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La Llave Azul del Mundo: el dominio de los mares como proyecto imperial de EE. UU.

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Por Henrik Hernandez

Lo que sucede hoy en el Caribe forma parte de una lógica geopolítica de larga data. Desde el siglo XIX, con teóricos como Mahan, las potencias han comprendido que dominar los océanos es la llave del poder global. Hoy, Estados Unidos —heredero y máximo ejecutor de esta doctrina— retoma esa ambición en una escala nunca antes vista: busca cerrar el planeta a través del control marítimo, transformando los océanos —ese espacio que alguna vez fue símbolo de libertad y conexión— en fronteras estratégicas controladas por su tríada de poder: militar, financiero y tecnológico. La militarización de las vías marítimas, desde el Paso del Noroeste hasta el Pasaje de Drake, y la vigilancia en el Caribe, no son más que la materialización de un proyecto hegemónico que convierte el mar en el último eslabón de su cadena de dominación global.

Esa es la “llave azul del mundo”: el intento de convertir América Latina y el Ártico en los extremos de un cerrojo marítimo global que garantice la supremacía norteamericana sobre todas las rutas comerciales y energéticas del planeta.

De Mahan a la OTAN: el mar como territorio de poder

A finales del siglo XIX, el almirante estadounidense Alfred Thayer Mahan formuló una doctrina que transformó para siempre la geopolítica moderna, en su libro The Influence of Sea Power upon History, 1660–1783. (La Influencia del Poder Naval en la Historia, 1660-1783), el cual es una de las obras más famosas e influyentes jamás escritas sobre estrategia naval y geopolítica.:

“Quien domina el mar, domina el comercio; quien domina el comercio, domina el mundo.”

Esa idea se convirtió en la piedra angular del expansionismo marítimo de EE. UU., reeditada por Spykman en la teoría del Rimland y refinada por Brzezinski y Kissinger bajo la lógica del control global de los corredores marítimos.

Hoy, el Comando Sur (SOUTHCOM) y la OTAN-2030 son los herederos de esa visión.
La diferencia es que, en la era digital, el mar no solo transporta petróleo o mercancías, sino también datos, energía y comunicaciones submarinas.

Dominar los océanos significa controlar el metabolismo del mundo moderno.

Nicholas J. Spykman - el "padre de la contención

Nicholas J. Spykman (1893-1943) fue un politólogo y geógrafo holandés-estadounidense, profesor de la Universidad de Yale, y una de las figuras más influyentes en el desarrollo de la geopolítica estadounidense del siglo XX.

Actuando como un "estratega realista" durante los años de la Segunda Guerra Mundial, su obra principal, The Geography of the Peace (1944), publicada póstumamente, fue una respuesta directa a las teorías previas y un intento de definir la estrategia que Estados Unidos debería seguir en la posguerra. Spykman es considerado el "padre de la contención", ya que sus ideas proporcionaron el marco intelectual que luego sustentaría la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría.

La tesis central de Spykman, conocida como la Teoría del Rimland (Tierra de Borde o Zona Costera Periférica), reformulaba la famosa teoría del "Heartland" de Halford Mackinder. Mientras Mackinder afirmaba que quien controlara la zona central de Eurasia (el Heartland) dominaría el mundo, Spykman argumentó que la zona realmente crucial era el Rimland: el cinturón costero y periférico de Eurasia, que comprende Europa, el Medio Oriente, el Subcontinente Indio y el Sudeste Asiático.

Desde esta perspectiva, el Rimland actuaba como un enorme buffer o zona de contención entre el poder marítimo (representado por potencias como EE.UU. y Reino Unido) y el poder terrestre (el Heartland). Spykman concluyó con su famoso aforismo: "Quien controle el Rimland domina Eurasia; quien domine Eurasia controla los destinos del mundo". Por lo tanto, la estrategia fundamental para Estados Unidos era impedir que cualquier potencia hostil unificara y dominara esta región del Rimland, una lógica que se convirtió en el pilar de la política de contención contra la Unión Soviética y que sigue siendo relevante en el análisis geopolítico actual.

