Economía y Negocios

La encrucijada de las Mipymes en Cuba: un análisis crítico y propuestas para el futuro

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Introducción

En la última década, Cuba ha experimentado una serie de reformas económicas destinadas a revitalizar su economía, afectada por años de bloqueo, ineficiencias internas y un entorno global desafiante. Entre estas reformas, la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) se presentó como una solución para dinamizar la economía, generar empleo y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, la implementación de esta política ha traído consigo una serie de problemas que ponen en riesgo la estabilidad del proceso revolucionario cubano.

La inflación y el descontento popular

Uno de los problemas más acuciantes ha sido la inflación galopante. La apertura de Mipymes sin una adecuada planificación y control ha resultado en una mayor demanda de bienes y servicios en un contexto de oferta limitada. Esta desproporción ha disparado los precios, afectando gravemente el poder adquisitivo de la mayoría de la población. El descontento popular ha crecido, ya que la promesa de una vida mejor se ha visto empañada por el incremento del costo de vida y la sensación de desigualdad que experimentan los sectores más vulnerables de la población.

Creación de una nueva clase de ricos

La aparición de una nueva clase de ricos, beneficiados por las oportunidades económicas que las Mipymes ofrecen, ha generado tensiones sociales. En un país donde la igualdad ha sido un pilar fundamental del discurso revolucionario, la percepción de que unos pocos prosperan mientras la mayoría se empobrece es un golpe a la cohesión social y a la credibilidad del gobierno. Esta situación ha sido exacerbada por la falta de mecanismos efectivos para regular la actividad económica y garantizar una distribución equitativa de los beneficios.

Comparación con la Nueva Política Económica (NEP) de la Unión Soviética

La situación actual en Cuba presenta algunas similitudes inquietantes con la Nueva Política Económica (NEP) implementada en la Unión Soviética en la década de 1920. La NEP permitió cierta liberalización económica para recuperar la economía devastada por la guerra civil, pero también resultó en la creación de una nueva clase de ricos conocida como los "NEPmen". Al igual que en Cuba, esto generó descontento y desigualdad, minando la cohesión social y provocando tensiones dentro del Partido Comunista. En ambos casos, la introducción de elementos capitalistas liberal en una economía planificada ha llevado a consecuencias negativas imprevistas, como la inflación y el aumento de la desigualdad. La experiencia de la NEP muestra que, sin controles adecuados y una planificación cuidadosa, las reformas económicas pueden exacerbar las desigualdades y generar descontento popular, poniendo en riesgo la estabilidad política y social.

El impacto del bloqueo y las campañas mediáticas

No se puede hablar de la economía cubana sin mencionar el bloqueo norteamericano. Las sanciones económicas han restringido el acceso a recursos esenciales y han dificultado las transacciones comerciales internacionales. Este entorno hostil limita la capacidad de las Mipymes para operar de manera eficiente y competitiva. Además, las campañas mediáticas adversas agravan la situación, alimentando el descontento y la desesperanza entre la población.

Ola migratoria y apatía política

La combinación de inflación, desigualdad y un futuro incierto ha impulsado una nueva ola migratoria. La búsqueda de mejores oportunidades fuera de la isla ha llevado a muchos cubanos a dejar su país, lo que a su vez contribuye a una apatía política creciente. La falta de fe en el futuro y la percepción de que el sistema no puede ofrecer soluciones viables han erosionado la participación ciudadana y el apoyo al proceso revolucionario. El estado de desanimo y apatía incluso se siente en el extranjero dentro de los cubanos y los miembros de organizaciones solidarias.

¿Implosión del proceso revolucionario?

Estos factores combinados plantean la inquietante posibilidad de una implosión del proceso revolucionario cubano. La estabilidad del país está en juego si no se toman medidas efectivas y urgentes para abordar estos problemas. Para evitar un colapso, es crucial que el gobierno cubano adopte una serie de estrategias integrales y coherentes.

Propuestas para un futuro sostenible

Control de precios y subsidios: Implementar controles de precios en productos esenciales y ofrecer subsidios para garantizar el acceso a bienes básicos.

Incentivos a la producción local: Promover la producción local de bienes y servicios necesarios para reducir la dependencia de importaciones y estabilizar el mercado interno.

Transparencia y rendición de cuentas: Mejorar la transparencia en la gestión pública y empresarial, y establecer mecanismos efectivos de rendición de cuentas para reducir la corrupción.

Participación ciudadana: Fortalecer la participación popular en la toma de decisiones económicas y políticas, asegurando que las políticas reflejen las necesidades y aspiraciones de la mayoría.

Diplomacia y relaciones internacionales: Redoblar esfuerzos diplomáticos para aliviar el bloqueo y fortalecer la integración económica con países aliados.

