La guerra simbólica que nos imponen: operación para borrar al pueblo cubano de su propia historia.
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
Introducción:
Las guerras contemporáneas no se limitan a armas o sanciones. Existen guerras más sutiles, más profundas y más peligrosas: las guerras simbólicas, aquellas que no buscan destruir infraestructuras, sino identidades; no buscan ocupar territorios, sino memorias.
Su objetivo es simple: si controlas los símbolos de un pueblo, controlas su historia; si controlas su historia, controlas su destino.
Cuba está siendo objetivo de una operación simbólica que pretende: desplazar a Martí, desactivar la Plaza de la Revolución como corazón político del pueblo, difuminar la ruptura histórica con Batista y neutralizar al pueblo cubano como protagonista de su propia historia.
Este artículo identifica la operación, documenta su origen y propone una estrategia nacional para enfrentarla.
Primera fase de la operación: contaminar el símbolo
La ofensiva comienza con una fotografía histórica del Monumento a José Martí durante su construcción bajo Batista, acompañada del mensaje:
“Libera tu mente.”
El propósito no es educar: es manipular el origen simbólico, inducir la idea falsa de que el monumento es “batistiano” para deslegitimarlo emocionalmente.
Esta técnica se llama ingeniería de origen: reconfigurar el pasado para erosionar el presente. Si el monumento se percibe como un residuo de la dictadura, se vuelve atacable, cuestionable, reemplazable.
Segunda fase: la “torre democrática”, símbolo importado que borra al pueblo
Tras contaminar el monumento, se presenta una “alternativa”.
Una imagen circula mostrando la Plaza de la Revolución reemplazada por una torre futurista, etiquetada como “Torre Democrática”.La manipulación es clara: Martí queda reducido a un accesorio ornamental, la horizontalidad desaparece, el espacio del pueblo se sustituye por un símbolo vertical y elitista.
Se sugiere que “modernidad” equivale a borrar la historia nacional.
No destruyen a Martí: lo neutralizan.
No destruyen la plaza: la vacían de pueblo.
¿Qué pretende borrar realmente esta operación simbólica?
1. Las marchas del pueblo combatiente
La plaza es el espacio físico donde el pueblo cubano se hizo protagonista.
La torre destruye ese escenario.
2. Los desfiles del Primero de Mayo
Desfiles multitudinarios no pueden existir en una arquitectura vertical.
3. Las Declaraciones de La Habana
Sin plaza, no existe el lugar donde Cuba habló al mundo.
4. La figura histórica de Fidel ante el pueblo
Sin espacio público masivo, desaparece la memoria visual de la participación popular.
5. La democracia directa de los años 60
La plaza fue el foro de la política popular; la torre es el símbolo de la élite.
6. El respaldo popular a la Revolución
La torre es un instrumento para borrar esa demostración histórica de consenso social.
En resumen:
La torre no sustituye arquitectura: sustituye pueblo.
La Plaza de la Revolución: símbolo que no pueden controlar
La plaza representa la horizontalidad del poder popular.
La torre representa la verticalidad del poder elitista.
La plaza es cubana.
La torre es importada.
La plaza unifica;
la torre separa.
La plaza democratiza;
la torre jerarquiza.
Por eso buscan destruir simbólicamente ese espacio: porque en él vive la memoria del pueblo como sujeto político.
Martí: no lo eliminan… lo subordinan
En la imagen manipulada, Martí sigue ahí, pero reducido, pequeño, eclipsado.
Mantener la estatua y cambiar el contexto es una técnica de: neutralización simbólica —mantener la forma, vaciar el contenido.
Pero Martí no es mármol: es el fundamento ético, moral e histórico de la nación.
Desplazarlo del centro simbólico es desplazar la cubanía.
Prueba documental de la operación simbólica
La operación no es teórica. Está documentada. El mensaje proviene de Fabio Prieto Veiga, opositor activo, difundido en el grupo de Facebook:
“El Pueblo Levanta al Pueblo (Ayuda Directa, Huracán Melissa, Stgo de Cuba)”
Publicación original:
“Cuba no cambiará hasta que cambiemos también los símbolos que nos mantienen atrapados.
La torre vieja representa el pasado que nos hundió.
Una nueva torre representa el futuro que podemos construir.”
Enlace directo:
https://www.facebook.com/groups/1619451049435230/?multi_permalinks=1636301294416872&hoisted_section_header_type=recently_seen
Esta narrativa sigue una secuencia psicológica premeditada:
1. Desvalorizar el símbolo (monumento = atraso)
2. Criminalizarlo (monumento = pasado que “hundió al país”)
3. Proponer sustitución (torre moderna)
4. Asociarla con libertad o democracia
5. Conectar el cambio simbólico con cambio político
Es un procedimiento típico de ingeniería simbólica de revoluciones de colores.
La pregunta fundamental: ¿qué hacer ante esta guerra simbólica?
La operación está en curso. Por eso Cuba necesita una respuesta estratégica, no reactiva. Lo siguiente constituye un plan nacional de defensa simbólica.
