Cultura

La guagua de los libros en mis recuerdos

por
publicado en
Miguel Angel Reina por los recortes de prensa con fotos de guaguas.

Hoy he visto una foto, que acompaña este artículo, la cual me hizo remontarme a los recuerdos. En mi niñez esperaba impacientemente por la próxima llegada de la guagua de los libros. Para los que no la conocieron, les diré que era un servicio bibliotecario móvil, una herramienta que utilizaban las bibliotecas cubanas para facilitar el acceso a la información y promover la lectura entre la población, sobre todo de aquella que vivía en regiones más o menos alejadas de los centros urbanos. En otras palabras, una maravillosa biblioteca sobre ruedas, esperada con amor por todos los chicos y chicas del poblado y también por los adultos.

No contábamos los días por sus fechas, sino por cuántos días faltan para que arribe la “guagua de los libros” la próxima vez. Recuerdo que nuestra biblioteca sobre ruedas, la única que existía en la otrora provincia de Camagüey (antes del 1976) era una sucursal móvil de la biblioteca Sergio Antuña de la ciudad de Morón, ubicada en la calle Martí No. 318 esquina Serafín Sánchez.

Su recorrido abarcaba toda la municipalidad de Morón. Yo vivía en la Isla de Turiguanó. El día de arribo era casi una fiesta, aunque su estancia era corta, menos de dos horas por poblado y recorría El Salao, El Pueblo Holandés, Capitanía, El Motel, La Loma y no estoy seguro de que llegara al Manatí.

El fondo de la guagua de los libros se renovaba y variaban de acuerdo a la solicitud de los usuarios.

Libros sobre fauna como el Gran libro de las Fieras, decenas de libros de aventura de Julio Verne, Emilio Salgari, literatura rusa y soviética, y no faltaron los libros “pesados”, obras de José Martí, sino mal recuerdo 28 tomos, obras escogidas de K. Marx y F. Engels en tres tomos, las obras escogidas de V.I. Lenin en diez tomos y muchos otros más, pasaron por mis manos para mi placer. Mi padre tuvo que interceder, para que facilitaran los libros pesados, pues no me lo querían dar por mí poca edad. Felizmente, mi padre los tomaba a su nombre.

Recuerdo los regaños de mi madre para que durmiera, porque yo me quedaba leyendo hasta pasada la media noche y al otro día tenía que ir la escuela o mi madre me enviaba a jugar pelota, pero yo me escondía en una mata de jazmín y desde allí podía más o menos saber qué pasaba en el juego y leer plácidamente. Tenía miedo de que no alcanzara a terminar la lectura antes de que volviera a aparecer la guagua de los libros en la plazoleta entre la escuela y la tienda de Juanito.

La importancia de la guagua de los libros, no solo radicaba en los préstamos, sino el apoyo que prestaba las escuelas, entre ellas la Ciro Frías Cabrera, donde curse el cuarto y quinto grado, las actividades que realizaban, en conjunto escuela – bibliobús. La que más impactó fue una pequeña obra de teatro al aire libre, donde se recitaban versos de Martí y una coreografía montada sobre el fondo de la canción “El Mambí”.

La última vez que vi a la guagua de los libros fue en 1988, allí estaba con su silueta esbelta convertida en chatarra corroída, bella entre basuras arrojadas por un vecindario en un solar yermo en la calle Castillo, quizás olvidada por muchos e ignorada por todos. Triste destino de quien tanto hizo por los niños del municipio Morón.

Ni siquiera ocupó un lugar de museo. Arrojada a la intemperie, el desguace y solo las viejas partes metálicas corroídas se destacaban en aquel mísero lugar. Me detuve y la observé con nostalgia y con voz entrecortada le pregunté a mi madre si la reconocía, mientras una lágrima rodó por mi mejilla.

Notas:

Guagua - nombre común que se da en Cuba al autobús u ómnibus

Juanito - era hombre delgado que vivía en el Pueblo Holandés y administraba la tienda de productos mixtos del lugar. 

Fuentes: 

Estimado lector, gracias por tu interés en mi artículo. Si estás interesado en estos temas, por favor, suscríbete al tocororocubano.com, para no perderte las siguientes publicaciones. Apóyanos "votando a favor" y dejando tus comentarios.

Copyright © Henrik Hernandez 2022

 

Comentarios