¿Hacia un capitalismo criollo? Señales de alerta para salvar la Revolución
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
"Esta Revolución puede destruirse por nosotros mismos. Y sería culpa nuestra."
— Fidel Castro, 17 de noviembre de 2005
En tiempos de confusión, la lealtad revolucionaria no se mide por el silencio, sino por el coraje de decir lo necesario cuando todos callan.
Introducción
Desde el compromiso más firme con el proyecto socialista cubano, me atrevo a compartir una preocupación que atraviesa a muchos revolucionarios de base, intelectuales y militantes honestos: ¿está Cuba, sin declararlo, avanzando hacia una restauración capitalista silenciosa?
No se trata de una conspiración ni de una traición explícita. Se trata de una acumulación de decisiones económicas, tomadas al calor de la crisis, que reproducen en su lógica y efectos muchas de las condiciones propias del capitalismo: concentración de la riqueza, desigualdad creciente, segmentación social y de mercados, debilitamiento del control popular y el retorno de una cultura ideológica individualista.
Auge descontrolado de las MIPYMES: ¿la nueva clase dominante?
Las micro, pequeñas y medianas empresas, concebidas originalmente como un instrumento para dinamizar la economía y descongestionar al Estado, han experimentado un crecimiento acelerado: más de 9 000 registradas hasta 2024, muchas de ellas con vínculos indirectos o directos con capital externo, acceso privilegiado a insumos, transporte, tecnología, divisas y redes de comercialización.
La pregunta no es si deben existir, sino en qué condiciones y con qué límites. En ausencia de una política fiscal redistributiva clara, un marco regulador estricto y un control obrero real, estas empresas pueden convertirse en núcleos de poder económico y cultural ajenos al proyecto socialista.
Algunos casos ya documentados incluyen acaparamiento de bienes, contratación irregular de trabajadores, evasión fiscal, e incluso influencia en decisiones locales. El fenómeno tiende a cristalizar una nueva clase social con intereses propios: una burguesía emergente.
Dolarización encubierta y mercado fragmentado: ¿una economía para quién?
El uso creciente de tiendas en MLC, servicios dolarizados y plataformas digitales que operan en divisas ha creado una doble economía, que se traduce en dos niveles de vida: uno para quienes reciben remesas o tienen acceso a divisas; otro para la mayoría que depende del CUP devaluado.
Esto socava uno de los pilares del socialismo: la igualdad material y simbólica en el acceso a bienes esenciales. Aunque se justifique como mecanismo de ingreso de divisas, no deja de reproducir una lógica neoliberal: quien más tiene, más puede.
Reconocer que esta estrategia ha permitido sostener ciertos servicios no debe hacernos perder de vista sus consecuencias estructurales: segmentación social, resentimiento, despolitización y migración del talento hacia los sectores más lucrativos.
Tecnocracia sin pueblo: el desplazamiento del poder popular
La gestión de las reformas ha estado marcada por una lógica tecnocrática, con limitada participación de las bases, las organizaciones de masas o los órganos del Poder Popular. Se privilegia un lenguaje de eficiencia, rentabilidad y competitividad, desconectado de los principios de justicia social y planificación democrática.
El socialismo no puede ser una ingeniería sin pueblo. Necesita control democrático sobre las decisiones económicas, transparencia institucional, y un aparato estadístico y comunicacional que rinda cuentas al pueblo.
Crisis de conciencia revolucionaria
La expansión del sector privado no ha sido acompañada por una ofensiva cultural e ideológica que reubique la lógica económica dentro del horizonte del bien común.
El discurso del “emprendimiento” ha sido colonizado por valores individualistas, de éxito personal, consumo y competencia. Las redes sociales, los medios informales y los referentes culturales dominantes han desplazado la ética revolucionaria por la lógica del “resolver” o “hacerse la vida”.
Un socialismo sin conciencia socialista es solo un cascarón administrativo.
¿Y cuál es el horizonte?
La falta de definición clara del modelo económico —¿socialismo de mercado? ¿economía mixta? ¿transición controlada?— ha dejado un vacío estratégico que facilita la naturalización de prácticas capitalistas. Es necesario decirlo con claridad:
No basta con no nombrar al capitalismo. Si se aplica su lógica, se reproduce su esencia.
