Historia

Los árabes en Cuba: historia, presencia y legado

por
publicado en
https://safarvaname.ir/%D8%B9%D8%B1%D8%A8-%D9%87%D8%A7-%D8%AF%D8%B1-%DA%A9%D9%88%D8%A8%D8%A7/

Bienvenido al Tocororocubano.com!

    Estamos orgullosos de conectarnos con Usted,

independientemente del lugar que se encuentre.

¡Le deseamos que disfrute de nuestros artículos y pase un

                                     maravilloso momento junto a nosotros!

🇨🇺 🇨🇺 🇨🇺

¿Sabías que la inmigración árabe en Cuba ha sido una de las menos estudiadas, a pesar de su impacto en la cultura y la economía de la isla?
Explora la historia de esta comunidad, sus desafíos y su integración en la sociedad cubana. Desde los moriscos que llegaron de forma encubierta en la época colonial hasta los comerciantes sirios, libaneses y palestinos que se establecieron en el siglo XX. 

Comparte este artículo, deja tu opinión y ayúdanos a generar una reflexión sobre la diversidad cultural en Cuba. ¿Por qué crees que la historia de algunos grupos migrantes recibe más atención que la de otros?

Introducción

La inmigración árabe en Cuba es un fenómeno poco explorado, pero con raíces profundas en la historia de la isla. Su presencia se puede dividir en dos grandes etapas: la influencia hispanomorisca, que data de la colonización española, y la migración directa, que ocurrió entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Ambas fases han dejado una huella en la sociedad cubana, desde la arquitectura y el lenguaje hasta el comercio y la vida cotidiana.

Los primeros árabes en Cuba: la influencia hispanomorisca (siglos XV-XVII)

La presencia árabe en Cuba no comenzó con la inmigración moderna, sino con la llegada de los moriscos, musulmanes que habían sido convertidos forzosamente al cristianismo en España y que muchas veces ocultaban su fe para evitar persecuciones. Algunos historiadores sugieren que en los viajes de Cristóbal Colón pudieron haber participado moriscos conversos, aunque esto no ha sido verificado documentalmente.

Lo que sí está confirmado es que, en 1593, se realizó en la Parroquial Mayor de La Habana el bautizo de un hombre nacido en Berbería (región que abarca el actual Marruecos, Argelia y Túnez). Solo tres años después, en 1596, la galera San Agustín transportó esclavos a La Habana, entre ellos moriscos y berberíes, quienes aparecen registrados con nombres musulmanes y sus lugares de nacimiento en el norte de África.

La diáspora morisca en Cuba continuó hasta mediados del siglo XVII. Sin embargo, la Corona española prohibía la entrada de moriscos y sus descendientes a América, debido al temor de que pudieran propagar el islam en el Nuevo Mundo. En un edicto real se ordenaba que:

"En tierra nueva como ésa, donde nuevamente se planta la fe, conviene se quite toda ocasión, porque no se pueda sembrar y publicar en ella la secta de Mahoma ni otra alguna en ofensa de Dios nuestro señor y perjuicio de Nuestra Santa Fe Católica."

A pesar de estas prohibiciones, muchos moriscos lograron llegar a Cuba, donde debieron ocultar su identidad y asimilarse a la sociedad colonial. Algunos incluso lograron ocupar posiciones de importancia, mezclándose con la población hispana y dejando un legado cultural que se mantiene en elementos lingüísticos, arquitectónicos y tradiciones de origen árabe.

La migración árabe a Cuba entre los siglos XIX y XX

La llegada de inmigrantes árabes de manera directa comenzó en 1879, con el arribo del libanés Antonio Farah. A partir de entonces, Cuba recibió oleadas migratorias de personas procedentes de Líbano, Palestina y Siria, que en ese momento formaban parte del Imperio Otomano. Estos migrantes huían de la crisis económica y del colapso del sistema feudal en sus países de origen, buscando nuevas oportunidades en América.

