Historia

El gran mito de las Tres Carabelas de Colón: la verdadera historia de la Niña, la Pinta y la Santa María

por
publicado en
Imagen generada por la AI Sofia.

¡Bienvenido a Tocororocubano.com!

Estamos orgullosos de conectarnos con usted,

independientemente del lugar en el que se encuentre.

Este no es un simple blog; es una Revista Digital Multidisciplinaria donde convergen el análisis geopolítico, la cultura, la economía, la naturaleza, el humor, y mucho más desde una perspectiva cubana única.

¡Le deseamos que disfrute de nuestros artículos y pase un maravilloso momento junto a nosotros!

Por Henrik Hernandez

Introducción

Durante siglos, la enseñanza oficial ha repetido una imagen simplificada hasta la distorsión: “Colón viajó con tres carabelas”.

La frase está tan arraigada en la memoria escolar que pocos cuestionan su veracidad. Sin embargo, la historiografía naval moderna revela una realidad más compleja y mucho más interesante. No fueron tres carabelas, ni sus nombres fueron exactamente los que nos contaron, ni sus características técnicas coincidían con las representaciones escolares.

Este artículo desmitifica de forma definitiva el relato clásico, exponiendo las verdaderas denominaciones, orígenes y tipos de embarcaciones que participaron en el primer viaje colombino. Los documentos de la época, la investigación marítima y los archivos de Palos y Moguer nos permiten reconstruir, con precisión, la auténtica historia de las naves.

La Niña no se llamaba “La Niña”: su verdadero nombre era Santa Clara

La nave conocida mundialmente como La Niña se llamaba oficialmente Santa Clara. Debido a bautizas las naves con nombres de santos se escogió ese nombre en honor al nombre de una iglesia en la región de Moguer, dedicada a esa santa.

El apodo proviene de su propietario: Juan Niño, miembro de una familia de marinos de Moguer. Los documentos notariales hablan de “la carabela de Juan Niño”, expresión que con el tiempo derivó naturalmente en “La Niña”.

La Santa Clara era una carabela ligera, extremadamente maniobrable, capaz de soportar condiciones difíciles, y de hecho fue la embarcación que salvó la expedición cuando la Santa María naufragó. Su robustez y flexibilidad la convirtieron, de facto, en la nave capitana en el viaje de regreso a Europa.

La Pinta: la versión abreviada de un nombre más largo

A diferencia de la Santa Clara, cuya votadura “La Niña” es ampliamente conocida, La Pinta oculta un detalle que rara vez se menciona: La tradición historiográfica indica que su nombre formal completo probablemente fue:

Santa María de la Pinta

Este nombre compuesto responde al patrón habitual del siglo XV: las naves eran bautizadas bajo advocaciones religiosas. En Palos de la Frontera se veneraba una imagen llamada Virgen de la Pinta, asociada a una cofradía marinera local. Es altamente probable que la carabela estuviera adscrita a dicha advocación, igual que otras embarcaciones contemporáneas.

El nombre popular —La Pinta— funcionaba como denominación práctica entre marinos, igual que ocurrió con “La Niña”. La Pinta fue, además, la más veloz de las tres y la que avistó tierra primero, cuando Rodrigo de Triana divisó lo que creían Asia el 12 de octubre de 1492. 

Existe la dos versiones sobre el nombre de La Pinta. Se cuenta que probablemente se debía a que probablemente la nave tuviera colores muy vistosos y por ello los marineros la llamaban "La Pintá". La otra versión nos cuenta, que se debía a la probable estructura y colores de las maderas debido a reparaciones anteriores. Una versión cercana a la primera.

La Santa María no era una carabela: era una nao, también llamada carraca

Uno de los errores más difundidos en los manuales escolares consiste en agrupar las tres naves bajo la categoría de “carabelas”.

Esto es históricamente falso.

La Santa María era una nao —o carraca— de mayor calado, más pesada y más lenta, diseñada para carga y no para exploración ágil. Los estudios navales modernos coinciden en que no fue concebida originalmente como nave de descubrimiento, sino como barco mercante de altura, probablemente construido en astilleros gallegos. Por esta razón, diversas fuentes la mencionan también con el apelativo de “La Gallega”, aunque este nombre se considera más un mote tradicional ligado a su origen que un nombre oficial documentado. Fue la única nave que entro en la historia con su nombre de votadura.

