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Metamorfosis o disolución: escenarios reales para el futuro de la Revolución Cubana

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Introducción: El cierre de un ciclo histórico

Los cuatro artículos anteriores han mostrado el agotamiento del ciclo revolucionario desde sus dimensiones estructurales: la crisis del modelo de Estado surgido del impulso fundacional, la contradicción entre propiedad social y ausencia de control popular, la mutación económica conducida por la burguesía funcional, y la erosión profunda del imaginario simbólico que sostenía la cohesión moral del proyecto. Este quinto artículo busca integrar esos elementos para responder la pregunta decisiva: ¿qué caminos, reales y no imaginarios, tiene Cuba ante sí? Las revoluciones no desaparecen de un día para otro; se transforman, se vacían, se endurecen o renacen. Cuba ha llegado a un punto donde las tendencias acumuladas obligan a pensar en escenarios, no deseos, para comprender la encrucijada actual.

Escenario 1 — Cristalización autoritaria y deterioro prolongado

El primer escenario es la continuación lógica de las tendencias actuales: una prolongada cristalización autoritaria. El Estado preserva el aparato político sin generar transformaciones profundas, la burguesía funcional consolida sus espacios de acumulación dentro de los límites del sistema, la economía continúa su camino hacia la improductividad crónica y la población mantiene una emigración constante como válvula de escape estructural. La narrativa oficial se sigue erosionando, pero se compensa mediante un endurecimiento del control político y mediático. No hay colapso inmediato, sino una estabilización en el deterioro: una sociedad fatigada, sin horizonte, en supervivencia permanente. Este escenario no destruye al Estado, pero sí destruye la vitalidad del proyecto revolucionario. Lo mantiene vivo en forma institucional, pero muerto como promesa histórica.

Escenario 2 — Transición capitalista controlada desde arriba

El segundo escenario es una transición administrada desde la élite: una reconfiguración económica hacia un capitalismo regulado, donde el Estado abandona toda pretensión socialista en la práctica, aunque conserve su retórica. Esta vía, similar en apariencia a modelos asiáticos, no tendría su densidad productiva ni su base industrial, pero sí su lógica política: continuidad del monopolio político a cambio de reformas económicas que permiten la expansión del capital privado, nacional y extranjero. La burguesía funcional culminaría aquí su metamorfosis en una clase propietaria plena, y el Estado actuaría como garante de su consolidación. Este escenario puede generar crecimiento económico parcial, pero al precio de una renuncia histórica: la Revolución se disolvería como proyecto emancipador para convertirse en un capitalismo de Estado con fachada socialista.

Escenario 3 — Estallido social y ruptura abrupta

Este escenario, aunque menos probable, es posible en situaciones de crisis sistémica: colapso energético, interrupción masiva de abastecimiento, pérdida total de legitimidad institucional o fractura en la élite política. Su consecuencia sería un estallido social que rompe abruptamente el orden existente sin ofrecer una transición ordenada. La ruptura generaría inestabilidad prolongada, pugnas internas, intervención indirecta de actores externos y debilitamiento extremo del tejido nacional. No es un camino de democratización ni de modernización, sino de desestructuración. Las revoluciones no renacen desde el caos: el caos engendra nuevas dominaciones. Este es el escenario más dañino para la soberanía y la cohesión social.

Escenario 4 — Metamorfosis democrática y socialista

El cuarto escenario es el único en el que la Revolución puede sobrevivir como proyecto emancipador. No consiste en reformar el sistema actual, sino en transformarlo desde sus cimientos: socializar el control de la propiedad, descentralizar el poder político, democratizar la gestión económica, quebrar la estructura de privilegios de la burguesía funcional, y convertir al Estado en un árbitro regulatorio, no en propietario universal ni en tutor político de la sociedad. Esta metamorfosis implica pluralidad política sin restauración burguesa, participación vinculante, cooperativas autónomas, control obrero real y auditorías públicas capaces de limitar el poder de cualquier élite. No es una utopía: es el cumplimiento material del ideal socialista que dio origen al proyecto revolucionario. Su viabilidad depende de la capacidad de articular presiones sociales ascendentes, voluntad reformista interna y una ética renovada que restituya la coherencia entre valores y prácticas.

