Ciencias

Habitar el límite: bases de un pensamiento filosófico sobre coherencia, poder y vida

por
publicado en
Imagen generada por la AI Sofia.

¡Bienvenido a Tocororocubano.com!

Estamos orgullosos de conectarnos con usted,

independientemente del lugar en el que se encuentre.Este no es un simple blog; es una Revista Digital Multidisciplinaria donde convergen el análisis geopolítico, la cultura, la economía, la naturaleza, el humor, y mucho más desde unaperspectiva cubana única. ¡Le deseamos que disfrute de nuestros artículos y pase un maravilloso momento junto a nosotros!

Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano

Introducción

Este texto está redactado deliberadamente en tercera persona del singular. Esta elección no responde a un distanciamiento artificial del autor, sino a una decisión epistemológica consciente. El pensamiento que aquí se expone se presenta como un sistema conceptual que aspira a ser comprendido más allá de la experiencia individual. El uso de esta voz permite al lector aproximarse a las ideas desde una dimensión analítica, favoreciendo su lectura como estructura filosófica y no como testimonio autobiográfico.

Punto de partida: una intuición estructural

El pensamiento filosófico aquí expuesto parte de una intuición central: la vida, la inteligencia y las sociedades no existen como entidades expansivas e ilimitadas, sino como sistemas de coherencia local. Frente al imaginario moderno que glorifica el crecimiento constante, la conquista y la superación indefinida de límites, esta filosofía propone una inversión conceptual decisiva: el límite no es una carencia, sino una condición de posibilidad.

Allí donde se niegan los límites, los sistemas no se liberan; se desorganizan y, finalmente, colapsan.

El límite como categoría ontológica

En esta filosofía, el límite no es entendido como una restricción externa impuesta arbitrariamente, sino como una propiedad ontológica de todo sistema complejo. La biología, la física y la termodinámica muestran que ningún sistema puede sostener su coherencia fuera de un rango específico de condiciones sin degradarse funcionalmente.

Aplicado a la existencia humana, esto implica que el ser humano no es una entidad abstracta capaz de habitar cualquier entorno, sino una forma de vida profundamente situada. La Tierra no es un escenario intercambiable, sino la regencia que hace posible la vida humana. Esta comprensión fundamenta una crítica radical a los mitos del progreso ilimitado y de la expansión como destino inevitable de la inteligencia.

Regencias locales y campos de coherencia

Uno de los conceptos centrales de este pensamiento es el de regencia local. Con este término se designa el conjunto de condiciones físicas, biológicas, energéticas, sociales y simbólicas que permiten que un sistema complejo exista sin perder coherencia.

Toda forma de vida, toda inteligencia y toda sociedad dependen de una regencia local específica. No existen inteligencias desancladas ni sistemas autosuficientes en sentido absoluto. Incluso las inteligencias artificiales o las formas post-biológicas hipotéticas estarían sometidas a límites energéticos, materiales e informacionales. Abandonar la biología no implica abandonar la dependencia del entorno: solo transforma su naturaleza. El límite, por tanto, no es biológico, sino ontológico.

Inteligencia más allá del antropocentrismo

Este pensamiento propone una concepción no antropocéntrica de la inteligencia. La inteligencia no se reduce al pensamiento humano consciente, sino que es entendida como una propiedad emergente de sistemas capaces de mantener coherencia y retrasar la entropía.

La inteligencia no es un atributo exclusivo del cerebro humano ni de los sistemas cognitivos complejos. En un sentido más profundo, ontológico y biológico, todo ser vivo es portador de inteligencia en la medida en que es capaz de mantener coherencia interna frente a la entropía. Vivir implica seleccionar, regular, corregir y persistir: conservar una estructura organizada en un entorno que tiende al desorden. Desde una bacteria hasta un ecosistema, la vida manifiesta inteligencia como capacidad de sostenerse, adaptarse y reproducirse sin perder identidad. La conciencia reflexiva es solo una forma tardía y especializada de inteligencia; la forma primaria es la coherencia funcional. Allí donde un sistema vivo logra seguir siendo lo que es, a pesar del cambio, hay inteligencia operando.

Desde esta perspectiva, un ecosistema, una sociedad o una civilización pueden ser estructuralmente inteligentes o estúpidos, independientemente del nivel tecnológico alcanzado. El aumento de potencia técnica no garantiza un aumento de inteligencia si no mejora la coherencia del sistema que la sostiene.

