Pesca y acuicultura en Cuba: retos y el impacto del bloqueo

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Introducción

Cuba, una nación rodeada de mar, cuenta con una plataforma insular de más de 67,000 km² rica en biodiversidad y recursos marinos. Sin embargo, la pesca y la acuicultura, pilares históricos de la economía y la alimentación en la isla, enfrentan desafíos significativos debido a la sobreexplotación, el cambio climático y, de manera crucial, el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos.

Requerimientos para alimentar a la población de Cuba con productos marinos

Asegurar que la población de Cuba, compuesta por más de 11 millones de personas, reciba suficientes productos marinos para cubrir sus necesidades nutricionales requiere atender diversas áreas clave. Estas necesidades abarcan aspectos de infraestructura, recursos humanos, sostenibilidad y financiamiento, que deben desarrollarse simultáneamente para alcanzar la meta de producir entre 220,000 y 330,000 toneladas anuales de productos marinos. 

La plataforma insular cubana tiene el potencial de contribuir de manera importante a la alimentación de la población, pero no debe considerarse una solución única. Su explotación debe integrarse en una estrategia más amplia que combine pesca, acuicultura y conservación ambiental. Con un manejo adecuado, podría ser un pilar fundamental para la seguridad alimentaria y la economía del país.

El estado actual de la pesca en Cuba

En las últimas décadas, la producción pesquera en Cuba ha disminuido drásticamente. Según datos recientes, la producción cayó de más de 200,000 toneladas en los años 80 a apenas 45,600 toneladas en 2022. Esta disminución se debe a varios factores:

Sobrepesca histórica: Durante décadas, la captura excesiva de especies como la langosta y el camarón agotó las poblaciones.

Infraestructura obsoleta: Más de 60 embarcaciones de la flota pesquera están inoperativas debido a la falta de motores y piezas de repuesto.

Contaminación: Más de 2,000 fuentes contaminantes impactan los recursos hídricos de la isla.

Cambio climático: La acidificación oceánica y el blanqueamiento de corales afectan la productividad marina.

A pesar de estos retos, el gobierno ha tomado medidas para revitalizar el sector. La Ley de Pesca No. 129 de 2019 regula la actividad pesquera con un enfoque en la sostenibilidad, mientras que programas de acuicultura extensiva han permitido cultivar especies como tilapia, claria y ciprínidos.

Acuicultura: una alternativa estratégica

La acuicultura ha surgido como una opción clave para complementar la pesca tradicional. Aunque enfrenta limitaciones debido a la escasez de pienso especializado, se ha avanzado en la siembra de embalses y la producción de alevines, involucrando tanto a entidades estatales como a productores privados. En 2023, más de 1,500 hectáreas fueron cultivadas por productores no estatales, lo que refleja un esfuerzo por diversificar las fuentes de proteína marina para la población.

El impacto del bloqueo de EE.UU.

El bloqueo de EE.UU. ha sido un obstáculo crucial para el desarrollo del sector pesquero en Cuba. Las sanciones limitan el acceso a tecnologías modernas, repuestos para embarcaciones, combustible y otros insumos necesarios para la pesca y la acuicultura. Algunos de los efectos más visibles incluyen:

Flota pesquera deteriorada: La falta de acceso a motores y equipos de navegación impide la reparación y modernización de las embarcaciones, reduciendo la capacidad operativa.

Acceso restringido a mercados internacionales: Las sanciones dificultan la exportación de productos pesqueros de alto valor, como la langosta, y limitan los ingresos en divisas que podrían reinvertirse en el sector.

Obstáculos para la cooperación internacional: La cooperación con organizaciones y empresas extranjeras para mejorar la tecnología y las prácticas sostenibles se ve afectada por las restricciones impuestas por el bloqueo.

El bloqueo también encarece los insumos importados para la acuicultura, como el pienso y los equipos de cultivo, lo que limita la expansión de esta actividad.

Potencialidades y caminos a seguir

A pesar de las adversidades, Cuba cuenta con un potencial significativo para incrementar su producción pesquera y acuícola. La plataforma insular ofrece recursos naturales invaluables que, manejados de manera sostenible, podrían contribuir a la soberanía alimentaria del país. Algunas estrategias incluyen:

Modernización de la flota:

Reparar y renovar las embarcaciones existentes, priorizando tecnologías sostenibles.

Invertir en sistemas de pesca selectiva para minimizar el impacto ambiental.

Expansión de la acuicultura:

Fomentar la cría de especies de rápido crecimiento como tilapia y claria.

Implementar sistemas de recirculación para maximizar la eficiencia.

Gestión sostenible:

Establecer cuotas de captura y vedas para proteger las especies clave.

Restaurar arrecifes coralinos y manglares para mantener la biodiversidad.

Cooperación Internacional:

Ampliar la colaboración con organismos como la FAO para recibir asistencia técnica.

Explorar nuevas alianzas con países amigos para superar las limitaciones del bloqueo.

Educación y Sensibilización:

Promover la pesca responsable entre las comunidades costeras.

Incentivar el consumo de especies menos explotadas.

Conclusión

El desarrollo sostenible de la pesca y la acuicultura en Cuba es crucial para garantizar la seguridad alimentaria de su población. Sin embargo, el bloqueo de EE.UU. representa un obstáculo significativo que limita el acceso a recursos esenciales y mercados internacionales. A pesar de estas dificultades, los esfuerzos del gobierno y las comunidades pesqueras por revitalizar este sector demuestran un compromiso con la autosuficiencia alimentaria y la conservación de los recursos marinos. Con una estrategia integral que combine innovación, sostenibilidad y solidaridad internacional, el mar podría convertirse nuevamente en una fuente abundante de alimentos para el pueblo cubano.

Cumplir con las necesidades para alimentar a la población cubana con productos marinos no solo es posible, sino también estratégico para la soberanía alimentaria del país. Sin embargo, este objetivo requiere inversiones sustanciales, políticas sostenibles y una gestión integral que priorice tanto el desarrollo económico como la conservación ambiental.

Notas:

Pesca - actividad dedicada a la captura de organismos acuáticos, como peces, mariscos y crustáceos, en ecosistemas marinos, fluviales o lacustres. Puede realizarse con fines alimentarios, económicos, recreativos o científicos, y se divide en pesca artesanal, con métodos tradicionales, y pesca industrial, a gran escala con tecnología avanzada. Es fundamental para la seguridad alimentaria y la economía, pero su sostenibilidad depende de respetar cuotas, vedas y prácticas que protejan los ecosistemas, evitando la sobreexplotación y el daño ambiental.

Acuicultura - cría y cultivo controlado de organismos acuáticos, como peces, mariscos, crustáceos y algas, en entornos marinos o de agua dulce. Se realiza con fines alimentarios, comerciales o de conservación, siendo una alternativa sostenible para complementar la pesca y satisfacer la demanda de productos acuáticos, reduciendo la presión sobre los ecosistemas naturales.

Fuentes consultadas:

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