos de cooperación podría ser un paso hacia una mayor comprensión y respeto mutuo.

Notas:

Es necesario romper el silencio y sacar del baúl de los olvidos la ayuda de Cuba a la independencia de las Trece Colonias, no sólo por cuestiones históricas, sino para que ayuden a la comprensión del nexo conflictivo existente entre Cuba y EE. UU. Hay que comprender que el conflicto entre estas dos naciones no nació con la Revolución Cubana, sino que está ha sido el clímax de una confrontación, nacida con la ocupación de La Habana por los ingleses. 

Fuentes consultadas:

• Torres-Cuevas, Eduardo. (2018). Cuba y la independencia de Estados Unidos: una ayuda olvidada. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana. 
• Granma. Xiqués Cutiño, Delfín. Cuba sí contribuyó a la independencia de Estados Unidos. (Consulta 2024-11-12). https://www.granma.cu/hoy-en-la-historia/2018-11-06/hoy-en-la-historia-06-11-2018-14-11-46