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Democracia en Cuba: participativa, representativa e inclusiva

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Introducción

La propaganda anticubana ha influido en la percepción de muchos, creando una narrativa negativa que genera confusión y desmotivación. La repetición constante de mensajes descontextualizados o distorsionados puede hacer que algunas personas pierdan la confianza en la realidad de la situación en Cuba. Combatir esto requiere un esfuerzo sostenido en la comunicación de verdades y la creación de espacios donde se puedan discutir los temas desde una perspectiva informada, honesta y libre de manipulaciones. Contrarrestar esa propaganda con información veraz es clave.

En este artículo expondré las razones de por qué esas posiciones son erróneas desde la teoría y la práctica revolucionaria cubana y, por lo tanto, me he planteado el objetivo de difundir información y análisis sobre esta temática para que sirva de arsenal argumentativo para los amigos de Cuba y mis compatriotas.

Narrativas propagandísticas vs realidad

Nos hemos encontrado con posiciones ideológicas no fundamentadas desde el punto de vista teórico ni práctico en relación con Cuba y su modelo político. Entre esas cuestiones podemos citar que existen personas que habían sido solidarias con Cuba y de repente se alejan de la labor de apoyo y solidaridad con nuestra patria con el argumento de que la Cuba de hoy no es lo "suficientemente democrática" y que hay serios problemas con los derechos humanos.

En otros casos, asumen la misma posición inducida por la propaganda anticubana que tiene una falsa narrativa de que existe una división entre la dirección política del país y la población, sobre todo en el modo de vida. En ambos casos, las posiciones no se sustentan, pues no tienen basamento objetivo y ponen al desnudo varias cuestiones, entre ellas la falta de conocimiento existente sobre la realidad cubana. 

En muchos casos, esta percepción se basa en conceptos de democracia más alineados con modelos foráneos, lo cual no necesariamente refleja la realidad cubana. La democracia en Cuba sigue un modelo diferente, basado en la participación comunitaria, las asambleas populares y el papel de las organizaciones de masas. Informar a esas personas sobre el sistema cubano de manera objetiva y sin confrontación podría ayudar a combatir esa narrativa. Paradójicamente, podemos decir que interpretar y hablar de Cuba desde perspectivas de países occidentales sería como ver al Planeta Venus a través de las condiciones de la Tierra. Exigir que Venus sea como la tierra desborda los marcos de la racionalidad. Independientemente de las diferencias sustanciales, Venus es un planeta del sistema solar.  

El sistema democrático en Cuba, aunque no sigue el modelo multipartidista convencional imperante en otros países, es profundamente representativo, participativo e inclusivo. La democracia cubana se basa en la participación directa de los ciudadanos, permitiéndoles influir en decisiones locales y nacionales a través de asambleas de base y la elección de delegados a nivel de barrios, sin necesidad de campañas costosas ni la influencia de partidos políticos tradicionales. Lo más importante es que el Partido Comunista de Cuba no es objeto ni sujeto electoral; es decir, no participa en el proceso electoral en ninguna modalidad, no presenta candidatos ni elige representantes. Eso es una función netamente de la población en sus lugares de residencia y trabajo.

A través de organizaciones de masas, como la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Federación de Estudiantes Universitarios y otras, se integran diversos sectores de la sociedad, haciendo que el sistema no solo sea representativo y participativo, sino también inclusivo, ya que garantiza que las voces de mujeres, jóvenes, trabajadores y comunidades rurales sean escuchadas. Esto contrasta con las "democracias burguesas" multipartidistas, donde solo las élites tienen acceso al poder del Estado. Este enfoque va más allá de la simple representación electoral, fomentando un diálogo constante entre el pueblo y las instituciones, incluyendo la rendición periódica de cuentas de los delegados ante sus electores, quienes tienen la potestad de revocarlos en cualquier momento durante el período de mandato.

Democracia sin necesidad de multipartidismo

En contraste con el multipartidismo occidental, Cuba ha optado por un modelo que busca evitar la polarización y el dominio de intereses corporativos en la política. Los candidatos a delegados de circunscripciones y municipales no son propuestos por partidos, sino por la propia comunidad en sus asambleas, lo que promueve una representación más directa de las necesidades locales.

Además, en el contexto cubano, la participación no se limita a la elección de representantes. Las consultas populares, como el referendo del Código de las Familias en 2022, son ejemplos de cómo se escucha y respeta la voluntad del pueblo en temas clave. Lo mismo ocurrió con el proyecto de Constitución de la República de Cuba.

En el referendo constitucional de Cuba de 2019, la participación fue de alrededor del 84,4% del electorado. De los votantes, un 86,85% votó a favor de la nueva Constitución, mientras que un 9% votó en contra. Esta Constitución actualizó varios aspectos legales y sociales de Cuba, incluyendo temas como la estructura económica y derechos ciudadanos. Fue un proceso que involucró a gran parte de la población en consultas y debates previos a la votación, demostrando el carácter participativo del sistema cubano.

