La distocia del pensamiento
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
“Hay ideas que luchan por nacer en un cuerpo que no las quiere alumbrar. Y en ese esfuerzo estéril, el dolor del pensamiento se convierte en distocia social.”
El verdadero revolucionario no sacrifica la verdad por comodidad ideológica.
Pensar no es traicionar: es continuar la Revolución por medios más profundos.
“Para liberar la mente, primero hay que nombrar las cadenas.”
Introducción
Hace unos días Tocororo Cubano publicó un artículo titulado “El caso de la mochila y las mil preguntas sin respuesta”, en el que se analizaba críticamente un suceso divulgado en redes sociales: el hallazgo de una mochila con grandes sumas de divisas, documentos y un móvil, por parte de dos cadetes en La Habana. La historia, presentada como ejemplo de virtud y civismo, suscitaba —al ser examinada con rigor— una serie de interrogantes institucionales, legales y estratégicas que no podían ser ignoradas.
El análisis no acusaba ni afirmaba nada sin base. Solo planteaba preguntas, observaciones técnicas y lógicas de seguridad nacional que —como es lógico en una sociedad revolucionaria— deberían ser bienvenidas como ejercicio de pensamiento colectivo. Pero la reacción de parte del público fue reveladora.
Más allá del hecho en sí, lo que emergió con fuerza fue un fenómeno que vale la pena estudiar: el tipo de conciencia social que se activa —o se bloquea— cuando alguien se atreve a pensar distinto.
Análisis social de las reacciones: ¿qué tipo de conciencia domina?
Las respuestas al artículo fueron tan variadas como significativas. Desde la confusión hasta la descalificación emocional, pasando por el intento de censura simbólica. Esto nos permite mapear distintos niveles de conciencia social que coexisten hoy en Cuba, muchos de los cuales no están preparados para enfrentar la crítica constructiva sin verla como una amenaza.
Conciencia institucional pasiva
Reaccionan con incomodidad ante el cuestionamiento. Confunden crítica con ataque, y lealtad con obediencia. Piensan que defender la Revolución es repetir sin analizar. Para ellos, preguntar “por qué” es sospechoso.
Conciencia moralizante
Se enfoca en el tono del análisis, no en su contenido. Les molesta más que alguien “parezca burlarse” que las posibles irregularidades en un procedimiento institucional. Hablan de buenas intenciones, pero evitan enfrentar los hechos.
Conciencia despolitizada o superficial
Algunos dicen no entender nada o sentirse superados. Es reflejo de una educación política debilitada y de la cultura de redes que premia lo superficial. Sin embargo, esta conciencia puede evolucionar si se le estimula desde la claridad y el respeto.
Conciencia reaccionaria disfrazada de institucionalismo
Usan la Fiscalía, la PNR o la CIM como escudo para no permitir el debate. Dicen: “¿ya denunciaste?” como quien dice “cállate si no tienes pruebas judiciales”. Esta conciencia es la más peligrosa: reprime el pensamiento en nombre de la autoridad.
El verdadero problema: no es la mochila, es la mente cerrada
El artículo no fue una denuncia, sino un acto de pensamiento. Y lo que quedó al descubierto no fue solo una narrativa con huecos, sino una estructura mental colectiva que necesita madurar.
En una Revolución, pensar no debería doler. Pero a veces duele. Porque obliga a salir del confort del relato cerrado.
No se atacó a los cadetes. No se burló de nadie. Se cuestionó la narrativa por sus omisiones. Y eso, para muchos, fue más incómodo que cualquier sospecha real.
Síntomas de distocia: cuando la mente se niega a parir la duda
Uno de los comentarios más reveladores recibidos tras la publicación del artículo sobre la mochila y las mil preguntas decía lo siguiente:
“Están replicando algo elaborado en Europa sobre un hecho y mil conjeturas elaboradas con la intención marcada de crear dudas sobre el sistema político cubano, utilizando para ello la tergiversación de la actitud de los cadetes. Los que lo hacen, a llorar por los portales.”
Este tipo de respuesta es más que una opinión: es el reflejo de una conciencia ideológica condicionada a rechazar cualquier análisis que no encaje en la narrativa establecida. Aquí no se analiza el contenido, ni se refutan los hechos o las preguntas planteadas; se descarta todo desde el origen, con tres maniobras retóricas clave:
Deslegitimación por procedencia:
Llamarlo “algo elaborado en Europa” busca asociarlo con agendas extranjeras, cuando en realidad se trata de una producción cubana, crítica, revolucionaria y consciente. Es una forma de vaciar el contenido de validez apelando al prejuicio geopolítico.
