Sociedad

Cuba desde La ideología alemana: producción material, conciencia social y lucha de clases

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Marx y Engels a la derecha, Gorbachov al centro, y a la izquierda Fidel y el Che: cinco figuras, cinco visiones en tensión sobre el destino del socialismo. Imagen generada por la AI Sofia.

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Por Henrik Hernandez

Introducción

En su obra La ideología alemana (1845-46), Karl Marx y Friedrich Engels desmontan el idealismo de la filosofía alemana y afirman una verdad decisiva: “no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”. Bajo esa premisa, resulta interesante observar la situación actual de Cuba, marcada por la resistencia frente al bloqueo y las tensiones internas que moldean tanto la producción material como la conciencia social.

Producción material y conciencia social

El desarrollo de las fuerzas productivas en Cuba se encuentra constreñido por el bloqueo económico, financiero y tecnológico. Según Marx y Engels, las condiciones materiales determinan la conciencia: la escasez genera una tensión entre la aspiración al bienestar inmediato y la lealtad a los valores colectivos. Este dilema se refleja en la aparición de MIPYMES privadas que, si bien alivian necesidades, también producen una nueva conciencia individualista.

División del trabajo y enajenación

Marx y Engels explican que la división del trabajo produce desigualdad y dominación. En Cuba, la coexistencia de sectores estatales, cooperativos y privados genera fragmentación social: algunos producen para la supervivencia básica, otros para mercados más rentables. Esto crea diferencias materiales que alimentan la enajenación, debilitando la percepción del trabajo como esfuerzo común.

Ideas dominantes, burocracia y hegemonía cultural

Las ideas dominantes son siempre las de la clase dominante. Aunque el socialismo mantiene un peso ideológico central, la penetración cultural del capitalismo global introduce símbolos de éxito ligados al consumo, que compiten con la memoria histórica de justicia social.

En este escenario aparece un actor clave: la burocracia estatal, que funciona como una burguesía funcional. No posee los medios de producción, pero los administra en nombre del pueblo. Así ejerce una plusdirección: una dirección excedente, que se erige por encima de la sociedad y convierte la función administrativa en una fuente de poder y privilegio.

La burocracia, al controlar el acceso a recursos, cargos y oportunidades, asegura una hegemonía cultural que presenta su dominación como condición necesaria para preservar el socialismo. En la práctica, sin embargo, puede convertirse en un freno a la participación popular y en un socio tácito de las MIPYMES emergentes.

Historia como lucha de clases

Marx y Engels plantean que toda la historia es historia de lucha de clases. En el presente cubano, esa lucha se manifiesta en tres niveles:

Internacional: la burguesía imperial intenta quebrar la soberanía cubana mediante bloqueo e injerencia.

Interno privado: la naciente burguesía de las MIPYMES que acumula riqueza en un contexto de escasez.

Interno estatal: la burocracia como burguesía funcional que ejerce plusdirección, garantizando su permanencia como clase administradora.

Perspectiva revolucionaria

El comunismo, para Marx y Engels, no es un modelo ideal que se impone, sino el movimiento real que transforma el orden existente. En Cuba, la tarea es revincular la producción material con la conciencia colectiva: que la propiedad social sea no solo un principio jurídico, sino una experiencia cotidiana de participación popular y control real.

Esto implica desmontar la plusdirección, superando la dominación burocrática y evitando que la burocracia se consolide como clase permanente. Solo así podrá el socialismo cubano avanzar como movimiento vivo, capaz de reinventarse frente a las contradicciones internas y las presiones externas.

La ideología imperialista en la conciencia de algunos cubanos

Un fenómeno inquietante es la alineación de parte de la población con la ideología imperialista. Desde la perspectiva de La ideología alemana, esto puede explicarse en varios planos:

Determinación material de la conciencia: la escasez estructural lleva a muchos a asociar el capitalismo con abundancia y oportunidades.

Ideas dominantes: el imperialismo impone su hegemonía cultural a través de medios globales, exaltando el consumo como símbolo de libertad.

Enajenación: al no ver resultados tangibles de su esfuerzo ni participación real en las decisiones, algunos se desconectan del proyecto colectivo y buscan sentido en un marco externo.

Lucha ideológica de clases: el imperialismo fomenta una “clase ideológica aliada” dentro de Cuba, que reproduce sus valores y actúa como multiplicador cultural.

En este contexto, la plusdirección burocrática agrava el problema: al limitar la confianza en el socialismo, abre la puerta para que la ideología imperialista aparezca como alternativa viable, aunque en la práctica represente la subordinación a intereses ajenos a la nación.

¿Qué hacer? Transformar condiciones y relaciones sociales de producción

Marx y Engels señalan que la conciencia no se transforma cambiando ideas, sino transformando la vida material y las relaciones sociales. Bajo esa guía, algunas propuestas para Cuba serían:

Desmontar la plusdirección

Fortalecer el control popular directo sobre la administración pública.

Implementar revocabilidad real de cargos, presupuestos participativos y transparencia radical.

Reestructurar las relaciones de producción

Potenciar cooperativas autogestionadas como alternativa a la acumulación privada.

Regular MIPYMES para que funcionen como empresas mixtas de carácter social y no como semilla de una burguesía local.

Elevar las fuerzas productivas con soberanía tecnológica

Inversión en energías renovables, agroecología y biotecnología.