Aquí deseo plantear que la narrativa crítica se basa en el irrespeto de la voluntad popular del pueblo de Cuba. Una minoría de emigrados cubanos en el extranjero lanzan sus ataques pisoteando uno de los valores esenciales democráticos: el respeto a través de la aceptación de los resultados en las urnas.

Derecho al voto

Otra cuestión fundamental es que ningún cubano, desde los 16 años, se le niega al derecho al voto; solo debe cumplir con lo establecido en la ley. En el caso de los emigrados y los autodenominados "exiliados", también pueden votar. Para ello, lo único que deben hacer es inscribirse en el registro de población y vivienda de Cuba y ejercer su derecho de manera efectiva dentro del país, de acuerdo a los requisitos de las leyes cubanas y no sobre la base de modelos foráneos. Estos señores reclaman participar como lo hacen los ciudadanos de otros países, desconociendo el factor de base territorial del sistema electoral cubano.

Inclusión social

La inclusión en el sistema democrático cubano se ve reflejada en la composición de los diferentes niveles de dirección en el aparato estatal, desde los municipios hasta la Asamblea Nacional del Poder Popular. La representación en Cuba es inclusiva, pues tiende a que las diferentes capas de la población, incluyendo las bases de carácter étnico, campesinos, estudiantes, escritores, periodistas, obreros y demás, tengan una representación lo más equitativa posible en la dirección del Estado cubano, lo cual es un caso único o está entre una minoría entre todos los estados del planeta.

La inclusividad del sistema cubano se refleja en la promoción de políticas que garantizan igualdad de acceso a la salud, educación y servicios básicos. Grupos históricamente marginados, como las mujeres, las comunidades afrodescendientes y las personas con discapacidad, tienen un papel activo en el sistema político. Esto se refuerza con el enfoque en la justicia social, asegurando que todos los ciudadanos, sin importar su origen, tengan las mismas oportunidades de participación.

Mientras que las democracias occidentales a menudo permiten que el dinero y los intereses corporativos dominen la política, en Cuba la participación está orientada al bien común y no a los intereses de una élite.

Derechos humanos

El respeto a los derechos humanos en Cuba es un tema que suele estar sujeto a interpretaciones distintas dependiendo del enfoque y el contexto. Cuba prioriza los derechos sociales, garantizando acceso universal a la salud, la educación, el deporte y la cultura, lo que se considera parte fundamental de los derechos humanos. En Cuba no se registran casos de ejecuciones extrajudiciales ni desapariciones forzosas. En este último aspecto, es necesario puntualizar que cualquier cubano puede presentar un recurso de "habeas corpus" en relación con cualquier detenido.

Sin embargo, los críticos, especialmente desde el exterior, argumentan que hay limitaciones en derechos políticos y civiles, como la libertad de prensa y la libertad de expresión, ignorando y lanzando campañas de desinformación que predominan por el patrocinio del poder de EE. UU.. y el apoyo de los medios de prensa e instituciones internacionales subordinadas a los intereses del capitalismo mundial.

Es importante considerar que muchas de las restricciones señaladas están vinculadas al contexto del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, lo que limita los recursos y afecta ciertas libertades. Aun así, Cuba sostiene que su modelo promueve un enfoque integral de los derechos humanos, en el que los derechos económicos, sociales y culturales son esenciales para el bienestar general. Por ejemplo existen cientos de casos de enfermos que no pueden ser atendidos eficientemente, pues las medidas extorsionista de los EE. UU. le impiden a Cuba obtener medicamentos y tecnologías médicas necesarias. Un caso contundente es el ataque ideológico de los aparatos de inteligencia de ese país contra las misiones médicas cubanas para provocar escasez de medios financieros para el mantenimiento del sistema de salud cubano. Para no poner más ejemplo los invito a leer el informe anual que Cuba publica sobre las afectaciones del bloqueo, cuyo enlace se los dejare al final.

El bloqueo norteamericano es la violación colectiva de los derechos humanos de los cubanos, que atenta contra la implementación de mecanismo que garanticen los derechos en todos su espectro. Muchas de las limitaciones que se le señalan a Cuba en este campo, son consecuencia del bloqueo, no de la falta de compromiso del país con los derechos humanos.

¡Cada voz cuenta!

Desmiente la propaganda anticubana y promueve la solidaridad, teniendo en cuenta que en Cuba, pueblo y gobierno forman una unidad indivisible. Únete al esfuerzo de dar a conocer hechos y datos reales sobre la democracia cubana, destruyendo la narrativa anticubana.

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Conclusión

El sistema democrático cubano, aunque diferente en su estructura al de las democracias multipartidistas, es profundamente participativo e inclusivo. Se enfoca en integrar a todos los sectores de la sociedad en la toma de decisiones, promoviendo un enfoque en el bien común y la equidad social, a pesar de los desafíos que enfrenta debido al contexto internacional y las limitaciones económicas impuestas por el bloqueo. Esta forma de democracia permite que el pueblo sea el centro de la política y no las élites o intereses externos.

Notas:

El autor de estas líneas no suele emplear el término 'democracia', ya que lo asocia con el poder de las élites en los países capitalistas. Sin embargo, lo utiliza aquí para mantener un canal de comunicación claro con sus lectores.

Fuentes consultadas:

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