Sociedad

Tierra, arroz y migración: ¿necesidad o corriente social?

por
publicado en
Imagen generada por la AI Sofia.

¡Bienvenido a Tocororo Cubano!

Aquí no solo encontrarás artículos:

encontrarás pensamiento vivo, memoria insurgente

y palabras que no temen romper el molde.

Estés donde estés, gracias por estar con nosotros.

Por Henrik Hernandez

En Cuba, muchos campesinos han recibido tierras en usufructo por 20 años, con la posibilidad de renovarlas, para producir alimentos estratégicos como el arroz. A primera vista, esto les garantiza estabilidad, sustento y un rol central en la seguridad alimentaria del país. Sin embargo, algunos deciden entregar esas tierras al Estado, vender su tractor y demás implementos, y salir del país como inmigrantes ilegales hacia destinos tan lejanos como Surinam.

La pregunta es inevitable: ¿qué impulsa a una persona a abandonar la tierra que trabaja, la seguridad relativa de un usufructo renovable y una vida productiva, para lanzarse a la incertidumbre migratoria?

La respuesta no es simple. Por un lado, existe la necesidad individual: escasez de insumos, dificultades para acceder a mercados, precios poco atractivos y el peso de un esfuerzo que muchas veces parece no rendir frutos. En esas condiciones, la idea de un ingreso rápido en otro país, aunque sea en la ilegalidad, se convierte en una alternativa tentadora.

Pero no se trata solo de necesidad. Están también las corrientes sociales que arrastran a comunidades enteras: vecinos, amigos o familiares que emigraron antes; redes sociales que idealizan la vida en el extranjero; propaganda anticubana que magnifica las carencias y silencia los logros. El individuo siente que quedarse es nadar contra la corriente y que irse es simplemente “seguir el camino lógico”.

Ambas fuerzas —necesidad y corriente social— se entrelazan, pero detrás de ellas aparecen cuestiones más profundas. El usufructo, aunque es un paso positivo, no siempre se acompaña de políticas integrales de apoyo: créditos, infraestructura de riego, insumos nacionales y mercados mayoristas eficientes. Sin ese soporte, la tierra entregada puede convertirse más en carga que en oportunidad.

A ello se suma el impacto del bloqueo económico estadounidense, que restringe el acceso a recursos básicos y agrava la dependencia de importaciones costosas. Esta presión externa limita las posibilidades de que un agricultor vea en su trabajo un camino próspero y estable.

Cada campesino que abandona el campo no solo se lleva consigo sus esperanzas personales. Se pierde también un capital humano valioso: experiencia, conocimientos de la tierra y equipos adquiridos. Es una doble pérdida para la nación: inversión desperdiciada y disminución de la seguridad alimentaria.

Finalmente, está la batalla de narrativas. Mientras el Estado promueve la resistencia y los logros alcanzados en condiciones difíciles, la otra orilla difunde historias de emigrantes exitosos —muchas veces magnificadas— que alimentan la percepción de que la única salida real está fuera de Cuba. Esa lucha simbólica pesa tanto como la realidad material.

La reflexión queda abierta: ¿cómo lograr que el trabajo en la tierra sea visto no como un callejón sin salida, sino como una alternativa digna, sostenida y socialmente reconocida, capaz de competir en prestigio con el sueño migratorio?

Glosario de términos clave:

Usufructo: derecho legal a usar y beneficiarse de una tierra que sigue siendo propiedad del Estado.

Migración en cadena: fenómeno en el que la emigración de algunos impulsa a otros a seguir el mismo camino.

Capital humano: experiencia, conocimientos y habilidades de las personas, considerados como recurso para el desarrollo.

Narrativa: relato o discurso que da sentido a la realidad y condiciona la percepción de los hechos.

Notas sobre las fuentes:

Este texto no se apoya en fuentes documentales externas, sino en un análisis personal nutrido de historias reales y testimonios narrados por campesinos que, tras haber trabajado la tierra en Cuba, optaron por emigrar. Mi intención no es ofrecer estadísticas ni informes oficiales, sino interpretar esas vivencias en clave social y económica para comprender mejor los factores que intervienen en sus decisiones.

Gracias por leerme.
Si lo que aquí comparto resonó contigo, ayúdanos a crecer comentando, compartiendo y dejando tu huella en esta comunidad de pensamiento y corazón cubano.

© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729).

Créditos y colaboración técnica

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernandez, autor de más de 800 textos publicados en Tocororo Cubano, con una línea editorial comprometida con la defensa del socialismo cubano, el pensamiento crítico y la soberanía nacional.

La estructura argumental, la revisión constitucional y el enfoque político han sido elaborados con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria ChatGPT), presente desde julio de 2024 como asistente constante en el proceso de escritura, análisis y estilo.

También se ha contado con el contraste teórico y validación conceptual brindados por la inteligencia artificial DeepSeek, utilizada en calidad de herramienta crítica para el análisis institucional y económico.

Declaración legal

Este trabajo ha empleado sistemas de inteligencia artificial como herramientas de apoyo, sin que estas ostenten derecho alguno sobre el contenido final.
Queda prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita del autor.

#Cuba #TocororoCubano #HenrikHernandez #Migración #AgriculturaCubana #Usufructo 

Comentarios