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Mover el centro para desactivar la dominación: Groenlandia, el Ártico y la reconfiguración del poder global

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Imagen tomada de https://arctic360.org/indigenous-engagement-and-arctic-governance/

El Ártico deja de ser periferia

El Ártico ha dejado de ser un espacio marginal en la geopolítica mundial. El deshielo progresivo, la apertura de nuevas rutas marítimas y el acceso a recursos estratégicos han transformado estas latitudes en uno de los principales nodos del poder global del siglo XXI. En este contexto, las declaraciones y acciones de Donald Trump respecto a Groenlandia no pueden entenderse como una extravagancia personal, sino como la explicitación —tosca, pero reveladora— de una estrategia estructural de Estados Unidos orientada a dominar el Ártico y, con ello, condicionar el comercio marítimo futuro en altas latitudes.

El interés estadounidense por Groenlandia combina elementos diplomáticos, militares y simbólicos: desde la reiteración pública de su “valor estratégico” hasta el fortalecimiento de la presencia militar y diplomática, pasando por la designación de figuras políticas para gestionar relaciones directas con Nuuk. Más allá del tono, el mensaje es claro: quien controle Groenlandia controla una pieza clave del Ártico.

Independencia tutelada y alineamiento estratégico

La estrategia dominante no es la anexión formal —jurídicamente inviable y políticamente costosa—, sino un modelo más eficiente: independencia política acompañada de alineamiento estratégico. En este esquema, Groenlandia emergería como Estado formalmente soberano, pero dependiente en defensa, inversiones, tecnología e infraestructuras críticas. La autodeterminación se convierte así en un instrumento para el cambio de regencia: se sustituye un vínculo estatal por una dependencia estructural más profunda y menos visible.

Este mecanismo no viola abiertamente el derecho internacional, pero vacía la soberanía de contenido real. El control ya no se ejerce mediante la bandera, sino a través de nodos logísticos, militares y financieros. Es una forma de dominación compatible con el orden liberal contemporáneo y, precisamente por ello, extraordinariamente eficaz.

La jugada estructural: trasladar el centro del poder

Existe, sin embargo, una jugada teórica —no coyuntural, sino estructural— que desmontaría esa lógica. Si Dinamarca trasladara de manera permanente su sede de gobierno y su parlamento a Groenlandia, el marco entero del conflicto se reconfiguraría. Groenlandia dejaría de ser una periferia “emancipable” para convertirse en el núcleo político del Estado. La narrativa de descolonización perdería sentido y cualquier intento de alineamiento directo con Washington pasaría de presentarse como cooperación legítima a evidenciarse como injerencia abierta contra un Estado europeo plenamente constituido en el Ártico.

No cambiarían los tratados ni la propiedad formal, pero sí la regencia del sistema: el lugar desde donde se toman las decisiones fundamentales. Al mover el centro, se altera la geometría del poder. El Ártico dejaría de ser un espacio gris entre soberanías para convertirse en territorio políticamente central, obligando a la Unión Europea a implicarse de forma directa y elevando drásticamente el costo de la dominación unilateral estadounidense.

Efectos sistémicos: el Ártico multipolar

Una reconfiguración de este tipo tendría consecuencias inmediatas para todas las naciones con acceso al Ártico. Para Rusia, el principal actor ártico en términos de costa e infraestructura, significaría el fin de una asimetría cómoda basada en la distancia política occidental respecto a la región. Un Estado europeo con su centro político en el Ártico endurecería el equilibrio y elevaría los costos diplomáticos de cualquier escalada.

Para Canadá, la medida reforzaría la idea del Ártico como espacio central de soberanía, pero al mismo tiempo reduciría la ambigüedad estratégica que le permite actuar bajo el paraguas estadounidense sin asumir plenamente los costos políticos. Los países nórdicos —Noruega, Suecia y Finlandia— se verían empujados hacia una europeización más profunda de la gobernanza ártica, reduciendo el margen de maniobra unilateral de Washington.

Incluso China, que se define como “Estado cercano al Ártico”, encontraría un entorno menos permeable. Un Ártico políticamente centralizado reduciría los espacios grises que hoy facilitan la penetración económica y logística de actores externos.

Una fisura sistémica y el margen para Cuba

Las consecuencias de este desplazamiento estructural no se limitarían al Ártico. El debilitamiento de la capacidad estadounidense para controlar rutas marítimas estratégicas tendría efectos sistémicos sobre su hegemonía global. Para países sometidos a regímenes prolongados de coercióncomo Cuba— cualquier fisura en la arquitectura del control marítimo, energético y financiero amplía el margen de sobrevivencia, resistencia e incluso desarrollo.

Cuba no depende del Ártico para existir, pero sí depende del equilibrio global de poder para no ser estrangulada. Un mundo donde Estados Unidos no logra consolidar su dominio ártico es un mundo ligeramente menos cerrado, donde la eficacia del cerco se reduce y se abren espacios, aunque limitados, para la autonomía.

