Historia

La Ley Costigan-Jones de 1934: la estrategia de EE.UU. para limitar el azúcar cubano

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Imagen creada por la AI Sofia donde la vaca flaca representa la crisis y dependencia económica de Cuba ante EE. UU.

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🐄 ¿Cómo una vaca flaca representa la historia económica de Cuba? Durante décadas, EE.UU. utilizó el comercio del azúcar como un arma de control sobre la isla mucho antes de la Revolución Cubana. Antes de que EE. UU. impusiera el bloqueo, leyes como la Costigan-Jones de 1934 restringieron la entrada del azúcar cubano al mercado estadounidense, perpetuando la dependencia y la crisis en la economía de la isla. Descubre cómo estas políticas moldearon el destino de Cuba y su lucha por la soberanía económica.

Introducción

La economía cubana de principios del siglo XX estaba marcada por una dependencia estructural del comercio con Estados Unidos, especialmente en la exportación de azúcar. Sin embargo, una serie de medidas proteccionistas impuestas por Washington durante la década de 1930 redujeron drásticamente la participación de Cuba en el mercado azucarero estadounidense. Entre ellas, la Ley Costigan-Jones de 1934 jugó un papel crucial en la consolidación de esta dependencia y en el empobrecimiento de la isla. Esta ley representó un claro ejemplo del control económico ejercido por EE.UU. sobre Cuba antes del bloqueo formal de los años 60.

Antecedentes: la caída tras la Danza de los Millones

Durante la Primera Guerra Mundial, la demanda de azúcar se disparó, beneficiando a Cuba con lo que se conoce como la Danza de los Millones, un periodo de prosperidad económica impulsado por precios excepcionalmente altos del azúcar. Sin embargo, tras el fin del conflicto, la sobreproducción mundial causó el desplome de los precios, iniciando una crisis en la industria azucarera cubana que se acentuó en la década de 1920 y 1930.

La situación se agravó con la Gran Depresión (1929), que impactó negativamente el comercio internacional. En este contexto, EE.UU. adoptó medidas proteccionistas para proteger su industria azucarera, afectando directamente a Cuba.

La Tarifa Hawley-Smoot (1930) y la Ley Costigan-Jones (1934)

Tras la Danza de los Millones, el alto costo de la vida persistió hasta 1920, agravado por la crisis económica mundial de ese año. La acumulación de azúcar en 1925 llevó a una reducción en la producción, que se acentuó en la década de 1930 con la tarifa Hawley-Smoot (1930) y la Ley Costigan-Jones (1934), ambas destinadas a restringir la entrada del azúcar cubano al mercado estadounidense.

Para frenar la entrada de productos extranjeros al mercado estadounidense, el Congreso de EE.UU. aprobó la Tarifa Hawley-Smoot en 1930, que aumentó significativamente los aranceles sobre importaciones, incluido el azúcar cubano.

Cuba se vio forzada a conceder bajas de tarifas aduaneras suplementarias – los
Estados Unidos protegiéndose, por la adopción del Hawley-Smoot Tariff Act (1930)29– y de conservar una tasa de cambio de 1 por 1 entre el peso y el dólar, lo que provocó una fuerte deflación, contrajo la masa monetaria y laminó una base económica cubana deforme y débil.

No obstante, en 1934 se implementó una estrategia más efectiva para restringir la competencia del azúcar cubano: la Ley Costigan-Jones. Esta legislación estableció un sistema de cuotas de producción que favorecía a los productores azucareros estadounidenses, incluyendo a Luisiana, Florida, Hawái y Puerto Rico. Como resultado, la cantidad de azúcar importada desde Cuba se redujo drásticamente, limitando su acceso al mercado de EE.UU. Este mecanismo de regulación comercial se convirtió en una forma de dominación económica sobre Cuba, anticipando lo que más tarde sería el bloqueo impuesto por EE.UU.

El Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934: un vínculo de sometimiento

Ese mismo año, Cuba firmó con EE.UU. el Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934, que en teoría buscaba mantener ciertos privilegios arancelarios en el comercio bilateral. Sin embargo, en la práctica, consolidó la dependencia económica de Cuba, pues:

  • EE.UU. determinaba cuánta azúcar cubana podría entrar a su mercado.
  • Se mantenía el modelo de explotación del monocultivo azucarero.
  • No se ofrecieron alternativas para diversificar la economía cubana.
  • Se perpetuó el control estadounidense sobre la política económica de la isla.

Este tratado reemplazó al firmado en 1903, pero en esencia mantuvo el neocolonialismo económico impuesto por EE.UU. desde la ocupación militar de Cuba en 1898. El Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934 mantuvo el sometimiento del comercio cubano a EE.UU., sin modificar la relación desigual establecida en 1902. La política de cuotas azucareras se aplicó hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando EE.UU. suspendió las restricciones para aprovechar la producción cubana como proveedor en el conflicto.

Consecuencias para Cuba

El impacto de la Ley Costigan-Jones y del Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934 fue devastador para Cuba:

  • Caída de los ingresos nacionales: La reducción de las exportaciones provocó una disminución en los ingresos del país, generando una crisis económica.
  • Aumento del desempleo: Al disminuir la producción azucarera, miles de trabajadores quedaron sin empleo.
  • Conflictos sociales: El descontento aumentó, contribuyendo a huelgas y disturbios durante la década de 1930.
  • Radicalización política: El despojo económico alimentó un creciente rechazo al intervencionismo estadounidense y preparó el terreno para movimientos revolucionarios.

Entre 1902 y 1945, estos factores profundizaron la deformación estructural de la economía cubana, consolidando su modelo monoproductor, monoexportador y plurimportador, reforzando su dependencia económica de EE.UU.

Conclusión: el azúcar como arma de control

La Ley Costigan-Jones de 1934 fue mucho más que una regulación comercial: fue una herramienta de control económico y político. Al limitar las exportaciones de azúcar cubano, EE.UU. reafirmó su dominio sobre la economía de la isla, prolongando la dependencia y dificultando la soberanía económica cubana.

Esta estrategia de presión económica anticipó las futuras sanciones y el bloqueo de EE.UU. contra Cuba, mostrando que el control comercial era utilizado como un arma geopolítica mucho antes de la Revolución de 1959.

Este episodio es clave para entender la relación conflictiva entre Cuba y EE.UU. en el siglo XX. Muestra cómo el control económico se utilizó como un arma de dominación, que con el tiempo contribuiría a la resistencia del pueblo cubano y a la Revolución de 1959.

Fuentes consultadas: 

  • Herrera, R. (2022). De los ciclos de no especialización a la era del azúcar: Elementos de historia de Cuba en un largo período (1895–1959) (Parte II). International Journal of Cuban Studies, 14(1), 15. Recuperado el 9 de marzo de 2025, de  https://www.jstor.org/stable/48675903

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Copyright © Henrik Hernandez 2025

La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.

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