Economía y negocios

Noruega no es Cuba

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Imagen generada por la AI Sofia (ChatGPT).

La falacia comparativa y el verdadero debate sobre el azúcar, la energía y el futuro productivo

En los debates recientes sobre el futuro económico de Cuba se ha popularizado una comparación aparentemente “técnica” y pragmática: Noruega. Se cita su fondo soberano multimillonario, su uso racional de los ingresos petroleros y su Estado de bienestar como prueba de que bastaría con administrar correctamente los recursos naturales para alcanzar prosperidad y estabilidad social. Sin embargo, esta comparación es profundamente falaz y conduce a diagnósticos erróneos y propuestas inviables para la realidad cubana.

Comparar a Cuba con Noruega es como evaluar a dos corredores ignorando que uno corre en pista olímpica y el otro lo hace con lastre y viento en contra. La diferencia no está en la disciplina ni en la técnica, sino en las condiciones estructurales de la carrera.

La falacia estructural de comparar Cuba con Noruega

Noruega es una economía capitalista avanzada, plenamente integrada en los mercados financieros globales. Su Government Pension Fund Global, administrado por Norges Bank Investment Management, supera los dos billones de dólares estadounidenses, según datos oficiales. Este fondo se nutre de décadas de exportación de hidrocarburos bajo condiciones de soberanía financiera, tecnológica y comercial, sin sanciones ni restricciones externas.

Cuba, por el contrario, opera bajo un bloqueo económico, financiero y tecnológico que limita su acceso a capitales, mercados, tecnologías energéticas, sistemas de pago y aseguramiento. Comparar ambos países como si partieran de condiciones equivalentes no es un ejercicio de análisis económico, sino una abstracción ideológica que ignora relaciones de poder reales.

Noruega no es un ejemplo de socialismo ni de “economía mixta ejemplar”, sino de capitalismo regulado con acceso pleno al sistema financiero internacional. Pretender extrapolar ese modelo a Cuba sin considerar el bloqueo y la asimetría estructural es metodológicamente incorrecto.

El mito de 1958 y la distorsión histórica del azúcar

Otro componente recurrente del debate es la industria azucarera. Se afirma que Cuba debería “recuperar los niveles de 1958”, sugiriendo que antes de la Revolución la producción era superior. Esta afirmación es históricamente falsa y conceptualmente regresiva.

Según datos de FAOSTAT, la producción azucarera cubana alcanzó su máximo histórico en 1970, con aproximadamente 8,5 millones de toneladas, durante la Revolución. En los años ochenta, Cuba mantuvo una producción estable entre 7 y 8 millones de toneladas anuales, algo que nunca ocurrió antes de 1959, cuando la producción era volátil y dependiente de los precios internacionales.

El récord previo más alto se produjo en 1952, con alrededor de 7,2 millones de toneladas, pero fue un pico aislado, no una etapa sostenida. La Revolución no destruyó la industria azucarera: la llevó a su mayor capacidad histórica.

El error no fue producir azúcar, sino depender de ella

El problema histórico de Cuba no fue el azúcar en sí, sino el monocultivo exportador. Antes de 1959, el azúcar funcionaba como mercancía primaria destinada al mercado externo, con escasa industrialización y fuerte dependencia estructural.

El colapso posterior a 1990 no se debió a una incapacidad productiva interna, sino a la ruptura de cadenas de suministro de energía, fertilizantes, piezas y mercados, tras la desaparición del campo socialista europeo, fenómeno ampliamente documentado por la CEPAL y la FAO.

Reconocer el impacto del bloqueo y del contexto internacional no excluye la necesidad de revisar problemas internos de gestión, eficiencia productiva e incentivos, sin los cuales ninguna estrategia soberana puede consolidarse. La soberanía no se decreta: se construye.

Azúcar como plataforma bioindustrial, no como nostalgia

Recuperar la industria azucarera hoy no significa volver a 1958 ni reeditar el monocultivo. Significa transformar la caña en una plataforma bioindustrial orientada al autoconsumo y a la sustitución de importaciones.

Un complejo azucarero reconvertido puede integrar cogeneración eléctrica a partir del bagazo, producción de fertilizantes orgánicos, alcoholes industriales y otros insumos básicos, cerrando un ciclo energético-productivo local. De este modo, la caña deja de ser una mercancía final y pasa a funcionar como infraestructura material al servicio de múltiples ramas productivas.

Energía primero, agricultura después, industria como resultado

Cualquier estrategia realista para Cuba debe partir de un principio elemental: sin energía no hay agricultura, y sin agricultura no hay sociedad. La energía no es un sector más, sino la condición de posibilidad de todo el sistema productivo.

Desde esa base, la agroindustria —incluida la caña— puede articular cadenas industriales reales. El turismo, en este esquema, ocupa un lugar secundario y dependiente, incapaz por sí solo de garantizar soberanía, estabilidad o resiliencia económica.

Hacia un modelo soberano y no imitativo

Cuba no necesita copiar a Noruega ni regresar a modelos pre-revolucionarios. Necesita superar ambos. El debate no es entre pasado y presente, sino entre dependencia estructural y soberanía productiva. La solución no reside en comparaciones simplistas, sino en reconstruir el metabolismo energético, agrícola e industrial del país con planificación científica y control social real.

Glosario de términos clave:

Bloqueo económico:

Conjunto de sanciones que restringen el acceso de un país a mercados, capital y tecnología.

Fondo soberano:

Instrumento estatal para invertir excedentes nacionales a largo plazo.

Monocultivo exportador:

Modelo basado en un solo producto primario destinado al mercado externo.

Soberanía energética:

Capacidad de garantizar energía con control nacional.

Plataforma bioindustrial:

Uso integral de biomasa para múltiples cadenas productivas.

Fuentes consultadas:

Food and Agriculture Organization of the United Nations. (2023). FAOSTAT Statistical Database. https://www.fao.org/faostat

Norges Bank Investment Management. (2024). The Government Pension Fund Global. https://www.nbim.no

Economic Commission for Latin America and the Caribbean. (1997). La economía cubana: reformas estructurales y desempeño en los años noventa. CEPAL.

Oficina Nacional de Estadística e Información. (varios años). Anuario Estadístico de Cuba. https://www.onei.gob.cu

World Bank. (2024). Norway country data. https://data.worldbank.org/country/norway

Gracias por leerme.
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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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