Zbigniew Brzezinski - el realismo político en la geopolítica

Zbigniew Brzezinski (1928-2017) fue un politólogo y estratega geopolítico polaco-estadounidense de enorme influencia, quien se desempeñó como Asesor de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter (1977-1981).

Figura central del realismo político en la política exterior estadounidense, Brzezinski fue un firme creyente del papel de Estados Unidos como potencia hegemónica global. Su obra más célebre, El Tablero de Ajedrez Mundial: Primacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos (1997), se convirtió en el texto fundacional para entender la estrategia de Estados Unidos tras la Guerra Fría. En ella, argumentaba que el principal objetivo de Washington debía ser preservar su condición de única superpotencia y evitar el surgimiento de cualquier rival que pudiera desafiar su liderazgo, especialmente en el continente clave: Eurasia.

La tesis central de Brzezinski sostenía que Eurasia es el "tablero de ajedrez" decisivo para la supremacía global. Para mantener la primacía, Estados Unidos debía actuar como un poder arbitral y estabilizador, evitando a toda costa que surgiera una potencia hostil que pudiera dominar el continente.

Su estrategia se basaba en dos pilares principales: 1) la expansión de la OTAN hacia el este para asegurar el "flanco occidental" de Eurasia (Europa) y actuar como un dique de contención frente a Rusia, y 2) la gestión del "arco de crisis" en el "flanco sur", que se extiende desde los Balcanes hasta Asia Central. Brzezinski identificó a Ucrania como un "estado pivote" geoestratégico fundamental; su independencia de Moscú era, en su visión, crucial para impedir el resurgimiento de un imperio ruso que pudiera dominar Eurasia.

Su pensamiento, heredero directo de teóricos como Spykman, proporcionó el andamiaje intelectual para la política exterior estadounidense en las décadas posteriores a la Guerra Fría y conserva una vigencia sorprendente en los conflictos geopolíticos actuales.

Trump y la geopolítica  a la MAGA

La política exterior de Trump puede verse como una amalgama disruptiva de estos tres pensadores. Tomó de Mahan el énfasis en el poder naval crudo, pero lo proyectó a una escala hemisférica y global casi ininterrumpida. Su estrategia evidenció una clara intención de controlar las vías marítimas críticas de todo el continente americano, desde el Paso del Noroeste en el Ártico canadiense —donde reafirmó la postura de que es aguas internacionales, desafiando la soberanía de Canadá— hasta el Pasaje de Drake en el extremo sur, al reafirmar la presencia de la Armada en aguas antárticas y su negativa a ratificar acuerdos que limitaran la explotación de recursos en la región. Este control hemisférico de las "autopistas marítimas" buscaba asegurar las líneas de comunicación y negar su uso a potencias rivales como China o Rusia, quienes han incrementado su interés en el Ártico y el Atlántico Sur.

De Spykman, adoptó la obsesión por contener a China e Irán en el Rimland euroasiático, y de Brzezinski, la visión de Eurasia como un tablero de juego. Sin embargo, su ejecución se caracteriza por un unilateralismo transaccional y una voluntad de socavar el orden liberal internacional que sus predecesores habían construido sobre esas mismas bases teóricas. En esencia, Trump aplicó el diagnóstico geopolítico clásico de poder duro y control espacial, pero rechazó la receta tradicional de liderar a través de alianzas multilaterales estables, prefiriendo una estrategia de balcanización de los espacios marítimos y una afirmación directa y nacionalista del poder naval estadounidense desde el Polo Norte hasta la Antártida.

El anillo marítimo occidental: América Latina como llave del dominio oceánico

El mapa del poder naval estadounidense se sostiene sobre un eje: el control del hemisferio occidental como base de proyección global.

Desde Alaska y Groenlandia hasta la Antártida, EE. UU. intenta cerrar el “anillo azul” que encierra cuatro zonas cruciales:

El Paso del Noroeste, EE. UU. lo controla al tener el Estado de Alaska en su Unión, pero quiere establecer el control sobre Groenlandia, para cerrar esa vía de navegación marítima.

