Propuesta resiliente habitacional: el Domo
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
Introducción: una guía adaptable, no una receta fija
Pensar la vivienda cubana del siglo XXI exige abandonar los modelos rígidos y abrazar diseños capaces de responder a condiciones climáticas extremas, limitaciones materiales y diversidad territorial. La propuesta del domo resiliente que aquí se presenta no pretende imponerse como única solución arquitectónica, sino funcionar como una guía conceptual flexible. Su objetivo es inspirar la búsqueda de alternativas adecuadas a cada comunidad, partiendo siempre de la premisa de que la vivienda cubana debe ser resistente, fresca, económica y adaptada a su entorno.
Este modelo admite variaciones profundas. En zonas sin riesgo de inundación, se puede construir sin pilotes, directamente sobre una plataforma baja. Allí donde no existan materiales industriales como OSB estructural, membranas impermeables o madera tratada de alta calidad, pueden emplearse técnicas vernáculas como el barro estabilizado, los ladrillos artesanales, las estructuras mixtas de madera local y la tradicional cobija de guano. La arquitectura cubana, con su larga historia de ingenio y resistencia, ofrece múltiples caminos para reinterpretar esta propuesta sin perder su esencia.
Un objetivo claro: resistir huracanes y sismos
El eje central de esta propuesta radica en su capacidad para enfrentar eventos extremos. La forma geodésica del domo permite distribuir las cargas de manera uniforme, evitando puntos de tensión que suelen comprometer las estructuras convencionales. Esta geometría reduce turbulencias, mejora la aerodinámica y responde mejor a la fuerza de los vientos huracanados que ya superan con frecuencia los 200 km/h. Además, su comportamiento ante movimientos telúricos lo convierte en un diseño apto para absorber vibraciones sin fracturas críticas.
El objetivo técnico planteado es ambicioso, pero alcanzable: crear una vivienda que resista vientos de hasta 250 km/h y sismos de hasta 7 grados en la escala de Richter. Sobre esta base física se construye una propuesta que puede ser adaptada, simplificada o enriquecida según las capacidades materiales y tecnológicas de cada región.
Una continuidad dentro del pensamiento resiliente cubano
Este trabajo forma parte de un proceso reflexivo más amplio desarrollado en esta revista digital. En textos como “Propuesta urbanística para la resiliencia climática en Cuba” y “Cuba Resiliente 2050: el modelo de la comunidad ecosocial ‘Tocororo’ — vivienda, alimento y soberanía en un solo ecosistema”, el autor ha explorado la necesidad de diseñar un hábitat nacional que combine seguridad, autosuficiencia y adaptabilidad climática.
El domo no es solo una solución arquitectónica. Es una metáfora de la resiliencia: una estructura fuerte, aerodinámica, eficiente, económica en materiales y profundamente compatible con los desafíos futuros del país. Elevar viviendas, mejorar drenajes, integrar vegetación protectora y asegurar ciclos de agua y energía no son aditamentos, sino parte de un sistema integral.
Adaptabilidad material: del OSB a la cobija de guano
Sería irresponsable proponer un modelo arquitectónico que dependa exclusivamente de materiales de difícil acceso en el escenario económico actual. Por eso, esta propuesta reconoce explícitamente que el domo puede simplificarse según las condiciones locales. Si el OSB estructural escasea, puede substituirse por: paneles de tabla y ripia, mortero ligero aplicado sobre malla, barro estabilizado o incluso una cubierta tradicional de guano tratada adecuadamente.
El guano, lejos de ser un material “rudimentario”, ofrece ventajas térmicas sobresalientes y ha sido perfeccionado durante siglos. Su integración en un domo no solo es viable, sino que podría representar una síntesis perfecta entre tradición y resiliencia moderna.
Desafíos prácticos y necesidad de programas piloto
Aunque el modelo es sólido en su concepción, requiere pruebas reales. La precisión geométrica del domo demanda cortes exactos y ensamblajes que no forman parte del repertorio tradicional de la construcción popular. Además, la disponibilidad de ciertos materiales es irregular y el mantenimiento especializado no está garantizado.
Por estas razones, la implementación debe comenzar con programas piloto en comunidades interesadas, acompañados por equipos técnicos que documenten, ajusten y simplifiquen la propuesta. Solo la experiencia práctica permitirá destilar una versión del domo realmente replicable a escala comunitaria.
Hacia una vivienda cubana realmente resiliente
La resiliencia no es un discurso: es una práctica que debe manifestarse en el diseño, la construcción y la cultura material. El domo es un punto de partida que puede evolucionar, hibridarse o transformarse en variantes más simples y económicas. En un país expuesto a huracanes, lluvias extremas y tensiones estructurales, cada vivienda debe convertirse en un microecosistema preparado para resistir, recuperarse y sostener la vida familiar en condiciones adversas.
Más que un proyecto arquitectónico, esta propuesta busca abrir una conversación urgente sobre cómo queremos habitar el futuro. El domo es una invitación a imaginar, construir y experimentar. Un símbolo de que Cuba puede —y debe— diseñar su propia arquitectura de la resiliencia.
ANEXO TÉCNICO — Guía Constructiva del Domo Resiliente
La primera etapa consiste en el replanteo del área donde se construirá la vivienda. Se marca un círculo de diámetro definido, estableciendo radios y ejes con precisión para garantizar que los pilotes y la estructura superior queden correctamente alineados. El control geométrico es fundamental: una desviación mínima puede generar problemas estructurales posteriores. Tras el replanteo, se definen los puntos exactos donde se excavarán los pilotes principales.
