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Más allá de ETECSA: socializar el socialismo o perderlo todo

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Por Henrik Hernandez

Desde Tocororo Cubano lanzamos un llamado urgente y claro: no pedimos la “democratización” de la Revolución, como reclaman algunos sectores, sino su socialización radical. Democratizar, en el lenguaje del poder burgués, significa institucionalizar el dominio político de las élites y abrir camino a la privatización de la propiedad colectiva. Nosotros proponemos lo contrario: socializar es devolverle al pueblo el control real del poder, de los recursos, de la dirección estratégica del país. Es, en definitiva, construir una sociedad genuinamente socialista, donde democratizar sea sinónimo de empoderar a las grandes mayorías trabajadoras. Por eso decimos con firmeza:

¡Todo el Poder al Poder Popular!
Henrik Hernández

Introducción

La crisis generada por la reciente alza de tarifas de ETECSA no es un hecho aislado ni un simple desliz de gestión. Es el espejo de un problema estructural más profundo: el divorcio progresivo entre el aparato de dirección y el pueblo. Lo que está en juego no es la tarifa de internet, sino la viabilidad misma del socialismo cubano.

Las respuestas inmediatas, incluso cuando intentan rectificar, no abordan la raíz del problema. Porque el problema no es ETECSA. Es el modelo de gestión burocrático, opaco, tecnocrático, donde el pueblo —aunque propietario en el discurso— no tiene poder real sobre los recursos que se le adjudican.

Para evitar el colapso, no basta con rectificaciones parciales. Hay que ir más allá. Hay que reestructurar. Hay que socializar el socialismo.

Plusdirección y burguesía funcional: dos rostros del mismo mal

Como hemos denunciado en artículos anteriores, el socialismo deformado ha dado lugar a una clase dirigente que no posee los medios de producción, pero actúa con privilegios, toma decisiones sin control popular, se reproduce dentro del Estado y se escuda en su formalidad “socialista”.

A esto le llamamos burguesía funcional: funcionarios que viven como gestores capitalistas, amparados por la ausencia de rendición de cuentas.

Junto a ella, la plusdirección se convierte en una máquina estatal sobredimensionada, donde los cuadros directivos se designan verticalmente, sin consulta, sin fiscalización y sin participación social. Es la contracara burocrática del poder sin pueblo.

Ambas estructuras —la funcional y la directiva— se realimentan, bloquean las críticas internas, y administran el país como si fuera una empresa sin accionistas reales. El pueblo queda reducido a espectador, a cliente, a receptor. Pero nunca a gobernante.

Para salvar la Revolución Socialista, hay que socializarla

Lo que distingue al socialismo no es la propiedad estatal en sí, sino el poder efectivo del pueblo sobre ella. Hoy, la propiedad estatal ha sido secuestrada por aparatos administrativos que responden más a mecanismos internos del Estado que a la voluntad ciudadana.

Por eso, proponemos un cambio estructural en la gestión de las empresas estratégicas, como ETECSA, CUPET, el transporte y el comercio:

Consejos de usuarios y trabajadores con poder de veto y fiscalización.

Designación democrática y revocable de directivos por sectores sociales.

Publicación periódica de estados financieros accesibles y auditables.

Participación ciudadana en la definición de precios, prioridades y políticas.

Para que estos consejos sean efectivos, deben establecerse mediante leyes orgánicas o reformas constitucionales, garantizando su carácter vinculante. Se pueden tomar experiencias como los consejos obreros en Yugoslavia, las cooperativas de Mondragón o los modelos vietnamitas de empresa estatal con participación obrera. Además, es esencial prevenir su cooptación burocrática mediante rotación de delegados, auditorías públicas y transparencia radical.

Socialismo no es administración burocrática: es participación económica real.

Alternativas estructurales: más allá del monopolio estatal

La crisis con ETECSA muestra los límites del modelo capitalista de estado. Es necesario pensar en descentralización tecnológica a través de redes comunitarias de internet, como existen en México o Argentina. También deben explorarse modelos mixtos de empresa pública con participación accionarial de trabajadores y municipios, siempre bajo control social. Una plataforma digital pública que muestre en tiempo real presupuestos, métricas de servicio y salarios de directivos podría marcar un nuevo estándar de transparencia revolucionaria.

Reducir el rol del Partido, ampliar la soberanía

El Partido Comunista de Cuba ha sido una fuerza histórica de conducción política. Pero para garantizar su legitimidad futura, debe redefinir su papel.

Proponemos que el Partido asuma un rol estrictamente ideológico y formativo, centrado en la educación política, la preparación de cuadros, la ética revolucionaria y el pensamiento estratégico. No debe dirigir directamente la economía ni designar cargos ejecutivos a ningún nivel de la nación. Su función debe ser orientar, criticar, formar. El poder del Estado debe pasar por el filtro del pueblo.

No se trata de sustituirlo por nuevos órganos paralelos, sino de restituir todo el poder al Poder Popular, fortaleciendo las asambleas de base, los órganos comunitarios y los mecanismos democráticos directos.

