Sociedad

Hacia una teoría socialista de la propiedad privada limitada y el control popular

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Por Henrik Hernande - Tocororo Cubano

Introducción: 

Desde Lenin, quien afirmó en El Estado y la revolución que “la cuestión fundamental de toda revolución es la cuestión de la propiedad”, el socialismo del siglo XX organizó su esfuerzo transformador alrededor de la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción. El objetivo era eliminar la explotación del hombre por el hombre, entendida como consecuencia inevitable de la apropiación privada del excedente. Sin embargo, ni Marx ni Lenin pudieron prever la aparición, dentro de los propios procesos revolucionarios, de un tipo de dominación que no dependía de la propiedad jurídica, sino del control monopólico de la dirección del trabajo y del excedente social. A ese fenómeno lo he denominado plusdirección, y a la clase que lo ejerce, aun sin títulos de propiedad, burguesía funcional. Comprender esta forma de explotación es indispensable para explicar por qué las revoluciones socialistas quedaron inconclusas: abolieron la propiedad privada concentrada, pero no abolieron la lógica estructural de la dominación que nace del monopolio de la dirección.

"Propiedad funcional": el corazón del dilema socialista

La experiencia histórica muestra que la propiedad no es peligrosa por existir en pequeña escala, sino por su tendencia natural a crecer y concentrarse horizontal y verticalmente, transformándose en un poder económico capaz de imponerse sobre la sociedad. Un socialismo maduro no necesita eliminar toda forma de propiedad privada, sino impedir que esta se convierta en una base material de dominación, de subordinación y de dirección no democrática. La propiedad es compatible con una sociedad emancipada siempre que permanezca dentro de un umbral democrático que impida que un actor económico adquiera capacidad de mando sobre otros. Por ello, el principio rector debe ser claro: la propiedad no es peligrosa por existir, sino por crecer más allá del umbral democrático, allí donde la dirección económica desborda el control social. No es la propiedad en sí, sino su hipertrofia, la que amenaza la igualdad socialista.

El poder que no rota origina plusdirección

De la experiencia del socialismo real se desprende una lección estructural: el poder que no rota origina plusdirección, y la plusdirección, tarde o temprano, busca convertirse en propiedad privada. Allí donde la dirección se ejerce sin límite temporal, sin transparencia, sin control popular directo y sin alternancia obligatoria, surge un excedente político-administrativo que se traduce en privilegios de redistribución, acceso diferenciado a bienes, control de la información y capacidad de tomar decisiones que afectan al conjunto de la sociedad. Ese poder funcional no es simbólico: es económico. La dirección se convierte en un mecanismo de apropiación del excedente y, al igual que la propiedad privada en el capitalismo, genera intereses de grupo, reproducción social y búsqueda de permanencia. La plusdirección es, por tanto, un vector dinámico que transforma una función pública en un capital político y, finalmente, en propiedad privada formal cuando las condiciones lo permiten. Por eso, abolir la propiedad privada concentrada no garantiza abolir la dominación; es necesario eliminar el monopolio de la dirección.

El modo de producción asiático: la plusdirección antes de la propiedad privada

El llamado modo de producción asiático constituye una pieza clave para comprender la genealogía profunda de la dominación. En este sistema —presente en varias regiones antiguas de Asia, África y América Latina— la tierra pertenecía formalmente a la comunidad, al templo o al soberano colectivo, y no existía una clase propietaria en el sentido occidental. Sin embargo, la explotación era intensa. ¿Cómo era posible esto sin propiedad privada? Porque el poder residía en el control de la dirección del trabajo social, especialmente en la organización de la irrigación, la coordinación de las cosechas, la administración del excedente y la centralización de la información. Quien dirigía estos procesos poseía, de hecho, una forma de propiedad funcional: no poseía la tierra, pero poseía la capacidad de mandar sobre ella y sobre quienes la trabajaban. Este fenómeno histórico demuestra una tesis central: la explotación no nace de la propiedad privada; la propiedad privada nace de la explotación de la dirección. La plusdirección es una categoría más antigua que la propiedad formal y aparece allí donde la coordinación social se centraliza. Esta observación permite tender un puente teórico entre sociedades antiguas y los sistemas contemporáneos.

