Naturaleza

El Totí

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By Dino Kanlic - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=55108140

El refranero cubano nos ofrece uno de los más populares “la culpa la tiene el Totí”, el mismo tiene varias variantes, “la culpa de todo la tiene el Totí” y una de ellas un poco más explícita “todos los pájaros comen arroz el Totí carga con la culpa”.

Pero echemos una mirada a la historia, de por qué ese pequeño plumífero carga con la culpa de todo y de todos de forma injusta. Como es conocido, esa ave puede provocar daños en las cosechas de arroz y otras. Una de las leyendas liborianas* nos dice que, en los antiguos ingenios azucareros en la época colonial, los capataces ponían a un esclavo a cuidar a los sacos de azúcar y graneros para impedir que el Totí picotera los productos y no ocasionarán pérdidas. Al parecer esos esclavos tenían sus propios canales comerciales y de supervivencia y robaban granos y azúcar almacenados, cuando los mayorales o los amos reclamaban simplemente en forma exagerada le echaban las culpas al Totí.

Es entonces que surgió nuestro refrán. Los cubanos usualmente lo utilizamos cuando alguien es sorprendido cometiendo alguna falta y nos deslindamos de la responsabilidad de los hechos con esa sonada frase: “La culpa de todo la tuvo el Totí”.

Pero hablemos sobre el Totí, esa ave endémica que puebla campos, arboledas, bosques, plantaciones de todo tipo, jardines y ciudades de nuestra bella Isla de Cuba, alimentándose con semillas silvestres, frutas pequeñas, maíz, millo, arroz, insectos, pequeños reptiles como lagartijas, plátanos maduros e incluso de garrapatas que atacan a los animales en zonas ganaderas.

De esa forma realizan una labor benefactora al combatir estos parásitos hematófagos transmisores de enfermedades a personas y animales y también mantiene un control ecológico de insectos. Esto es ignorado por la población humana de la Isla, que únicamente ve en el infortunado Totí la culpabilidad, que injustamente se le atribuye. Su endemismo es tal que solamente habita en la Isla de Cuba, estando ausente en el resto del territorio nacional, es decir en las islas adyacentes a Cuba, sus cayos e islotes.

Al Totí se le conoce en zonas oriental como “Choncholí”, al parecer una palabra proveniente de idioma de algunos de los grupos aborígenes que poblaron a Cuba. Ambos nombres son onomatopéyicos. En algunas zonas occidentales los campesinos también la llaman “chiracol”. Su nombre científico es Ptiloxena atroviolacea, pertenece a la familia Icteridae, orden Passeriforme. En otras fuentes lo conocemos como Dives atroviolaceus, pero desconocemos las causas de dicha dualidad en la clasificación científica. No sabemos si se trata de la existencia alguna subespecie o procedencia en diferentes clasificaciones de la misma ave.

Su época de reproducción es entre marzo y julio, cuando deposita tres o cuatro huevos blancos con manchas grises y pardas de entre 2,9 y 1,9 cm en su radio. Construye su nido sobre las pencas de palmas, entre los racimos de palmiche, en los curujeyes y otras plantas, e incluso los puede hacer en techos de guanos o huecos disponibles de las viviendas humanas.

El Totí es de color negro lustroso, de ojos castaños oscuros, con pico y patas de color negro, sus alas suelen tener un tinte verdoso, cola recta y poco arqueada en su terminación, camina sobre las ramas y suelo dando pasos. Su tamaño es de hasta 27 cm y la hembra suele ser un poco menor. Emite el sonido de to-tí, del cual proviene su nombre. Son aves sociales y se les suele ver en bandadas, pero también se les puede observar esporádicamente en solitario o en parejas.

Se posa sobre los árboles y alborota emitiendo su peculiar sonido, to-tí, alertando sobre la aproximación de seres humanos. Si una persona se esconde en la espesura y espera pacientemente cerca de un camino, puede disfrutar del aviso que da esta ave al acercarse otra persona, lo cual fue muy bien utilizado por nuestros mambises para montar emboscadas a las tropas españolas.

Y recuerde amigo lector, que cuando pase bajo un árbol, puedes sentir sobre cuerpo como cae excremento de pájaro que te hará exclamar “Carajo, ya me cagó un Totí!”, pero antes de decirlos observa que puede haber sido otra ave como el Mayito. Por favor, no eché siempre la culpa al Totí, considera otras posibilidades.

Notas:

Hematófago - que se alimenta de sangre

Liboriana - derivada de Liborio, nombre de procedencia de un verbo latino que significa "liberar, hacer liberaciones, ofrecer a los dioses". Liborio personaje caricaturesco que representa al cubano.  

Refranero - 1. [persona] Que es aficionado a intercalar refranes en su discurso.
2. Que contiene refranes.

Refrán - frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza; particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.

 

Fuentes: 

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