El nuevo peso cubano: cambio de moneda como acto de soberanía financiera
por Henrik Hernandezpublicado en
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Por Henrik Hernandez
Tercer artículo de la serie “Soberanía Financiera en Tiempos de Guerra Económica”
Introducción — la moneda como campo de batalla
Cuba enfrenta hoy una de las situaciones más complejas de toda su historia económica reciente. No se trata únicamente de inflación, devaluación o escasez: se trata de la pérdida del control sobre la moneda nacional. El país ha sido arrastrado hacia un escenario donde la tasa informal, alimentada por actores externos e internos, define el valor del dinero, los precios de la vida diaria y las expectativas de la población. En otras palabras, la nación ha dejado de tener soberanía monetaria. Una economía no puede funcionar cuando su moneda circula principalmente fuera del sistema bancario y cuando su valor es fijado por redes paralelas sin vínculo alguno con la producción real. En ese contexto, el cambio de moneda no es un acto técnico: es un acto de soberanía.
¿Por qué Cuba necesita un nuevo peso? — la raíz del problema
El peso cubano actual ha perdido sus tres funciones vitales: dejó de ser unidad de cuenta porque los actores económicos reales —desde vendedores informales hasta importadores privados— utilizan como referencia la tasa paralela. Ha dejado de ser medio de cambio, porque buena parte de las transacciones relevantes se realizan en divisas o en plataformas externas. Y ha dejado de ser reserva de valor, pues la población no confía en mantener ahorros en CUP. A ello se suma la enorme masa de efectivo circulando fuera del sistema bancario, donde alimenta una economía paralela que fija precios y genera su propia lógica monetaria.
Cuando la moneda de un país es sustituida de facto por un mercado informal, la soberanía económica se diluye. El Banco Central pierde control sobre la liquidez, el Estado pierde capacidad de regulación y la población pierde confianza. La existencia misma del sistema monetario queda comprometida.
Por ello, el nuevo peso no es una alternativa más dentro de un menú de políticas; es la herramienta para reiniciar el sistema monetario desde la base y romper la hegemonía de la economía informal.
El cambio de moneda como acto de soberanía — no es técnico, es político
Cambiar una moneda no significa simplemente sustituir billetes viejos por billetes nuevos. Cambiar la moneda es redefinir el contrato social en torno al dinero. Implica declarar que la autoridad legítima para determinar el valor de la moneda es el Estado y no los actores informales ni las plataformas externas. En la historia reciente existen precedentes donde el cambio de moneda fue utilizado como un acto de autodefensa financiera: India en 2016, Brasil en 1990, Corea del Norte en 2009, Venezuela en 2018. Aunque cada caso tiene particularidades, todos comparten un elemento común: el intento de romper el poder de estructuras paralelas que dominaban el sistema monetario.
En el caso cubano, el cambio de moneda representa una afirmación de soberanía frente a la presión combinada de sanciones externas, especulación interna, circulación informal y manipulación psicológica del valor del dinero. No es un ejercicio contable: es un acto político que redefine quién controla la economía nacional.
¿Qué logra conceptualmente un cambio de moneda abrupto?
La introducción de un nuevo peso, dentro de un proceso de bancarización y reorganización productiva, produce efectos inmediatos y estructurales. En primer lugar, elimina la base material de la economía paralela: el efectivo acumulado fuera del sistema bancario pierde valor al no tener posibilidad de convertirse en la nueva moneda si no está previamente registrado en las instituciones financieras. En segundo lugar, devuelve al Banco Central la capacidad de medir y controlar la liquidez real, requisito indispensable para cualquier política monetaria responsable. Además, fractura el poder de los financistas externos que manipulan la tasa informal y redefine la psicología económica de la población, pues ninguna red clandestina puede fijar el valor de una moneda cuya emisión, trazabilidad y conversión dependen exclusivamente del sistema formal.
El cambio de moneda también permite reconstruir la credibilidad del sistema financiero. Una moneda nueva, respaldada por reglas claras, un banco moderno y un marco institucional sólido, tiene un impacto psicológico profundo que modifica el comportamiento de consumidores, empresas y productores. La economía comienza a reorganizarse en torno al valor oficial de la nueva moneda y no a la especulación diaria de un mercado no regulado.
La psicología del dinero — el impacto invisible pero decisivo
El dinero no es solo un instrumento económico. Es un fenómeno psicológico. Su valor depende, en última instancia, de la confianza colectiva. Cuando la población pierde confianza en la moneda, incluso la mejor política monetaria puede fallar. La economía informal domina hoy en Cuba no porque sea legal o legítima, sino porque la población confía más en la tasa paralela que en el valor oficial. Esa confianza informal crea una profecía autocumplida: la gente actúa conforme a lo que cree que vale el dinero, no conforme a la estructura económica real.
El nuevo peso rompe esta dinámica. Al redefinir el marco simbólico y material de la moneda, corta la “memoria monetaria” que alimenta el escepticismo social. Permite reiniciar la psicología económica, destacando que el valor del dinero vuelve a estar asociado a un sistema financiero transparente y a un banco moderno capaz de sostenerlo. Es un cambio mental tan profundo como el cambio técnico.