Los taínos: una sociedad de plusdirección sin propiedad privada

La sociedad taína de las Antillas Mayores constituye un ejemplo revelador de explotación sin propiedad privada en el Caribe precolombino. Aunque la tierra era comunal y no existía propiedad privada individual, la estructura social estaba dividida claramente entre caciques, nitainos, behikes y naborías (estos últimos podían haber pertenecido a otros grupos indigenas). Los caciques ejercían autoridad política, redistributiva y militar; controlaban la producción colectiva, la organización del trabajo y la asignación del excedente. Los nitainos administraban tareas especializadas, supervisaban el trabajo y se beneficiaban de su posición. Los behikes legitimaban la jerarquía mediante funciones rituales y simbólicas. Y los naborías —la base productiva— sostenían el sistema con su trabajo. A pesar de la ausencia de propiedad formal, existía una diferencia clara en el acceso al excedente, al prestigio y al mando. La explotación se expresaba como plusdirección pura, no como propiedad privada. Esto confirma que el origen de la desigualdad y de la dominación se encuentra en la monopolización de la dirección, no en la propiedad en sí.

Borikén (Puerto Rico): protoestado y surgimiento incipiente de propiedad

En Borikén, el sistema taíno evolucionó hacia una forma de organización más centralizada debido a la combinación de factores externos e internos. La amenaza constante de incursiones caribe —grupos guerreros provenientes de las Antillas Menores— aceleró la necesidad de consolidar el mando militar y acumular excedentes para la defensa. Esta presión externa impulsó un proceso de centralización que condujo a la concentración del excedente en manos del cacique y al fortalecimiento de la nobleza nitaina. Con ello surgieron formas incipientes de acumulación material y simbólica, que prefiguraban la transición hacia la propiedad privada. Así, en Puerto Rico se estaba gestando un protoestado, una estructura política más definida que la de otras islas del Caribe, con elementos que anticipaban la formalización de derechos de uso y acumulación. Este proceso confirma otra tesis general: la plusdirección precede a la propiedad, pero tiende a convertirse en propiedad cuando no existe control popular efectivo o cuando este (control popular) es aplastado por violencia física o psicológica. 

De esto podemos concluir: La plusdirección —la capacidad de orientar el excedente social— antecede históricamente a la propiedad. Solo cuando el control popular es inexistente, débil o reprimido mediante violencia física o psicológica, esa plusdirección se solidifica y se transforma en propiedad privada. La propiedad no surge como origen del poder, sino como la forma jurídica mediante la cual el poder no controlado se perpetúa.

Del Neolítico al Socialismo: una misma secuencia de dominación

Desde la Revolución Neolítica hasta las revoluciones socialistas del siglo XX, la secuencia histórica se repite con notable continuidad. Primero surge una dirección especializada del trabajo colectivo; luego emergen privilegios de redistribución y de decisión; después aparece una élite que controla funciones esenciales; finalmente, esa élite formaliza su posición mediante mecanismos de propiedad jurídica cuando las condiciones sociales, políticas o tecnológicas lo permiten. Las revoluciones socialistas rompieron este patrón en la fase explícita de la propiedad, pero no en la fase más profunda: la monopolización de la dirección. Por eso, aunque abolieron la propiedad privada concentrada, no lograron abolir la lógica jerárquica que permite que una élite funcional se imponga sobre el resto de la sociedad. La conclusión es clara: mientras exista una élite que dirige al resto de la sociedad sin control popular efectivo de su gestión, la revolución seguirá inconclusa, aunque la propiedad sea colectiva.