Estrategia nacional para enfrentar la guerra simbólica
1. Frente educativo y cultural: memoria como defensa
a) Alfabetización simbólica
Explicar en escuelas, centros de trabajo y medios: qué es guerra simbólica, cómo se manipulan imágenes y se fabrican narrativas de sustitución.
b) Material audiovisual para jóvenes
Videos de 1 minuto:
“Por qué la Plaza nos pertenece”,
“Cómo manipulan los símbolos en redes”.
c) Museografía popular
Exposiciones locales:
“La Plaza que construyó un pueblo.”
2. Frente digital: donde ocurre la batalla
a) Unidad de Monitoreo Simbólico
Un equipo técnico para: rastrear memes manipulados, mapear nodos de difusión, identificar cámaras de eco.
b) Brigadas Digitales del Pueblo
Defensa civil digital, voluntaria, educada, no agresiva.
c) Contraataque creativo
Memes, infografías y videos que desmonten las manipulaciones y refuercen la memoria histórica.
3. Frente institucional y legal
a) Reconocimiento formal de la guerra simbólica
Incorporarla en la seguridad cultural del país.
b) Protección jurídica
Herramientas legales para denunciar falsificación o manipulación maliciosa de símbolos nacionales.
c) Protocolos de defensa simbólica
Similares a la defensa civil, pero culturales.
4. Frente social: el pueblo como actor
a) Activismo simbólico
Actos, concentraciones, celebraciones que reactiven la Plaza como espacio vivo.
b) Testimonios históricos
Personas que vivieron momentos claves narrando su experiencia. La historia se hace humana, no abstracta.
c) Diplomacia simbólica
Llevar la memoria de la Plaza a espacios internacionales.
5. Estrategia a largo plazo: regenerar sin borrar
a) Nuevos símbolos complementarios
Crear estéticas cubanas contemporáneas que complementen, no sustituyan, nuestros monumentos.
b) Jóvenes creadores
Incorporar artistas, diseñadores y comunicadores para actualizar la narrativa simbólica cubana.
c) Investigación académica
Centros de estudio en: guerra simbólica, semiótica de resistencia e identidad cultural defensiva.
Principios operativos: cómo se gana una guerra simbólica
Velocidad: responder en menos de 24 horas.
Claridad: narrativa simple y contundente.
Creatividad: imágenes tan poderosas como las manipuladas.
Elegancia: firmeza sin agresividad.
Persistencia: esto no se gana una vez, sino todos los días.
Conclusión
La operación simbólica identificada no pretende cambiar un monumento: pretende cambiar la identidad del país.
Neutralizar a Martí es neutralizar la cubanía. Borrar la Plaza es borrar la memoria popular. Reemplazar un símbolo por una torre ajena es reemplazar al pueblo por una élite sin raíces.
La respuesta no puede ser silenciosa ni reactiva: debe ser educativa, creativa, digital, social y cultural.
Porque un pueblo que entiende sus símbolos, jamás permitirá que se los arrebaten.
Y un pueblo que defiende su memoria defiende su futuro.
Glosario de términos clave:
Guerra simbólica: forma de confrontación política en la que el objetivo no es destruir infraestructura física, sino manipular signos, imágenes y símbolos que sostienen la identidad colectiva de un pueblo.
Ingeniería de origen: técnica de manipulación narrativa que consiste en alterar o reinterpretar el origen histórico de un símbolo para deslegitimarlo emocionalmente.
Neutralización simbólica: estrategia mediante la cual un símbolo no es destruido físicamente, pero se vacía de significado al cambiar su contexto o subordinarlo a otros elementos.
Espacio de soberanía simbólica: lugar físico cuya carga histórica lo convierte en un referente de identidad nacional. La Plaza de la Revolución es el principal espacio de este tipo en Cuba.
Cámara de eco digital: grupo o comunidad en redes sociales donde circulan únicamente ideas similares, reforzando creencias internas sin contraste con información externa.
Secuencia de sustitución simbólica: proceso mediante el cual se desvaloriza un símbolo existente, se criminaliza su significado, se propone una alternativa y se asocia esa alternativa con progreso o libertad.
Imaginario colectivo: conjunto de imágenes, mitos y símbolos compartidos que un pueblo utiliza para interpretarse a sí mismo y entender su historia.
Revolución de colores: modelo de intervención político-simbólica que opera mediante narrativas, imágenes y símbolos destinados a modificar percepciones sociales y provocar cambios políticos sin intervención militar directa.
Paisaje de la memoria: conjunto de monumentos, lugares y rituales que forman el mapa emocional de la historia de un pueblo.
Defensa civil digital: forma de participación ciudadana en entornos virtuales destinada a contrarrestar campañas de manipulación informativa o simbólica.
Fuentes consultadas:
Gill, G., & Angosto-Ferrández, L. F. (2018). Introduction: Symbolism and politics. Politics, Religion & Ideology, 19(4), 429–433. https://doi.org/10.1080/21567689.2018.1539436
Harrison, S. (1995). 4 types of symbolic conflict. Journal of the Royal Anthropological Institute, 1(2), 255–272.
https://pure.ulster.ac.uk/en/publications/4-types-of-symbolic-conflict-3/
Bellentani, F., & Panico, M. (2016). The meanings of monuments and memorials: Toward a semiotic approach.
Punctum: International Journal of Semiotics, 2(1), 28–46.
https://doi.org/10.18680/hss.2016.0004
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