Soberanía directa: elegir no basta, hay que legitimar

Los cargos fundamentales del Estado —Presidente, Ministros, Gobernadores, Intendentes— deben ser elegidos por la Asamblea Nacional del Poder Popular, sí, pero luego validados por la soberanía directa del pueblo mediante plebiscito vinculante.

Además, todos los funcionarios deben rendir cuentas en transmisiones periódicas, con posibilidad de revocación en cualquier momento de su mandato. Escuelas de cuadros abiertas con evaluación ciudadana deben sustituir los mecanismos cerrados de promoción política.

El pueblo debe tener la última palabra, no solo el primer aplauso.

¿Propiedad no estatal?: sí, pero no como caballo de Troya

El sector privado no debe sobrepasar el 10% del PIB nacional, y debe estar sujeto a controles estrictos:

Prohibición a funcionarios públicos y familiares de tener negocios privados.

Impuestos progresivos a ganancias que superen el salario medio.

Las cooperativas urbanas, casi inexistentes hoy, deben incentivarse como alternativa socialista. Las experiencias de las UBPC - Unidades Básicas de Producción Cooperativa - en los años 90 deben ser revisadas críticamente para no repetir errores de burocratización y falta de incentivos colectivos.

Blindaje ético: sin privilegios, sin dobles juegos

La defensa del socialismo no puede basarse solo en estructuras económicas o jurídicas. Debe basarse en una ética revolucionaria profunda, practicada y exigida en todos los niveles.

Proponemos que el Comité Nacional de Ética Socialista, junto a sus capítulos territoriales, se base en jurados ciudadanos rotativos, auditados por observatorios independientes. Las sanciones deben ser públicas, y complementarse con incentivos positivos como premiaciones por gestión transparente, salarios indexados a evaluaciones populares, y distinciones éticas revolucionarias.

Ningún dirigente, funcionario estatal o partidista —ni sus familiares más cercanos— debe mantener relación privada alguna con formas individuales de propiedad, ya sean microempresas, MIPYMES, negocios de servicios o contratos especiales.

Blindaje estructural y soberanía nacional

Para evitar el colapso o el golpe blando:

Crear un Fondo Estratégico Popular con el 10% del PIB, gestionado por asambleas comunitarias.

Formar brigadas de ciberdefensa ciudadana.

Establecer un plan de contingencia legal para nacionalizar empresas estratégicas ante cualquier intento de sabotaje o privatización forzada.

Una vía genuina: sin imitaciones ni reajustes

La vía que aquí se propone no es un reajuste capitalista camuflado ni un calco de modelos ajenos. No buscamos una transición al mercado como en Rusia, ni una apertura pragmática sin control popular como en China o Vietnam. En todos los caso únicamente se produjo un reajuste del modo de producción capitalista. Nuestra propuesta parte de una premisa clara: el socialismo no se moderniza traicionándolo, sino radicalizándolo hasta establecer el modo de producción comunista. Cuba no debe copiar caminos que terminaron subordinando lo social a lo económico, ni repetir fórmulas que perpetúan desigualdades bajo el pretexto del crecimiento. La única vía genuina es construir el socialismo es socializándolo, devolviendo al pueblo el poder

Consolidar la vía socialista con visión integral

Para completar este programa revolucionario no basta con la crítica ni con la redistribución de poder: se necesita también una estrategia que articule educación política, renovación cultural, sostenibilidad ecológica y una reforma constitucional profunda. Estos son los pilares complementarios:

Educación popular para el poder

Proponemos crear una Red Nacional de Escuelas Populares de Gestión Socialista, con sedes en universidades, fábricas, cooperativas y barrios. Estas formarían a los ciudadanos en planificación económica participativa, control democrático, legislación socialista y defensa ideológica.

Constitucionalizar el Poder Popular

El marco legal actual no permite el control directo del pueblo sobre las estructuras económicas y políticas. Es urgente iniciar un proceso constituyente participativo, con delegados electos por barrios, sindicatos y consejos populares, para reformar la Constitución y devolverle su carácter socialista radical.

El Estado cubano debe ser definido como un Estado independiente, soberano de obrero, campesinos, estudiantes y demás trabajadores manuales e intelectuales, que garantiza la  justicia social y la participación e inclusión de todos sus ciudadanos en beneficio y disfrute de la igualdad, la solidaridad, el bienestar material y espiritual y la prosperidad individual y colectiva. 

Revolución cultural socialista

Para desmontar el imaginario de la tecnocracia y promover una cultura del poder compartido, es clave una revolución simbólica: redes culturales autogestionadas, medios comunitarios, democratización del arte, la ciencia y la estética política. El socialismo debe sentirse también en el alma, no solo en la economía.

Modelo socialista ecológico

Proponemos integrar la sostenibilidad como principio esencial. Cada empresa socialista deberá cumplir criterios de bajo impacto ambiental, economía circular y justicia intergeneracional. Esto incluye transporte colectivo eficiente, uso energético descentralizado y protección de bienes comunes como el agua y el suelo.

Con estos pilares complementarios, el proceso no se reduce a resistir ni a reformar, sino a construir una nueva civilización socialista desde abajo, con conciencia, ética, belleza y futuro.

