Educación y Sociedad

El bloqueo y la guerra psicológica y cognitiva contra Cuba

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Introducción

El bloqueo y la guerra psicológica contra Cuba: impactos, resistencias y la defensa de la Revolución Cubana

La Revolución Cubana, desde su victoria en 1959, ha enfrentado innumerables desafíos, pero ninguno tan persistente y devastador como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos.

Esta medida, implementada desde hace más de seis décadas, ha ido evolucionando en una estrategia de desgaste integral que no solo afecta la economía del país, sino que también apunta directamente al bienestar psicológico de su población. Esta guerra económica, acompañada de una guerra mediática y psicológica, busca debilitar los pilares que sostienen el proyecto revolucionario.

Sin embargo, la Revolución ha demostrado una vitalidad y resistencia notable, como expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro en su discurso en la Universidad de La Habana en 2005. Fidel señaló que solo fuerzas internas, traidoras a los principios revolucionarios, podrían desmoronar la Revolución desde adentro. Este análisis sigue siendo relevante hoy, cuando el bloqueo y la campaña mediática internacional intentan erosionar la moral del pueblo cubano, mientras fuerzas antinacionales en el exterior buscan crear caos y desestabilización.

La estrategia del bloqueo y su impacto psicológico

El bloqueo no solo consiste en privar a Cuba de alimentos, medicinas, combustibles y otros recursos esenciales, sino que se ha convertido en una herramienta de presión psicológica diseñada para inducir el descontento social. Como resultado de la falta de insumos básicos, la vida cotidiana se convierte en un desafío constante, con cortes de electricidad, dificultades en el transporte, y la paralización de sectores clave como la salud y la industria. Este escenario es caldo de cultivo para un estado de ánimo negativo que afecta a cada individuo en la sociedad cubana, fomentando sentimientos de impotencia y desesperanza.

Desde un punto de vista psicológico, la privación prolongada genera estrés crónico y afecta la capacidad de la población para sobrellevar las dificultades. Como han demostrado estudios neurocientíficos, el estrés constante inhibe las funciones superiores del cerebro, provocando una mayor dependencia de respuestas emocionales básicas. El bloqueo, entonces, no solo afecta a nivel material, sino también a nivel cognitivo y emocional, creando una sensación de asedio permanente.

La guerra mediática y la manipulación propagandística

Paralelo a la guerra económica, existe una guerra mediática cuidadosamente planificada y financiada por potencias extranjeras. A través de medios internacionales, redes sociales y organizaciones no gubernamentales, se difunde una campaña de desinformación que distorsiona la realidad cubana.

Esta propaganda está diseñada para desmoralizar al pueblo cubano, denigrar a sus héroes y desacreditar los logros de la Revolución. Como bien lo has mencionado, se utilizan técnicas como:

Difamación de los héroes y líderes de la patria: Se atacan figuras históricas como Fidel Castro, el Che Guevara y otros líderes revolucionarios, intentando restarles legitimidad ante los ojos de las nuevas generaciones.

Distorsión de los hechos históricos: Se manipula la narrativa histórica para presentar la Revolución como un fracaso, y se glorifican figuras vinculadas al terrorismo o la traición, como héroes falsos al servicio de intereses extranjeros.

Negación del bloqueo: En una contradicción cínica, los medios anticubanos niegan la existencia del bloqueo mientras promueven su intensificación, buscando internaciona-lizar el aislamiento económico de Cuba.

El objetivo de esta estrategia es claro: erosionar la identidad y el orgullo nacional cubano, llevando a la población a dudar de su propia historia y cultura. La sobreexposición a estas campañas mediáticas tiene efectos directos en la psique de las personas, especialmente en aquellos que viven fuera de la isla. Los cubanos emigrados en EE. UU., Europa y América Latina son particularmente vulnerables a esta propaganda, que busca crear divisiones dentro de la comunidad migrante cubana, promoviendo actitudes apolíticas o abiertamente anticubanas o al menos provocar una apatía y neutralidad, que permita el ascenso del anticubanismo en otras regiones del mundo.

Resistencia frente al ataque mediático y psicológico

A pesar de la agresividad de las campañas propagandísticas, la Revolución Cubana ha logrado resistir, demostrando un alto grado de cohesión interna y vitalidad política. El pueblo cubano, lejos de sucumbir a las presiones externas, ha respondido con una mayor conciencia patriótica y una reafirmación de su identidad. Como lo demuestran los eventos recientes, los intentos del enemigo de provocar un estallido social han fracasado.