El Caribe, la presencia militar de EE. UU. en el Caribe es extensa y variada, con Puerto Rico y la Bahía de Guantánamo en Cuba como sus activos más significativos, complementados por instalaciones estratégicas especializadas en varias islas soberanas, punto de vigilancia sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El Canal de Panamá y la costa pacífica colombiana, piezas que garantizan el tránsito interoceánico bajo supervisión aliada.

El Atlántico Sur, llave hacia África, Brasil y la Antártida, donde Londres y Washington mantienen una red de cooperación militar que incluye las Malvinas y el Atlántico austral. El objetivo central es establecer control sobre el Estrecho de Magallanes y el Pasaje de Drake. 

Bajo el discurso de “libertad marítima”, el Pentágono ha desplegado una estructura de vigilancia continua que transforma las aguas internacionales en un espacio de control operativo, no de soberanía compartida.

América Latina es, en este esquema, la base logística del imperio marítimo global.

El eje Ártico–Caribe: la bóveda y la llave

El deshielo del Ártico ha abierto un corredor que reduce en un 40 % el tiempo de navegación entre Asia y Europa. Para EE. UU., controlar la Ruta Polar del Norte (Paso del Noroeste) —junto a Canadá y Groenlandia— es asegurar la bóveda norte del planeta.

Pero toda bóveda necesita su cerradura: el Caribe.

Si EE. UU. controla la entrada ártica y la salida caribeña, el mundo quedará bajo un solo timón. Desde el Ártico hasta el Estrecho de Magallanes, la supremacía marítima estadounidense sería total.

Los océanos dejarían de ser rutas abiertas y se convertirían en tuberías logísticas privadas por donde fluiría el comercio solo bajo permiso de Washington.

Venezuela y Cuba: las dos llaves que resisten

Venezuela y Cuba ocupan posiciones opuestas y complementarias dentro de este cerrojo geográfico:

Venezuela, puerta del Atlántico Sur y del Golfo de Paria, impide que el control estadounidense del Caribe se extienda hacia el sur.

Cuba, en el centro del triángulo Yucatán–Florida–Antillas, interrumpe la continuidad naval norteamericana en el corazón del Caribe.

Por eso el asedio a ambos países no es coyuntural ni ideológico, sino estructural y geoespacial.

EE. UU. no busca democracia, busca control marítimo integral.

Cada sanción, cada bloqueo, cada campaña mediática, forma parte de una estrategia de cerco que aspira a cerrar la llave azul del hemisferio occidental.

El mar como frontera del siglo XXI

La era de los imperios terrestres terminó; ahora el poder se mide en rutas marítimas y cables submarinos.

El océano —símbolo de libertad desde los tiempos de los navegantes— se convierte en el escenario de la nueva colonización.

El objetivo no es conquistar territorios, sino administrar la circulación global: decidir quién puede comerciar, comunicarse o sobrevivir.

La humanidad enfrenta así un riesgo inédito: el cierre azul del mundo, un cerco planetario sin muros, donde los mares —el espacio común de todos— pasan a ser propiedad estratégica de una potencia.

Una Perspectiva desde la Seguridad Internacional

Desde una perspectiva observadora, la estrategia marítima de Estados Unidos puede interpretarse como la aplicación contemporánea de principios geopolíticos clásicos a un escenario global en transformación. La continuidad doctrinal desde Mahan hasta las actuales directivas del SOUTHCOM y la OTAN refleja una lógica de seguridad nacional consistente, donde el control de las vías marítimas responde no solo a imperativos de poder, sino a una visión de estabilidad internacional y protección de flujos comerciales globales. Esta postura, aunque frecuentemente interpretada como hegemónica desde visiones críticas, se articula oficialmente como un mecanismo de garantía del orden global y contención de potencias emergentes revisionistas, en un contexto donde la competencia estratégica con China y Rusia se ha intensificado significativamente hacia 2025.

Conclusión

La “llave azul” no es una metáfora, sino un proyecto imperial en marcha.