Escenario 5 — Renacimiento desde abajo: la hipótesis comunitaria

El quinto escenario es el más innovador y menos explorado: un renacimiento social que no surge del Estado, sino de la sociedad. La proliferación de comunidades autosuficientes, cooperativas energéticas, redes de autogestión agrícola, prácticas de democracia directa y formas de producción social descentralizada podrían constituir un nuevo tejido de organización popular que prefigure el socialismo del futuro. Este escenario rompe con la lógica del partido como mediador exclusivo y desplaza el eje del poder hacia la gestión territorial, productiva y comunitaria. No requiere un acto estatal de reforma, sino una acumulación silenciosa de experiencias emancipadoras que, a largo plazo, reemplazan las estructuras agotadas. Es la vía más lenta, pero también la más profunda: un socialismo que nace desde abajo, no desde decretos.

¿Qué determina cuál escenario prevalece?

Los escenarios no dependen de deseos, sino de correlaciones de fuerzas. La burguesía funcional empuja hacia la transición capitalista controlada; el aparato burocrático hacia la cristalización; la ciudadanía agotada puede empujar hacia la ruptura; las nuevas generaciones y sectores reformistas podrían inclinar la balanza hacia la metamorfosis democrática; y las experiencias de base hacia el renacimiento comunitario. El entorno internacional, la crisis económica y la diáspora también serán factores decisivos. La clave no es predecir el futuro, sino identificar qué fuerzas tienen capacidad real de alterar la trayectoria actual. Hoy, ninguna domina totalmente; por eso Cuba está en una encrucijada.

Conclusión: una nación ante sí misma

El dilema cubano no es entre socialismo y capitalismo, ni entre continuidad y cambio. Es un dilema más hondo: entre metamorfosis o disolución. El socialismo solo sobrevivirá si deja de ser una estructura congelada y recupera su condición emancipadora. La Revolución solo renacerá si se atreve a convertirse en algo distinto a lo que ha sido. Los proyectos históricos mueren cuando se aferran a sus formas caducas; viven cuando recuperan su sentido original a través de nuevas prácticas. Cuba no necesita una restauración, sino una reimaginación. No está ante el fin de su historia, sino ante el fin de una forma de vivirla. El futuro no dependerá de discursos ni de controles, sino de la capacidad de la sociedad cubana —dentro y fuera de la isla— de construir un nuevo horizonte común.
La Revolución sobrevivirá solo si vuelve a ser, no una memoria, sino una promesa.

Glosario de términos clave:

Escenario histórico:

Modelo analítico que identifica caminos posibles en función de tendencias estructurales, no deseos políticos.

Cristalización autoritaria:

Proceso en el que un sistema político agotado mantiene sus formas externas mediante control y disciplina, pero pierde dinamismo y legitimidad social.

Transición capitalista controlada:

Cambio estructural donde el Estado facilita la expansión del mercado y la acumulación privada sin renunciar al monopolio político.

Estallido social:

Ruptura abrupta del orden político e institucional resultado de la acumulación de tensiones económicas y pérdida de legitimidad.

Metamorfosis democrática socialista:

Transformación radical que preserva la esencia emancipadora del socialismo mediante descentralización, control popular y propiedad social gestionada desde abajo.

Hipótesis comunitaria:

Escenario donde el cambio no surge del Estado sino de redes de autogestión popular que crean nuevas formas de economía, gobernanza y solidaridad.

Burguesía funcional:

Sector emergente de la élite estatal que actúa como clase propietaria en formación, impulsando una reconversión capitalista.

Fuentes consultadas:

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Castells, M. (2012). Networks of Outrage and Hope. Polity Press.

García, A. (2021). “Transformaciones económicas y actores emergentes en Cuba.” Revista Temas, 104, 22–35.

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Kornai, J. (1992). The Socialist System: The Political Economy of Communism. Princeton University Press.

Lenin, V. I. (1917). El Estado y la Revolución [The State and Revolution]. Recuperado de
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Mesa-Lago, C. (2019). Cuba’s Economic Change in Comparative Perspective. University of Pittsburgh Press.

O’Donnell, G. (1994). “Delegative democracy.” Journal of Democracy, 5(1), 55–69.

PNUD. (2023). Informe sobre Desarrollo Humano del Caribe.

Sánchez-Ancochea, D. (2020). The Costs of Inequality in Latin America. Oxford University Press.

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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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