Cierre simbólico con sarcasmo:
El “a llorar por los portales” no es una idea, es un eslogan emocional. Se usa para ridiculizar al que piensa, no para argumentar. Es el equivalente discursivo de taparse los oídos.
Sacralización de símbolos institucionales:
Acusar de “tergiversación de la actitud de los cadetes” es un mecanismo reflejo. No se admite que puedan existir errores o zonas grises en la actuación institucional. Todo se vuelve símbolo, y el símbolo no puede ser cuestionado.
Este tipo de conciencia no defiende el sistema político cubano: lo asfixia. Porque no hay Revolución sin pensamiento, y no hay fidelidad sin verdad. La verdadera defensa de Cuba no teme a las preguntas. Teme al silencio impuesto.
Conclusión: pensar es un deber revolucionario
La Revolución no puede ser defendida desde la obediencia ciega, sino desde la lucidez crítica.
Lo que se ha dicho en Tocororo Cubano no es definitivo, pero es legítimo. Y mientras existan quienes prefieran callar para evitar molestias, seguirán haciendo falta quienes —como tú, lector que piensas— se atrevan a preguntar, aunque duela.
Pensar no es traicionar. Cuestionar no es destruir. Silenciar las preguntas, sí lo es.
Epílogo: la inquisición psicosocial y el parto del pensamiento
Lo más inquietante de todo no es que se rechace un artículo, sino que se intente disciplinar al pensamiento que lo escribió. Lo que aflora en algunas reacciones no es crítica racional, sino un reflejo colectivo de autocensura inducida, como si pensar distinto fuese motivo de sospecha. Y eso, más que censura externa, revela la existencia de una inquisición psicosocial silenciosa, que opera con otros métodos:
No quema libros, pero ridiculiza al que se atreve a pensar.
No encarcela ideas, pero exilia a quien las formula.
No interroga con fuego, pero juzga con el sarcasmo y la burla como castigo preventivo.
Quizás estemos viviendo una época donde la verdadera batalla revolucionaria no es por el poder, sino por la libertad mental. Y en ese terreno, cada pregunta es una chispa que puede encender el pensamiento que aún no hemos logrado parir.
Porque pensar no es traicionar. Y dudar no es rendirse.
Hace falta una carga para matar inquisidores.
Y esa carga… es el pensamiento libre.
Notas:
Conciencia blindada
Forma de conciencia que rechaza automáticamente cualquier idea crítica que no provenga de fuentes consideradas “seguras” o “oficiales”. Defiende las formas, pero teme a los cuestionamientos profundos. Es obediente, pero no reflexiva.
Símbolo sacralizado
Proceso mediante el cual una institución, un grupo o una figura se convierte en objeto de veneración acrítica. Cualquier análisis o cuestionamiento sobre estos símbolos se interpreta como ataque o traición, aunque sea legítimo o constructivo.
Sarcasmo ideológico
Uso de la burla emocional para desacreditar el pensamiento crítico sin necesidad de refutarlo racionalmente. Frases como “vayan a llorar por los portales” buscan ridiculizar, no debatir. Es un recurso de defensa emocional cuando faltan argumentos.
Deslegitimación por procedencia
Estrategia de invalidar un análisis o una pregunta no por su contenido, sino por el origen geográfico, político o social de quien lo emite. Se asocia el pensamiento crítico con “agendas extranjeras” para evitar enfrentar su validez interna.
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Hernandez, H. (abril 14, 2025). Tocororo cubano. Ante el colapso: pensar desde el margen, actuar para el futuro: https://tocororocubano.com/ante-el-colapso-pensar-desde-el-margen-actuar-para-el-futuro/
Hernandez, H: (abril 11, 2025). Tocororo Cubano. Manifiesto para una conciencia terrestre: más allá del alma, más allá del carbono: https://tocororocubano.com/manifiesto-para-una-conciencia-terrestre-mas-alla-del-alma-mas-alla-del-carbono/
Fuentes consultadas:
Cuba Revolucionaria [Grupo de Facebook]. (2025, abril). Comentario en publicación sobre el caso de la mochila. Facebook. https://www.facebook.com/groups/cubarevolucionaria/permalink/9512187398817400/?comment_id=9534376339931839
Hernandez, H. (2025, abril 14). El caso de la mochila y las mil preguntas sin respuestas. Tocororo Cubano. Recuperado el 17 de abril de 2025, de https://tocororocubano.com/el-caso-de-la-mochila-y-las-mil-preguntas-sin-respuestas/
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Copyright © Henrik Hernandez 2025
La redacción e investigación de este artículo han contado con la asistencia de inteligencia artificial, utilizada desde julio de 2024.
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