Su tamaño y torpeza tuvieron consecuencias fatales. Era tan difícil de maniobrar que, en la noche del 24 de diciembre de 1492, encalló en la costa de La Española. Con su madera se construyó el Fuerte Navidad, el primer asentamiento europeo permanente en el Caribe.

Entonces, ¿cuáles fueron realmente las naves del primer viaje?

La composición auténtica de la flotilla es la siguiente:

Santa María (probablemente apodada La Gallega) – Nao / Carraca

La Santa María era una nao castellana de finales del siglo XV, robusta y concebida originalmente para navegación de altura más que para exploración costera. Sus dimensiones reconstruidas por los estudios navales modernos sitúan su eslora entre los 21 y 26 metros, con una manga aproximada de 7,5 a 8 metros y un puntal cercano a los 4 metros. Su calado rondaba los 2,8 metros, pudiendo llegar hasta los 3 metros con carga plena, lo cual explica su limitada maniobrabilidad en aguas bajas y su vulnerabilidad ante los bancos de arena caribeños. Con una capacidad estimada entre 100 y 150 toneles, era una nave sólida pero lenta, equipada con una arboladura mixta: velas cuadradas en mayor y trinquete, y una vela latina en el palo de mesana. Su estructura incluía un castillo de popa alto y voluminoso, característico de las carracas atlánticas, lo cual aumentaba su estabilidad en alta mar pero reducía la agilidad. Probablemente construida en Galicia—de ahí el mote tradicional La Gallega—transportaba una tripulación cercana a los 40 hombres. Fue la nave capitana de Colón, pero también la más torpe: encalló y se perdió en La Española el 24 de diciembre de 1492.

La Pinta (Santa María de la Pinta) – Carabela

La Pinta, cuyo nombre abreviado es el único que la tradición ha conservado, probablemente llevaba como denominación completa el nombre Santa María de la Pinta, vinculado a la advocación mariana de una cofradía de Palos de la Frontera. Era una carabela de mayor velocidad y excelente comportamiento náutico, muy apreciada por los hermanos Pinzón, que exigieron su reparación y modificación antes de aceptar participar en la expedición. Sus dimensiones estimadas incluyen una eslora de aproximadamente 17 a 18 metros, una manga cercana a los 5,5 metros y un calado inferior a los 2 metros, lo que la convertía en una embarcación ágil, rápida y adecuada para reconocimiento costero. La Pinta fue la primera en avistar tierra el 12 de octubre de 1492, gracias en parte a su mayor velocidad y maniobrabilidad. Su capacidad se situaba entre 50 y 60 toneles y llevaba una tripulación aproximada de 25 a 30 hombres. Su excelente desempeño contrasta con el destino poco documentado que tuvo después de la expedición, pues las fuentes sólo permiten reconstruir su actividad posterior de forma fragmentaria. Lo que sí está claro es que fue, junto a la Niña, una carabela superior en diseño y funcionamiento a la pesada Santa María.

La Niña (Santa Clara) – Carabela

La Niña, cuyo nombre real era Santa Clara, era una carabela ligera propiedad de la familia Niño de Moguer, y su apodo nació precisamente de la asociación con sus dueños. Se trataba de una embarcación pequeña pero extraordinariamente maniobrable, ideal para exploración y apta para navegar con gran velocidad y flexibilidad. Las reconstrucciones históricas le atribuyen una eslora cercana a los 17 metros, una manga de alrededor de 5,4 metros y un calado de apenas 1,8 a 2 metros, lo cual le permitía internarse en aguas someras donde la Santa María habría encallado sin remedio. Originalmente equipada con velas latinas, fue adaptada en Canarias durante la travesía para portar velas cuadradas, mejorando su rendimiento atlántico. Su capacidad rondaba los 40 a 60 toneles, y su tripulación oscilaba entre 18 y 24 hombres. Tras el naufragio de la Santa María, la Niña se convirtió en la nueva nave capitana para el regreso a Europa, demostrando una resistencia excepcional ante tormentas y temporales. Su desempeño consolidó su reputación como la embarcación más fiable y mejor construida del conjunto.

Por lo tanto, no eran tres carabelas. Eran dos carabelas y una nao.