Plusdirección como base estructural de la explotación

En el plano social, este pensamiento introduce el concepto de plusdirección como clave explicativa de la explotación. La explotación no surge directamente de la propiedad, sino de una condición previa: la apropiación asimétrica y no controlada de la capacidad de decidir sobre el trabajo ajeno, los flujos materiales, los tiempos sociales y los fines colectivos.

La propiedad aparece históricamente como la cristalización jurídica de esa asimetría previa. Esto permite comprender por qué pueden existir relaciones explotadoras incluso en ausencia de propiedad privada capitalista, y por qué la mera estatización de los medios de producción no garantiza la superación de la explotación si no existe un control popular efectivo sobre la dirección social.

La plusdirección actúa como una fuente de entropía social: genera burocratización, pérdida de eficiencia, degradación cognitiva y pasividad colectiva.

Tecnología, tecnoutopía y error civilizatorio

Este pensamiento no rechaza la tecnología, pero sí cuestiona de forma radical el tecnoutopismo. La tecnología es entendida como un amplificador de capacidades, no como un mecanismo de superación de los límites estructurales.

La creencia en que la humanidad puede salvarse mediante la colonización de otros planetas o a través de una transformación post-biológica ilimitada es interpretada como una proyección ideológica que ignora las condiciones reales de existencia de los sistemas complejos. Confundir potencia técnica con viabilidad ontológica constituye uno de los errores centrales de la civilización contemporánea.

Ética de la coherencia y responsabilidad sistémica

La ética que se deriva de este pensamiento no es moralista ni normativa en sentido clásico. Se trata de una ética de la coherencia. Es éticamente negativo todo aquello que incrementa la entropía del sistema que sostiene la vida; es éticamente positivo aquello que preserva o mejora su coherencia.

Desde esta perspectiva, la destrucción ecológica, la explotación social, la burocratización extrema o el bloqueo económico no son solo problemas políticos o morales, sino fallas sistémicas profundas que erosionan las condiciones mismas de posibilidad de la vida colectiva.

Conclusión: habitar en lugar de conquistar

La conclusión de este pensamiento es sobria y exigente. El ser humano no está llamado a conquistar el universo ni a escapar de sus límites, sino a comprenderlos y habitarlos conscientemente. La inteligencia no se mide por su capacidad de expansión, sino por su capacidad de sostener coherencia dentro de las condiciones que la hacen posible.

El verdadero desafío civilizatorio no consiste en huir del planeta que constituye a la humanidad, sino en aprender a no destruir la única regencia local que puede sostenerla.

El universo no se conquista. Se habita —localmente— o se pierde.

Glosario de términos clave

Campo de coherencia: Conjunto de relaciones que permiten la estabilidad funcional de un sistema complejo.

Entropía social: Proceso de pérdida de coherencia, eficiencia y capacidad adaptativa en sistemas sociales.

Inteligencia sistémica: Capacidad de un sistema para mantener orden funcional frente a la entropía.

Plusdirección: Apropiación asimétrica y no controlada de la capacidad de decidir sobre procesos sociales y productivos.

Regencia local: Conjunto de condiciones específicas que hacen posible la existencia de un sistema complejo.

Tecnoutopismo: Creencia de que la tecnología puede anular los límites estructurales de la existencia.

Gracias por leerme.
Si este contenido resonó contigo, únete a nuestra comunidad comentando y compartiendo.

© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729). Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial sin autorización. 

Declaración de autoría

Formación multidisciplinaria:

Geopolítica y Ciencias Sociales: Licenciado en Ciencias Pedagógicas con especialización en Historia y Ciencias Sociales por la Escuela Superior Interarmas de Políticos Militares de Minsk (1986)

Economía y mercados: Graduado de Vendedor y Promotor de Comercio Internacional en Säljehögskola - Mercuri International (2001)

Psicología y Salud: Auxiliar de Enfermería en Lärgården (2010) con especialización en Psiquiatría (2025)

Método de trabajo:
Artículo investigado, argumentado y redactado íntegramente por el autor. Se empleó IA exclusivamente para estructuración editorial y contraste conceptual bajo supervisión humana constante.

#FilosofíaDelLímite #RegenciasLocales #TocororoCubano #Plusdirección #PensamientoCrítico #CRL #CoherenciaSistémica #ÉticaDeLaCoherencia #CríticaAlProgreso

Comentarios