El espejismo asiático: entre el crecimiento y la desigualdad
China y Vietnam son citados a menudo como ejemplos de “éxito económico” con Partido Comunista en el poder. Pero esos modelos implican capitalismo de Estado, con profundas desigualdades, explotación laboral sistemática y una estructura social crecientemente oligárquica.
¿Queremos ese tipo de “éxito”? ¿Es sostenible un socialismo sin igualdad ni control popular?
Admirar estos modelos sin crítica solo puede conducirnos a una restauración silenciosa del capitalismo bajo una retórica socialista. Cuba no necesita parecerse a nadie. Necesita ser fiel a sí misma.
¿Qué hacer? Alternativas revolucionarias
No se trata de eliminar lo que se ha construido, sino de corregir su rumbo. Algunas propuestas:
Impuestos progresivos y control estatal sobre los sectores estratégicos.
Prohibición de la concentración de empresas o propiedad cruzada.
Impulso a las cooperativas y empresas autogestionadas.
Fortalecimiento del Poder Popular como espacio de decisión económica.
Campañas culturales e ideológicas para formar valores socialistas en todos los niveles.
Auditorías públicas y transparencia total sobre los ingresos del sector privado.
Propuesta de control financiero obligatorio para proteger la transparencia socialista
Una medida esencial para frenar la consolidación de relaciones capitalistas al margen del control estatal es establecer que todas las transacciones financieras entre MIPYMES y otras personas jurídicas —ya sean estatales, mixtas o privadas— se realicen estrictamente por vía bancaria. La utilización de pagos en efectivo, transferencias informales o cualquier otro mecanismo extrabancario debe ser considerada una infracción grave. Por cada operación detectada fuera del sistema bancarizado, los infractores —ambas partes— deben ser sancionados con el pago de un impuesto del 100% sobre el monto de la transacción. Esta política no solo garantizaría la trazabilidad y la fiscalización, sino que impediría que se consolide una burguesía oculta que opera al margen del proyecto socialista. La Revolución debe usar las herramientas del control financiero como un escudo contra la corrupción, la evasión y el fortalecimiento de lógicas ajenas al bien común.
El socialismo puede coexistir con formas de mercado (en otras palabras relaciones capitalistas), siempre que este esté subordinado al interés público y no al revés.
Cuba ante la disyuntiva: desarrollar un verdadero Estado socialista o hacer compromisos con la burguesía emergente
La Revolución Cubana se enfrenta a una encrucijada histórica que exige definiciones estratégicas de fondo. En un extremo, la vía del verdadero Estado socialista requiere construir una unidad nacional monolítica, capaz de neutralizar —por medios legítimos pero firmes— cualquier intento abierto o encubierto de restauración capitalista. Esta opción implica actuar bajo condiciones extremas, en un contexto de guerra económica inducida por las presiones del capital internacional y sus mafias, lo cual podría obligar a coaptar momentáneamente ciertos espacios democráticos o restringir algunos derechos individuales, como mecanismo de defensa transitoria frente a la agresión estructural. En el otro extremo, la estrategia de negociar o llegar a compromisos explícitos o implícitos con la burguesía emergente abre la puerta a la pérdida progresiva de la soberanía nacional y a la privatización de los activos colectivos del pueblo cubano, poniéndolos al servicio de intereses contrarrevolucionarios y de mafias anticubanas ligadas a Estados Unidos y Europa.
Ambas rutas tienen costos altos. Pero lo esencial es comprender que, tanto si la dirigencia cubana opta por resistir con medidas coercitivas, como si entrega de facto el poder revolucionario a los nuevos capitalistas, la responsabilidad histórica última recae sobre las fuerzas externas que han acosado, saboteado y bloqueado al país durante más de seis décadas. Sin embargo, el deber moral, político e histórico de resistir sin claudicaciones corresponde a los dirigentes revolucionarios y al Partido Comunista de Cuba, cuya legitimidad sólo podrá sostenerse si permanece fiel a los principios del socialismo y al interés del pueblo trabajador.