América Latina —con Cuba y Venezuela en su centro— constituye la última frontera antes de que ese cerrojo se cierre completamente. Si el Sur no responde con unidad, diplomacia oceánica y cooperación real, los océanos dejarán de unirnos y comenzarán a separarnos.

Y ese día, el planeta habrá perdido no solo su libertad, sino su horizonte.

Glosario de términos clave:

Llave azul: concepto que designa la estrategia de EE. UU. para controlar los océanos del hemisferio occidental y cerrar las rutas marítimas globales bajo su hegemonía.

Anillo marítimo occidental: red de bases, flotas y alianzas desde el Ártico hasta la Antártida que consolida la presencia naval estadounidense.

Mahan Thayer, Alfred: almirante y historiador naval estadounidense. La tesis central de Mahan era que el poderío naval y el control de los mares eran el factor determinante para que una nación se convirtiera en una potencia mundial dominante.

SOUTHCOM: U.S. Southern Command, estructura militar encargada de las operaciones estadounidenses en América Latina y el Caribe.

Ruta Polar del Norte (Paso del Noreeste): corredor marítimo ártico que conecta Asia y Europa por aguas rusas y canadienses, clave del comercio futuro.

Doctrina Mahan: teoría naval estadounidense que postula el dominio del mar como condición para el dominio global.

Fuentes consultadas:

Brzezinski, Z. (1997). The Grand Chessboard: American Primacy and Its Geostrategic Imperatives. New York. Basic Books.

Mahan, A. T. (1890). The Influence of Sea Power upon History, 1660–1783. Boston.  Little, Brown and Company. 

OTAN. (2021). NATO 2030: United for a New Era: Making the Alliance Stronger for a More Competitive World. Bruselas: OTAN.

Spykman, N. (1944). The Geography of the Peace. New York. Harcourt, Brace and Company

U.S. Southern Command. (2025). Posture Statement to Congress. https://www.southcom.mil/Media/Special-Coverage/SOUTHCOMs-2025-Posture-Statement-to-Congress/

Hernandez, H. (2024, 22 diciembre). La Doctrina Trump: respuesta reactiva de EE. UU. ante su declive imperial. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/la-doctrina-trump-respuesta-reactiva-de-ee-uu-ante-su-declive-imperial/

Hernandez, H. (2025, 8 enero). La Estrategia de Trump: una amenaza existencial para Cuba y el orden internacional. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/la-estrategia-de-trump-una-amenaza-existencial-para-cuba-y-el-orden-internacional/

Hernandez, H. (2025, 9 enero). La transición tripolar hacia la unipolaridad: la hegemonía global de EE. UU. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/la-transicion-tripolar-hacia-la-unipolaridad-la-hegemonia-global-de-ee-uu/

Hernandez, H. (2025, 9 enero). El impacto de la Doctrina Trump en cada miembro del BRICS y Cuba. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/el-impacto-estrategico-de-doctrina-trump-en-cada-miembro-del-brics/

Nota Metodológica:

Este análisis emplea una metodología cualitativa que combina: 1) el estudio de fuentes primarias de teoría geopolítica clásica (Mahan, Spykman, Brzezinski), 2) el análisis de documentos oficiales recientes (SOUTHCOM 2025, OTAN 2030) y 3) un enfoque crítico de relaciones internacionales para interpretar la proyección estratégica de EE.UU. en espacios marítimos. 

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© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729). Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial sin autorización. 

Declaración de autoría

Formación multidisciplinaria:

Geopolítica y Ciencias Sociales: Licenciado en Ciencias Pedagógicas con especialización en Historia y Ciencias Sociales por la Escuela Superior Interarmas de Políticos Militares de Minsk (1986)

Economía y mercados: Graduado de Vendedor y Promotor de Comercio Internacional en Säljehögskola - Mercuri International (2001)

Psicología y Salud: Auxiliar de Enfermería en Lärgården (2010) con especialización en Psiquiatría (2025)

Método de trabajo:
Artículo investigado, argumentado y redactado íntegramente por el autor. Se empleó IA exclusivamente para estructuración editorial y contraste conceptual bajo supervisión humana constante.

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