La figura repetida por generaciones —tres carabelas idénticas navegando hacia el horizonte— es, en realidad, una simplificación ilustrativa del siglo XIX que terminó imponiéndose como verdad.

La importancia de desmontar el mito

Comprender los nombres reales, las estructuras navales y las diferencias técnicas no es un mero ejercicio académico. Arroja luz sobre el tipo de navegación atlántica del siglo XV, las decisiones estratégicas de la expedición y los riesgos enfrentados.
Al recuperar estos datos, nos acercamos a lo que verdaderamente ocurrió: una travesía frágil, improvisada, realizada con embarcaciones modestas y con enormes limitaciones técnicas.

El descubrimiento de América no fue la aventura épica estilizada por la iconografía escolar, sino un cruce temerario en tres barcos pequeños, inadecuados y vulnerables.

Recuadro cultural: cuando el mito llegó a la radio cubana

El mito de las “tres carabelas” no solo dominó los libros escolares durante generaciones: también impregnó la cultura popular cubana. Un ejemplo memorable fue el programa radial Después que llegó Colón, transmitido durante décadas y recordado por miles de cubanos. Su sintonía de apertura —una coplita sencilla, pegajosa y pedagógica— reforzaba el imaginario tradicional de la llegada de Colón al Nuevo Mundo.

Dos estrofas quedaron grabadas en la memoria colectiva, transmitidas en distintas temporadas del programa:

“Un navegante atrevido
salió de Palos un día,
iba con tres carabelas:
La Pinta, La Niña y la Santa María.”

“Hasta la tierra cubana
con toda su valentía,
fue con las tres carabelas:
La Pinta, La Niña y la Santa María.”

Estas coplas, interpretadas con tono infantil y ritmo de tonada popular, muestran cómo la narrativa historiográfica —por simplificada o errónea que fuera— se incrustó profundamente en el tejido cultural cubano. La radio, medio dominante de la época, contribuyó a fijar una imagen icónica que todavía persiste, a pesar de las evidencias históricas que demuestran que la Santa María no era una carabela, sino una nao, y que los nombres y características de las naves fueron muy distintos a los enseñados tradicionalmente.

Glosario de términos clave:

Carabela: Buque ligero, rápido y maniobrable, típico de la exploración portuguesa y castellana del siglo XV.

Nao / Carraca: Embarcación grande de carga, lenta y robusta, usada para comercio de larga distancia.

Votadura: Nombre popular o apodo por el cual una nave era conocida, a diferencia de su nombre oficial o religioso.

Advocación: Dedicación religiosa de una nave o institución a una figura sagrada específica.

Fuentes consultadas:

Colón, C. (1989). Diario de a bordo (E. Otte, Ed.). Alianza Editorial. (Obra original de 1492).

Fernández Duro, C. (1892). La Armada Española: Desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico “Sucesores de Rivadeneyra”.

Gil, J. (1984). Mitos y textos en la literatura colombina. Universidad de Sevilla.

Morison, S. E. (1942). Admiral of the Ocean Sea: A Life of Christopher Columbus. Little, Brown and Company.

Rosa, M. (2016). Colón: La historia nunca contada. Editorial Planeta.

Gracias por leerme.
Si este contenido resonó contigo, únete a nuestra comunidad comentando y compartiendo.

© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729). Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial sin autorización. 

Declaración de autoría

Formación multidisciplinaria:

Geopolítica y Ciencias Sociales: Licenciado en Ciencias Pedagógicas con especialización en Historia y Ciencias Sociales por la Escuela Superior Interarmas de Políticos Militares de Minsk (1986)

Economía y mercados: Graduado de Vendedor y Promotor de Comercio Internacional en Säljehögskola - Mercuri International (2001)

Psicología y Salud: Auxiliar de Enfermería en Lärgården (2010) con especialización en Psiquiatría (2025)

Método de trabajo:
Artículo investigado, argumentado y redactado íntegramente por el autor. Se empleó IA exclusivamente para estructuración editorial y contraste conceptual bajo supervisión humana constante.

#Cuba #TocororoCubano #HistoriaReal #CristobalColón #NavesDeColón #LaNiña #LaPinta #SantaMaría #MitologíaHistórica #Carabelas #NavegaciónMedieval

Comentarios