Educación y Sociedad

La falacia de la comparación simplista: una reflexión filosófica de Henrik Hernandez

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Introducción

La falacia de la comparación simplista es un error lógico que ocurre cuando se comparan dos realidades complejas utilizando criterios superficiales o reduccionistas, sin considerar sus contextos, estructuras o factores determinantes. Se trata de una comparación que ignora diferencias fundamentales y busca presentar una visión distorsionada o sesgada de la realidad.

Características de esta falacia:

Ignora el contexto: Se comparan elementos de distintos sistemas o culturas sin considerar sus condiciones históricas, económicas o sociales.

Usa criterios arbitrarios: Se escogen selectivamente datos que favorecen una narrativa, omitiendo los que podrían contradecirla.

Propaga medias verdades: Se exageran diferencias o similitudes para reforzar una conclusión predeterminada.

Busca manipular la opinión pública: Generalmente, se usa como herramienta de propaganda o desinformación.

Ejemplo práctico:

Decir que “EE.UU. es democrático porque tiene elecciones cada cuatro años y Cuba no porque su presidente no es elegido directamente por el pueblo” es una falacia de comparación simplista. Este argumento ignora que en EE.UU. el sistema electoral es indirecto y está influenciado por grandes capitales, mientras que en Cuba se elige desde la base de la sociedad sin campañas financiadas por corporaciones.

En resumen, la falacia de comparación simplista es una herramienta recurrente en discursos propagandísticos y debe ser desmontada con un análisis profundo y contextualizado.

En los debates sobre Cuba y Estados Unidos, se repiten una serie de argumentos propagandísticos que intentan imponer una visión distorsionada de la realidad cubana, basada en estereotipos, medias verdades y falsedades. Es fundamental desmontar estos puntos y contrastarlos con la realidad.

1. "Mi presidente fue electo, el tuyo fue asignado"

El proceso electoral en Cuba es diferente al de EE.UU., pero eso no lo invalida. En Cuba, las elecciones comienzan desde la base, con la selección de delegados en cada comunidad sin la intervención de partidos políticos ni campañas multimillonarias. En EE.UU., el sistema favorece a quienes tienen más dinero e influencia, y el Colegio Electoral puede designar a un presidente sin que gane el voto popular, como ocurrió en 2016 con Donald Trump. Si la elección popular fuera el criterio único de legitimidad, entonces EE.UU. tendría problemas de legitimidad en varias ocasiones de su historia.

En Cuba, las elecciones generales se celebran cada cinco años, donde se eligen los delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular y los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Estos últimos, a su vez, eligen al Presidente de la República y al Consejo de Estado y de Ministros. Las elecciones municipales ocurren cada dos años y medio y son la base del sistema de representación popular en el país.

Una propuesta viable para fortalecer el sistema sería la implementación de una consulta popular posterior a la elección del presidente, en la que la población ratifique o rechace la elección realizada por la Asamblea Nacional. Esta consulta no solo sería consultiva, sino también vinculante, lo que garantizaría una mayor participación directa del pueblo en la decisión final sobre su máximo representante.

2. "Mi presidente es un empresario exitoso, el tuyo no sabe invertir"

El hecho de que un presidente sea multimillonario no garantiza una buena administración. La política económica de Trump favoreció a los grandes capitales mientras aumentaba la desigualdad. En contraste, Cuba, a pesar del bloqueo impuesto por EE.UU., ha garantizado salud y educación gratuitas, logros impensables en el modelo estadounidense donde millones carecen de seguro médico y el acceso a la educación superior depende de la capacidad de pago.

3. "Mi presidente permite la libertad de expresión, el tuyo reprime"

EE.UU. se presenta como el campeón de la libertad de expresión, pero reprime duramente a quienes denuncian sus injusticias. Ejemplos claros son Edward Snowden, exiliado por exponer la vigilancia masiva, y Julian Assange, perseguido por revelar crímenes de guerra. En EE.UU., protestas como Black Lives Matter han sido reprimidas con violencia. En Cuba, lo que se sanciona no es la crítica, sino los intentos de desestabilización financiados desde el exterior.

4. "Mi presidente deporta a delincuentes, el tuyo a su propio pueblo"

La política migratoria de EE.UU. es ampliamente criticada por su crueldad, con la separación de familias y la detención de niños en condiciones inhumanas. En Cuba, los ciudadanos tienen plena libertad de movimiento dentro del país y el supuesto "destierro" de opositores es un mito sin sustento.

5. "Mi presidente habla mal de las mujeres, el tuyo las golpea"

Donald Trump ha sido acusado de abuso sexual por varias mujeres y ha realizado comentarios misóginos en público. En Cuba, las mujeres tienen un nivel de representación parlamentaria superior al de EE.UU., y se han logrado avances significativos en igualdad de género. Las acusaciones de violencia institucional contra mujeres en Cuba forman parte de la guerra mediática.

6. "El cambio climático y la contaminación"

EE.UU. es el mayor contaminador histórico del planeta y ha defendido los intereses de las grandes petroleras. Se retiró de acuerdos climáticos y obstaculiza regulaciones ambientales. En cambio, Cuba ha sido reconocida por sus políticas de sostenibilidad y conservación a pesar de sus limitaciones económicas impuestas por el bloqueo.

7. "En mi país hay elecciones cada 4 años, en el tuyo manda la dictadura"

Las elecciones en EE.UU. son un espectáculo mediático donde los candidatos deben contar con millones de dólares en financiamiento para ser viables. En Cuba, las decisiones políticas se toman en función del bien común y no del dinero. Además, si la democracia en EE.UU. es tan funcional, ¿por qué persisten problemas como la desigualdad extrema, la falta de acceso a la salud y la represión contra minorías?

Conclusión: una cuestión de perspectiva filosófica

Este tipo de mensajes comparativos buscan desinformar y manipular con afirmaciones superficiales que ignoran la realidad de cada país. Cuba, a pesar del bloqueo y la constante agresión de EE.UU., ha garantizado derechos sociales que en la autodenominada "tierra de la libertad" siguen siendo privilegios de unos pocos.

Si la comparación se hiciera de manera justa, habría que preguntarse:

  • ¿En qué país hay más personas sin acceso a la salud?
  • ¿En qué país hay más niños en la pobreza?
  • ¿En qué país la educación universitaria es un derecho y no un privilegio?
  • ¿En qué país la policía mata más personas por su color de piel?
  • ¿En qué país las elecciones están controladas por el dinero de las corporaciones?

No se trata de idealizar ningún sistema, sino de desmontar la propaganda que pretende ocultar la verdad detrás de comparaciones simplistas e interesadas. Reflexionar sobre estas cuestiones nos lleva a un análisis filosófico más profundo sobre la naturaleza de la democracia, la justicia social y el verdadero significado de la libertad.

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Copyright © Henrik Hernandez 2025

La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.

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