Más allá del Diputado y la ANPP: poder, clases y nación en disputa en la Cuba contemporánea

Introducción: cuando el debate deja de ser individual

El debate político reciente, desatado a partir de las declaraciones de un diputado en la Asamblea Nacional, ha sido reducido en muchos espacios a una discusión personal, moral o incluso biográfica. Sin embargo, ese desplazamiento no es inocente. Cuando una controversia de fondo se traslada al terreno del respeto individual o de las trayectorias personales, se evita deliberadamente el análisis estructural. El problema real no es un diputado concreto ni una intervención puntual en la Asamblea Nacional del Poder Popular, sino el sentido histórico que están adquiriendo determinadas ideas y su progresiva normalización como horizonte inevitable.

El conflicto real: estructura, no estilo

La discusión no gira en torno a si Cuba debe cambiar —eso es evidente y necesario—, sino hacia dónde se dirige ese cambio, bajo qué lógica y con qué sujeto de poder. No toda transformación es emancipadora, ni todo pragmatismo es revolucionario. Cuando se presenta el mercado y la propiedad privada como solución estructural, y no como recurso táctico y subordinado, se produce un desplazamiento ideológico profundo: se abandona el socialismo como horizonte histórico y se lo reduce a retórica administrativa.

Plusdirección y burguesía funcional: el poder antes de la propiedad

Uno de los fenómenos centrales de la coyuntura actual es la consolidación de lo que puede denominarse burguesía funcional: actores que no controlan formalmente la propiedad, pero sí ejercen poder decisional, normativo y simbólico desde posiciones de dirección prolongada. Este poder —la plusdirección— no surge de la acumulación privada, sino del control de las funciones estratégicas del Estado. Cuando esta capa dirigente deja de concebir el socialismo como proyecto histórico y comienza a asumir el mercado como destino, se produce una ruptura ideológica que antecede a cualquier restauración formal.

La burguesía mercantil emergente: acumulación sin soberanía

Paralelamente, se desarrolla una burguesía mercantil rural y urbana, nacida al calor de las reformas económicas recientes. Su expansión no es en sí misma el mayor peligro. El problema aparece cuando esta capa comienza a aspirar a poder político, creyendo que una futura Cuba capitalista le garantizaría estabilidad y protagonismo. La experiencia histórica latinoamericana demuestra lo contrario: en contextos periféricos, estas burguesías locales suelen cumplir un papel transitorio y terminan subordinadas o desplazadas por el capital transnacional.

El reemplazo de clase y el factor externo

La restauración capitalista en Cuba no conduciría a una burguesía nacional soberana. Convergería, más bien, en la sustitución de élites. El capital externo —particularmente el articulado en torno a la élite cubano-americana radicada en EE. UU.— no vendría a convivir con una burguesía local fuerte, sino a reemplazarla. Algunos individuos podrían sobrevivir como socios menores, pero la clase como tal desaparecería. El verdadero beneficiario del proceso no estaría dentro del país.

La Ley Helms-Burton: proyecto para un territorio, no para una nación

Este escenario está jurídicamente anticipado en la Ley Helms-Burton, que no concibe una Cuba capitalista soberana, sino un territorio periférico administrable. La ley define condiciones políticas, económicas y jurídicas para una Cuba post-socialista, imponiendo un modelo de Estado tutelado, subordinado a intereses externos y condicionado por reclamaciones patrimoniales foráneas. No es una propuesta de reconstrucción nacional, sino de reordenamiento neocolonial.

Socialismo, nación y estacidad: una unidad histórica

En Cuba, socialismo, nación y estacidad no son dimensiones intercambiables. La nación cubana como sujeto soberano solo se consolida plenamente tras 1959, cuando rompe con la estructura neocolonial previa. El socialismo no fue una opción económica entre otras, sino la forma histórica concreta que hizo posible la soberanía real. La caída del socialismo no implicaría solo un cambio de modelo productivo, sino la disolución de la nación como sujeto histórico y la degradación del Estado a mero administrador dependiente.

El argumento jurídico-político: límites constitucionales

Existe además un elemento pocas veces señalado: la apología del capitalismo desde espacios institucionales es incompatible con el marco constitucional vigente. No se trata de censurar opiniones individuales, sino de reconocer que la Asamblea y los medios públicos no pueden validar discursos que desmontan la ideología socialista desde dentro del propio Estado. El aplauso institucional ante ese tipo de planteamientos no expresa consenso popular, sino una preocupante debilidad en la formación ideológica y jurídica.

