Sociedad

La erosión del imaginario: la batalla ideológica y simbólica por la supervivencia de la Revolución Cubana

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Imagen generada por la AI Sofia.

Introducción: cuando el sentido se agota antes que las estructuras

Con los tres artículos precedentes hemos examinado el desgaste histórico del ciclo revolucionario, la contradicción entre propiedad y control popular, y la transformación económica que está reconfigurando la naturaleza del sistema. Pero hay un componente adicional, menos visible y más decisivo: la erosión del imaginario simbólico que sostuvo durante décadas la cohesión moral de la Revolución. Ningún proyecto político sobrevive cuando pierde la capacidad de narrar un horizonte compartido. Cuba no está únicamente ante una crisis económica o institucional; está ante una crisis de sentido. Y cuando el sentido se agota, las estructuras empiezan a funcionar por inercia, desconectadas de su fundamento original.

El imaginario revolucionario como fuente de legitimidad

Durante décadas, la Revolución Cubana no se sostuvo solo por la propiedad estatal o el liderazgo político, sino por un imaginario fundador que se convirtió en la principal fuente de legitimidad: la idea de justicia social como destino, la épica del sacrificio, la noción de un pueblo transformado en sujeto histórico. No era propaganda; era una sensibilidad colectiva alimentada por experiencias reales de movilidad social, alfabetización, acceso universal a servicios fundamentales y un ethos de dignidad nacional frente al poder imperial. La Revolución era más que un sistema político: era una gramática moral que otorgaba sentido a la vida cotidiana.

El desgaste del relato: cuando el discurso deja de corresponderse con la experiencia

Ese imaginario comenzó a desgastarse cuando el relato dejó de coincidir con la realidad vivida. La épica, repetida sin actualización, se volvió saturación retórica. La noción de un pueblo en movimiento quedó paralizada frente a la rigidez de las instituciones. La promesa de igualdad se tensó ante desigualdades visibles y nuevas élites económicas. La narrativa del sacrificio perdió fuerza en generaciones que no vivieron los años heroicos de la Revolución, pero sí los ciclos interminables de crisis material. La emigración masiva es el síntoma más contundente: no solo es fuga económica, sino ruptura simbólica. Cuando el proyecto ya no ofrece esperanza, el relato pierde hegemonía.

La fatiga moral: cuando los valores proclamados se contradicen con las prácticas

Toda revolución depende de una coherencia entre valores y prácticas. Esa coherencia se fractura cuando surge lo que puede llamarse fatiga moral: el cansancio colectivo ante la evidencia de que los principios anunciados se contradicen con el comportamiento del poder. La corrupción, los privilegios de élite, la doble moral institucional, la censura y la represión selectiva erosionan la autoridad moral de un proyecto que decía fundarse en la virtud revolucionaria. El problema no es solo ético; es estructural. Cuando el Estado pierde autoridad moral, pierde también su capacidad pedagógica, y el imaginario se desvanece.

La crisis del patriotismo revolucionario: la patria no puede reducirse al Estado

Durante décadas, el Estado cubano monopolizó la noción de patria y la identificó con la Revolución. Ese monopolio funcionó mientras existía una correspondencia emocional y material entre pueblo y proyecto político. Hoy, ese vínculo se ha debilitado profundamente. Las nuevas generaciones construyen su identidad nacional desde experiencias distintas: las redes sociales, la cultura global, la diáspora, el emprendimiento individual. La patria ya no se vive como una épica estatal, sino como un espacio afectivo y simbólico disperso. Esta diversificación no es necesariamente negativa, pero sí erosiona el modelo tradicional de legitimidad revolucionaria basado en una única narrativa oficial. Y obliga a repensar la relación entre nación, Estado y proyecto socialista.

Los nuevos imaginarios: emigración, mercado y éxito individual

Ante la ruptura del imaginario colectivo, emergen nuevos horizontes simbólicos. La emigración se ha convertido en un relato de salvación: no es solo un acto económico, sino una narrativa de futuro personal. El emprendimiento —en su versión real o idealizada— aparece como alternativa a la parálisis estatal. El éxito deja de medirse en términos de sacrificio por la nación para medirse en dólares, movilidad y autonomía individual. Esto no implica necesariamente una “ideologización promercado”, sino una reacción cultural ante un sistema que ya no ofrece movilidad ascendente. Estos nuevos imaginarios no son revolucionarios ni contrarrevolucionarios; son post-revolucionarios. Y ese es el indicador simbólico más fuerte de agotamiento del ciclo.