Educación y capacitación: Invertir en educación y capacitación para mejorar las habilidades de la fuerza laboral y fomentar un emprendimiento inclusivo, además tomar medidas para detener el desangre profesional del país por la emigración.

Tecnología y digitalización: Implementar sistemas de gobierno electrónico para aumentar la eficiencia administrativa y reducir oportunidades de corrupción.

Propiedad privada vs. socialista

Llama la atención algunas frases provenientes desde el interior de Cuba como es la frase "la propiedad privada no está reñida con el socialismo", la cual puede interpretarse de varias maneras dependiendo del contexto y de las formas específicas del tipo de economía a las que se refiera. A continuación, te doy un análisis de diferentes perspectivas:

Economía mixta

La economía mixta se ha tratado de presentar como un Socialismo Democrático tanto en lo académico como en la propaganda, como concepto que se puede anteponer a la idea del socialismo, sembrando en la conciencia social, de que es posible un camino no revolucionario hacia el socialismo.

En muchas democracias sociales modernas, como en los países nórdicos, la propiedad privada ha coexistido con políticas sociales amplias de arraigo popular, pero a partir de la desaparición del campo socialista y de la URSS, se ha ido desmontando a tal grado, que hoy apenas existe un reflejo vago, de lo que fueron.

El modelo se basa en la coexistencia del sector privado y el público. El estado regula y proporciona servicios esenciales como la salud, la educación y la seguridad social, mientras que los individuos pueden poseer negocios y propiedades. Este enfoque se basa en la idea de que el estado debe intervenir para corregir las desigualdades y proporcionar una red de seguridad, sin abolir la propiedad privada.

Hoy el estado y sus políticas sociales han sucumbido a la concentración creciente de la propiedad en manos de unos pocos, que han tomado el control a través de adquisición o por contratos de gerencia la dirección de las empresas estatales total o parcialmente, incluyendo los servicios básicos de transporte público, salud y educación. Por último deseo plantear que la economía mixta es solo un modelo dentro del sistema capitalista, que se implementó para evitar procesos revolucionarios.

Modelo de “Socialismo de Mercado”

Algunas variantes del socialismo de mercado, como las implementadas en China y Vietnam, permiten la propiedad privada y la iniciativa empresarial bajo un control estatal general de sectores estratégicos de la economía.

Teóricamente la propiedad privada es vista como una herramienta para estimular el crecimiento económico y la innovación, mientras que el estado mantiene un control significativo sobre la economía en general.
Argumentos para considerar al “socialismo de mercado” como un modelo de capitalismo monopolista de estado.

Presencia dominante del Estado en la economía:

El Estado tiene un control significativo sobre sectores clave de la economía, como la energía, las telecomunicaciones, la banca y el transporte. Estas industrias están dominadas por grandes empresas estatales que operan en un marco de competencia limitada, lo cual es una característica del capitalismo monopolista.

Fomento de la iniciativa privada:

Desde las reformas de Deng Xiaoping en la década de 1980, China ha permitido y fomentado el crecimiento de empresas privadas y la inversión extranjera. Aunque el Partido Comunista mantiene un control político estricto, la economía se ha liberalizado considerablemente en términos de operaciones de mercado. Un camino semejante ha seguido su vecino del sur, Vietnam.

Acumulación de capital y desigualdad:

La acumulación de capital en manos de individuos y empresas privadas ha crecido significativamente. Esto ha llevado a un aumento de la desigualdad económica, una característica más asociada con economías capitalistas que con economías socialistas que buscan la igualdad económica. La desigualdad se aprecia en la estadísticas, como es caso de China con una población de más de 1 470 250 000 pobladores, mantiene en la pobreza al 93,4% de la misma, mientras unos 100 000 000 (el 6,8%) se ha convertido en la nueva casta de ricos.

Integración en la economía global:

Vietnam en menor medida y China como un actor clave en la economía global capitalista, participando activamente en el comercio internacional y atrayendo enormes cantidades de inversión extranjera directa. Su modelo económico se basa en gran medida en exportaciones y manufactura, características de un capitalismo globalizado. Ambas naciones disfrutan de las políticas de “nación más favorecida” que les otorga los EE. UU. en el comercio, aunque en los últimos años estamos presenciando una guerra comercial entre el águila del norte y el dragón asiático.

Políticas de mercado y competencia:

Aunque el gobierno central interviene en la economía, muchos aspectos de la vida económica china se rigen por las leyes del mercado. Las empresas, incluidas las estatales, operan con objetivos de lucro y compiten entre sí, aunque dentro de los límites establecidos por el estado.

