Incertidumbre cuántica o desconocimiento humano
por Henrik Hernandezpublicado en
Un error epistemológico convertido en dogma ontológico
Durante décadas, el Principio de Incertidumbre ha sido presentado como una prueba de que la realidad misma es indeterminada. Sin embargo, una lectura más cuidadosa —y conceptualmente honesta— muestra que esta afirmación confunde dos planos distintos: el del mundo y el del conocimiento. La incertidumbre no es una propiedad del universo, sino del marco cognitivo mediante el cual intentamos describirlo.
¿Qué afirma realmente el Principio de Incertidumbre?
El Principio de Incertidumbre, formulado en el contexto de la mecánica cuántica, establece que ciertas magnitudes físicas —como posición y momento— no pueden ser determinadas simultáneamente con precisión arbitraria. Esta limitación surge del formalismo matemático: los operadores asociados a dichas magnitudes no conmutan. El resultado no es una imposibilidad práctica, sino una restricción estructural del modelo teórico.
Nada en esta formulación afirma que las partículas “carezcan” de propiedades bien definidas. Lo que se afirma es que no pueden ser representadas simultáneamente dentro de un mismo esquema clásico de medición. El límite es del lenguaje formal, no necesariamente de la realidad física.
Del límite formal al salto ontológico
El problema comienza cuando este límite epistemológico se transforma en una afirmación ontológica. El razonamiento implícito suele ser: si no puede medirse, no existe; si no puede conocerse, es indeterminado. Este salto carece de justificación lógica y pertenece más a la filosofía especulativa que a la física.
La historia de la ciencia ofrece numerosos ejemplos de este error. El abandono del espacio y el tiempo absolutos, o la caída del determinismo clásico, no implicaron que la realidad dejara de ser coherente, sino que nuestros marcos conceptuales resultaron insuficientes. La mecánica cuántica continúa esta tradición: no destruye la realidad, exige un cambio en la forma de acceder a ella.
Incertidumbre como propiedad cognitiva
Desde esta perspectiva, la incertidumbre debe entenderse como una propiedad del sistema de conocimiento humano. Surge de la interacción entre observador, instrumento y formalismo matemático. No describe cómo “es” el mundo en sí, sino cómo el mundo se manifiesta bajo determinadas condiciones de observación y modelización.
La probabilidad cuántica, en este sentido, no es prueba de azar ontológico, sino una expresión estadística de información incompleta o no accesible bajo esquemas clásicos. Confundir esta limitación con una indeterminación fundamental del ser equivale a absolutizar un marco cognitivo particular.
Consecuencias filosóficas reales
Aceptar que la incertidumbre es epistemológica y no ontológica tiene implicaciones profundas. Preserva la coherencia del mundo físico, evita derivaciones místicas sobre el papel de la conciencia y devuelve a la ciencia su carácter fundamental: el de construir modelos operativos, no verdades metafísicas definitivas.
La mecánica cuántica no afirma que la realidad sea caótica o arbitraria. Afirma, con mayor sobriedad, que no está estructurada para ajustarse a las intuiciones humanas heredadas del mundo macroscópico. El desafío no es aceptar el azar como principio, sino ampliar los marcos conceptuales con los que interpretamos la naturaleza.
Conclusión
La incertidumbre no habita en las partículas, sino en los límites de nuestros modelos. El mundo no es indeterminado; es más profundo que las categorías con las que intentamos capturarlo. Convertir una restricción cognitiva en un principio ontológico no es ciencia, sino una renuncia prematura al pensamiento crítico.
Nota
Aceptar que la incertidumbre es epistemológica no implica ignorar los resultados del teorema de Bell ni los experimentos que lo confirman. Estos resultados no refutan el realismo en sí, sino el realismo local y clásico. Defender una ontología coherente tras Bell exige aceptar que la estructura profunda de la realidad no es local en el sentido newtoniano, o que la causalidad clásica es una aproximación emergente. La dificultad de construir tales modelos no convierte a la interpretación ortodoxa en una verdad ontológica, sino en una solución pragmática. La cuestión permanece abierta no por falta de datos, sino porque exige una reformulación radical de nuestros marcos conceptuales, no una renuncia al realismo
Glosario de términos clave:
Principio de Incertidumbre:
Relación matemática de la mecánica cuántica que establece límites en la precisión simultánea de ciertas magnitudes físicas debido a la no conmutatividad de los operadores.
Epistemología:
Rama de la filosofía que estudia las condiciones, límites y validez del conocimiento.
Ontología:
Rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser y lo que existe.
Operadores no conmutativos:
Entidades matemáticas cuyo orden de aplicación altera el resultado, base formal del principio de incertidumbre.
Probabilidad cuántica:
Descripción estadística de resultados posibles que refleja el marco de acceso al sistema, no necesariamente azar ontológico.
Fuentes consultadas y recomendadas:
Heisenberg, W. (1927). Über den anschaulichen Inhalt der quantentheoretischen Kinematik und Mechanik. Zeitschrift für Physik, 43(3–4), 172–198.
https://doi.org/10.1007/BF01397280
Bohr, N. (1935). Can quantum-mechanical description of physical reality be considered complete? Physical Review, 48(8), 696–702.
https://doi.org/10.1103/PhysRev.48.696
Bell, J. S. (1964). On the Einstein Podolsky Rosen paradox. Physics Physique Fizika, 1(3), 195–200. https://doi.org/10.1103/PhysicsPhysiqueFizika.1.195
Bohm, D. (1952). A suggested interpretation of the quantum theory in terms of “hidden” variables. Physical Review, 85(2), 166–193. https://doi.org/10.1103/PhysRev.85.166
Gracias por leerme.
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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano
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