Más mercado o más socialismo: la falsa dicotomía

La disyuntiva real no es entre estancamiento y mercado, sino entre rendición estructural y reinvención socialista. Resolver problemas económicos mediante mecanismos capitalistas y pretender luego contener sus efectos con políticas sociales es una estrategia históricamente fallida. La lógica del lucro, una vez liberada, tiende a capturar al Estado y a convertirlo en posición de clase.

Restauración, autoritarismo y deriva fascistoide

Una restauración capitalista en Cuba, no podrá ser democrática, porque no tendría base social para serlo.Todo este proceso no conduciría a una democracia liberal estable, como a veces se sugiere de forma ingenua o interesada, sino a la instauración de un régimen fascistoide de nuevo tipo, marcado por rasgos macartistas, profundamente represivo y excluyente. La restauración capitalista en un contexto de crisis social, desigualdad acelerada y pérdida de soberanía no puede sostenerse mediante consenso, sino mediante coerción sistemática. Para garantizar la restitución de propiedades, la subordinación geopolítica y el desmantelamiento de las conquistas sociales, sería necesaria una represión total contra cualquier forma de resistencia popular, sindical, comunitaria o política. En ese escenario, la criminalización del pensamiento socialista, la persecución ideológica, la censura y el uso del aparato estatal como instrumento de castigo se convertirían en norma. Lejos de un retorno “civilizado” al capitalismo, emergería un orden autoritario que, por su profundidad y alcance, haría palidecer incluso políticas represivas históricas como las aplicadas bajo el mando de Valeriano Weyler, no por su forma colonial clásica, sino por su sofisticación jurídica, mediática y tecnológica. La represión ya no sería abierta y declarada, sino normalizada como “orden”, “seguridad” y “defensa de la democracia”, reproduciendo patrones bien conocidos en experiencias neofascistas contemporáneas.

Conclusión: lo que realmente está en juego

Más allá del diputado y de la ANPP, lo que se disputa hoy es el destino histórico de Cuba. No se trata de nostalgia ni de dogmas, sino de coherencia. La lucha de clases está viva y se expresa en el terreno ideológico, institucional y simbólico. Defender el socialismo hoy significa defender la nación, la estacidad y la posibilidad misma de decidir el propio futuro. Cambiar es imprescindible; claudicar no.

Glosario de términos clave:

Plusdirección:

Posición estructural de poder que emerge del control prolongado de funciones de dirección, capaz de generar decisiones y legitimidades propias, incluso sin propiedad formal.

Burguesía funcional:

Capa dirigente que ejerce poder desde el aparato estatal o institucional, mediando entre el Estado y el mercado.

Burguesía mercantil:

Sector emergente basado en la acumulación comercial y de servicios, sin control estratégico del Estado.

Estacidad (estatidad):

Capacidad real del Estado para actuar como sujeto soberano, controlar recursos estratégicos y decidir sin tutela externa.

Restauración capitalista:

Proceso de reintroducción estructural del capitalismo que implica, en contextos periféricos, pérdida de soberanía nacional.

Fuentes consultadas:

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Hernandez, H. (2025, May 31). Plusdirección y burguesía funcional: La esencia capitalista en el socialismo real. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/plusdireccion-y-burguesia-funcional-la-esencia-capitalista-en-el-socialismo-real/

Hernandez, H. (2025, October 9). De la burguesía funcional a la plusdirección: Precisión conceptual y crítica al falso socialismo del siglo XXI. Tocororo Cubano.
https://tocororocubano.com/de-la-burguesia-funcional-a-la-plusdireccion-precision-conceptual-y-critica-al-falso-socialismo-del-siglo-xxi/

Hernandez, H. (2025, December 5). Causas estructurales del surgimiento de la burguesía funcional en Cuba. Tocororo Cubano.
https://tocororocubano.com/causas-estructurales-del-surgimiento-de-la-burguesia-funcional-en-cuba/

Mesa-Lago, C. (2019). Cuba’s economic change in comparative perspective. University of Pittsburgh Press.

O’Donnell, G. (1994). Delegative democracy. Journal of Democracy, 5(1), 55–69. https://doi.org/10.1353/jod.1994.0010

Wright, E. O. (2010). Envisioning real utopias. Verso.

Castro Ruz, F. (2005, noviembre 17). Discurso pronunciado en la Universidad de La Habana. Gobierno de Cuba.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html

Cuba Actualidad. (2024, 8 de febrero). Confesado en cámara: “No escuchan las propuestas de los diputados” [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Z6wh9CfPfFM

Interián Rodríguez, E. (2025, diciembre). Intervención en la ANPP sobre producción y MIPYMES [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/shorts/p6GmMjkbdK0

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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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