El papel del MIPYBANK en la sostenibilidad del nuevo peso
Ningún cambio de moneda puede sostenerse si no existe un banco capaz de manejar la transición. El MIPYBANK —analizado en el Artículo 3— (MIPYBANK: la nueva columna vertebral productiva de Cuba) - es la institución que absorberá la nueva liquidez, garantizará los pagos digitales, facilitará el crédito productivo y evitará una parálisis económica durante la transición. Es el pilar que permite que la nueva moneda tenga circulación verdadera y no se convierta en un símbolo sin poder operativo.
El MIPYBANK garantiza que la nueva moneda circule con eficiencia entre productores, empresas y cooperativas. Asegura liquidez en momentos de transición, evita la inestabilidad y da soporte técnico y financiero para que el sistema productivo continúe funcionando mientras la economía se reorganiza. Es el garante de que el nuevo peso no nazca débil, sino respaldado por una infraestructura financiera moderna.
Las dificultades reales — Reconocer el desafío aumenta la credibilidad
Cambiar una moneda no es fácil. Requiere planificación, estabilidad institucional, logística organizada y capital. También requiere enfrentar presiones externas, campañas de desinformación y desafíos técnicos complejos. Cuba deberá garantizar el talento humano, la arquitectura digital, la seguridad tecnológica y el andamiaje jurídico para sostener la transición. Ignorar estos desafíos sería ingenuo; reconocerlos los convierte en variables manejables y fortalece la credibilidad del planteamiento.
En un contexto de sanciones, restricciones financieras y asimetrías tecnológicas, el proceso exige creatividad, alianzas estratégicas y una visión de largo plazo. El cambio de moneda no puede improvisarse, pero sí puede convertirse en una herramienta poderosa si se acompaña de instituciones modernas y reglas claras.
El nuevo peso como fundamento de la soberanía futura
El cambio de moneda no es el final del proceso, sino su inicio. Solo cuando exista un nuevo peso respaldado por un sistema financiero sólido, bancarización plena y un banco especializado como el MIPYBANK, Cuba podrá aspirar a recuperar la soberanía monetaria perdida. El nuevo peso permitirá reconstruir la unidad de cuenta, estabilizar precios, ordenar la planificación económica y reducir la vulnerabilidad ante presiones externas.
Una nación controla su destino cuando controla su moneda. El nuevo peso, acompañado de la arquitectura financiera renovada presentada en los artículos anteriores, representa la posibilidad real de rehabilitar la economía y devolver al país su derecho a definir su propio valor.
Conclusión — reconstruir la moneda es reconstruir la nación
La moneda no es un billete: es un pacto social. Cuando ese pacto se rompe, el país queda en manos de fuerzas que no responden a su interés colectivo. Cambiar la moneda es un acto de reconstrucción institucional, económica y moral. Es declarar que la soberanía no es negociable. Es afirmar que Cuba tiene el derecho —y el deber— de recuperar el control sobre su sistema financiero.
El nuevo peso no es simplemente una reforma: es un acto de independencia económica. Es la culminación de un proceso que comenzó con el cierre de las fugas de efectivo en frontera, continuó con la bancarización obligatoria y la creación de un sistema financiero moderno, y desemboca finalmente en la reconstrucción del valor nacional.
El nuevo peso es, en esencia, la expresión monetaria de la soberanía cubana.
Glosario de términos clave:
Nuevo Peso Cubano: Nueva unidad monetaria destinada a sustituir la moneda actual como parte de un reinicio financiero.
Soberanía monetaria: Capacidad del Estado para controlar su moneda, su valor y su circulación.
Psicoeconomía: Dimensión psicológica del valor del dinero.
Liquidez informal: Dinero circulante fuera del sistema bancario.
Masa monetaria paralela: Acumulación de efectivo no controlado por el Estado.
Unidad de cuenta: Función de la moneda como referencia de valor.
Cambio de moneda abrupto: Sustitución inmediata del circulante para romper estructuras informales que dominan la economía.
Fuentes consultadas:
Betancourt, R. J. (2024). Contribution of Cuban residents abroad to the domestic economy. International Journal of Cuban Studies, 16(1), 104–123. https://doi.org/10.13169/intejcubastud.16.1.0104
López, F. (2024). The truth about Cuba’s private sector. Americas Quarterly. https://www.americasquarterly.org/article/the-truth-about-cubas-private-sector/
OECD. (2024). Latin American Economic Outlook 2024: Financial market resources for development. OECD Publishing. https://www.oecd.org/en/publications/2024/12/latin-american-economic-outlook-2024_60523697/full-report/rallying-financial-market-resources-for-development_84ab5ed7.html
Orozco, M. (2024). Remittances to Cuba and the marketplace in 2024. Inter-American Dialogue. https://thedialogue.org/wp-content/uploads/2024/03/Remittances-to-Cuba-and-the-Marketplace-in-2024-1.pdf
United Nations Development Programme. (2023). Support for the development of an integrated national financing framework in Cuba – Final report. UNDP. https://mptf.undp.org/sites/default/files/documents/2023-09/cuba_0.pdf
Fuentes recomendadas:
Naím, M. (1994). Paper Tigers and Minotaurs: The Politics of Venezuela’s Economic Reforms. Brookings Institution.
Prasad, E. (2021). The Future of Money. Harvard University Press.
Gracias por leerme.
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