Conclusión: O se socializa el socialismo o se liberaliza el capitalismo

Estamos ante una disyuntiva histórica: o avanzamos hacia un socialismo genuino con poder popular real, o nos deslizamos hacia un reajuste capitalista, no como restauración formal, sino como una degeneración funcional del sistema que mantendría el ropaje ideológico mientras vacía su contenido revolucionario. El tiempo de las ambigüedades se ha terminado.

La Revolución solo podrá sobrevivir si se socializa desde su raíz, si entrega al pueblo el control sobre sus destinos, y si rompe con la lógica tecnocrática que la aleja de su base social.

Solo entonces, en un futuro no muy lejano, los cubanos podremos decir con dignidad y con verdad:

"Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba.

Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos "construido una sociedad socialista" en las propias narices de Estados Unidos!"

Con ese horizonte en mente, con esa memoria viva, y con esa convicción firme, debemos socializar el socialismo o perderemos todo por lo que hemos luchado.

El conflicto con ETECSA fue solo el disparador. La verdadera batalla es contra el vaciamiento del socialismo. Si no se devuelven las riendas al pueblo, si no se desmonta la burocracia que decide sin rendir cuentas, si el Partido no redefine su papel como guía ética e ideológica y no como operador administrativo, el proceso cubano será cada vez más vulnerable a la propaganda enemiga… y al desgaste interno.

La historia nos lo advierte:La falta de democracia socialista conduce al mercado (capitalismo liberal y globalizado). La sordera burocrática, al colapso. Y el colapso, al saqueo.

Pero aún estamos a tiempo. El socialismo no ha muerto. Solo necesita ser rescatado por sus verdaderos dueños: el pueblo.

Cuba no es cualquier nación. Es el corazón de una Revolución que ha resistido lo que ninguna otra ha soportado. Y justamente por eso, Cuba tiene hoy la inmensa responsabilidad de construir —por primera vez de forma plena y sin concesiones— el socialismo genuino y real que el mundo necesita.

Un socialismo con alma popular, con ética viva, con poder compartido.Un socialismo que no se administre desde arriba, sino que se construya desde abajo.

¡Todo el poder al Poder Popular!

¡Toda la propiedad, bajo control social!

¡Toda la ética, bajo auditoría del pueblo!

Cuba no puede traicionar su legado. Tiene que completarlo.

Glosario:

Burguesía funcional: Clase de funcionarios que, sin ser propietarios legales, actúan como gestores capitalistas dentro del aparato estatal, usufructuando privilegios sin control popular.

Comité de Ética Socialista: Propuesta de órgano ciudadano con capacidad de fiscalización ética, auditoría moral y sanción pública, compuesto por jurados rotativos y mecanismos de transparencia.

Consejos de usuarios y trabajadores: Estructuras de control popular dentro de empresas públicas, con poder de veto y fiscalización sobre decisiones estratégicas, presupuestos y designaciones directivas.

Plusdirección: Exceso de cuadros directivos nombrados verticalmente, sin rendición de cuentas, que reproduce burocracia e impide el control democrático sobre la gestión pública.

Socializar el socialismo: Acción de devolver el control real del proceso económico, político y ético al pueblo, desmontando estructuras burocráticas y privatizadoras bajo ropaje “socialista”.

Fuentes:

Asamblea Nacional del Poder Popular. (2019). Constitución de la República de Cuba. Cubadebate. Recuperado el 8 de junio de 2025, de http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2019/01/Constitucion-Cuba-2019.pdf

Cubadebate. (2016, abril 4). Desafíos del futuro para la Revolución cubana. Recuperado el 4 d ejunio de 2025, de http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/04/04/desafios-del-futuro-a-la-revolucion-cubana/

Hernández, H. (2025, mayo 31). Plusdirección y burguesía funcional: la esencia capitalista en el socialismo real. Tocororo Cubano. Disponible en  https://tocororocubano.com/plusdireccion-y-burguesia-funcional-la-esencia-capitalista-en-el-socialismo-real/

Hernández, H. (2025, mayo). El fraude a ETECSA: un ensayo general de guerra financiera contra Cuba. Insurgente.org. Recuperado el 4 de junio de 2025, de  https://insurgente.org/henrik-hernandez-el-fraude-a-etecsa-un-ensayo-general-de-guerra-financiera-contra-cuba/

Hernández, H. (2025, mayo). La batalla por el alma cubana: ¿Por qué algunos nacidos en la Revolución acusan a Cuba de dictadura? Tocororo Cubano. Disponible en https://tocororocubano.com/la-batalla-por-el-alma-cubana-por-que-algunos-nacidos-en-la-revolucion-acusan-a-cuba-de-dictadura/

Lenin, V. I. (1917). El Estado y la revolución. Moscú: Ediciones en Lenguas Extranjeras. Recuperado el 1 de junio de 2025, de https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/estyrev/

Torres Pérez, R. (2015). Descentralización y formas de propiedad en la agricultura cubana: evolución y desafíos. Centro de Estudios de la Economía Cubana.

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Copyright © Henrik Hernández 2025

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernández, con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria) —quien asiste el proceso de escritura desde julio de 2024.

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