La misión del control popular: impedir que la propiedad desborde el umbral democrático

Si la dirección es la fuente originaria de la explotación, el socialismo debe entender que su misión no es solamente socializar la propiedad, sino desmonopolizar la dirección. El control popular no es un añadido moral; es un mecanismo estructural indispensable para evitar que la plusdirección se reproduzca y vuelva a generar propiedad privada en forma de acumulación de privilegios, acceso diferencial al excedente, control de redes administrativas y reproducción de élites. La propiedad privada limitada puede existir sin amenazar al socialismo, siempre que permanezca bajo un umbral democrático que impida monopolios, concentraciones y dinámicas de dominación. En síntesis, la cuestión no es solo quién posee la propiedad, sino quién dirige los procesos productivos y decide la redistribución de producto. La revolución socialista se realiza plenamente solo cuando elimina el monopolio de la dirección y establece mecanismos de rotación, transparencia y fiscalización popular que impidan la formación de cualquier burguesía funcional.

Nota:

Este texto establece el marco histórico y teórico de la plusdirección como categoría central del análisis socialista contemporáneo. Aquí se muestra por qué las revoluciones anteriores fallaron al no desmonopolizar la función de dirigir, incluso cuando abolieron la propiedad privada tradicional.

El próximo artículo de esta serie abordará la pregunta decisiva:
¿cómo construir instituciones concretas, irrevocables y anticorrosivas que impidan el surgimiento de una nueva élite funcional bajo cualquier forma de socialismo?

Diseños constitucionales, mecanismos de rotación, fiscalización popular, sistemas de sorteo, transparencia radical y control democrático del excedente serán tratados en detalle en el texto:

“Contra la Plusdirección: Arquitecturas Institucionales para un Socialismo Irreversible.”

Glosario de términos clave:

Plusdirección: forma histórica de explotación basada en el monopolio de la función de dirigir el trabajo ajeno y decidir sobre la redistribución del producto del trabajo, independientemente de la propiedad jurídica.

Burguesía funcional: clase administrativa que, sin ser propietaria, controla la dirección económica y política, apropiándose del excedente mediante privilegios funcionales.

Propiedad funcional: poder económico ejercido sin títulos legales, basado en la administración de recursos, decisiones y excedentes.

Modo de producción asiático: sistema económico sin propiedad privada formal, sustentado en la centralización de la dirección del trabajo y en la extracción vertical del excedente.

Fuentes consultadas:

Arrom, J. J. (1989). Mitología y artes prehispánicas de las Antillas. Fondo de Cultura Económica.

Lenin, V. I. (1960). El Estado y la revolución (J. Aricó, Ed.). Editorial Progreso. (Original publicado en 1917).

Rouse, I. (1992). The Taínos: Rise and Decline of the People Who Greeted Columbus. Yale University Press.

Veloz Maggiolo, M. (1997). Arqueología prehistórica de Santo Domingo. Editora Taller.

Hernandez, H. (2025, 13 de marzo). Hacia una ciencia social revolucionaria: Aprendiendo de Engels y Lenin para transformar el futuro. Tocororo Cubano.  https://tocororocubano.com/hacia-una-ciencia-social-revolucionaria-aprendiendo-de-engels-y-lenin-para-transformar-el-futuro/

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© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729). Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial sin autorización. 

Declaración de autoría

Formación multidisciplinaria:

Geopolítica y Ciencias Sociales: Licenciado en Ciencias Pedagógicas con especialización en Historia y Ciencias Sociales por la Escuela Superior Interarmas de Políticos Militares de Minsk (1986)

Economía y mercados: Graduado de Vendedor y Promotor de Comercio Internacional en Säljehögskola - Mercuri International (2001)

Psicología y Salud: Auxiliar de Enfermería en Lärgården (2010) con especialización en Psiquiatría (2025)

Método de trabajo:
Artículo investigado, argumentado y redactado íntegramente por el autor. Se empleó IA exclusivamente para estructuración editorial y contraste conceptual bajo supervisión humana constante.

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