Opiniones

El discurso blando que debilita: la labor de inteligencia disfrazada de reconciliación

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Imagen generada por la AI Sofia.

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Por Henrik Hernandez

“A veces las guerras no se ganan con bombas, sino con canciones tristes y expresiones melosas… en el canal equivocado.”

Introducción

Recientemente, el cantante Israel Rojas —voz líder del grupo Buena Fe— ofreció declaraciones que, a simple vista, parecen razonables: habló de heridas abiertas, de errores del Estado cubano, de exiliados frustrados, y de la necesidad de diálogo.
Hasta ahí, todo suena humano. Todo parece justo.

Pero hay un detalle que no se puede ignorar: lo hizo en un medio abiertamente anticubano, La Joven Cuba, con un historial claro de propaganda de tercera vía, hostil contra la Revolución, y con vínculos conocidos con los aparatos ideológicos del enemigo.

Y ahí, precisamente ahí, está el verdadero problema.

¿Qué ocurre cuando una crítica, aunque sea válida se dice en el lugar equivocado?

Por más noble que suene el mensaje, cuando se emite desde trincheras hostiles, se convierte en una pieza útil de guerra psicológica.

No importa que Israel Rojas haya mencionado el bloqueo. El medio no va a titular eso. No van a destacar su llamado a la unidad. Van a resaltar cada frase donde Cuba parece equivocada, rígida o desconectada.

Y lo usarán como prueba viva de que incluso sus artistas ya no creen.

Del arte a la subversión simbólica

Israel Rojas no es cualquier figura. Es un símbolo. Y eso lo sabe perfectamente quien lo entrevistó, y quien lo promovió. No buscan conocer su opinión: buscan usar su rostro y su voz para herir la legitimidad moral de la Revolución.

En la era de la guerra no convencional, las palabras dulces pueden ser más peligrosas que los gritos de odio. Se infiltran, desorientan, debilitan. Apelan a la emoción para desactivar la conciencia crítica.

Y cuando esa ternura se emite desde el escenario del enemigo, deja de ser diálogo y se convierte en arma blanda.

¿Por qué esto es una forma de inteligencia hostil?

Porque:

Desgasta la confianza popular en sus símbolos.

Introduce dudas dentro del campo revolucionario.

Divide a los que están “aquí” y a los que están “allá”.

Y sobre todo, convierte al artista en una cuña emocional que penetra sin violencia, pero fractura por dentro.

Eso es manual de guerra blanda. Es un viejo truco disfrazado de nueva sensibilidad.

¿Cuál debe ser nuestra respuesta?

No atacar con odio a Israel Rojas, pero sí denunciar el contexto de su participación y el efecto devastador que genera.

Exigir que los debates sobre Cuba se hagan en espacios cubanos, con ética revolucionaria, no como espectáculo para el consumo del adversario.

Denunciar a los medios enemigos como instrumentos activos de guerra psicológica, no como simples plataformas de opinión.

Y sobre todo, reafirmar que la unidad nacional es incompatible con la colaboración mediática con quienes desean la rendición del país.

No hay reconciliación posible con quienes colaboran con el enemigo

La reconciliación solo es posible entre iguales, no entre un pueblo agredido y quienes sirven —directa o indirectamente— a su agresor.

No existe un conflicto horizontal entre cubanos: existe un proceso revolucionario que defiende su soberanía, y una maquinaria extranjera que busca destruirlo usando rostros nacionales como máscaras.

Israel Rojas, al participar en un medio anticubano, cruzó una línea política peligrosa. Su mensaje, más allá de sus intenciones personales, ha sido convertido en instrumento útil de desmovilización y fractura simbólica.

Y no, quien actúa violentamente contra su país no es un preso político. Es un delincuente común que pone en peligro la paz, la seguridad nacional y la unidad del pueblo. Ninguna nación del mundo concede indultos a quienes atentan contra su integridad interna bajo el disfraz de protesta.

Cuba no debe pedir perdón por defenderse.

Cuba no necesita reconciliarse con quienes aplauden las sanciones, colaboran con la guerra económica o justifican el odio mediático.

Lo que necesita es desenmascararlos. Y seguir adelante.

Glosario de términos clave:

Buena Fe: Dúo musical cubano liderado por Israel Rojas, con una trayectoria vinculada a la defensa de la Revolución, aunque en los últimos años ha sido objeto de controversias por su posicionamiento público.

Colaboración indirecta: Participación de un ciudadano en actos o discursos que terminan beneficiando, aunque no sea su intención declarada, los intereses de potencias hostiles a Cuba.

Guerra blanda (o guerra simbólica): Forma de agresión no convencional que utiliza medios culturales, mediáticos y emocionales para debilitar la cohesión social y la legitimidad del Estado.

Israel Rojas: Cantante, compositor y abogado cubano, líder de Buena Fe. Su participación en un medio de línea anticubana ha generado debate en sectores revolucionarios.

Medio anticubano: Plataforma de comunicación financiada o alineada con intereses extranjeros hostiles a la soberanía de Cuba. Su objetivo principal no es el debate, sino la desestabilización del sistema socialista.

Preso político (falso): Término manipulado por medios opositores para describir a personas que cometieron actos de violencia o sabotaje bajo la cobertura de protesta. No se ajusta a la definición jurídica ni política reconocida internacionalmente.

Reconciliación (cuestionada): Proceso que implica mutuo reconocimiento y deseo de convivencia. En este artículo se demuestra que no puede aplicarse cuando una de las partes colabora con el enemigo de la nación.

Subversión simbólica: Estrategia que usa mensajes emocionales, aparentemente conciliadores, para sembrar desconfianza o desmovilizar a una población sin usar fuerza directa.

Nota al pie sobre las fuentes:

Por respeto a la dignidad del debate, no enlazo directamente la fuente donde se difunde la entrevista de Israel Rojas. Quien lo desee puede encontrarla publicada en el medio “La Joven Cuba”. Este artículo no busca reproducir el contenido, sino analizar su uso político en el contexto de la guerra simbólica contra Cuba.

Gracias por leerme.
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© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729).

Créditos y colaboración técnica

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernandez, autor de más de 800 textos publicados en Tocororo Cubano, con una línea editorial comprometida con la defensa del socialismo cubano, el pensamiento crítico y la soberanía nacional.

La estructura argumental, la revisión constitucional y el enfoque político han sido elaborados con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria ChatGPT), presente desde julio de 2024 como asistente constante en el proceso de escritura, análisis y estilo.

También se ha contado con el contraste teórico y validación conceptual brindados por la inteligencia artificial DeepSeek, utilizada en calidad de herramienta crítica para el análisis institucional y económico.

Declaración legal

Este trabajo ha empleado sistemas de inteligencia artificial como herramientas de apoyo, sin que estas ostenten derecho alguno sobre el contenido final.
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#Cuba #TocororoCubano #GuerraSimbólica #CubaNoSeRinde

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