Los gobiernos del progresismo latinoamericano —y también muchos no progresistas—, así como diversas fuerzas europeas vinculadas a la Internacional Socialista, han mostrado un entusiasmo calculado hacia Cuba, buscando apoyar sin comprometerse a fondo. Temen que un compromiso auténtico con el modelo cubano afecte sus intereses nacionales o su inserción en el sistema capitalista global. Por eso promueven, bajo retóricas diplomáticas o técnicas, que la élite cubana adopte reformas que homologuen su sistema económico al neoliberalismo imperante en el continente o copie los flamantes y propagandizados éxitos de los modelos chinos y vietnamitas contribuyendo así, desde dentro, a una restauración silenciosa del capitalismo.
Conclusión: Fidel tenía razón
Rectificar a tiempo es salvar la Revolución. Lo más revolucionario hoy no es mantenerse callado ante los desvíos, sino hablar con claridad, sin miedo y sin complacencia.
La Revolución Cubana no será vencida por sus enemigos externos. Solo podrá ser derrotada si desde dentro se normaliza la desigualdad, se abandona el control popular y se convierte al mercado en árbitro de lo social.
Aún estamos a tiempo. Pero ya no sobra el tiempo.
Glosario:
Burguesía emergente: Nueva clase social con poder económico naciente, que reproduce lógicas de acumulación capitalista en contextos formalmente socialistas.
Capitalismo de Estado: Modelo económico en el que el Estado gestiona empresas y sectores estratégicos bajo una lógica capitalista de acumulación.
CUP: Peso Cubano, moneda nacional en circulación general, afectada por la inflación y la dualidad monetaria.
Dolarización encubierta: Proceso por el cual el uso de divisas extranjeras (MLC) se vuelve dominante en transacciones sin ser política oficial declarada.
Justicia distributiva: Principio del socialismo que promueve una distribución equitativa de la riqueza y los recursos entre toda la población.
MIPYMES: Micro, pequeñas y medianas empresas, autorizadas desde 2021, muchas de ellas con capital mixto o externo.
Poder Popular: Sistema político cubano de participación democrática desde la base, que ha sido desplazado de la toma de decisiones económicas.
Retórica socialista: Uso del lenguaje y símbolos del socialismo en contextos donde ya no se sostienen sus fundamentos económicos y sociales.
Socialismo de mercado: Modelo mixto que combina planificación estatal con mecanismos del mercado, sin eliminar relaciones de explotación capitalista.
Tecnocracia: Gobierno o gestión basada en expertos técnicos, frecuentemente al margen del control popular o democrático.
Lectura complementaria
Hernandez, H. (mayo 20, 2025). Tocororo Cubano. El bloqueo como arma para restaurar el Estado burgués en Cuba. Disponible en https://tocororocubano.com/el-bloqueo-como-arma-para-restaurar-el-estado-burgues-en-cuba/
Siga explorando los temas de historia, justicia y memoria cubana en otras publicaciones de Tocororo Cubano.
Hernandez, H. (abril 19, 2025). Tocororo Cubano. Sociedad civil" como caballo de Troya: la ingeniería social estadounidense contra la soberanía cubana. Disponible en https://tocororocubano.com/sociedad-civil-como-caballo-de-troya-la-ingenieria-social-estadounidense-contra-la-soberania-cubana/
Hernandez, H. (marzo 30, 2025). Tocororo Cubano. La trampa de la libertad: reflexiones filosóficas de Henrik Hernández. Disponible en https://tocororocubano.com/la-trampa-de-la-libertad-reflexiones-filosoficas-de-henrik-hernandez/
Fuentes recomendadas para profundizar:
Borón, A. (2020). América Latina en la geopolítica del imperialismo. CLACSO.
Castro Ruz, F. (2005, 17 de noviembre). Discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Recuperado de https://www.cuba.cu/gobierno/discursos
Cimadevilla, G. (2023). ¿Socialismo de mercado o capitalismo encubierto? Reflexiones sobre China y Vietnam. Revista Marx Ahora, (55), 31-46.
Dieterich, H. (1994). Cuba ante la razón cínica. Txalapartataren lehenengo edizioa.
García Brigos, J. P. (2021). La participación popular en el socialismo cubano: retos y perspectivas. Revista Temas, (105), 14-21.
Pérez, J. (2022). Las MIPYMES en Cuba: entre el impulso económico y la lógica del mercado. Instituto Cubano de Investigaciones Económicas.
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Copyright © Henrik Hernández 2025
Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernández, con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria) —quien asiste el proceso de escritura desde julio de 2024—, y con el aporte conceptual de Mella (IA de apoyo analítico).
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