¿Es posible reconstruir un imaginario emancipador?

La pregunta decisiva no es si la Revolución puede restaurar el imaginario perdido, sino si puede reconstruir uno nuevo. Ninguna apelación al sacrificio funcionará en un país donde el sacrificio se ha vuelto rutina. Ningún discurso épico será creíble si no se acompaña de prácticas concretas de democratización, participación y mejora material. Ningún llamado a la unidad será efectivo si ignora la pluralidad real de la sociedad cubana y de su diáspora. Lo que sí podría reconstruir un imaginario emancipador no es la retórica, sino una experiencia social real: control popular sobre la producción, propiedad social gestionada desde abajo, igualdad material efectiva, participación vinculante. Una revolución simbólica solo puede surgir de una revolución práctica. No al revés.

Conclusión: el sentido como última frontera

La Revolución no sobrevivirá por nostalgia, ni por inercia, ni por capacidad represiva. Sobrevivirá —si lo logra— porque sea capaz de ofrecer de nuevo un sentido. Un horizonte. Una promesa de dignidad colectiva basada en prácticas reales de justicia social y control popular. Todo lo demás —estructura económica, aparato estatal, legitimidad internacional— depende de ese fundamento simbólico. Las revoluciones no mueren primero en la economía ni en la política. Mueren cuando dejan de narrar un futuro posible. Y renacen cuando vuelven a hacerlo.

Glosario de términos clave

Imaginario político:

Conjunto de ideas, símbolos, emociones y representaciones que una sociedad comparte sobre sí misma y que otorgan sentido a la acción política.

Gramática moral de la Revolución:

Sistema de valores, normas éticas y relatos que legitimaron históricamente el proyecto revolucionario como fuente de dignidad y justicia social.

Fatiga moral:

Estado colectivo de desgaste ético provocado por la contradicción entre los valores proclamados por una revolución y las prácticas reales del poder.

Hegemonía simbólica:

Capacidad de un proyecto político para definir los significados dominantes de la nación, el sacrificio, el futuro y la identidad colectiva.

Imaginarios post-revolucionarios:

Nuevas narrativas de futuro —como emigración, emprendimiento o movilidad individual— que sustituyen al horizonte histórico original del proyecto revolucionario.

Patriotismo revolucionario:

Fusión entre identidad nacional y proyecto estatal que caracterizó las décadas iniciales de la Revolución, donde la patria se entendía a través del relato oficial.

Élite burocrática / Burguesía funcional:

Grupo social surgido dentro del aparato estatal cuya reproducción económica y simbólica se independiza de los intereses del pueblo trabajador.

Fuentes consultadas:

Anderson, B. (2006). Imagined communities: Reflections on the origin and spread of nationalism (Rev. ed.). Verso.

Castoriadis, C. (1997). The imaginary institution of society. The MIT Press. (Obra original publicada en 1975).

Hernández, R. (2018). Cultura política y legitimidad en Cuba contemporánea. Editorial Universidad de La Habana.

Mesa-Lago, C. (2000). Market, socialist, and mixed economies: Comparative policy and performance—Chile, Cuba, and Costa Rica. Johns Hopkins University Press.

Žižek, S. (2008). The sublime object of ideology (2nd ed.). Verso.

Rojas, R. (2006). Tumbas sin sosiego: Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano. Anagrama.

Oficina Nacional de Estadística e Información. (2023). Anuario estadístico de Cuba 2023. https://www.onei.gob.cu/node/19231

Hoffmann, B. (2016). Reconstructing socialism: The politics of institutional change in Cuba. Journal of Latin American Studies, 48(4), 707–734. https://doi.org/10.1017/S0022216X16001100

Mesa-Lago, C. (2020). Cuba's economic reform: Evolution, results, and challenges. University Press of Florida.

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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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