La caída de Alejandro Gil: sentencia, contexto y significado político en la Cuba del 2025

¡Bienvenido a Tocororocubano.com!

Estamos orgullosos de conectarnos con usted,

independientemente del lugar en el que se encuentre.Este no es un simple blog; es una Revista Digital Multidisciplinaria donde convergen el análisis geopolítico, la cultura, la economía, la naturaleza, el humor, y mucho más desde unaperspectiva cubana única. ¡Le deseamos que disfrute de nuestros artículos y pase un maravilloso momento junto a nosotros!

Por Henrik Hernande - Tocororo Cubano

Introducción

El lunes 8 de diciembre de 2025, el Tribunal Supremo Popular notificó formalmente las sentencias contra Alejandro Miguel Gil Fernández, exministro de Economía y Planificación, en dos procesos penales de extraordinaria gravedad para la vida institucional del país. Las vistas orales, realizadas entre el 11 y el 13 de noviembre y luego del 26 al 29 del mismo mes, revelaron un cuadro criminal que combina espionaje, corrupción estructural, daños a la economía nacional y violaciones de seguridad estatal en niveles considerados de “alta lesividad”.

La sentencia: dos procesos, una misma lógica

En la primera causa penal, Gil Fernández fue hallado responsable de:

Espionaje, actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación, cohecho, sustracción y daño de documentos en custodia oficial, violación de sellos oficiales, infracción continuada de normas de protección de documentos clasificados

La sanción conjunta resultante fue de privación perpetua de libertad, acompañada de confiscación de bienes y restricciones permanentes para ocupar funciones de administración de recursos.

En la segunda causa, se determinó su responsabilidad en:

Cohecho continuado, falsificación de documentos públicos, tráfico de influencias, evasión fiscal de carácter continuado

El Tribunal impuso 20 años adicionales de privación de libertad.

Ambas penas serán posteriormente unificadas según el Artículo 86 del Código Penal, una vez resueltos los recursos legales.

Más allá de los delitos: la dimensión política y ética

La narrativa judicial es explícita: Gil no fue un corrupto común ni un funcionario incompetente. Fue alguien que, teniendo acceso privilegiado a información estratégica y facultades decisorias en la conducción económica del país, simuló lealtad mientras actuaba en función de intereses extranjeros.

El Tribunal describe su conducta como: “degradación ética, moral y política”, “traición a la Patria”, invocando el Artículo 4 de la Constitución y Violación de la Convención de la ONU contra la Corrupción

Este énfasis no es retórico. El discurso del fallo judicial revela una preocupación mayor: el daño interno, psicológico y simbólico, causado por alguien que operaba desde la cúspide del aparato económico.

Si el enemigo externo presiona, el traidor interno desestructura. Ese es el mensaje central.

Contexto político-económico: una condena que ocurre en un momento crítico

La fecha de esta sentencia no es casual: llega en medio de:

Una reconfiguración del orden mundial, donde Cuba ha solicitado su ingreso a los BRICS y reorganiza su arquitectura diplomática para sobrevivir al sistema coercitivo estadounidense.

Un proceso económico tenso, marcado por inflación, desabastecimientos, reformas inconclusas y un debate nacional sobre la eficacia del modelo de dirección económica.

Una guerra mediática intensificada, donde figuras como Gil son instrumentalizadas tanto por la propaganda anticubana (para probar la “falla estructural” del sistema) como por sectores internos radicalizados (para legitimar posiciones hipercríticas sin lectura geopolítica).

La sentencia funciona como un acto de restauración del orden simbólico: reafirma que el Estado cubano aún posee capacidad institucional para controlar sus propias fracturas internas.

Dimensión psicológica y estratégica: el impacto en la percepción pública

La caída de un ministro alimenta, de un lado, el discurso de la “pureza revolucionaria” que idealiza el pasado reciente; y del otro, la narrativa contrarrevolucionaria de la “corrupción sistémica” que omite el papel del bloqueo, la guerra económica y las presiones externas.

La sentencia intenta cortar ambas derivas adoptando una postura:
La Revolución no protege corruptos. La Revolución se defiende de ellos.

Significado histórico

Este caso ocurrirá, inevitablemente, bajo la sombra de dos preguntas:

¿Cuánto daño real causó Gil a la economía y la seguridad nacional?

¿Cuánto de ese daño ya había sido absorbido por la estructura del Estado?

Pero una tercera pregunta será la más importante:

¿Cómo reconstruir la confianza después de que un alto dirigente mintió a la dirección del país, al pueblo y a sí mismo?

La respuesta, tal como exigía Fidel, siempre fue clara: ética, resistencia, futuro multipolar.

La sentencia es severa, pero en coherencia con el Artículo 4 de la Constitución, no podía ser de otro modo.

Glosario de términos clave:

Privación perpetua de libertad: Modalidad de sanción máxima prevista en el Código Penal cubano.

Cohecho: Recepción de sobornos o dádivas para realizar actos indebidos vinculados al cargo.

Espionaje: Obtención o transmisión de información clasificada en beneficio de una potencia extranjera.

Falsificación de documentos públicos: Alteración, creación o manipulación ilícita de documentos estatales.

Tráfico de influencias: Uso ilegítimo de una posición de poder para obtener ventajas o provocar decisiones.

Convención ONU contra la Corrupción: Instrumento internacional para combatir prácticas corruptas en gobiernos.

Artículo 4 de la Constitución: Establece que la traición a la patria es el crimen más grave.

Fuentes consultadas:

Tribunal Supremo Popular de la República de Cuba. (2025, 8 de diciembre). Tribunal Supremo Popular notifica sentencias a acusado Alejandro Miguel Gil Fernández. Cubadebate. http://www.cubadebate.cu/noticias/2025/12/08/tribunal-supremo-popular-notifica-sentencias-a-acusado-alejandro-miguel-gil-fernandez/

Gracias por leerme.
Si este contenido resonó contigo, únete a nuestra comunidad comentando y compartiendo.

#Cuba2025 #JusticiaCubana #TocororoCubano #TSPSentencia #AlejandroGil #Corrupción #Soberanía #Geopolítica #BRICS #ResistenciaCubana