El censo de 1899, tras la independencia de Cuba, no los registró como grupo diferenciado, lo que sugiere que su número aún era reducido. No obstante, su presencia se consolidó en las primeras décadas del siglo XX, con un crecimiento constante de inmigrantes identificados como sirios y turcos. Solo después de 1922, cuando Palestina fue puesta bajo mandato británico, se empezaron a registrar palestinos como tal, y en 1927, con la independencia de Líbano, se reconoció oficialmente la llegada de libaneses.

Vida social y económica de la comunidad árabe en Cuba

Los inmigrantes árabes encontraron en el comercio su principal fuente de sustento. A diferencia de otras comunidades extranjeras que llegaron bajo contratos laborales en el sector azucarero, los árabes ingresaron al país como comerciantes, estableciendo negocios que iban desde la venta ambulante hasta almacenes y tiendas de textiles y quincallería. Su presencia fue notable en ciudades como La Habana, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila y Holguín.

También formaron sociedades benéficas y culturales, publicaron periódicos y practicaron sus creencias religiosas. Aunque en un principio los matrimonios eran entre miembros de su propia comunidad, con el tiempo se integraron a la sociedad cubana a través de matrimonios mixtos.

En el ámbito militar, algunos árabes participaron en las guerras de independencia de Cuba. Un caso destacado es el de Felipe Elías Tumas, quien alcanzó el rango de Comandante del Ejército Libertador y dejó su nombre inscrito en la historia de la lucha independentista.

Dificultades y restricciones migratorias

A pesar de su contribución a la economía y la sociedad cubana, los árabes no siempre fueron bien recibidos. En 1914, La Gaceta Económica publicó un editorial que los describía como un grupo que "no conviene de ninguna manera al país", argumentando que no se integraban y solo exportaban sus ganancias. Sin embargo, no hubo leyes que prohibieran su ingreso o promovieran su deportación.

A partir de 1929, la migración árabe comenzó a disminuir debido a la crisis económica global y, más tarde, a la Segunda Guerra Mundial. En 1943, de los 3,537 extranjeros que ingresaron a Cuba, solo 183 eran árabes, reflejando una fuerte reducción respecto a décadas anteriores.

Religión, identidad y legado en Cuba

Los árabes trajeron consigo un mosaico religioso diverso. Aproximadamente el 58% de los libaneses eran cristianos maronitas, mientras que otros practicaban el rito ortodoxo o el islam sunita y chiita. Con el paso del tiempo, la mayoría de sus descendientes dejaron de practicar las religiones de sus ancestros y se asimilaron al catolicismo predominante en Cuba.

En términos culturales, los arabismos presentes en el español cubano provienen de la colonización española. Palabras como "ojalá", que deriva del árabe wa allah ("quiera Dios"), son parte del legado lingüístico árabe en la isla. También se pueden encontrar influencias árabes en la arquitectura habanera, especialmente en edificaciones de principios del siglo XX.

Conclusiones

La inmigración árabe en Cuba, aunque numéricamente menor que la española o la africana, dejó una marca indeleble en la historia y la cultura del país. Desde los moriscos en el siglo XVI hasta los comerciantes libaneses, sirios y palestinos del siglo XX, los árabes han contribuido al desarrollo económico y social de la isla.

A pesar de las dificultades iniciales y el rechazo por parte de algunos sectores, lograron establecerse, crear comunidades prósperas y formar parte del entramado social cubano. Hoy en día, se estima que hay unos 50,000 descendientes de árabes en Cuba, cuyos apellidos y tradiciones continúan recordando la presencia de esta comunidad en la historia de la nación.

Fuentes consultadas:

🇨🇺 🇨🇺 🇨🇺

Estimado lector, gracias por tu interés en mi artículo.

Si estás interesado en estos temas, suscríbete a  tocororocubano.com,  para no perderte las siguientes publicaciones. Apóyanos "votando a favor" y dejando tus comentarios.

Si encontraste útil este artículo, te invitamos a compartirlo con otros para que más personas conozcan la realidad de Cuba y se sumen al debate. La verdad debe llegar a todos.

Copyright © Henrik Hernandez 2025

La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.

#cuba #tocororocubano #arabes

Comentarios