La segunda etapa corresponde a la ejecución de los pilotes de hormigón, que sostendrán la vivienda a una altura de un metro sobre el terreno o más, según el riesgo local de inundación. Cada pilote se construye en una cavidad cilíndrica de profundidad adecuada, con acero de refuerzo y hormigón vibrado para evitar vacíos. Un pilote central, de mayor robustez, aporta estabilidad adicional. Los pilotes deben quedar perfectamente nivelados en su parte superior para permitir la instalación uniforme de la viga de amarre.
La tercera etapa se centra en las vigas de conexión entre los pilotes. Estas vigas, de hormigón armado, unen todos los puntos estructurales y conforman un anillo cerrado que distribuye las cargas del domo. El pilote central también se vincula mediante vigas radiales, creando una estructura en forma de estrella que ofrece rigidez y resistencia horizontal, especialmente importante en zonas sísmicas.
La cuarta etapa incorpora un cerramiento ventilado entre el suelo natural y el piso habitable. Se instalan paneles de madera o estructuras ligeras entre los pilotes, permitiendo la circulación del aire y evitando la acumulación de humedad bajo la vivienda. Este cerramiento no es estructural; su función es higiénica, antimicrobiana y estética.
La quinta etapa corresponde a la instalación del piso estructural. Sobre la viga de amarre se colocan vigas de madera tratada que convergen en la columna central. Estas vigas se unen mediante travesaños transversales que crean una plataforma rígida. El piso se completa con paneles de madera, listones o cualquier material disponible, siempre manteniendo la ventilación inferior.
La sexta etapa introduce el zócalo perimetral, construido en ladrillo colocado en citara (canto), alcanzando una altura de entre 1,2 y 1,4 metros. Este zócalo refuerza estructuralmente la base, mejora el comportamiento térmico y aporta resistencia a impactos laterales. En zonas donde no se disponga de ladrillo, puede sustituirse por soluciones en barro estabilizado.
La séptima etapa es el montaje del domo de madera. La estructura se compone de triángulos ensamblados que forman una cúpula geodésica. Cada pieza debe cortarse con precisión y unirse mediante conectores metálicos o ensamblajes tradicionales reforzados. La geometría del domo hace que las cargas se distribuyan uniformemente, logrando una resistencia superior frente a vientos extremos.
La octava etapa incorpora el entrepiso interior, que puede destinarse a dormitorios u otros usos. Este nivel se sostiene mediante vigas radiales amarradas a la columna central y al perímetro del zócalo. El resultado es un espacio habitable superior que aprovecha la altura del domo sin comprometer la estabilidad.
La novena etapa integra las instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias. Las tuberías se distribuyen por el anillo inferior y ascienden por la columna central hacia el baño y la cocina. El sistema eléctrico puede conectarse a la red o integrar paneles solares, según la disponibilidad técnica del territorio. La cisterna, enterrada o elevada, asegura suministro hídrico.
La décima etapa concluye con los exteriores: drenajes perimetrales, caminos, vegetación protectora y áreas productivas. Se recomienda un cinturón verde a base de árboles de copa controlada para reducir el impacto de vientos laterales. El drenaje guía el agua lejos de la estructura, prolongando su vida útil.
Nota:
Los aspectos relativos a la organización comunitaria, la participación social y los modelos de gestión colectiva que permiten replicar este tipo de vivienda ya han sido desarrollados por el autor en trabajos anteriores, a los cuales este artículo se articula como continuación natural.
Glosario de términos clave:
Citara: Técnica de colocación de ladrillos sobre su canto para aumentar la resistencia del muro.
Cobija de guano: Cubierta tradicional de hojas de palma trenzadas, altamente fresca y adaptable al clima cubano.
Domo geodésico: Estructura esférica compuesta por triángulos que distribuyen las cargas de manera uniforme.
Viga de amarre: Elemento estructural horizontal que conecta los pilotes y distribuye las cargas.
Pilote: Columna de hormigón o madera que soporta estructuras elevadas.
Fuentes consultadas:
Buenos Días Buenas Noches. (s.f.). Ventajas y desventajas de las casas domo. Recuperado el 8 de noviembre de 2024, de https://www.bdbnpresupuestos.com/ventajas-desventajas-casas-domo/
Hernandez, H. (2024). Cuba Resiliente 2050: el modelo de la comunidad ecosocial “Tocororo”. Revista Digital Multidisciplinaria Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/cuba-resiliente-2050-el-modelo-de-la-comunidad-ecosocial-tocororo-vivienda-alimento-y-soberania-en-un-solo-ecosistema/
Hernandez, H. (2025). Propuesta urbanística para la resiliencia climática en Cuba. Revista Digital Multidisciplinaria Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/propuesta-urbanistica-para-la-resiliencia-climatica-en-cuba/
Mockbee, S., & Dean, R. (2004). The Rural Studio: Design-build in America's Backyard. Princeton Architectural Press.
Romano, M. . (2024, October 7). Cómo construir un domo geodesico tutorial [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=yhxzMLCH6PU
SHELTER. (s.f.). 9 ventajas de la casa domo geodésica para viviendas alternativas. Recuperado el 8 de noviembre de 2024, de https://www.shelter-structures.com/es/Blogs/ventajas-de-la-casa-domo-geod%C3%A9sica/
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