Las protestas organizadas por fuerzas anticubanas dentro y fuera del país, con el apoyo de los medios internacionales, no lograron el objetivo de desestabilizar a la Revolución. Al contrario, sirvieron como un catalizador para que los cubanos reafirmaran su compromiso con los valores revolucionarios. El gobierno cubano, en lugar de ceder ante las presiones, ha reforzado su dirección política y ha llevado a cabo acciones para mejorar la calidad de vida de su pueblo dentro de las limitaciones impuestas por el bloqueo.

La lucha en el exterior: migración y conciencia patriótica

Es vital reconocer que, aunque la Revolución ha resistido en la isla, la batalla se extiende más allá de sus fronteras. La comunidad cubana en el exterior, especialmente en EE. UU. y Europa, ha sido blanco de una intensa campaña de propaganda que busca aislar a Cuba política y económicamente. A pesar de esto, la mayoría de los cubanos migrantes no participan activamente en esta estrategia anticubana; sin embargo, la "neutralidad política" de muchos de ellos ha permitido que pequeños grupos hostiles influyan en las políticas internas de los países donde residen.

En este sentido, es crucial que Cuba refuerce su trabajo dentro de la diáspora, no solo agrupando a los patriotas, sino también trabajando con la masa inerte de migrantes cubanos que permanecen al margen de la política. Solo así se podrá contrarrestar el actuar de los grupúsculos cuasi mafiosos que intentan secuestrar las políticas nacionales de los países donde residen en función de sus intereses anticubanos.

Conclusión: la defensa de la Revolución es la defensa de la soberanía

Cuba ha demostrado una y otra vez su capacidad para resistir el asedio económico y mediático. La Revolución Cubana sigue siendo un ejemplo de dignidad y soberanía frente a las agresiones de las potencias extranjeras. Sin embargo, la batalla no es solo externa. Internamente, el pueblo cubano debe mantenerse vigilante ante las fuerzas traidoras que intentan debilitar la Revolución desde dentro, como advirtió Fidel en su histórico discurso de 2005.

El bloqueo económico y la guerra psicológica no han logrado, ni lograrán, doblegar al pueblo cubano. La resistencia a estas agresiones es, en última instancia, una defensa de la dignidad nacional y la soberanía de un pueblo que ha decidido forjar su propio destino.

Notas:

Embargo: es una medida legal que implica la prohibición o restricción de comercio con un país específico. Suele afectar áreas concretas, como la venta de armas o productos estratégicos, y es de carácter bilateral (entre dos países).

Bloqueo: es una acción mucho más amplia y agresiva que busca aislar completamente a un país. Involucra la interrupción del comercio, la economía y las relaciones financieras a nivel global. A menudo, incluye medidas extraterritoriales, donde terceros países también se ven forzados a cumplir con las restricciones impuestas.

Diferencia clave entre embargo y bloqueo

Mientras que el embargo es una prohibición parcial y entre dos países, el bloqueo es total, global, e impone sanciones no solo entre dos países, sino que afecta las relaciones de la nación bloqueada con el resto del mundo.

Guerra psicológica: es una estrategia que busca influir en las emociones, actitudes y comportamientos de un grupo o una población para desmoralizarlos o manipular su percepción de la realidad. El objetivo principal es crear confusión, miedo, y desconfianza en las autoridades o instituciones, a menudo con la intención de provocar inestabilidad social o política. Se utiliza la propaganda, la desinformación y otros métodos de manipulación psicológica para alterar la moral y debilitar la resistencia de la población o el enemigo.

Guerra cognitiva: es un paso más allá de la guerra psicológica, centrándose específicamente en el control y la manipulación de los procesos de pensamiento, percepción y toma de decisiones de las personas. Utiliza tecnologías avanzadas, redes sociales y medios digitales para modificar la forma en que los individuos reciben, interpretan y procesan la información. El objetivo es influir directamente en las funciones cognitivas del cerebro, alterando la manera en que las personas comprenden la realidad y toman decisiones, a menudo sin que se den cuenta de que están siendo manipuladas.

Relación y diferencias entre guerra psicológica y cognitiva

Relación: Ambas formas de guerra buscan influir y manipular la mente humana, pero lo hacen de manera diferente. La guerra psicológica utiliza principalmente el impacto emocional y las manipulaciones para debilitar la moral de un grupo, mientras que la guerra cognitiva se enfoca en controlar directamente los procesos de pensamiento y la interpretación de la realidad.

Diferencias: La guerra psicológica se centra en las emociones y el estado mental (como el miedo, la confusión o el desánimo), mientras que la guerra cognitiva busca influir en el propio procesamiento de la información, afectando el razonamiento lógico, la percepción y la toma de decisiones de manera más profunda y sofisticada.

En resumen, la guerra psicológica manipula las emociones para debilitar a una población, mientras que la guerra cognitiva se enfoca en controlar cómo las personas piensan y toman decisiones, alterando su capacidad de interpretar la realidad.

Fuentes consultadas:

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