Historia

El asesinato de Félix García Rodríguez: un caso que marcó las relaciones entre EE.UU. y Cuba

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Félix García Rodríguez. Foto Prensa Latina. Tomada de Granma

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Introducción

El 11 de septiembre de 1980, el diplomático cubano Félix García Rodríguez, acreditado en la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, fue brutalmente asesinado en Nueva York. Este asesinato, perpetrado por el grupo terrorista anticastrista Omega 7, no solo conmocionó a la comunidad diplomática internacional, sino que también exacerbó las ya tensas relaciones entre Estados Unidos y Cuba, convirtiéndose en un símbolo del extremismo de grupúsculos anticubanos en los EE. UU. 

Félix García Rodríguez: el diplomático y su legado

Félix García Rodríguez nació en La Habana el 23 de junio de 1939. Trabajó en diversos sectores en Cuba antes de unirse al Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) en 1968. En 1978, fue designado para integrar la Misión Permanente de Cuba ante la ONU en Nueva York. García Rodríguez era conocido por su carisma, dedicación y espíritu de servicio, y aunque no era un alto funcionario, se ganó el respeto y afecto tanto de sus colegas como de la comunidad cubana en el extranjero. El día de su asesinato, Félix había conmemorado junto a amigos chilenos la resistencia del presidente Salvador Allende ante el golpe de Estado en Chile, ocurrido siete años antes.

Omega 7: el grupo terrorista y sus principales miembros

Omega 7 fue uno de los grupos más violentos y radicales que surgieron entre los exiliados cubanos en Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980. Compuesto por individuos "profundamente anticastristas", Omega 7 llevó a cabo una serie de atentados terroristas en suelo estadounidense, con el objetivo de desestabilizar al gobierno cubano y atacar a sus representantes en el exterior.

Principales miembros:

Eduardo Arocena: Considerado el líder de Omega 7, Arocena fue el principal organizador de las actividades terroristas del grupo. Bajo su liderazgo, Omega 7 ejecutó una serie de atentados, incluidos bombardeos y asesinatos. Arocena fue arrestado en 1983 y condenado en 1984 por múltiples cargos, incluyendo el asesinato de Félix García Rodríguez.

Pedro Remón: Remón fue otro miembro clave de Omega 7 y se le atribuye haber sido el autor material del asesinato de García Rodríguez. Según informes, fue él quien disparó el arma que terminó con la vida del diplomático cubano. Aunque tenía un extenso historial como terrorista, no fue arrestado hasta mediados de los años 1980.

Alberto Pérez-Cisneros: Otro miembro destacado de Omega 7, Pérez-Cisneros participó en la planificación y ejecución de diversos ataques terroristas del grupo.

Arresto de Eduardo Arocena y el desmantelamiento de Omega 7

El arresto de Eduardo Arocena en 1983 marcó el principio del fin de Omega 7. Durante su juicio en 1984, Arocena fue condenado por 26 cargos, incluyendo asesinato, bombardeo y conspiración para cometer actos terroristas. Arocena fue sentenciado a cadena perpetua y Omega 7 se desmanteló poco después de su arresto. Su liberación en 2021 por razones humanitarias y su muerte en 2022 cerraron un capítulo oscuro en la historia del terrorismo anticastrista en Estados Unidos.

Repercusiones en las relaciones bilaterales entre EE.UU. y Cuba

El asesinato de Félix García Rodríguez tuvo profundas repercusiones en las ya tensas relaciones entre Estados Unidos y Cuba. El gobierno cubano condenó enérgicamente el acto, acusando a Estados Unidos de no proteger adecuadamente a sus diplomáticos y de permitir que grupos terroristas operaran con impunidad en su territorio. Este incidente intensificó las acusaciones mutuas entre ambos países y dificultó aún más cualquier intento de acercamiento diplomático.