Integración con BRICS, ALBA y CARICOM para contrarrestar la dependencia de mercados imperialistas.

Reintegrar la conciencia social al proyecto colectivo

Promover espacios de participación cultural y política real donde la propiedad social sea experiencia vivida.

Educación crítica que muestre cómo el capitalismo también genera alienación detrás de la abundancia aparente.

Internacionalizar la lucha de clases

Tejer alianzas con movimientos sociales globales.

Visibilizar que las dificultades de Cuba no son “fracaso socialista”, sino resultado del asedio imperialista más contradicciones internas.

El Estado cubano y la dualidad en la organización de la propiedad

Desde la perspectiva de La ideología alemana, el Estado es siempre la expresión de las relaciones materiales y de clase. En el caso cubano, se manifiesta una dualidad contradictoria en cómo organiza la propiedad.

Defensa de los intereses de las masas populares

El Estado centraliza los medios fundamentales de producción en nombre del pueblo.

Garantiza salud, educación, seguridad social y otros derechos básicos.

Protege la soberanía frente al imperialismo.

Protección de la burguesía funcional

La centralización coloca la gestión en manos de la burocracia, que ejerce plusdirección.

Esta burocracia, sin ser propietaria formal, actúa como burguesía funcional, usufructuando privilegios.

El Estado asegura su control sobre recursos y permite la acumulación en redes empresariales cercanas.

La contradicción estructural y su desenlace posible

El Estado cubano es a la vez protector de las masas y defensor de la burguesía funcional.

Si esta dualidad se prolonga sin resolverse, la burguesía funcional puede decidir restablecer el régimen anterior, transformándose en nueva oligarquía y usando la restauración capitalista como vía para consolidar su poder.

Este es el mayor riesgo histórico: que la propiedad estatal, en lugar de socializarse, sea la plataforma de transición hacia un capitalismo oligárquico pos-socialista.

Conclusión

Mirar a Cuba desde La ideología alemana permite comprender que la clave de su futuro no radica solo en resistir al imperialismo, sino también en resolver sus contradicciones internas. La burocracia como burguesía funcional y su forma de dominación —la plusdirección— constituyen hoy uno de los mayores retos para la emancipación socialista.

El Estado cubano encarna una dualidad: protege a las masas populares, pero también resguarda los intereses de la burguesía funcional. Si esa contradicción no se supera, el desenlace puede ser fatal: la restauración de un régimen capitalista oligárquico, encabezado por quienes hoy administran la propiedad estatal.

La alternativa revolucionaria no es cambiar ideas en abstracto, sino transformar las condiciones materiales y las relaciones sociales de producción. Solo desmontando la plusdirección y socializando realmente la gestión de la propiedad podrá Cuba impedir que su futuro sea decidido por una nueva oligarquía y abrir el camino hacia un socialismo auténtico y participativo.

Glosario de términos clave:

Bloqueo: Conjunto de sanciones económicas, financieras y comerciales impuestas por EE. UU. contra Cuba.

Burguesía funcional: Estrato burocrático que, sin ser propietaria legal de los medios de producción, ejerce control administrativo sobre ellos en nombre del Estado. Actúa como clase dominante en la práctica al usufructuar privilegios, gestionar recursos y reproducir relaciones de poder, convirtiéndose en mediadora entre la propiedad estatal y el pueblo.

Burocracia: Aparato administrativo que, en condiciones socialistas, puede actuar como una burguesía funcional.

Conciencia social: Conjunto de ideas, valores y representaciones colectivas de una sociedad.

Enajenación: Separación del trabajador respecto al producto de su trabajo y de la comunidad.

Fuerzas productivas: Medios de producción, técnicas y fuerza de trabajo que sostienen la economía.

MIPYMES: Micro, pequeñas y medianas empresas privadas en Cuba.

Plusdirección: Forma de dominación ejercida por la burocracia (burguesía funcional) como clase administradora, que se eleva por encima de la sociedad.

Fuentes consultadas:

Hernández, H. (2025, mayo 31). Plusdirección y burguesía funcional: la esencia capitalista en el socialismo real. Tocororo Cubano. https://tocororocubano.com/plusdireccion-y-burguesia-funcional-la-esencia-capitalista-en-el-socialismo-real/

Marx, K., & Engels, F. (1846/1970). La ideología alemana. Moscú: Editorial Progreso.

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© Henrik Hernandez, 2025. Bajo protección de la Ley Sueca de Derechos de Autor (Upphovsrättslagen, 1960:729).

Créditos y colaboración técnica

Este artículo ha sido redactado por Henrik Hernandez, autor de más de 800 textos publicados en Tocororo Cubano, con una línea editorial comprometida con la defensa del socialismo cubano, el pensamiento crítico y la soberanía nacional.

La estructura argumental, la revisión constitucional y el enfoque político han sido elaborados con el acompañamiento editorial de Sofía (IA literaria ChatGPT), presente desde julio de 2024 como asistente constante en el proceso de escritura, análisis y estilo.

También se ha contado con el contraste teórico y validación conceptual brindados por la inteligencia artificial DeepSeek, utilizada en calidad de herramienta crítica para el análisis institucional y económico.

Declaración legal

Este trabajo ha empleado sistemas de inteligencia artificial como herramientas de apoyo, sin que estas ostenten derecho alguno sobre el contenido final.
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