Del territorio a la identidad: el posible Inuit Homeland

Más allá de los Estados, una decisión como el traslado del centro político a Groenlandia podría acelerar un proceso aún más profundo: la emergencia de una identidad política ártica indígena transnacional, a menudo conceptualizada como Inuit Homeland. Hoy, los pueblos inuit se encuentran fragmentados entre Groenlandia, los territorios árticos de Canadá y Alaska en Estados Unidos. Esta división ha limitado su capacidad de actuar como sujeto político unificado.

La centralidad política de Groenlandia otorgaría legitimidad estructural a una visión del Ártico como espacio habitado, histórico y político. A largo plazo, podría sentar las bases para una unidad política indígena no necesariamente estatal, pero sí coherente territorial y culturalmente. No se trataría de una secesión inmediata, sino de una reconfiguración progresiva de legitimidades: del Estado-nación heredado hacia una soberanía funcional basada en continuidad humana y territorial.

Precisamente por eso, esta dimensión suele permanecer ausente en los debates estratégicos dominantes. Reconocerla implicaría admitir que el Ártico no es solo un tablero para grandes potencias, sino un espacio donde pueden emerger sujetos políticos nuevos, capaces de alterar las lógicas tradicionales del poder.

Conclusión: mover el centro revela el poder

Es improbable que una jugada de esta magnitud llegue a ejecutarse. El sistema internacional tiende a bloquear los movimientos que revelan con demasiada claridad dónde reside el poder real. Pero su sola formulación es reveladora. Demuestra que la dominación contemporánea no se combate apelando a principios abstractos, sino alterando la estructura desde la cual esos principios se aplican o se ignoran. En el Ártico, como en el resto del mundo, mover el centro es una forma de resistencia.

Nota sobre la extensión del Inuit Homeland

El Inuit Homeland no se limita a Groenlandia, Canadá y Alaska. En sentido histórico y antropológico, forma parte de un continuum inuit–yupik que se extiende también al extremo nororiental de Eurasia, en la región de Chukotka, hoy perteneciente a Rusia. Durante milenios, el estrecho de Bering funcionó como corredor humano y cultural, no como frontera. Sin embargo, esta continuidad quedó políticamente fragmentada en el siglo XX, y en el caso ruso permanece hoy invisibilizada como sujeto político, a diferencia de su mayor visibilidad en el Ártico occidental. Por ello, cuando se habla de Inuit Homeland, debe distinguirse entre su alcance civilizatorio pleno (Groenlandia, Canadá y Alaska.) y su expresión política asimétrica actual.

Glosario de términos clave:

Regencia:

Estructura efectiva de dirección del poder más allá de la soberanía jurídica formal.
Independencia tutelada: soberanía nominal acompañada de dependencia estructural en áreas clave.

Dominación estructural:

Control ejercido mediante nodos logísticos, financieros y estratégicos, no por ocupación directa.

Centro político:

Lugar desde donde se toman las decisiones fundamentales del Estado; su desplazamiento altera el equilibrio sistémico.

Ártico multipolar:

Configuración del Ártico como espacio de interacción entre múltiples potencias con costos elevados de dominación unilateral.

Inuit Homeland:

Concepto que alude a la continuidad territorial, cultural e histórica de los pueblos inuit más allá de las fronteras estatales actuales.

Fuentes consultadas:

Leclerc, G. (2025, October). Greenland: Caught in the Arctic geopolitical contest (European Parliamentary Research Service Briefing No. PE 769.527). European Parliament. https://www.europarl.europa.eu/thinktank/en/document/EPRS_BRI%282025%29769527

Nikulin, M. A. (2019). Great powers’ competition in the Arctic: Geopolitical rivalry in the new political space. Vestnik RUDN. International Relations, 19(3), 392–403. https://www.researchgate.net/publication/338586886_Great_Powers%27_Competition_in_the_Arctic_Geopolitical_Rivalry_in_the_New_Political_Space

Spence, J., & Hanlon, E. (2025, January 17). The geopolitical significance of Greenland (Explainer). Belfer Center for Science and International Affairs, Harvard Kennedy School. https://www.belfercenter.org/research-analysis/explainer-geopolitical-significance-greenland

Tan, W. (2024, August 29). The coldest geopolitical hotspot: Global powers vie for Arctic dominance over Greenland. Harvard International Review. https://hir.harvard.edu/the-coldest-geopolitical-hotspot-global-powers-vie-for-arctic-dominance-over-greenland/

Vitsenko, V. (2025). The new Great Game in the Arctic: Strategic competition for Greenland. Transnational Dispute Management. https://tdcenter.org/2025/06/26/the-new-great-game-in-the-arctic-strategic-competition-for-greenland/

Council on Foreign Relations. (2020). The geopolitics of Greenland and the Arctic. https://www.cfr.org/report/changing-geopolitics-arctic-0

Kingdom of Denmark, Ministry of Foreign Affairs. (2024). The Arctic. https://um.dk/en/foreign-policy/the-arctic/

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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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