Repercusión mediática en Cuba y Estados Unidos

En Cuba, el asesinato de García Rodríguez fue ampliamente cubierto por la prensa oficial, que lo presentó tal y como fue, un acto de terrorismo patrocinado o al menos tolerado por el gobierno estadounidense y con ello reforzando la narrativa de resistencia ante la agresión imperialista y para denunciar las políticas de Estados Unidos hacia Cuba.

En Estados Unidos, la cobertura mediática fue más variada. Algunos medios se centraron en los hechos del asesinato y en la captura de Arocena, mientras que otros discutieron las implicaciones políticas del caso y la existencia de grupos como Omega 7 en suelo estadounidense. La narrativa dominante en ciertos círculos de exiliados cubanos glorificaba a Arocena y sus acciones como parte de la "lucha contra el comunismo", lo que contrastaba con la condena general del terrorismo en la opinión pública estadounidense.

Polarización entre los grupos anticubanos y Cuba

El caso de Félix García Rodríguez subrayó la profunda polarización entre los grupos exiliados cubanos en Estados Unidos y el gobierno cubano. Mientras que para algunos exiliados radicales, Omega 7 y sus acciones representaban una lucha legítima contra el gobierno de Fidel Castro, para otros, tanto dentro como fuera de Cuba, estos actos eran injustificables y contraproducentes.

Este caso también destacó cómo la violencia y el extremismo pueden surgir en contextos de diáspora, alimentados por el odio, el dolor del exilio y la frustración política. La historia de Félix García Rodríguez sigue siendo un recordatorio de los peligros del fanatismo y la importancia de la diplomacia y el diálogo en la resolución de conflictos.

Conclusión

El asesinato de Félix García Rodríguez a manos de Omega 7, fue uno de los tantos, eventos trágicos que simbolizó las tensiones extremas y las complejas relaciones entre Cuba y grupos de poder anticubanos de las mafias de Miami, en en Estados Unidos. Mientras que los ecos de este evento aún resuenan en las comunidades cubanas de ambos lados del estrecho de la Florida, la historia también ofrece lecciones sobre los costos humanos de la polarización y el extremismo. Hay que destacar que tales hechos únicamente pueden ser posibles por la impunidad de sus actores otorgada por las autoridades norteamericanas. 

Los gobiernos y autoridades de todos los países, sobre todo los europeos, deben reconocer que el asesinato de Félix García Rodríguez fue posible únicamente debido a la impunidad con la que operaban grupos terroristas en territorio estadounidense, permitiendo que actos de violencia política traspasaran fronteras y socavaran la seguridad diplomática internacional. Es crucial que la comunidad internacional refuerce su compromiso en la lucha contra el terrorismo, garantizando que ningún Estado tolere o facilite actividades que pongan en riesgo la vida de diplomáticos y ciudadanos inocentes.

Notas:

En el contexto actual, el ciberactivismo contra Cuba ha sustituido en gran medida los métodos abiertamente violentos, pero no por ello no dejan de representar un peligro terrorista contra Cuba. Existen personas y grupos utilizando plataformas digitales para incitar a la violencia o promover acciones que puedan derivar en violencia. A continuación, narramos como se ha manifestado este fenómeno: campañas de desinformación y provocación, convocatorias a manifestaciones, amenazas y hostigamiento en línea, utilización internet para difundir mensajes que glorifican la violencia y terrorista, llamados a boicotear o sabotear iniciativas actividades gubernamentales dentro de Cuba y de diplomáticos cubanos en el exterior.

El terrorismo con ataques con cocteles Molotov y disparos de armas de fuego contra representaciones diplomáticas de Cuba no han cesado, como ha sido el caso de la Embajada de Cuba en EE. UU. y Francia, para solo citar un par de ejemplos.

En países europeos hemos sido testigo de la existencia de individuos y organizaciones que realizan acciones provocativas y hostigamiento contra personas solidarias con el pueblo cubano y representantes diplomáticos de la nación caribeña, lo que tarde o temprano pueden conllevar a hechos fatales y trágicos, sobre lo cual hemos alertado a los autoridades suecas, país donde resido y del que soy también ciudadano. 

Fuentes consultadas:

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