Contrapuntos y retórica socialista

Retórica y marco ideológico:

El Partido Comunista de Vietnam (PCV) y el Partido Comunista Chino (PCCh) mantienen una retórica socialista y se adhieren oficialmente a la ideología del socialismo con características nacionales. Esto incluye la afirmación de que el estado está trabajando para construir una sociedad más equitativa y próspera para todos sus ciudadanos. Como dato de interés hay que señalar que mientras Vietnam es un sistema unipartidista, China es multipartidista, con la presencia de 5 partidos políticos, que acatan el rol dirigente del PCCh.

Políticas sociales y de bienestar:

China ha implementado políticas para reducir la pobreza y mejorar el bienestar social. La expansión de la red de seguridad social y los esfuerzos para mejorar el acceso a la educación y la atención médica reflejan algunos objetivos socialistas, pero enmarcados dentro del sistema que hemos detallado anteriormente.

Control político:

A pesar de la liberalización económica, el Partido Comunista en estos dos países, mantiene un control político férreo y no permite la existencia de una oposición política organizada, que responda a los intereses de terceros países, algo que hay que admirar.

Cuba ante esas experiencias

Teniendo en cuenta las experiencias en la construcción del socialismo en Europa Oriental (llamado por algunos como “Socialismo Clásico” o “Socialismo Real”), los modelos de economía mixta y la de los países que aplican modelo de “Socialismo de Mercado”, puedo plantear que Cuba no debe buscar solución a su problemática en la importación de modelos, en su lugar debe crear una fuerte ciencia social y económica y encontrar su propio modelo.

Hemos visto que todos los modelos expuestos o mencionados arriba, no han sido, ni son viables para construir el socialismo, pues dejen intactas las relaciones de producción capitalistas, lo que de una forma u otra conllevan primero a frenar el avance hacia una sociedad más avanzada que la capitalista y más tarde o temprano en restaurar el sistema existente antes de los procesos revolucionarios, esta vez con una nueva clase rica dominante surgida de las élites partidistas y algunos sectores enajenados de la sociedad revolucionaria. En el caso de Cuba, la élite partidista debe tener en cuenta, que debido a la relación geopolítica entre nuestro país y los EE. UU., serán desplazados del poder real (e incluso muchos eliminados físicamente) y el vacío político se llenará con las viejas clases desplazadas del poder en 1959, en alianza con aquellos sectores que emergen de la enajenación como nuevos ricos cubanos.

Marxismo – Leninismo sobre la propiedad privada

Desde el punto de vista marxista-leninista, la frase "la propiedad privada no está reñida con el socialismo" sería ampliamente debatida y, en muchos casos, rechazada. El marxismo-leninismo tiene una postura clara y firme sobre la propiedad privada, especialmente en lo que respecta a los medios de producción.

A continuación, se presenta un análisis detallado de esta perspectiva

Abolición de la Propiedad Privada de los Medios de Producción:

Para el marxismo-leninismo, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción es un pilar fundamental. Los medios de producción (fábricas, tierras, recursos naturales, etc.) deben ser de propiedad colectiva o estatal para evitar la explotación de los trabajadores por parte de los capitalistas.

Dictadura del Proletariado:

El estado socialista, bajo la dictadura del proletariado, tiene como objetivo principal eliminar la propiedad privada de los medios de producción y reorganizar la economía para servir a los intereses de la clase trabajadora. La propiedad privada de bienes personales no está en disputa, pero la acumulación de capital y la propiedad privada de grandes empresas y recursos es incompatible con este modelo.

Conclusión

La creación de Mipymes en Cuba, aunque bien intencionada, ha resultado en una serie de desafíos que amenazan con desestabilizar el proceso revolucionario. Para evitar una implosión, es esencial adoptar medidas económicas, sociales y políticas integrales que promuevan la equidad, la transparencia y el desarrollo sostenible. La comparación con la NEP de la Unión Soviética y de diferentes modelos económicos, subraya la importancia de aprender de la historia para no repetir errores similares. Solo a través de un enfoque holístico y participativo se puede construir un futuro en el que todos los cubanos tengan la oportunidad de prosperar.

Cabría preguntarse por qué la experiencia histórica siempre llevó a los intentos de construcción del socialismo al callejón sin salida, que hizo la vuelta atrás hacia el sistema que debía desmontar.

La respuesta es sencilla en el plano teórico, la no transformación de las relaciones de producción capitalista y su sustitución por nuevas formas “socialistas”, surgidas de las primeras, es decir no se eliminó la relación trabajo/capital y los partidos revolucionarios no han sido capaces de llevar a cabo esa transformación social.

Notas:

Este artículo no cuenta con referencias, pues es de opinión personal de autor para incentivar el debate social sobre tales cuestiones, nunca ha tenido el objetivo de que se interprete como una investigación científica. No obstante, para elaborar este artículo el autor ha leído y reflexionado mucho acerca de los fenómenos de la construcción del socialismo en la vida real. 

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