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Inmunidad no es impunidad

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Diputados, crítica revolucionaria y control popular en el socialismo cubano

Introducción: cuando el poder confunde protección con blindaje

Toda Revolución que aspire a perdurar necesita mecanismos que protejan a sus instituciones del abuso, pero también instrumentos que impidan que esas instituciones se protejan del pueblo. En ese delicado equilibrio se sitúa la inmunidad parlamentaria: una figura jurídica necesaria, pero potencialmente peligrosa si se desnaturaliza.

En el contexto cubano actual, el debate sobre la inmunidad de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) ha reaparecido, no por un conflicto penal, sino por algo más profundo: el uso del cargo público para descalificar, intimidar o intentar excluir la crítica revolucionaria. Esto obliga a una reflexión clara: ¿a quién protege realmente la inmunidad en un sistema socialista?

¿Qué es la inmunidad parlamentaria y para qué existe?

La inmunidad parlamentaria existe para proteger el ejercicio de la función representativa frente a arbitrariedades, presiones externas o persecuciones políticas. Su razón histórica es clara: evitar que el poder ejecutivo, judicial o fáctico neutralice al legislativo mediante la coerción.

En el socialismo, esta protección tiene un sentido aún más preciso: garantizar que el poder popular pueda deliberar y decidir sin interferencias, no crear castas intocables. La inmunidad no nace para proteger personas, sino funciones; no para blindar opiniones privadas, sino para preservar la soberanía popular organizada.

Lo que la inmunidad NO cubre

Aquí comienza el problema.

La inmunidad parlamentaria no cubre: insultos públicos, descalificaciones personales, llamados a excluir a otros revolucionarios del espacio político, ni actuaciones realizadas fuera del ejercicio formal de la función legislativa.

Mucho menos cubre el comportamiento de un diputado como actor económico privado, dirigente empresarial o figura pública que utiliza su investidura para legitimar posiciones ideológicas ajenas al proyecto socialista.

Confundir inmunidad con impunidad política es una distorsión peligrosa, porque transforma una garantía democrática en un privilegio de poder.

Crítica revolucionaria vs. ataque: una distinción esencial

Criticar decisiones, discursos o derivas ideológicas no es atacar a la Revolución; es, en muchos casos, defenderla. El socialismo no se construye desde el silencio ni desde la unanimidad forzada, sino desde el control popular consciente.

Cuando la crítica se responde con insultos, burlas o amenazas simbólicas de expulsión (“sacar”, “callar”, “meterle duro”), no estamos ante un ejercicio de autoridad revolucionaria, sino ante un deterioro del debate político. El problema no es el tono de quien critica, sino la incapacidad de responder con argumentos.

El diputado incurrió en un comportamiento impropio de su cargo, utilizando lenguaje descalificatorio y ataques personales que no forman parte de un debate político serio. Si bien tales expresiones no constituyen per se un delito penal, sí son contrarias a la ética institucional y dañan la calidad del discurso socialista.

La Revolución cubana no se defendió históricamente expulsando voces, sino convenciendo conciencias.

El riesgo político: cuando el poder se protege de la crítica

Un poder que utiliza su posición institucional para desacreditar a quienes critican —apelando a su lugar de residencia, su vida personal o su supuesta falta de “derecho a opinar”— rompe el pacto ético del socialismo.

Porque en el socialismo:

la crítica no se tolera: se necesita;

el disenso no se expulsa: se procesa políticamente;

la lealtad no se mide por el aplauso, sino por la coherencia con los principios.

Cuando un diputado, amparado en su cargo, adopta el lenguaje de la exclusión, no fortalece a la ANPP: la debilita. Y cuando ese comportamiento se normaliza, el riesgo ya no es individual, sino sistémico.

Patriotismo, distancia y legitimidad revolucionaria

La legitimidad para defender la Revolución no depende de la geografía. La historia de Cuba está llena de patriotas y revolucionarios que pensaron, escribieron y lucharon desde fuera del territorio nacional. Martí, Mella, el propio Fidel, defendieron la Patria desde el exilio cuando fue necesario.

Ser revolucionario no exige pisar suelo cubano permanentemente; exige defender el proyecto socialista con honestidad, coherencia y compromiso. Descalificar la crítica por la distancia es un recurso pobre que evade el debate de fondo.

Conclusión: a quién protege realmente la inmunidad

La inmunidad parlamentaria debe proteger: al pueblo frente al abuso, a la Asamblea frente a la coerción, al debate frente al silenciamiento.

No debe proteger: la arrogancia, la descalificación, ni la confusión entre poder político y privilegio personal.

En el socialismo cubano, la crítica revolucionaria no es un delito ni una amenaza. Es una condición de supervivencia histórica. Y cuando el poder intenta blindarse de esa crítica, el problema ya no es jurídico: es político e ideológico.

Glosario de términos clave:

Inmunidad parlamentaria:

Garantía jurídica que protege a los representantes frente a arbitrariedades penales para asegurar el ejercicio libre de la función legislativa. No equivale a impunidad política.

Impunidad: 

Ausencia de consecuencias políticas, éticas o legales ante conductas impropias. En el socialismo, es incompatible con el control popular.

Control popular:

Capacidad real del pueblo de fiscalizar, criticar, revocar y orientar a quienes ejercen poder en su nombre. Núcleo del socialismo democrático.

Crítica revolucionaria:

Práctica política interna orientada a corregir desviaciones, fortalecer principios y preservar el carácter popular del proyecto socialista.

Ética socialista:

Conjunto de valores que subordinan el ejercicio del poder al interés colectivo, la coherencia histórica y la responsabilidad pública.

Descalificación ad hominem:

Estrategia discursiva que ataca a la persona (origen, residencia, vida privada) para evadir el debate de ideas.

📚 FUENTES (APA 7)

Brinton, C. (1965). The anatomy of revolution (Rev. ed.). Vintage Books.

Castro Ruz, F. (2005, noviembre 17). Discurso pronunciado en la Universidad de La Habana. Gobierno de Cuba.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html

Kornai, J. (1992). The socialist system: The political economy of communism. Princeton University Press.

Mesa-Lago, C. (2019). Cuba’s economic change in comparative perspective. University of Pittsburgh Press.

O’Donnell, G. (1994). Delegative democracy. Journal of Democracy, 5(1), 55–69. https://doi.org/10.1353/jod.1994.0010

Wright, E. O. (2010). Envisioning real utopias. Verso.

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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

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