Fidel Castro: símbolo eterno de la dignidad cubana

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Introducción

El 25 de noviembre se cumplen ocho años de la desaparición física de Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana y símbolo imperecedero de la dignidad, independencia y soberanía de nuestra nación. En esta fecha, recordamos al hombre que encarnó como pocos la identidad cubana, con sus valores de resistencia, solidaridad y humanismo, y que demostró al mundo que un pequeño país puede marcar una diferencia gigantesca en la historia universal.

Fidel no fue solo un líder político; fue la viva expresión del espíritu indomable de un pueblo decidido a ser dueño de su destino. Desde la lucha en la Sierra Maestra hasta los años más duros del periodo especial, su figura representó la capacidad de Cuba para enfrentarse a desafíos colosales, desafiando al poder hegemónico de Estados Unidos. Como un moderno David, demostró que Goliat podía ser cuestionado y resistido, recordando al mundo que la dignidad y la justicia son más poderosas que cualquier arsenal.

• https://www.youtube.com/watch?v=bAd6EM8Dhck

Un defensor de la independencia y soberanía

Fidel personificó el ideal de una Cuba libre y soberana. Bajo su liderazgo, la isla rompió las cadenas del neocolonialismo y se convirtió en un faro de inspiración para los pueblos oprimidos del mundo. Su pensamiento trascendió las fronteras, defendiendo la autodeterminación de los pueblos como principio inalienable y enfrentándose con valentía a quienes intentaron doblegar la voluntad de la nación cubana.

Solidaridad y humanismo sin fronteras

La obra de Fidel también se define por un profundo compromiso con la solidaridad y el humanismo. La misión internacionalista de miles de médicos, maestros y técnicos cubanos en más de 150 países es un legado que sigue vivo. Fidel entendió que el socialismo no es solo un proyecto interno, sino una causa global en la que el bienestar de los demás también contribuye a nuestra propia humanidad.

Encarnación de tradiciones y avances sociales

En Fidel se conjugan las tradiciones de lucha y las aspiraciones de justicia social de los cubanos. Fue el heredero de las gestas de Céspedes, Martí y Mella, al tiempo que impulsó avances que transformaron a Cuba en una sociedad más justa e igualitaria. Su liderazgo garantizó el acceso universal a la educación y la salud, logros que se mantienen como pilares fundamentales de nuestra nación. Cada aula, cada hospital construido es un reflejo de esa visión inclusiva que colocó al ser humano en el centro del desarrollo.

Un legado para el mundo

Ocho años después, Fidel Castro sigue siendo un símbolo global. Su resistencia frente al bloqueo de Estados Unidos, su lucha por la justicia social y su capacidad de movilizar a las masas en torno a ideales universales lo colocan como una de las figuras más influyentes del siglo XX. Pero su mayor legado es haber demostrado que los principios son irrenunciables, incluso en las circunstancias más adversas.

Hoy, Cuba honra a Fidel no solo con palabras, sino con hechos. En cada acto de resistencia, en cada esfuerzo por construir una sociedad más humana y en cada gesto solidario hacia otros pueblos, late el espíritu de aquel hombre que dedicó su vida a los más altos ideales de justicia y libertad.

Fidel vive en cada cubano digno

Fidel Castro no ha muerto; vive en la dignidad de cada cubano que, pese a las adversidades, mantiene la frente en alto. Es el símbolo de que una nación pequeña en extensión puede ser inmensa en coraje y en contribuciones al bienestar de la humanidad. Su figura es la expresión más pura de lo que somos: un pueblo que no se rinde, que no se doblega, y que siempre encuentra en su historia las razones para seguir luchando.

En este aniversario, decimos con orgullo: ¡Fidel, Cuba sigue contigo!

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